De mamas & de papas

De mamas & de papas

De la comedia más almibarada al thriller más terrorífico, todo es posible en un día con hijos. En este espacio, padres y madres que a la vez son periodistas, y los lectores, comparten información y experiencias para sobrevivir a estos años apasionantes pero agotadores. Participa en los comentarios o a través de nuestro correo

Niños que no juegan

Por: | 02 de diciembre de 2013

Santi6
Niños jugando con aparatos electrónicos. (SANTI BURGOS)

Voy a hablar en este post, en referencia a un caso que conozco, de niños que no juegan. Esa desesperante sensación que te invade cuando un niño en edad de no pensar en otra cosa que en jugar y con una habitación llena de juguetes a su disposición y con espacio para usarlos, mariposea a tu alrededor mientras fríes unas croquetas al lamento de “Me aburroooooooooooo”.

Sé de buena tinta, porque lo he visto, que estos padres, Fulanito y Zutanita, se desesperan cuando ven a sus hijos, de dos y seis años, incapaces de entretenerse por sí solos, jugando en pareja o cada uno por su cuenta. Cuando se les acercan, zalameros o como almas en pena, lloriqueando su aburrimiento y tirándoles de las ropas para llevarlos consigo a jugar, esta pareja mira al cielo: “Pero ¿es que no sabéis jugar solos? ¿Cómo es posible que dos hermanos de vuestra edad, sanos, con un cuarto lleno de juguetes no sean capaces de entretenerse si no es acompañados de un adulto? ¡No me lo puedo creer! A vuestra edad, yo me entretenía con cualquier cosa, nunca me aburría (*). Y tenía menos juguetes que vosotros! ¡Venga, a jugar!” Y la regañina surte efecto momentáneamente, hasta que, a los pocos segundos, uno u otro vuelven a asomar por la cocina o por donde sea para quejarse de que no sabe qué hacer. Y vuelta a la desesperación, y a los nervios.

Sé que Fulanito y Zutanita han jugado, y juegan, mucho con sus hijos, y se tiran al suelo a la menor ocasión. Con los coches, con los muñecos, en las cabañas, con las comiditas, con lo que sea, han jugado mucho con los niños. Y es precisamente eso lo que les hace sentir culpabilidad. Piensan que los niños no son capaces de entretenerse por su cuenta precisamente porque siempre han estado presentes ellos en sus juegos. Creen que les han cercenado su imaginación, su habilidad para inventar sus propios entretenimientos, su capacidad de abismarse con un objeto, como hacen algunos niños, que parecen absorber la esencia de una pirindola a fuerza de estar toqueteándola durante minutos y minutos. En fin, que se echan la culpa y se prometen que, si tienen más hijos, no lo harán. Además, se mesan los cabellos rumiando por qué no juegan juntos, si es lo mejor del mundo, jugar con un hermano, tirarse al suelo, retozar, dar vueltas, asumir distintos personajes, fingir que uno cuida de otro, que uno es médico del otro. Y sí, aunque sea hasta que uno salga lastimado, que siempre pasa, que uno viene llorando porque el otro le ha pegado, porque se ha dado con no sé qué, porque ahora este no me deja ese juguete.

Como el tema me interesaba, decidi recurrir a Petra María Pérez, catedrática de Teoría de la Educación de la Universidad de Valencia y directora del Instituto de Creatividad e Innovaciones Educativas en esa universidad. Petra es miembro del Observatorio del Juego y autora de un estudio sobre familia y juego presentado en 2012. Además de una persona muy amable que me atendió al teléfono hace unos días.

Lo primero que me dice Petra es que es bastante normal que estos dos peques no jueguen juntos porque tienen edades muy dispares. Cuatro años a estas edades es un mundo, “están en etapas distintas de juego y no pueden ser buenos compañeros de juego”. Ya, Petra, pero es que ni juntos ni separados. Y ahí llegamos al quid de la cuestión. “Para los niños, lo ideal es el juego entre iguales”, entre niños de más o menos la misma edad. Es en ese juego en el que adquieren habilidades y competencias de carácter social, “moral”, como me decía Petra. Cuando un niño juega con otros de su edad, “aprende a respetar las reglas, por ejemplo, a soportar la derrota (a tolerar la frustración), a dilatar la gratificación (son capaces de augurar el éxito y esperar a que llegue, a sacrificar el disfrute inmediato y posponerlo para el futuro), a ponerse objetivos y lograr el éxito cooperativo (trabajar en equipo)”. Los paréntesis son míos.

