De mamas & de papas

De mamas & de papas

De la comedia más almibarada al thriller más terrorífico, todo es posible en un día con hijos. En este espacio, padres y madres que a la vez son periodistas, y los lectores, comparten información y experiencias para sobrevivir a estos años apasionantes pero agotadores. Participa en los comentarios o a través de nuestro correo

¡Suelta el teléfono móvil!

Por: | 23 de septiembre de 2014

image from http://s3.amazonaws.com/hires.aviary.com/k/mr6i2hifk4wxt1dp/14092211/b565c611-268f-44b6-bbd6-96b8d938f629.png
Una niña y su padre, concentrados en sus pantallas. / GETTY

Escena real: una niña, desde los columpios del parque: "¡Mamá!". La madre, sentada en el banco, mirando su smartphone. "¡Mamaaaaá!¡Mamaaaaaaaaá!". La madre levanta un segundo la vista. "¿Qué, hija?", dice, mientras vuelve a dirigir su mirada al teléfono. "¡Jo, mamá, deja el móvil y juega conmigo!".

¿Os suena? ¿Os pasa? Lo reconozco, a mí sí.

Muchas veces, me doy cuenta de que el rato de jugar con los niños se convierte en el rato de mirar mi móvil y de vigilarles de reojo de vez en cuando, mientras se entretienen entre ellos o solos. ¿Qué hago que sea tan importante como para no dedicarles mi atención completa?

Aquí va mi listado de lo que hago con mi iPhone mientras mis hijos juegan, pintan o ven la tele a mi lado:
  • Reviso el correo cada vez que pita. Puede ser algo importantísimo, porque claro, me suelen escribir mails sobre temas importantísimos. Vaya, otra vez publicidad. Lo borro. Así mantengo el buzón limpio.
  • Busco cosas interesantes en Twitter. Las intento leer para ver si vale la pena retuitearlas. No me da tiempo. Twitter siempre se ha actualizado mucho más rápido que mi cerebro. ¿Cómo era esa canción? "Cuando tú vas, yo vengo de allí". En mi caso es al revés.
  • Juego al Candy Crush Saga. Nivel 165. No estoy tan enganchada como para cambiar de hora el móvil y obtener más vidas, pero sí como para que haya sustituido a la novela de rigor en el baño.
  • Chateo con amigos o cuñadas en Whatsapp. No tengo tiempo de quedar o de hablar con ellos por teléfono. Pero me puedo tirar varios minutos intentando aclarar una conversación circular en la que no nos acabamos de entender porque claro, no es lo mismo escribir que hablar. Les mando fotos de los niños. Veo y comento las de los suyos.
  • Miro y contesto a lo que escriben en Facebook conocidos a los que hace años que no veo y a los que probablemente esquive o no reconozca en la calle.
  • Participo en un grupo de madres en Facebook a los que solo conozco virtualmente. Nos reímos y desahogamos, nos damos ánimos. Hablamos muchas veces de las monerías de nuestros niños y de que son nuestra vida. Mientras están a mi lado sin que les haga mucho caso.
  • Intento fotografiar o grabar un vídeo de mis niños haciendo algo divertidísimo o memorable que solo veo a través de la pantalla, no directamente con mis ojos. Antes de conseguir una toma pasable y quitar de en medio el móvil, se han puesto a hacer otra cosa.
  • Busco artículos sesudos de expertos sobre cómo evitar que mis hijos se peleen o cómo no perder los nervios cuando arman alguna gorda. Mientras estoy distraida, empiezan a pelearse o sacan todos, absolutamente todos, los juguetes de su cuarto y los desparraman por el pasillo. Cuando levanto la vista del móvil, recién empapada de nuevas técnicas de relajación, monto en cólera y mis gritos se oyen hasta en la garita del portero.

Y quien dice hijos, dice también marido, que el pobre Eduardo también sufre de las conversaciones a medio atender, con un ojo en la pantalla mientras le contesto "Ajá. Mmmmmmmm. ¿Y cómo dices que te ha ido el día?". O mi madre, que quizás por ser de una generación menos digital, no entiende qué miramos mi hermano y yo con tanto interés en la pantallita cada vez que estamos de visita.

 

Cuando ya tenía parte del artículo escrito, me llegó este otro de Jennifer Hicks publicado hace unos días en el Huffington Post, 'Querida mamá con iPhone: lo estás haciendo bien'. Es un alegato precisamente a favor de madres en mi situación, ampliamente compartido en redes sociales. "No te voy a juzgar. No te conozco. No conozco tu historia. Pero sé que no es necesario que supervises cada salto, brinco, giro, pirueta, balanceo, mordisco, canción, baile, pestañeo o respiración para ser una buena madre. (...) Hay muchas cosas que ocurren en nuestra vida fuera de la crianza que no podemos descuidar". Y acaba con un "Haz lo que tengas que hacer, lo cual a veces implicará tomarte un tiempo para ti misma, aunque sólo sea para mirar Facebook mientras tu hijo corretea jugando por el parque".

Aunque entiendo su punto de vista, no me convence. Porque una cosa es buscar tu propio espacio, aficiones, desconectar, algo totalmente sano y recomendable. Y otra, transmitir a tus hijos la sensación de que, en el tiempo que pasan contigo, hay siempre algo más importante para tí, que tienen que competir con un pequeño aparato por tu atención. Y además, ¿qué ejemplo les estamos dando? ¿Con que autoridad moral les decimos luego que no jueguen tanto a la tableta, vean tanta tele, o, cuando sean adolescentes con su propio móvil, que lo dejen para charlar contigo?

