De mamas & de papas

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De la comedia más almibarada al thriller más terrorífico, todo es posible en un día con hijos. En este espacio, padres y madres que a la vez son periodistas, y los lectores, comparten información y experiencias para sobrevivir a estos años apasionantes pero agotadores. Participa en los comentarios o a través de nuestro correo

Queridos Reyes Magos, tengo un problema de espacio

Por: | 29 de noviembre de 2010

Parque movil 001 

Queridos Reyes Magos,

Miedito me dais. El de la foto es el parque móvil de casa. De una niña de tres años y otra de ocho meses. El caballo es mío, se lo regaló mi padre a mi madre cuando nací, pero las que corren con él, pasillo arriba pasillo abajo, son ellas. El piso tiene algo más de ochenta metros cuadrados y gracias a la carta de la de cuatro años vislumbro un notable incremento del parque: una bici más grande y con pedales, unos patines en línea “de los de calcetines” y un carro de supermercado. En la carta de la de ocho meses hay un corre pasillos más ligero, el de la foto es poco práctico. El tema es: ¿me olvido de todo lo que había pensado pediros y lo cambio por una plaza de parking?

Dejando de lado si convienen muchos o pocos juguetes -juro que comparado con otras casas que he visto lo nuestro no es nada-, si deben ser más o menos sexistas, pedagógicos, etc., en un piso medio de Barcelona el problema es de espacio. Con la mayor hemos entrado en la era de de los juegos de mesa y puzzles –cada uno con su caja, ¡bieeeen!-, y del pintar y recortar a todas horas, dos apartados de bulto razonable. Pero no dejamos atrás los grandes despliegues de clics de Playmobil, las construcciones, la cocinita –últimamente y gracias a una pizarra ha logrado licencia de restaurante-, pelotas y el universo muñecas: trona, cama, cochecitos, peluquería y maleta de médico. El pack lo cierran los cuentos –tres estantes enteros—y los disfraces. Este verano en Berlín compramos un kilo en una tienda de segunda mano al peso y sumados a los que ya teníamos os aseguro que no caben en un baúl.

La diferencia de edad de las enanas hace que para la de ocho meses hayamos repescado del trastero las mantitas de actividades, el tapiz blandito, el gimnasio de madera, los cubos de piezas, los encajes, los paneles musicales –granja, teléfono, etc.— y un número de peluches que me pregunto yo si es normal. La caja donde están es tan grande que podemos meter a la niña dentro. De hecho lo hacemos y se entretiene un buen rato.

Comentando el tema con otras madres me consuelan afirmando que en casa nos hemos librado de los instrumentos –batería, guitarra, piano, trompeta, tambor, maracas...— y de los coches. La mía pasa del tema. A veces pienso que me he librado de una buena, porque en casa de una amiga rozan el desespero porque no tienen dónde meterlos. Y, aviso, en la carta que os han escrito viene el scalextric… Yo hice el ejercicio de ponerle coches a tiro a la mía, pero donde haya un vestido de princesa, unos zapatos de faralaes y una corona, que se quite todo lo demás.

La verdad es que no hay nada como jugar con los críos o espiarles cuando juegan –no siempre con juguetes, por cierto-; y que toda artillería es poca el día que están enfermos o es domingo y  llueve. Pero a veces me gustaría tener un panel virtual, como el de la web Poissonrouge, una chulada de página de la que somos fans, donde un universo de juegos pensados con mucha cabeza caben en la pantalla del ordenador.

Hay 22 Comentarios

Nosotros somos pocos de familia: Sus padres, mis padres y su hermano y esposa. De momento lo que hacemos, y es nuestra intención seguir así en el futuro, es decirles un regalo a cada uno para que le regalen.
La niña tiene ahora 20 meses, así que de momento los elegimos nosotros.
Ahora mismo casi todos sus juguetes caben en una cesta de las de ikea, esas plegables. Además si sacamos de la bolsa todos las tuppers, cajas de plástico y botellas se quedaría a la mitad, porque desde el principio le ha gustado más jugar con estas cosas que con juguetes. Además de estos tiene una estantería y un revistero lleno de libros con los que se lo pasa muy bien, un carrito y las muñecas de mamá de exposición en dos estantes. Cuando crezca ya jugará con ellas.
Para el año que viene ya nos planteamos que antes de entrar nuevos juguetes tendrán que salir otros. Ahora mismo como hay espacio no lo hacemos, además algunos de los juguetes que tiene son heredados de su prima y todavía no son precisamente de su edad, por lo que no los disfruta plenamente, por eso hemos decidido esperar con las donaciones.

Nosotros no creemos en el sentido religioso de la navidad, por lo que hace 3 años nos planteamos por que dar los regalos el 24 o el 6 si el resto de la navidad no iba con nosotros, así que ahora damos los regalos el 31, para celebrar el fin de año.
Para nuestra familia es diferente, ellos tienen cada uno su tradición.
Lo bueno de esto es que además de que solo elegimos un regalo para que le regale cada parte de la familia la niña los tiene repartidos a lo largo de todas las navidades, por lo que puede ir disfrutandolos poco a poco. Sus padres y sus tios le regalan el 24, nosotros el 31 y mis padres el 6.

