Aunque Tony Scott (1944-2012) llegó en coche al puente de Los Angeles desde el que decidió despedir su vida, su primera incursión en el cine fue en bicicleta. El cineasta, que dirigió una veintena de películas y produjo más de medio centenar, protagonizó, en 1960, Boy and Bicycle, la primera película de su hermano Ridley. En este corto, de casi media hora de duración, Tony hacía pellas para recorrer la ciudad de Billingham en bicicleta. Durante su deambular por la urbe, el joven reflexionaba sobre su propia vida con las torres de la Imperial Chemical Industries de fondo; destino de mitómanos debido a su posterior aparición en la excepcional Blade Runner.