I Love Bicis

¿Por qué la sociedad odia a los ciclistas?

Por: Pablo León

02 oct 2012

Todo el mundo odia a las bicisLos ciclistas son un coñazo. Son esos tipos y tipas que es escurren entre el tráfico, a veces circulan a contrasentido y no siempre respetan los semáforos. Son una amenaza para la carretera. Atendiendo a las estadísticas, ese comportamiento, que se asume como norma, en realidad difiere del de la mayoría de los pedaleantes. En España, nueve de cada diez ciclistas urbanos aseguran respetar la normativa mientras que un 79% de ellos nunca ha tenido un accidente. ¿Por qué, a pesar de ello, pesa sobre el colectivo ciclista una opinión relativamente negativa?

A pesar de las estadísticas, mucha gente mantiene la premisa de que los usuarios de la bici son incívicos por naturaleza. Cuando un conductor o un peatón observa a algún ciclista un comportamiento irrespetuoso, inmediatamente generaliza y lo transforma en una pauta de la tribu urbana de las dos ruedas. Así se crean estereotipos. Lo mismo ocurro con la imagen del conductor madrileño: impaciente, tramposo y que entiende el ámbar como un ¡acelera!. O el del peatón zombie, absorto en su móvil y que agradece los pajaritos para invidentes que suenan en los semáforos. Esos arquetipos negativos se deben a lo que el economista Daniel Kahneman denomina el afecto heurístico: una manera muy cool de decir que la gente emite juicios y opiniones en función de sus emociones, relegando la lógica a un segundo plano.

Los que odian las bicis tienen tendencia a odiarlas siempre.
La heurística, concretamente el efecto halo negativo, explica que cuando nuestra mente se enfrenta a un dilema, uno que requeriría un análisis lógico para resolverlo, tiende a sustituir la razón por la emoción. Y cuando se implica la emoción, los prejuicios toman ventaja frente a los argumentos. Esto explica porque algunos estadounidenses aún creen que Obama no nació en EE UU o los que se empeñan en implicar a ETA en los atentados terroristas del 11-M. Son temas potentes, con un gran factor emocional y en los que la gente ya ha tomado partido.

Volviendo a las bicis, cuando alguien se cruza con un ciclista temerario, uno que casi te atropella en un paso de cebra o el que se salta un semáforo y te sorprende al volante, el peatón o el conductor, furiosos, deciden que a partir de ese momento, los ciclistas –todos- son unos cretinos. Una vez se ha llegado a ese punto, cambiar esa opinión, con argumentos, estadísticas o hechos, va a ser muy complicado. No importa que un estudio de la universidad estadounidense Virgina Tech asegure que los ciclistas se comportan de manera cada vez menos agresiva cuando van en su velocípedo. La base de su trabajo es la observación de la accidentalidad y del número de bicis en nueve de las principales ciudades estadounidenses entre 1977 y 2009. Mientras que el uso de la bici se ha multiplicado por tres en ese periodo, la accidentalidad por cada 10 millones de viajes en bici ha caído un 65%. En cuanto al cumplimiento de la normativa, Philadelphia puede servir de ejemplo. Allí han medido el número de cafres a pedales y han descubierto que en 2010 el 13% de los ciclistas usó las aceras mientras que solo uno de cada 100 circuló en dirección contraria. Cifras mucho menores que las observadas en 2006, un 23 y un 3%, respectivamente.

Por un lado esta evolución es lógica al desarrollarse normativa, carriles específicos y una mayor conciencia ciclista. Pero, bien pensado, al aumentar el número de vehículos a dos ruedas, crecerán las probabilidades de que estos se vean implicados en un accidente. Que no ocurra, significa el cumplimiento de una premisa repetida en foros de urbanismo y movilidad: cuantas más bicis, menos accidentes. 

Si alguna vez, conduciendo en la ciudad, un bicimaniaco se ha cruzado en tu camino y te ha dado un susto, el recuerdo emocional de ese encuentro permanece. Es mucho más potente que el centenar de veces que te hayas cruzado con un ciclista, que pedaleaba cívicamente a tu lado. El afecto heurístico se basa en la idea de la dominación de la negatividad: los hechos negativos, como si fueran algo traumático, permanecen en nuestra memoria con más fuerza y durante más tiempo que los positivos. Esto lleva a una sobrevaloración de la cantidad y la severidad de la experiencia. Un par de ejemplos, qué causa más muertes, ¿el tabaco o la contaminación de las ciudades?; ¿los accidentes de tráfico o los trombos?; ¿los tornados o el asma? En el libro Thinking, fast and slow de Kahneman, el autor realiza estas preguntas a los lectores. Luego revela que la contaminación urbana es más preocupante que el tabaco; que los trombos causan el doble de muertes que los accidentes y que el asma mata 20 veces más que los tornados.

