24 mayo, 2007 - 19:08
Demolition man
Demolición. Aparecía en el título de una película de Stallone, pero en este caso no está vinculado con el boxeo (de momento) ni con un hombre acorralado que se refugia en un monte del acoso de las fuerzas vivas (también de momento). Arriesgada ha sido la propuesta del alcalde Monteisirín, a las alturas electorales a las que nos hallamos, de derribar varios inmuebles de la calle San Fernando con objeto de ampliar la peatonalización del centro de Sevilla. Sobre el papel todo forma parte del plan cesáreo que el candidato del PSOE lleva a cabo desde hace unos años para transformar el casco histórico de la capital en un coto vallado del zapato y la bicicleta, y que tantas antipatías le ha granjeado entre el gremio de los taxistas, por citar al menos ruidoso de sus enemigos. Caerán bajo la dinamita, según las primeras prospecciones, locales que ahora ocupan viviendas particulares, negocios de restauración y los jardines traseros de algunos edificios, entre los que se cuenta, horror, la sede provincial del PP. Fácil es imaginar que dicho proyecto se dispone a levantar nubes mucho más terribles que las del cemento y la argamasa pulverizados. Zoido ya cuenta con un argumento más (por si escaseaban) para comparar a su rival con Atila y acusarle de genocidio contra la población vegetal.
Necesidad. Algo dotado de dicha propiedad sucede porque tiene que suceder, forzosamente y sin alternativas. Decía Leibniz que las verdades de razón son necesarias porque su contrario no puede pensarse: imposible representarse un triángulo que contenga un número mayor o menor de lados y ángulos. Y en ese reino, el de los triángulos y la pureza inmaculada de la geometría, coloca Rajoy la victoria de José Antonio Nieto en Córdoba. No sabemos si animado por los efluvios del tinto o de la manzanilla, el presidente popular dejó sentado en la Feria de la Salud de Córdoba que su candidato será alcalde de la ciudad con la misma seguridad con que a un plácido domingo sigue un asqueroso lunes. Todo sucederá a las 20.01 del domingo día 27, en que “se decidirá que José Antonio es el nuevo alcalde de Córdoba pacten lo que pacten, o lo que no pacten, y digan lo que digan”. Lo malo vendrá si son las urnas las que dicen que no: entonces seguro que Rajoy las acusa de pactar con el terrorismo.
Carné. Si se le elimina la tilde de la última vocal queda carne, que es lo que los aspirantes por el solio de Huelva han puesto en el asador hasta casi quemarse los dedos. Anteayer nos encontramos con que la socialista Parralo iba a dotar de carné a los jóvenes para abaratarles los transportes, permitirles disfrutar de las instalaciones municipales y alimentar su optimismo ante la vida; ahora extiende ese privilegio a los mayores, que podrán gozar de las mismas exenciones previa muestra de un documento que los acredite. Ya vislumbro qué vendrá a continuación: un carné para indefinidos, ni jóvenes ni ancianos, que abarque el arco de medio punto que se extiende de los veintiséis a los sesenta y tantos y que dé acceso gratuito a autobuses, museos, polideportivos y todos los etcéteras que se le ocurran al señor que idea las campañas electorales. El rival popular de Parralo, Pedro Rodríguez, no se queda atrás en su fiebre por la carnecería y propone la creación de otro carné que rebaje las cuotas de los espectáculos y eventos culturales de la ciudad. En vez de cartera, los onubenses tendrán que comprarse un estuche de baraja: tarjetas de crédito, carné de identidad, de conducir, de estudiante, de jubilado, de joven, de viejo, de culto… Por esta esquina de nuestro país no conocen aquel título nostálgico de García Márquez: cuando yo era feliz e indocumentado.
ruiz
magistral hoy tu articulo en elpais
de veras,de autentico lujazo
ya solo queda mañana
y boleto!
saludos republicanos
Publicado por: garrincha | 24/05/2007 23:32:48