Ya, pero como Petra señala en su estudio, no es frecuente que los niños, en casa, jueguen con iguales. Porque no tenemos demasiada relación con los vecinos, en general, y los niños no juegan con ellos, porque tenemos los hijos muy separados, como es el caso que contamos, porque no tienen tiempo, cargados de actividades extraescolares… Total, que apenas juegan con amigos en el poco tiempo del recreo en el cole.

A falta de iguales, Fulanito y Zutanita, como decíamos, han jugado mucho con sus hijos y ahora lo lamentan un poco. Para Petra, si bien no es ideal el juego con los padres (los dejamos ganar, “jugamos en función de sus necesidades”, dice), también es “estupendo” porque ayuda a reforzar los vínculos afectivos. Así que, venga, Fulanito y Zutanita, no os sintais mal.

Bueno, con menos sentimiento de culpa, quizá, pero volvemos al principio. ¿Qué hacemos en esas horas en que estamos en casa, cuando los padres no pueden jugar con ellos? ¿Les enchufamos la tele o el videojuego, que es la única manera de que nos dejen freir las dichosas croquetas? ¿O que aprendan a aburrirse? Para Petra, la segunda opción no es buena. “La infancia ha de ser una época maravillosa. No es bueno que se aburran”. No hay solución milagrosa. Me dice Petra que los videojuegos triunfan entre los niños porque son interactivos, el niño obtiene una respuesta a sus acciones, además de que propone retos que el chic@ ha de superar. Sin embargo, dejan poco espacio las consolas a algo que considera muy importante: La imaginación, que no sólo es clave para la creatividad, sino que tiene también una dimensión moral: “Cuando un niño es capaz de imaginar el daño que pueden hacer sus acciones, no las hace; cuando imaginan las consecuencias de hacer trampas en un juego, no las hacen. Con la imaginación son capaces de ponerse en el lugar del otro”.

No tienen un igual, no puedo jugar con ellos, no les dejo la consola, no les pongo la tele. ¿Entonces, qué hago? No hay mucho que se pueda hacer. El niño ha de encontrar su forma de entretenerse y probablemente, lo hará. Para Petra, en este punto es importante que tenga juguetes adecuados a su edad, interactivos sin ser consolas, que ofrezcan respuestas a lo que hace el niño. Me recomienda Petra una web, ludomecum, que orienta para este menester. Yo añado, porque alguna vez me ha funcionado, simplemente proponer un juego y dejarles a ellos solos para que lo desarrollen.

Y no hay que olvidar que, a veces, simplemente están cansados de jugar.

¿Os habéis visto en alguna situación parecida?

*(Nota del autor: Mentira)

Hay 16 Comentarios

GRACIAS a l@s autores/as por este post... Lo tomaremos como punto de partida para una de las sesiones de nuestros grupos abiertos de aprendizaje cooperativo... La temática es, sin duda, del interés de las familias, adultos y niñ@s, que participan en nuestro colectivo :) Genera debate y, con ello, nuevas ideas :) +INFO en http://tuscastillosenelaireorientacion.blogspot.com.es/p/que-temas-trataremos-aqui-todos.html

Los niños no juegan pero quizás los padres tengamos mucha culpa de eso...que pereza bajarles a la calle !!! mejor que se quede en su habitación con la consola o con la wii o con cualquier cosa que no nos de guerra....(¿os suena esos pensamientos?)
Solo es una reflexión mía en voz alta y sin ánimo de despertar conciencias.. ¿o sí?

A los niños hay que dejarles jugar solos y que incluso se aburran, porque el aburrimiento les hace utilizar la creatividad e imaginación.