La bicicleta como principal medio de transporte es un concepto raro para muchos conductores españoles (por suerte cada vez menos). Eso hace que estos perciban mayores diferencias entre ellos y los ciclistas. A pesar de que la mayoría no pedalea cotidianamente por la ciudad, el estereotipo del ciclista está muy establecido. Y se basa mucho más en el miedo al otro que en la experiencia: cuando alguien se comporta de manera diferente a la mayoría, no va por el camino de baldosas amarillas, su actitud cuestiona la realidad ajena y puede provocar un sentimiento negativo al respecto. Así, cada vez que un ciclista se salta una de las normas establecidas, actúa el efecto halo negativo y se refuerza el prejuicios. En sentido contrario no ocurre: cuando se observa a alguien cívico a pedales no mejora la opinión del colectivo. Los hechos y los argumentos lógicos que no encajan con las conclusiones emocionales se toman como una excepción y una rareza; no cuentan.

Por suerte no estamos condenados a ser eternamente prejuiciosos. Cuando una persona es alertada de la influencia de la emoción, puede llegar a ser capaz de racionalizar el asunto, superar el afecto heurístico y obtener conclusiones más reales. Con el auge del ciclismo urbano, la vieja guardia de los pedales, forjada en calzadas muy duras, compartirá escena con nuevos ciclistas que se mueven de otra manera por las ciudades. Por eso que se extienda la percepción de que las aceras no son el lugar de la bici, que los semáforos, aunque no estén pensados para las bicis, son vinculantes y que circular a contramano todavía no es legal en España, es positivo. Trabaja a favor de a imagen de los ciclistas como unos de los colectivos más educados, amables y sostenibles del mundo entero.

Ciclistas, esos seres adorables

Hay 119 Comentarios

A mi hoy me paso que un ciclista le pego a mi faro sin ningun motivo, no estaba estorbando, estaba la luz roja y aun asi vio la posibilidad de romper mi faro y como buen cobarde que es se siguio. Esa clase de gente deberia ser atropellada :)

COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA


Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente.


Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años

Acabo de leer este post, en primer lugar felicidades , creo que muestra de una forma muy clara lo que muchos venimos pensando desde hace tiempo, de hecho estamos intentando poner en marcha una iniciativa para mejorar la imagen de los ciclistas urbanos, mediante mensajes positivos, en lugar del enfrentamiento entre conductores y peatones y ciclistas urbanos (en muchos casos es muy difícil no entrar en la dinámica del enfrentamiento, lo sabes si circulas en bici por Madrid) todo partió de una idea de mi amigo Jony (durante la marcha reivindicativa tras el asesinato/atropello de Oscar agosto 2013). ¿Quizá funcione?,
http://ciclismourbanoenpositivo.blogspot.com.es/
un saludo, Jorge

Quiero plantear una cuestión: ¿El ciclista es peatón o conductor? Según las leyes de tráfico es, desde luego, un conductor... Pero según las inmutables leyes de la física, por el peso del conjunto (bicicleta-ciclista), la velocidad a la que puede circular y la potencia motriz que, perdón por la obviedad, no es otra que la de las piernas del ciclista, desde luego está mucho más cerca de un peatón que de los 100 caballos de un turismo de gama media, no digamos ya de un camión. Tal vez los legisladores deberían tener en cuenta este detalle.

Muy buenas.
Creo que en estos temas influyen una cantidad de factores tal, que se hace complicado un analisis sosegado de la situacion. Yo segun el tipo de desplazamiento que tengo que relizar utilizo un vehiculo u otro. Pero ultimamente solo cojo el coche para lo imprescindible, y con la moto me ocurre algo parecido. Creo que el trafico urbano me estresa, asi es que intento cojer la bici, antes que otro vehiculo. Me da la impresion de que el grado de civismo es muy parecido en cualquiera de estos casos. Yo soy igual de mal educado, o tengo una conduccion igual de agresiva independientemente del vehiculo que utilice. Lo unico que tengo claro es que con la bici disfruto mas. La pena es que las ciudades no estan diseñadas para las bicicletas, y esto complica un poco su uso. Otra cosa que a veces me disuade de su utilizacion, es que tengo que llevarme conmigo cualquier accesorio que sea facilmente sustraible. ( velocimetro, luces, o cualquier bolsita de herramientas) Pero todo es cuestion de no darse por vencido ante pequeños inconvenientes y como ya se ha dicho antes intentar respetar unas normas de convivencia minimas. Un saludo a todos.