Una recomendación: Uno de los juguetes tradicionales clásicos es el caballito mecedora, sea de cartón, madera, o cualquier otro material. Siguiendo la tradición de los juguetes de madera, este artesano ha fabricado caballitos de madera desde los años 60 hasta la actualidad. Recomiendo la visita de www.cavalletdefusta.com, tanto por las imágenes y descripción del trabajo artesanal como por la información complementaria sobre este tradicional juguete.

En mi casa nos pasa lo mismo, por eso cuando llegan estas fechas yo regalo los que ya no utilizan.
Para ello encontré una página genial en la puedes regalar o pedir lo que te sobre o quieras. Todo sin dinero de por medio. Me da pena tirar las cosas y de esta manera otro niño las puede disfrutar.
La web es www.nolotiro.org.
Saludos

Yo tengo hermanos pequeños y en mi casa "sólo" podemos pedir tres cosas a los Reyes Magos, que luego se amplía porque se unen abuelos, tíos y demás. Es una lástima pero ahora que ya tienen 6 y 10 años les regalan libros!! Menos mal porque tanto materialismo me vuelve loca!!!
Una amiga de mis padres, a su hija, le pone unos cuantos regalos en el árbol y los demás los guarda y a lo largo del año los va sacando, como quien no quiere la cosa... y no espera al cumpleaños, ni por sacar buenas notas, ni nada. Me parece una idea genial!!!!
Opino que los mejores juguetes son los que reúnan a la familia y lecturas!!!! Nosotros nos lo pasamos genial!!!
Suerte a todos ^^

Si te enseño lo que tengo yo en casa, te da el síncope.

¿Y por qué no llevas algunos juguetes a colegios, guarderías, ludotecas ... Hasta a la parroquia, si me apuras?

Magnífico texto. Tooodas las Navidades el maldito problema de la cantidad de juguetes inútiles que les traen los reyes magos a los niños. Que si tito por aquí, que si tita por allí, abuelos y más abuelos, una lista interminable de detalles hechos con el corazón pero sin sentido ninguno. Compartir los cien juguetes que reciben los niños no es la solución, la solución es educar a los mayores más que a los niños

Jaime, yo ya intente lo de limitar los regalos y no, conflicto no hubo, sencillamente mi familia no me hizo ni caso. Y ahora es peor, porque utilizan a los niños para que se me ponga mala conciencia (cuando tenian dos años todavia era facil...)

El problema ademas del superavit de juguetes es la absoluta falta de adaptacion de los mismos a la edad del niño, con lo cual o los destrozan, o se quedan pudriendose en el armario. Ademas de que en mi casa vamos semanalmente a la biblioteca, donde tienen libros y juguetes que se usan por un par de semanas y se devuelven...
En fin, que este año volveremos a tener gresca, como todos los años.
Un supersaludo

Pues, en casa, por si acaso, por el momento, nuestra peque de 2 años ni sabe que "puede" pedir juguetes... Por el momento aún no come chuches, no ha montado nunca en una máquina moto/caballo/coche/etc de los que hay frente a las tiendas con moneda (si ella si...¡ y que vuele su imaginación! el cacharro se queda quieto), el chocolate lo tenemos a raya... jijijij
en fin, que a quien tenemos que controlar es a los abuelos, tíos, tías, tías-abuelas,etc. Éstos sí que nos espantan a nosotros. Hace dos años, los reyes le trajeron una bici a la niña que tenía....¡2 meeeeeses! "¿Dónde van los reyes con una bici?" "Pero si es evolutiva de los 6 a los 54 meses".... "Ya, ¡¡pero ahora tiene 2!!!"

veo que muchos proponéis la donación de juguetes como solución al problema de almacenamiento, pero se os olvida un detalle: la autora del blog tiene dos hijas, por lo que es lógico que piense reutilizar los juguetes de la mayor con la pequeña, y lo que tampoco tiene mucho sentido es que done este año todos los juguetes de 2-3 años para tener que volver a comprarlos (o que te los vuelvan a regalar) al año siguiente.

Es verdad que dá espanto con esa crianza pensar en estos seres de futuro. Miedo que sean asi los pobres. Pero no tienen culpa, lo reconozco.

Pobres niños ricos, no saben que hacer con tanta riqueza sus sacrificados padres...
No os enseñan a repartir con otros niños que no tienen nada y asi sereis de egoistas, lógico.
Que pena de tanto niño asi.
¿¿ Que podemos esperar de que sean solidarios con estos principios??

El problema no es la falta de espacio, sino el exceso de juguetes. Difícil ponerle solución (no ya por los propios padres... ¿quién les dice a los abuelos, tíos, etc... que no regalen nada a los niños?).

Una buena opción: reciclaje anual de juguetes y entrega a quienes seguro que los necesitan y aprecian más que nuestros hijos.

