No vale todo, especialmente en periodo preelectoral. La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) dedica su artículo 69 a las encuestas publicadas en el período que va desde el día de la convocatoria al de la celebración de cualquier tipo de elección. Teniendo en cuenta que las ya inminentes elecciones municipales fueron convocadas en el BOE del pasado 29 de marzo y que el punto 7 del citado artículo prohíbe la publicación y difusión de sondeos electorales durante los cinco días anteriores al de la votación, el resultado es que en el mes y medio que media entre aquella fecha y el próximo 16 de mayo todos los sondeos que se divulguen y contengan estimaciones de voto quedan forzosamente sujetos a las siguientes exigencias:
— debe quedar inequívocamente clara tanto la identidad (denominación y domicilio) de quien hace el sondeo como de quien lo encarga;
— deben especificarse las características técnicas básicas del sondeo; y
— debe incluirse el texto íntegro de las cuestiones planteadas y el número de personas que no han contestado a cada una de ellas.
Se trata de requisitos más que razonables —cabría incluso decir que mínimos— al menos en comparación con la mucha más estricta supervisión oficial sobre las encuestas electorales en otros países de nuestro entorno, como por ejemplo Francia. Lo que la LOREG se conforma con garantizar es que no se publiquen sondeos de autoría ilocalizable o fantasmal, que se faciliten los datos técnicos mínimos para que —al menos los expertos— puedan calibrar la calidad de base del trabajo y que la formulación publicada de las preguntas sea idéntica a la utilizada en las entrevistas. La Junta Electoral Central es la encargada de supervisar el adecuado cumplimiento de estas condiciones.
¿Basta con esto para garantizar una misma fiabilidad a todas las encuestas electorales que se divulguen? Evidentemente, no. La Ley solo puede aspirar a fijar unos criterios mínimos de calidad, no a transmutar inmediatamente en idéntico oro de ley todo lo que logre cumplirlos. En realidad, el sondeo preelectoral es un ejercicio demoscópico que constituye un género en sí mismo y que es muy difícil de regular de forma taxativa hasta en sus más íntimos detalles.
El actual debate en el Senado francés en torno a una nueva, más extensa y más exigente, regulación de los sondeos electorales es buena prueba de ello. La encuesta electoral tiene, ciertamente, una gran parte de ciencia (pero de “ciencia blanda”, recuérdese: ese es en realidad el grado de cientificidad al que pueden aspirar las convencionalmente llamadas ciencias sociales), pero tiene también una parte importante de arte. O de oficio, si se prefiere. Por eso no puede producir sino estimaciones: es decir, interpretaciones aproximadas.
No cabe esperar más, teniendo en cuenta que el material con el que se trabaja es simplemente lo que acceden a decir las personas que aceptan contestar al ser contactadas. Pero con la aplicación a tan vaporosa (e incompleta) información de unos procedimientos metodológicos ya largamente probados (pero no por eso infalibles) y de una interpretación experta (pero no por ello a prueba de errores) lo cierto es que se puede hacer algo sorprendente: estimar con razonable fiabilidad el comportamiento electoral más probable, en un momento determinado (y más o menos perdurable) de la ciudadanía. Hacerlo mejor o peor depende de la experiencia, del oficio y, en ocasiones, de la buena fortuna (o, como solemos preferir decir para dar mayor sensación de control, del “olfato”) de cada cual.
Imagen: Grabado de William Hogarth. Polling at an Election. 1757
Hay 6 Comentarios
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Publicado por: Pinnacle Minds | 20/09/2017 11:58:50
Acertado grabado (William Hogarth. Polling at an Election. Soane´s Museum of London. 1957), del británico ilustrador, grabador y creador de los ciclos satirícos. Conciencia y crítica social, burla, de las costumbres y la política de sus contemporáneos.
Publicado por: mata | 26/04/2011 10:18:49
Pero ese método tuyo, "despierten", es igual que en las encuestas: depende de por qué calle vayas los resultados varían. Vente por Aragón, por ejemplo, y verás que tenemos PSOE para rato; la gente no está frustrada, ni amargada, ni crispada, ni le acaricia el lomo al chorizo, al corrupto, ni arma una revolución porque bajen los límites de velocidad una insignificancia, ni pide guillotina porque la ley del tabaco proteja la salud de los ciudadanos. Es que madrit es mucho madrit. Pero España, ¡ah, amigo! España es otra cosa. Lo que pasa es que la sierra es cada día más alta, sobre todo desde que existe la TDT, y os impide ver más allá de la meseta.
Publicado por: liberal | 26/04/2011 8:37:08
Luis, eso es lo único que puedes aportar.... un comentario estúpido -al igual que yo, estúpido de remate, por malgastar mi tiempo en contestarlo.
Publicado por: Increible | 25/04/2011 23:01:43
entonces que debemos sacar de conclusión? el Psoe no va a ser humillado en las urnas? no, para saber eso solo debo salir a la calle y ver a la gente y sus problemas.
Publicado por: despierten | 25/04/2011 23:00:36
Cuando lo hace el pais es bueno cuando lo hacen otros no es verdad.
Publicado por: Luis | 25/04/2011 22:32:58