Subo la cuesta de s. Vicente en Madrid todos los días a las 9:00. Imposible por la calzada con su carril bus y coches que suben a 80 km/h. A esa hora apenas hay gente pero raro es el día que el único peatón de esa acera de 4metros me dice algo

La bicicleta sufre el síndrome del hermano mediano. No es lo suficientemente grande para que le dejen ir con los mayores y es demasiado mayor para ser considerado un niño, asi que recibe lo peor de ambas cosas. Es claro que es necesario que se marquen los derechos y obligaciones de los ciclistas en la ciudad y se hagan cumplir pero igualmente que se flexibilice la legislación para encontrarle el hueco que merece. Sólo así, poniendo un poco de parte del legislador y un poco de parte del sector ciclista podremos lograr la pacificación del tráfico rodado y la convivencia entre ciclistas y peatones.

Yo siempre trato de vivir y dejar vivir. En muchas ocasiones, con tal de no molestar a otros, y hablando en plata, me jodo yo!

Voy todos los dias a currar al lado de El pais. No se de donde sacas tus fuentes pero vamos rigor 0.
En madrid los ciclistas NO respetan ni un semaforo, ni uno solo.
Sientate un rato a las 8 A.M. En arturo soria cualquier dia y compruebalo, conseguiras dar senido a tus post.

Este post y sus estadísticas no se acerca ni de lejos a la realidad española, o al menos a la de Barcelona, ciudad donde vivo y donde me muevo en bicicleta en el 80% de mis traslados, mayoritariamente por el centro urbano.

1.la gran mayoría de ciclistas no respeta ni semáforos ni calles peatonales a la hora de circular, encima abusando del timbre en reclamo a su "derecho" a pasar aunque vayan en dirección contraria. Este fenómeno está agravado por el servicio público de bicicletas Bicing, que ha dado a cualquiera la posibilidad de trasladarse por la ciudad a su antojo sin tener ni idea de circular.

2.los peatones en general no están al tanto de la normativa y sienten un rechazo sistemático ante la presencia de una bicicleta, ya que supongo no la terminan de ver como un medio legítimo de transporte sino más bien como un juguete que te traen los reyes magos para ir al parque.

3.los carriles bici son constantemente invadidos por vehículos de carga y descarga, taxis y otros, y por otro lado estan absurdamente trazados, en contra de toda lógica vial (ejemplo: doble carril bici de la calle Enric Granados)

conclusión, mía, personal:
seguro de bicicletas, carnet. regulación, más lugares para parking y unos días en Copenague por ejemplo, a ver si aprendemos todos, viandantes, conductores y ciclistas.

Envidia, odio, ira, stress, egoismo... eso son males gordos que a quien mas perjudican es a quien los cobija.

Algunos comentarios dan mucha pena.

Tristemente, en una sociedad así enferma, la pregunta del post ayuda muy poco a mejorar las cosas.
Pero algo si: al menos el pararse a pensar sobre nuestro rutinario "juzgar a los demás" ya es un pasito positivo.
Es como colocar un pedal arriba y el pie encima.

A pesar de los riesgos que conlleva practicar el ciclismo urbano, el placer y los beneficios en la salud son dos de las grandes recompensas que tenemos al realizar esta actividad.

No hay duda que las ciudades no están hechas para los ciclistas, pero eso no justifica el salvajismo con que se le trata tanto al peatón cómo los que andamos en bicicleta. Espero que las cosas cambien con el tiempo.

no se en este post hay mucho estupido comentando, me parese que son unas simples normas de prioridades y consideracion, EL CARRO TIENE PRECAUCION CON EL CICLISTA EL CICLISTA CON LOS PEATONES Y LISTO Y CADA CARRO CICLISTA Y PEATON DEBE DE ESTAR PENDIENTE CON EL CARRO CICLISTA O PEATON IRESPONSABLE AHH Y SIN OLVIDAR LAS MOTORAS, NADIE SABE LO QUE ES DESPLASARSE POR LA CIUDAD Y ADMIRAR LA BELLESA DE EL CICLISMO HASTA Q LO PRUEBA !!!!!!!! MIS BENDICIONES PARA TODOS EL CAMINO ES DE TODOS SEAMOS CONCIENTES Y COMPARTAMOSLO ADECUADAMENTE !!!!!!!!!!!!!!!!!!

hombreee, tanto como odiar, no. yo desde que fuí casi tragado por una ciclista m fijo más en los ciclistas y es verdad que por ejemplo por el parque del manzanares van haciendo carrera y si aparece inesperadamente un crio, se lo tragan, literal, deberían estar muy bien macados los carriles y si no se cumplen las prohibiciones etc, multa, como a los cocheros. ha aparecido una nueva fauna bicicletera: los killerbicicleteros.

