[En respuesta al artículo de Purificació Mascarell Hijos, al que ya han contestado con mucho acierto Bárbara Celis con Madres y Sergio del Molino con Padres]
Solo me falta que me parta un rayo. Dios (yo también soy atea, es solo una forma de hablar) me está castigando por las veces que miré con cara de desaprobación y de superioridad a una gorda tirar de un carrito de bebé con un gurruño de pelo a modo de moño, tres dedos de raíz y una vestimenta dictada a pachas entre un daltónico y un mono loco con una bomba atómica en las manos. Y me decía para mí: “Es tener hijos y mira cómo se abandonan”.