Más de un centenar de ciclistas bloquean el Camino del Chorrillo en mitad de la noche madrileña. Agolpados, con sus bicicletas al lado, miran una bici blanca anclada a una farola. Está cubierta de flores, cintas, carteles y con varias velas a su alrededor. Falta una hora para la medianoche y algunos rayos de la luna llena traspasan la arboleda mientras todos guardan un minuto de silencio. En ese lugar del barrio de Tetuán, falleció, la madrugada del 6 al 7 de agosto, Oscar Fernández Pérez, de 37 años. Iba camino de su trabajo cuando un hombre de 26 años le atropelló y le dejó abandonado en la calzada. Un motorista lo encontró y avisó a los servicios de emergencia, pero era demasiado tarde. Una bici fantasma, homenaje póstumo a un ciclista atropellado que desde 2003 se realiza en varios lugares del mundo, le recuerda y la tarde del 20 de agosto una marcha reivindicativa, con el lema Todos con Oscar, cruzó la capital en recuerdo a Fernández y denunciando la inseguridad ciclista.