Mi experiencia es parecida a la de la madre que ha vetado "la electrónica" y ha visto que sus hijas lo pasan mejor. Mis hijos (niña y niño, de 6 y 4) están más felices y disfrutan mucho más de sus tardes de juegos si no hay pantallas cerca: a menudo juntos, a veces por separado. Algunas veces no se ponen de acuerdo y nosotros participamos en el juego, como "catalizadores", pero si nos escabullimos al poco rato no se suelen dar ni cuenta. A restaurantes siempre llevamos pinturas, cuadernitos para colorear, algún muñequito pequeño... porque las sobremesas son más tranquilas así: los niños comen más rápido que los mayores, y no toman café :-)

Pues la primera se negaba a jugar sola, lloraba, pataleaba. Pero le deciamos que no. Que era su hora de ella solita jugar en su cuarto y cada vez que salia le deciamos que volviese a jugar (...suena como que la castigabamos no?). Pues se loeva tres años con la pequeña, y desde que esta tenia unos 10 meses juegan mucho juntas y a veces por separado tambien. La chiquita ha tenido que aprender a jugar sola cuando la mayor esta encerrada haciendo sus deberes. Son tremendas compañeras de juego. Se han sabido pasar todo un sabado en su propio mundo, sin consolas, ni TV, hasta llegar la hora de dormir.

lo mejor es desde peques (en el corralito) dejar que descubran solos a que les gusta jugar...y fomentarlo. Como todo tienen que aprender, pero solos..si siempre juegas con ellos no aprenden..y te conviertes en su videojuego.

Nosotros, por suerte, decidimos liarnos la manta a la cabeza y tener a nuestros pekes con dos años justos de diferencia. Ahora tienen 10 y 8, son chico y chica, pero siempre se lo han pasado en grande juntos. Alguna pelea puntual, pero en general han aprendido a soportarse por el bien de su propia diversión. No pueden ser más diferentes y tienen aficiones distintas. Pero el mejor juguete de ambos ha sido siempre su herman@.

Mi hijo tiene 11 años y lleva al menos 8 o 9 aburriéndose :( Cierto es que estamos mucho los dos solos, pero nunca ha sabido jugar por su cuenta. Incluso ahora, que es más amigo de consolas y videojuegos, quiere que juegue con él (para ganarme con facilidad, claro). O si no, quiere jugar al futbolín, o a las cartas, o al monopoly (socorro, odio ese juego cin todas lis fuerzas). Incluso a veces dice que se aburre con sus compañeros... Creo que es un caso perdido esta criatura :(

Cuando tuvimos a nuestra hija, mi tía más querida que tiene tres hijos de 40+ años, me dijo: No cometes el error de no dejarla jugar a solas. Tu no podrás jugar con ella a todas horas y es importante que aprenda jugar ella con su imaginación y sin nadie, ni otros niños. Le doy toda la razón y agradezco que dio ese consejo. Ahora mismo mi hija está haciendo bizcochos con play-doh y presentándolos a su peluche Pepa-Pig que está sentada en una sillita; un "Tea Party". Pero, también juega con otros niños ya que va a la guardería (ahora tiene un resfriado y está en casa) pero con todo esto, quiero decir que sabe jugar con su imaginación y entretenerse (y, sí, jugamos con ella, pero no a todas horas). La palabra aburrirse no me gusta y es una palabra que no permito ni de mi misma y desde luego no la permitiré de ella.

Yo creo que la causa es mucho más simple: Los niños están demasiado consentidos y sobreprotegidos. Otro error que cometen los padres es sentirse orgullosos de ser amigos de sus hijos, incluso lo comentan con sus conocidos, y no es así. Los padres han de comportarse como padres, no como amigos. La diferencia es abismal.