Por favor hay que aprender a compartir juguetes con quienes no tienen, hospitales, casas de acogida y muchas otras maneras

Nosotros aprovechamos los primeros días de vacaciones de Navidad para reciclar. Por un lado tiramos lo que ya está roto, por otro, los propios niños (esto es importante), deciden qué juguetes ya no son de su edad para dárselos a los Reyes que, a su vez, se los darán a otros niños. El primer año que lo hicimos tenían 1 y 3 años, no fue fácil, pero poco a poco van aceptando que no pueden tener todo y que es una buena obra donar a otros niños lo que ya no utilizan.

Nosotros tenemos un ritual en Navidad. Antes de que entren más juguetes en casa hacemos clasificación. Cogemos 2 bolsas: una para los juguetes que ya no son ni juguetes, que están muy rotos, con millones de piezecitas sueltas. La otra bolsa es para los juguetes con los que ya no juegan, y no porque estén mal, sino porque ya no son acordes a su edad. Esta última bolsa la donamos.
Para los Reyes sólo pueden pedir un regalo, el que más les haga ilusión. En la familia tenemos dicho que no más de un regalo también... Acompañamos a sus regalos libros, que tambien les encantan.

Echad un vistazo a www.nolotiro.org Es muy fácil deshacerse del exceso de juguetes, ropa, ... Si a la familia le gusta gastar, que gaste que es bueno para la economía nacional y directamente se lo regalas a alguien en "nolotiro". Todos contentos.

Me ha encantado tu mensaje. Ojalá todos los abuel@s del mundo opinasen como tú!!!

A lo mejor la opción, en vez de enfadarse, es coger un regalo y devolverles los demás a los abuelos, tios...y decirles que lo guarden para el cumple o santo...no se, pero es normal que con muchas cosas no sepan luego con qué jugar, no pueden prestar atención a muchas cosas a la vez por mucho tiempo. Lo de las cajas me parece lo mejor!

Soy abuela de una niña, que para Reyes tendrá nueve meses y os entiendo muy bien. Ya no cabe ni un solo peluche más en su habitación, la manta de actividades, correpasillos que han ido regalando amigos, en previsión de futuro, etc.
Ayer mismo, hablaba con mi marido, que para Navidad, puesto que la niña es aún pequeña y tiene más de lo que necesita, el regalo será algún cuento para que le vayan leyendo los papis y si ellos lo creen conveniente, algo de ropa que necesite.
Como pasa algunos ratos con nosotros, tenemos cosas para ella y tenemos una casa pequeña, trona, cuna, mantita actividades, muñeco trapo, pequeños juguetes, cabe poco más y lo que es mejor, con lo que más se entretiene... Pinzas para tender la ropa de colores, un cubito donde meterlas, un paquete de pañuelos de papel cerrado, su abuelo y/o abuela, que jueguen con ella.
Creo que los niños, desde pequeños, deben entender que no se puede tener todo, que hay que compartir y ser solidarios.
No me gusta nada el latiguillo de que "los abuelos están para malcriar". Nunca he entendido el asociar mimar a un niño con consentir todo, no es lo mismo. No he escatimado nunca a mi hija los mimos, no lo voy a hacer con mi nieta, pero desde luego, no estoy dispuesta a malcriarla, la quiero demasiado para hacerla esa faena.

Tengo un miedo de espanto. Mi hijo cumplirá dos años en breve, así que en las navidades pasadas era muy pequeño y este año será la prueba de fuego. Como cualquier niño español de clase media, el mío tiene ya más cosas de las que su atención puede abarcar, y por otro lado, soy consciente de que la llegada masiva de regalos puede dar al traste con nuestro esfuerzo educativo en lo que se refiere a la modestia, la ambición y el egoísmo.
Pero en este momento el referido esfuerzo educativo no se centra en el pibe sino en sus ancestros. Un regalo por cada rey mago (un regalo en casa, otro de parte de toda la familia materna y otro por la paterna) nos parece un buen equilibrio entre la tradición navideña, la implicación de las familias y la educación del vástago, pero a pesar de los avisos y las planificaciones sabemos que los abuelos (y tal vez alguna tía) van a saltarse a la torera nuestras normas y van a encargar regalos a cuantos reyes magos encuentren en los evangelios apócrifos. Incluso son capaces de convocar al barbudo de la Coca-Cola para que le deje al chiquillo aunque sea un cochecito (¡Otro!).
Sabemos que esta rebelión de los abuelos va a provocar un pequeño conflicto familiar, porque los padres no estamos dispuestos a perder el control de lo que creemos importante. Seguramente teatralizaremos un enfado mayor del real para que nuestras familias aprendan la lección y se moderen en años sucesivos, pero lo cierto es que para este año lo que esperamos es una avalancha de cajas de cartón que permitirán al niño fabricarse una enorme casita que abarque su cuarto y todos los pasillos, mientras que los regalos que vendrán dentro de las cajas permaneceran in secula seculorum arrumbados sobre un armario. Y encima la familia se sentirá frustrada porque el chico no hace caso a sus costosos presentes.
Tengo un miedo de espanto. De espanto.

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