Me estaba encantando el artículo, pero al ver que es de un tal Jim Saksa al que no se menciona en absoluto, al ver que se trata de un artículo de Slate simplemente traducido... pues eso, que no estaría mal que el autor de este blog (ya vemos que no de todos sus artículos) lo explicara, por simple respeto a sus lectores y a Jim Saksa, que es al parecer el autor de este post. Seguro que habrá una buena explicación, ¿verdad?

Me encanta la bici urbana y me interesa todo sobre ella, pero cuando alguien plagia un texto ajeno debería decirlo expresamente, intentar pasar por propio algo que copias es un fraude. Un poco de imaginación y enseguida aparecen temas bicicleteros sobre los que escribir sin necesidad de copiar.

Me pregunto por que la gente se enrrolla tanto ,si es plagio,si todos los ciclistas son malos ,si la foto es sexuada etc,etc.
Primero . la generalidad es el lenguaje de los idiota ,
los que escriben mal de nosotros (los ciclistas) no lo son ni se animan a sentirse bien ,no se para que opinan
Con respecto a nosotros tenemos que cambiar de a poco nuestra imagen , acordate cuando cojas la bici empeza a tener reglas de convivencia.-
VIVA LA BICI CARAJO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1

Creo que el odio se debe también a la envidia y la ignorancia. Debo odiar a los que van en coche por todos los peatones y ciclistas que matan cada año, y toda la mierda que echan al atmósfera... pero eso sería absurdo, porque dentro de esos coches van mis amigos, familiares, vecinos. Odiar a un "colectivo" es igual a odiar a uno mismo.

Pablo Leon no seas jeta y cita de donde has sacado el articulo, aqui te dejo un link para que recuerdes. Saludos

http://www.slate.com/articles/health_and_science/science/2012/09/cyclists_are_annoying_why_you_think_they_re_a_menace_on_two_wheels_.single.html

"nueve de cada diez ciclistas urbanos aseguran respetar la normativa".
Vaya, yo debo haberme encontrado siempre con ese 1% que no la respeta. ¡Qué mala suerte!
Un ciclista urbano que SÍ RESPETA la normativa y que ve cómo el 90% de los ciclistas le pasan en un semáforo en rojo.

Que de odio. Hay que intentar ser más felices y hacer unas ciudades más amables para todos los que vivimos en ellas. Estoy convencido que es posible si nos tomamos la vida con más alegría.

En Alicante, donde vivo, es difícil el empleo de la bicicleta como medio de desplazamiento urbano (ir al trabajo o acercarse al centro de compras). O te roban la bici o se llevan algún componente (sillín, manillar, rueda.....).

Sugiero algunos futuros posts: "¿Por qué los ciclistas odian a los peatones?", "Cuando vayas por la acera, acelera, acelera" Bajarse de la bici cuando estás entre peatones es de albañiles" "Bajar Garabitas a tumba abierta entre señoras que caminan es airoso e irreverente" "Tú no tienes la culpa, ciclista: La Sociedad es la Culpable". Y más.

Vivo en Estados Unidos, en una ciudad pequeña. A diario me desplazo a mi trabajo en mi bici Motobecane. Tengo la gran ventaja de utilizar una ciclovía que me lleva desde mi casa a mi trabajo en 20 minutos, unos 6 km.

La gente aquí es muy tolerante a los ciclistas, bueno, la mayoría de los conductores me respetan como ciclista, aunque de vez en cuando la desventura me pone en contacto con algún orate.

Siempre he tenido la certeza de que la agresividad a los ciclistas se debe a la envidia. Eso dije, la envidia. En este país, donde las tallas crecen año con año, donde la obesidad es ya una epidemia, los conductores sienten la envidia de no poder hacer lo que hago yo todos los días, un buen ejercicio y el deleite de pedalear a tu destino. ¿O no?

Ai ai Pablo, Pablito...que te han pillado copiando macho. De todas formas, gracias por traducir el post y abrir un debate muy instructivo en tu blog. Por cierto para llegar a tener un blog en El País hay que ser traductor o periodista? A mi es que no se me da mal la lengua de Shakespeare...

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Sobre el blog

I love bicis se acerca a la realidad de la bici urbana, sinónimo de modernidad, responsabilidad ambiental y otro tipo de movilidad. Carriles bicis, políticas de desarrollo, alforjas para ir a la última o las luces más cool. Todo con ganas de reivindicar los pedales.

Sobre el autor

Paco Nadal

Pablo León es reportero y ciclista urbano. Escribe en El País desde 2009 y comenzó con la bici por las calles de Berlín, donde vivió varios años. Desde entonces, pedalea en cada ciudad por la que pasa. En 2010 arrancó este blog dedicado no solo a las bicicletas sino también a la movilidad y a los retos a los que se enfrentan las ciudades del futuro.

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