He pinchado en el enlace de ludomecum y que si quieres arroz: me dicen que tenga un poquito de paciencia que están buscando mis juguetes. DIEZ MINUTOS he esperado antes de dejarlo por imposible. De todos modos, se agradece la intención.

buenos dias! yo tengo dos niñas de 11 y 8 años. Soy de jugar poco con ellas, pero nos echamos nuestras partiditas de monopoly, quien es quien, mentiroso, domino y esas cosas. Tambien tenemos tabletas y usan el ordenador "y esas cosas". Hace una semana me hartaron y las castigué sin electrónica hasta el 15 de diciembre....pues sabed que ha sido como "mano de santo". Apenas se pelean. Juegan juntas o separadas, con los playmobil, construyen cabañas, se hacen recortables o colorean mandalas, escuchan la radio y montan "coreografías" y nosotros somos los espectadores. Las dejo que "crean" que se aburren, porque lo veo como un desafío. Siempre encuentran algo que hacer. Creo que eso fomenta la imaginación, la creatividad y la inteligencia. Y las tabletas iran al fondo de algun armario para ser usadas de vez en cuando y en tiempo limitado. Si la niñez es la edad de los descubrimientos no sé que tanto se pueda descubrir con los ojos pegados a una pantalla. De haberlo sabido hubiera tomado esta decision hace muchisimo tiempo. Un saludo!

CapitánFood eres un pesado. Y a Zutanito y Zutanita les diría que si dejan a los niños solos con juguetes y no les ponen tanto la tele sus hijos acabarían jugando solos. Menos juguetes con pilas, ruidos incorporados y demás y más playmobil, legos, ...

Aburrirse alguna vez tampoco significa una infancia traumática, es mas, quizás sea el momento en el que despierte la creatividad. Ademas, no solo es cuestión de juegos y juguetes para llenar el tiempo, también pueden participar en las tareas de casa y hacer de ello un espacio mas de aprendizaje, claro cada uno a su nivel.

Como ya sabeis nos gusta ir a probar restaurantes y es nuestro hobby luego haceros una crónica y recomendaros los mejores. http://capitanfood.com Pero al hilo de esta entrada cada vez que vamos a uno y vemos niños en las mesas de al lado es incrible ver como están sin existir, sumidos en sus juegos de moviles y de psp o similares. No participan, no hablan, y es como si no estuvieran y es una verdadera pena. Es más hemos llegado a ver mesas de adolescentes de 15 o más que incluso se comunican entre los mismos de la mesa por medio de Whassup, vamos eas totalmente esperpéntico. Intentemos fomentar el diálogo, el compartir experiencias y enseñarles a disfrutar también de la gastronomía española.

Gracias por tus artículos. Quiero se madre en breve y me encanta leeros http://xurl.es/9ik46

Publicar un comentario

Si tienes una cuenta en TypePad o TypeKey, por favor Inicia sesión.

¡Participa!

¿Tienes dudas sobre cuestiones pediátricas o de crianza para nuestro consultorio? ¿Quieres compartir alguna experiencia o proyecto interesante? ¿Conoces algún plan interesante para ir con niños? Escríbenos aquí

Eskup

Libros

Cosas que nadie te contó antes de tener hijos

Cosas que nadie te contó antes de tener hijos

por Cecilia Jan

Tener hijos está bien. En eso estamos todos de acuerdo. Es uno de los momentos más felices en la vida de una persona. Pero, como diría el maestro Yoda, tiene también un lado oscuro: falta de sueño, pechos caídos, poco sexo (y rapidito), gritos, llantos y discusiones... ¿Por qué nadie nos avisó antes de todo esto? Este libro no es una guía ni un manual de autoayuda, sino un recuento de todas esas cosas, recogidas con humor —la mejor forma de sobrevivir— por una madre reciente y que, pese a tener ya tres niños, se siente aún una primeriza.

Anécdotas de guardería

Anécdotas de guardería

por Javier Salvatierra

Veinte niños que no llegan al metro de estatura. Una habitación cerrada. Un solo adulto. Los enanos juegan, aprenden, comen (¡ellos solos y sin protestar!), duermen la siesta e incluso obedecen hasta que llega la hora de volver a casa. ¿Cómo es posible? Este libro abre la puerta de estas escuelas para contar todo lo que allí sucede. Por fin descubrirás cómo se las ingenia la profe de tu hijo para sobrevivir cada día cuando tú tienes serias dificultades para controlar a un solo niño en casa.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal