Es famosa la posición del juez Holmes del Tribunal Supremo de EE UU según la cual gritar ¡fuego! en un teatro lleno y cuando no hay peligro no puede ser amparado por la libertad de expresión. ¿Y publicar chistes sobre Mahoma y el Islam, como ha hecho el semanario satírico francés Charlie Hebdo, en plena efervescencia en el mundo musulmán por un video insultante realizado en EE UU? Eso sí. Pero la libertad de expresión debe ir acompañada de responsabilidad.
Hay que entender qué está pasando en el mundo musulmán, y en particular en los países árabes tras sus primaveras. Allí donde ha habido elecciones libres, han ganado los islamistas. Y ahora se descubre algo que muchos observadores llevan señalando desde hace años. Hay islamistas moderados. Porque hay islamistas mucho más radicales que los Hermanos Musulmanes, como son los salafistas (también beneficiados en esas elecciones) y los violentos yihadistas (y otros, como el wahabismo saudí). Occidente debe apoyar el desarrollo de los primeros para evitar que acaben predominando los segundos, y naturalmente, dar todo el aire posible a los laicos a los que no se deja respirar (y que, de hecho, fueron más numerosos, pero atomizados, en las elecciones egipcias). Y de ahí el sentido de la responsabilidad, para reforzar el cual serían perniciosas leyes contra la blasfemia u otras que coartan la libertad de expresión.
Estamos asistiendo a un gran experimento en algunas, aún pocas, partes del mundo árabe, y en buena parte musulmán: la conciliación entre “musulmán” y “democracia”. Ya en buena parte se da en la experiencia de Erdogan en Turquía. Y en países como Indonesia o Malaisia (donde el islam llegó por vía comercial y no por conquista, lo que marca una diferencia). Probablemente, si lleva a algo positivo, el casamiento de “democracia” y “musulmán” no desemboque en un sistema político como el que impera en Westminster, sino en algo propio, que no nos gustará tanto.
La unión de “democracia” y “cristiana” es algo muy reciente entre nosotros. Hay que recordar que ya en la Ilustración figuras como Voltaire (y su repetido Ecrasez l'infâme, contra la alianza del trono y el altar, no contra una cierta idea de Dios) , Spinoza o Descartes tuvieron que ir de su país por sus puntos de vista sobre el cristianismo y la religión, pero también que esta crítica contribuyó al progreso político (científico y religioso) porque vino desde dentro del sistema, no desde fuera como en el caso que nos ocupa. En España la recuperación de la libertad de expresión respecto a la Iglesia católica es muy reciente. En EE UU sería impensable que un ateo declarado optara por llegar a la Casa Blanca. Incluso en alguno de sus estados federados el acceso a ciertos cargos públicos está aun formalmente vetado a los ateos.
Lo fácil (ahora, no hace años) es proclamar simplemente la libertad de expresión. Lo difícil, ejercerla con responsabilidad. En todo caso, hay que gestionar los destrozos.
Hay 2 Comentarios
Mi espacio termina donde comienza el tuyo, estoy de acuerdo con la libertad de expresión siempre y cuando sea prudente y respetuosa...Suena como irónico no??
Publicado por: aqui | 20/09/2012 15:56:08
Pienso que se los musulmanes quieren ser dejados en paz, entonces que se queden en el cercano oriente.
Ahora és insano que ellos vengam a hacer templos musulmanes en Paris y, por lo tanto, exigir que nosotros nos quedemos calladitos.
Como ha dicho "Voltaire" hace más de 200 años..."puedo no concordar con lo que ud ha dicho, pero lucharé hasta la muerte para que tengas el derecho de decirlo"...
Publicado por: betito | 20/09/2012 14:17:04