Andrés Ortega

El invierno militar se adelanta en Egipto

Por: | 21 de junio de 2012

Egipto

¿Hubo realmente una primavera en Egipto con las revueltas de 2011? A la vista de lo que está ocurriendo está claro que los militares, Estado dentro del Estado, se salvaron a sí mismos, sacrificando prácticamente solo a Hosni Mubarak, y protegiendo a los manifestantes frente a la policía, por lo que fueron aplaudidos. Pero mantuvieron el poder. Todo el poder. Y ahora .lo que intentan es cortarle la vía a los Hermanos Musulmanes. Como siempre.


El Estado profundo nunca ha querido renunciar a sus privilegios en un país que ha crecido económicamente en los últimos años, pero sin que realmente la población lo aprovechara, pues los más poderosos se quedaron con la mayor parte de la nueva riqueza. La revolución -que no fue- la protagonizaron en la plaza cairota de Tharir los elementos más laicos y muchas mujeres. Los Hermanos Musulmanes y los salafistas no estuvieron allí al principio. Pero son, junto a los militares y los servicios secretos, los mejor organizados en Egipto.


Los Hermanos Musulmanes ganaron las elecciones al parlamento -las primeras libres 60 años- de noviembre y enero pasado. Pero el Tribunal Constitucional, con la connivencia del Ejército, les ha robado esa victoria al mandar disolver, en vísperas de la segunda vuelta de las presidenciales, la cámara por no haberse cumplido la ley electoral. Los islamistas iban a controlar también la comisión de 100 que se iba a encargar de redactar la nueva constitución, sin duda más islamizada y democrática (aunque no fuera a ser una democracia a la europea). Y ahora los militares -formalmente la Comisión Electoral- retienen el resultado de la segunda vuelta de las presidenciales en la que se enfrentaron Mohamed Morsi, candidato accidental de los Hermanos Musulmanes y el exprimer minitro de Mubarak, y militar, Ahmed Shafik. Es decir el antiguo régimen contra el que podía haber sido el nuevo.


Con la caída de Mubarak, los militares se inventaron el CSFA, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, para gobernar, y, en los últimos días han reforzado su poder. Previsiblemente, y pese a su compromiso, no van a entregar el poder antes del 1 de julio, salvo, si acaso, bajo la forma de una farsa  si es que llega a haber nuevo presidente. Si es Shafik será contestado.


Los militares se han blindado. Como indica Nathan. J Brown, de la Fundación Carnegie, en su "declaración constitucional suplementaria":
-    Además del poder ejecutivo, han vuelto a asumir el legislativo.
-    Se han asegurado que controlarán la redacción de la nueva constitución
-    Han declarado su autonomía del poder civil en asuntos militares. El nuevo presidente podrá nombrar a todos los ministros, salvo al de Defensa, que será designado por el CSFA.
-    También se han atribuido un papel decisivo en la seguridad interna de Egipto, reimponiendo la ley marcial y las detenciones sin garantías.
-    Y se han reservado para sí toda eventual decisión sobre una declaración de guerra.


El CSFA ha vuelto a crear un Consejo de Defensa, que aunque encabeza por el presidente, obligará a éste a negociar constantemente con los militares, pues además, estos le han impuesto al jefe formal del Ejecutivo un general para que supervise los presupuestos de la Presidencia.


Algunos observadores consideran que pudo haber un pacto bajo cuerda entre los militares y los Hermanos Musulmanes para que estos ejercieran una Presidencia del país vacía de contenido, y aquellos el poder real. Llevaban meses negociando, aunque en las últimas semanas se habían distanciado. Los Hermanos se habían comprometido a no presentar candidato a las presidenciales, pero al final quisieron presentar a dos (uno quedó anulado). Esta parece haber sido la gota que colmó el vaso de las fuerzas armadas.


Son ahora los seguidores de la Hermanda los que están llenando la plaza Tahrir de El Cairo en protesta. Una paradoja, solo aparente, es que los islamistas hubieran ganado las elecciones legislativas y presidenciales cuando habían sido esencialmente los laicos los que protagonizaron la primavera. Pero si los militares eran un Estado dentro del Estado, los Hermanos desde hace mucho tiempo, constituían una sociedad del bienestar dentro de la sociedad egipcia. En sus ayudas a los necesitados, a los estudiantes -incluso a mujeres a las que proporcionaban transporte hacia la universidad para que no tuvieran que tomar el transporte público- llegaban a donde el Estado no alcanzaba.


Esto podría parece más a la Turquía de los militares que vigilaban a Erdogan y a su AKP que al golpe en Argelia de 1991 contra la victoria del FIS. Pero ¿quién sabe? No hay que repetir desde la orilla norte del Mediterráneo -que tiene en sus manos y en las de EE UU una ayuda importante que la maltrecha economía egipcia necesita, aquel error de apoyar un golpe contra una victoria islamista, golpe que llevó a una larga guerra civil. Las primaveras árabes se están deshilachando, sobre todo porque el establishment y el poder fáctico, que es el estamento militar en muchos de estos países, nunca han cedido realmente las riendas, ni sus prebendas, y se opone al islamismo.  Cuidado.

Hay 2 Comentarios

El SCAF no habría tomado las decisiones que tomó sin antes haberlas consultado con la embajada de EEUU. Mal que mal gran parte del presupuesto militar se financia con dinero gringo, y si EEUU apoyara a la democracia como dice hacerlo, hace tiempo que le habría cortado los fondos a los militares egipcios. Pero bueno, el que decide realmente no es EEUU, sino Israel. E Israel jamás va a permitir que los Hermanos Musulmanes lleguen al poder, así como tampoco permitió que Hamas (que el 2006 ganó limpiamente las primeras elecciones palestinas) lo hiciera en su momento.


Por lo demás, toda esa farsa de la "muerte clínica" de Mubarak me recuerda al show que teníamos en Chile cada vez que se llamaba a Pinochet a declarar: tenía una "complicación médica" que le impedía ir a tribunales y era "internado", para salir sólo al día siguiente de la audiencia judicial.


A otro perro con ese hueso. Nosotros con Pinochet aprendimos todas y cada una de las argucias que empelan los militares para aferrarse al poder y para consagrar su impunidad y sus privilegios.

Así es la codicia humana, y así funciona por desgracia en la mayoría de realidades. El control económico de las élites, en función de su sofisticación y experiencia, es capaz de controlar a los estratos inferiores a las malas, o con sistemas de apariencias democrática para tener a la gleva sedada.

http://casaquerida.com/2012/06/20/si-volvieran-los-quijotes/

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Sobre el autor

, europeo por nacimiento (padre español, madre francesa), convicción y profesión, ha sido corresponsal en Londres y Bruselas y columnista y editorialista de El País, director de Foreign Policy Edición Española y dos veces Director del Departamento de Estudios en La Moncloa. Le interesa casi todo. Ha publicado (con A. Pascual-Ramsay) ¿Qué nos ha pasado? El fallo de un país. Su primera novela se titula Sin alma.

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