La sede de Google se mueve en bicicleta. Todas las mañanas, el autobús lanzadera, que lleva a los empleados a las puertas del Google Campus, deja a sus viajeros frente a unas bicicletas. Los velocípedos lucen cuatro colores corportativos: amarillo, azul rojo y verde. En esos vehículos un 7% de los trabajadores del buscador recorren Mountain View hasta su despacho. “El compromiso con las dos ruedas de Google es bastante genuino”, confiesa Colin Heyne, director de la Coalición de Bicicletas de Sillicon Valley, en una entrevista para la revista Wired. Las bicicletas coorporativas son norma en el tecnológico valle del silicio: Facebook, Apple o Linkedn también las ofrecen. Que el mayor centro de innovación del siglo XXI tenga la bicicleta como una de sus estrategias de movilidad no es casualidad. Muchas de las personas que desarrollan allí su trabajo forman parte de la denominada clase creativa. Un estamento ideado por el geógrafo y urbanista Richard Florida y que, según sus tesis expuestas en varios de sus libros (La clase creativa, Las ciudades creativas o El gran reset), está implicado en la regeneración urbana.
"Tendemos a ver las crisis económicas en los términos de la pobreza que generan en lugar de las oportunidades que representan", defiende Florida. Para este reputado intelectual, especializado en competitividad económica, tendencias demográficas e innovación, la historia nos enseña que las grandes crisis también generan una oportunidad para reconstruir nuestra sociedad. Como lo establecido ya no funciona hay que encontrar nuevas vías. Llevado al ámbito urbano, cuando la ciudad dispersa, cochedependiente y contaminada colapsa, hay que cambiar de concepto. “Necesitamos una regeneración del ágora; del espacio público”, apunta Jose María Nacher, economista y seguidor intelectual de Florida. Este profesor de la Universidad de Valencia considera que los centros urbanos abiertos y a escala humana fomentan la creatividad. “La revolución tecnológica que estamos viviendo y muchas de las grandes ideas de hoy en día no se gestaron en despachos sino en conversaciones con un café”, sentencia.
El modelo urbano desconectado que consolidamos en los noventa nos llevaba a vivir en una casa en las afueras, usar el coche para ir al trabajo, pasar ocho horas en la oficina y volver al hogar. Las relaciones sociales rutinarias eran exclusivamente laborales o familiares, relegando otro tipo de citas al fin de semana. La crisis nos ha invitado a replantearnos ese modelo. “La economía que triunfa ahora es la del autónomo, la del artista: una persona que no solo realiza su trabajo sino que de su vida hace su trabajo”, apunta Nacher. Como los defensores de esa nueva clase creativa, considera la debacle económica una oportunidad: un periodo de "creativa destrucción", fértil en cuanto a innovación, ingenio y aprovechamiento energético.
La denominada bohemia contemporánea es la base del estamento creado por Florida. Un grupo que define como trabajadores vinculados a la ciencia, la ingeniería, la tecnología; especialistas dedicados al diseño, la cultura, las artes o la música y profesionales de las áreas de la salud, la economía y el derecho. El 30% de los trabajadores de Estados Unidos, según sus investigaciones. Un grupo emergente que hace 25 años era casi marginal; no llegaban al 20% de la sociedad. Además de poseer gran capital cultural, el salario medio de esta clase creativa es el doble que el de un trabajador industrial o el de un empleado del sector servicios. En Estados Unidos.
En España también existe bohemia contemporánea. El problema es la falta de iniciativas que faciliten su eclosión ya que en pocas ocasiones el discurso político se centra en la creatividad. “La competitividad en el siglo XXI se mide por el nivel creativo. En un centro urbano a escala, en el que se fomenten las relaciones humanas y en el que el intercambio sea más fácil, se pueden generar esas sinergias creativas”, defiende Nacher. Y añade: “La movilidad influye en esto. Cuando vas en bicicleta estás más vinculado con la urbe, puedes parar, charlar y conocer a más gente que si estás metido en tu coche”. “Por esto, en Google fomentan el uso de la bicicleta”.
Hay 5 Comentarios
En Chile las bicis están ganando terreno. Aun enfrentamos los problemas típicos del inicio: déficit de ciclovías, riesgo de atropello, riesgo de robo, falta de aparcamientos, etc.
Creemos y esperamos que esta tendencia ciclista, pese a todo, se consolide.
Publicado por: Ana | 18/11/2013 18:01:43
Habría que ver si en grandes empresas españolas o en parques industriales, se fomentase el uso de la bicicleta para todos los empleados, en algunas ciudades europeas, dan ayudas a las empresas que fomentan el uso de la bicicleta entre sus empleados, incluso llegando a subvencionar la compra de la bici. Empresas como Google, Microsoft o Facebook cuentan con instalaciones de varios edificios, es fácil para ellos fomentar el uso de la bici dentro de sus instalaciones ( también hay que querer, claro esta) vamos a esperar a 2014 y la bici eléctrica en Madrid.
Publicado por: Oscar Vieira | 27/10/2013 14:49:29
Interesante artículo. Sí es cierto que en algunos países, como España o Estados Unidos, los ciclistas urbanos (no necesariamente los ciclistas deportistas) formamos una especie de cultura urbana que también podría estar asociada a esa clase creativa. Pero creo que eso tiende a desaparecer cuando el uso de la bicicleta como medio de transporte se consolida, como Holanda, Alemania o Dinamarca.
Publicado por: Cycling in Madrid - Madrid en Bici | 25/10/2013 0:26:49
Las bicis eléctricas pueden dan un empujón extra a este tipo de iniciativas.
Salud y pedal
http://bicicleta-electrica.blogpot.com/
Publicado por: Kits bicis eléctricas | 24/10/2013 15:32:48
¿Qué opináis de las bicis eléctricas? http://xurl.es/9ik46
Publicado por: Salva | 24/10/2013 11:39:09