De mamas & de papas

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De la comedia más almibarada al thriller más terrorífico, todo es posible en un día con hijos. En este espacio, padres y madres que a la vez son periodistas, y los lectores, comparten información y experiencias para sobrevivir a estos años apasionantes pero agotadores. Participa en los comentarios o a través de nuestro correo

Café para todos

Por: | 16 de febrero de 2011

De madrugada, Leopold pidió agua a gritos. Rita lo oyó y también llamó: "Yo quiero agua y todo lo que pida él". Solo le faltó decir: sí, qué pasa, a veces tengo celos de mi hermano menor. ¿Es un problema? ¿Cómo manejarse? Para los niños, es el primer sentimiento cruel de amenaza. Al principio da un poco de vértigo, pero luego más o menos se arregla con un poco de sentido común y algún que otro lavado de cerebro.
 

Celoscortado 
Hay que ser realista. Hay celos que no se superan jamás. Hermanos que durante años se guardan rencor por una rencilla del pasado y cuando menos te lo esperas, pam, lo sueltan en una cena de Navidad.

No es el caso de Rita, quien ha decidido llevar con dignidad y fuerza los celos que puediera sentir hacia el redondito y guapo hermano. No es fácil. El pequeño está ahora gracioso. Y es típico que haya gente sin delicadeza que ni la mira y al otro le dice de todo. Y cuando a Rita, de cuatro años, se le pregunta: ¿qué son los celos? “Sí mami, eso que sirve para enganchar”. Y sonríe.

Esta vez no pido ayuda a los especialistas. Recurro a Mery, mi gran amiga y mejor madre. Ella me cuenta su experiencia:

Madre de tres hijos. Edades: 5, 3 y medio y casi 2 años. Los celos: un horror. Cada día pienso que va a ser mejor que el anterior, pues peor es difícil.... Ha habido épocas muy duras. Cuando nació la segunda, el mayor dejó de comer, por celos, y se pasó dos meses a base de biberones... cuando ya se sentaba a la mesa con nosotros... pasó. La segunda hija tenía buena pinta, parecía que pasaba de todo y había nacido para ser feliz... Hasta que nació la tercera... Vaya temporadita... Ahí sí que los celos eran cruzados, todos con todos, el primero con la segunda, la segunda con la tercera..."

"Bueno, lo peor parece que ha pasado", continúa. "Ahora mismo la relación de mis hijos entre sí es de absoluto y completo amor-odio. No pueden estar un minuto los unos sin los otros, y si están separados me preguntan por los demás pues les echan de menos. Sin embargo, cuando están juntos, literalmente es una batalla campal. Compiten por todo, quién se baña primero (o último, lo cuál complica más el asunto si cabe), quién entra primero en el coche, a quién escucho más cuando me habla... eso es lo que llevo peor... ¡¡¡¡¡¡parece un party line!!!!!! Aunque hay que ver el lado positivo, te vuelves capaz de mantener tres conversaciones al mismo tiempo y sin decir disparates... bueno, o pocos... En fin, me consuela pensar que en el fondo todo es cuestión de amor (amor propio está claro). Y confío en que todos estos celos más adelante se convertirán en compañerismo y complicidad franternal... y vamos, que seguro habrá merecido la pena ....".

Creo que con semejante explicación sobran los especialistas.

Hay 4 Comentarios

Ja ja ja... Con mis hijos pasa lo mismo... ¿quién entra 1º al ascensor, quién sale, quién gana al ponerse el cinturón...? Mamá escúchame que estoy hablando yo... Si estamos abrazados uno tiene que poner el brazo encima del otro o ahogar a su madre que empieza a dejar de disfrutar del instante... Pero bueno, es un consuelo pensar que todos hacen lo mismo...

Ay, y cuando además los celos se producen en una familia reconstituida... Qué os voy a contar. Yo adoro al hijo de mi novio, pero temo el momento en que mi hija nazca porque el pobre, a sus ocho años y siendo príncipe de dos palacios, tendrá mucho con lo que lidiar.

El amor propio es mucho amor.
Si a los adultos nos cuenta controlar nuestros sentimientos, emociones y pensamientos, aún mas un niño.
Recetas para niños:
http://blog.tuppermenu.com/component/customproperties/tag/Caracteristicas-Niños

Los celos son sanos. Significan que el niño se ha sentido y se siente querido pero que ahora tiene que compartir todo el amor recibido con el hermanito. Y el significado de compartir es complicado de aprenderlo (nos cuesta a los mayores...)
Lo insano sería no sentirlos. Significaría que nunca se ha sentido importante para sus padres, que nunca se ha sentido especial.
Como siempre el sentido común es el que arregla la situación. Es cierto que hay temporadas en el que conflicto les genera una mala temporada y lo pasan mal, pero es también un aprendizaje valioso para toda la vida: el mundo no gira a nuestro alrededor siempre y hay que saber aceptarlo.

Supongo que en el equilibrio está la clave, en dar atención a todos los hijos cuando la necesitan. Y muuuucho cariño y recordarles lo importantes que son para nosotros.

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