Cambiar para que nada cambie. El PSOE no ha buscado la máxima de Lampedusa, pero esta podría resumir perfectamente el actual clima social con respecto al pasado mes de mayo. Si ahora se celebrasen unas elecciones generales el resultado no diferiría sustancialmente del estimado hace un mes: el PP las ganaría con una ventaja sobre el PSOE de 13.8 puntos (1.2 puntos más que en la estimación de hace un mes): 44.8% frente a 31.0%. Sin embargo, entre medias de los sondeos han acontecido dos hechos que, en alguna medida, han convulsionado el panorama político español y a los dos principales electorados (el popular y el socialista): por un lado, la celebración de los comicios municipales y autonómicos en España y, por otro lado, la presentación de Alfredo Pérez Rubalcaba a las primarias de su partido para ser el candidato en 2012.
La contundente victoria del PP sobre el PSOE en las pasadas elecciones municipales y autonómicas ha reforzado la autoridad de Mariano Rajoy al conseguir ganarse la confianza de una parte de su electorado que hasta este momento se mostraba crítico con su labor como líder de la oposición: entre sus votantes, un 68% aprueba su gestión (hace un mes era un 53%), un 64% considera que tiene un plan claro y sabe lo que quiere (seis puntos más que en mayo) y un 60% confía en él (frente a solo un 45% de hace un mes). El aplastante triunfo del PP parece haber logrado, además, insuflar mayor optimismo al electorado popular y desmoralizar y desmovilizar al socialista: la fidelidad de los primeros es del 90% frente a un 56% de los segundos (hace un mes estos porcentajes eran 88% y 58% respectivamente).
El paso al frente dado por Rubalcaba al presentarse a las primarias con el objetivo de ser el candidato socialista en 2012 puede haber contrarrestado la victoria de los populares al conseguir mantener movilizada a la base que todavía es fiel al partido, pero no ha logrado despertar a los votantes socialistas sumidos en el desencanto: dos de cada tres electores del PSOE (65%) evalúa positivamente que el ministro del Interior sea el candidato de su partido para los comicios del año próximo, una proporción idéntica (62%) cree que, en las circunstancias actuales, es el mejor candidato para el PSOE y a un 60% le inspira confianza. Uno de cada dos votantes socialistas (53%) piensa, además, que cuando Rubalcaba se sitúe al frente del partido no improvisará sino que tendrá un plan claro y sabrá lo que quiere hacer.
No obstante, el desánimo parece seguir instalado entre el electorado de este partido: la mayoría de los votantes socialistas (57%) cree que a pesar de que Rubalcaba sea el candidato el PSOE no podrá ganar las elecciones de 2012 y un 56% cree que ni ante una inminente victoria del PP los votantes del PSOE ahora desmovilizados acudirían a las urnas a votar a su partido (ni siquiera de mala gana).