Así que me propongo desintoxicarme del móvil, por lo menos durante el tiempo que esté con mi familia. Dejarlo en la encimera de la cocina cuando entre en casa, y no atenderlo más que si suena una llamada, o comprobar si hay algún whatsapp o mensaje de cierta urgencia cuando esté de paso, y nunca mientras esté con los niños. No bajarlo, o no sacarlo del bolso en el parque. Por supuesto, ni mirarlo en comidas o cenas. Este verano ya he practicado y he comprobado que no ha sido tan terrible. Fui capaz de dejarlo en casa para bajar a la playa (el miedo a que me lo robaran y el que se me acabaran los gigas para navegar contribuyeron bastante). Y los tres últimos días, he bajado con los niños a los columpios sin él. Y oye, ¡no me han dado temblores ni nada!

Por si necesitáis más argumentos, tenéis a lo largo de este artículo un par de vídeos que por lo menos mueven a la reflexión. Y en el siguiente artículo, Ángela Fúnez, especialista del Banco Interamericano de Desarrollo, os contará con argumentos científicos los efectos dañinos de la adicción al móvil de los padres en los niños.

 

Hay 13 Comentarios

A mi me parece importantísimo dejar el móvil cuando se está con los hijos, y ya no solo para prestarles más atención, sino para que no tengan la imagen de que su padre o madre están siempre con el móvil, es triste y siempre pueden sacarse 5 minutos de otra parte para hacerlo.

Toda la razón, los niños hacen lo que ven hacer a sus padres y a la larga, eso se nota. Os aconsejamos entretenerles con juegos y actividades divertidas más que con el móvil, como con nuestras animaciones, mirad:
http://animacionesadivertirse.es/animaciones-infantiles-madrid/

Muy buen artículo. me encanta tu blog, Hay mas razón en cada una de las palabras de la que nos podemos imaginar.

Sí...y no. Usar el móvil mientras conduces, obviamente no, pero cuando bajo al parque con los niños no juego todo el rato con ellos, estoy allí, hablo con otros padres y amigos, leo un libro o uso el móvil (para leer o conversar de otra manera). Os centráis demasiado en el cómo (con un móvil) y os olvidáis del qué. Es mala la lectura? Toda la vida me han dicho lo contrario, ah! Que usas un móvil/tableta? Qué mal, estas descuidando a tus hijos, pareja... Estaremos, también obvio, de acuerdo en que los excesos del uso del móvil (o de cualquier otra actividad) son malos.

Sí...y no. Usar el móvil mientras conduces, obviamente no, pero cuando bajo al parque con los niños no juego todo el rato con ellos, estoy allí, hablo con otros padres y amigos, leo un libro o uso el móvil (para leer o conversar de otra manera). Os centráis demasiado en el cómo (con un móvil) y os olvidáis del qué. Es mala la lectura? Toda la vida me han dicho lo contrario, ah! Que usas un móvil/tableta? Qué mal, estas descuidando a tus hijos, pareja... Estaremos, también obvio, de acuerdo en que los excesos del uso del móvil (o de cualquier otra actividad) son malos.

esto es como lo de "no vuelvo a beber" despues de una borrachera, cuando eres jovencito... Sabeis que al final volvereis a llevar el movil al parque...
Yo creo que el truco está en eliminar las notificaciones de las apps. Al principio lo miraras igual o mas que antes, pero poco a poco iras prestando menos atencion al movil y lo usaras realmente cuando no haya nada mejor que hacer, o lo necesites usar, claro.

En Oh my coach creó debate este artículo y hemos comentado al respecto :)

http://ohmycoach.es/hacia-donde-vamos/

Otro truco para desengancharse del juguetito infernal: silenciar los mensajes de grupos de Whatsapp, que suelen ser chorradas poco importante, y que solo avise para los individuales, que pueden ser más urgentes o importantes -al menos en mi caso-.

Muy buen artículo!! Hay mas razón en cada una de las palabras de la que nos podemos imaginar... Es increíble todo lo que nos podemos perder por culpa del móvil.... Gracias de nuevo! Un saludo!

Efectivamente, Cecilia, hay que dar ejemplo para luego poder tener al menos autoridad moral: si yo cuando estoy con los peques estoy más pendiente del móvil que de ellos, cómo les voy a pedir que me presten atención a mí?
Y eso igual vale para los adultos, qué es eso de quedar con alguien para estar más pendiente de la pantalla que sea que de la persona que te acompaña?
Recuerdo que en mi casa no se respondía el teléfono a la hora de comer.

Yo por suerte no he sido nunca una chica tecnologica, bien lo saben mis amigos que soy la ´´unica que no tiene facebook, ni twitter, y tard´´e much´´issimo a tener un smartphone. Aunque tengo que reconocer que cuando lo tuve se me abri´´oel mundo. Me lo regalaron cuando tuve a mi peque, por aquello de la comunicaci´´on con el papi, por si le pasa algo al niño...y el vicio fu´´e tan colosal que aprovechaba las interminables horas de lactancia para bajarme todaslas aplicaciones posibles, mirar la tele (cuando po´´ia hacerlo perfectamente con el aparato original...)...suerte que la fiebre ha bajado porque hay muchos momentos que llega a absorver mucho. Suerte que no he llegado a´´un a tu situaci´´on!!

pues yo tengo que decir que aunque ayer me sentí identificada con el artículo "su móvil no está vibrando" (elpais.com/elpais/2014/09/15/buenavida/1410799521_951286.html), cuando estoy con los niños procuro no estar demasiado pendiente de él, entre otras cosas porque no quiero que me vean enganchada a algo que se que no les conviene en exceso Y, por supuesto, a la mesa no lo llevo, igual que intento que ellos no lleven sus juguetes

Precisamente se publica estos días como los gurús de la tecnologia precisamente prohiben a sus retoños usar pantallitas ni interneses. Si ellos lo dicen, de sobra saben lo peligroso de estas nuevas armas que ellos inventan.

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