Metroscopia

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“No creo en las encuestas”. Mal empezamos... Es tanto como decir “no creo en los termómetros”. Las encuestas, como los termómetros, no son una cuestión de fe, pertenecen al mundo más humilde y pragmático de la medición. Si están bien hechas, son una herramienta para medir, y así describir, los estados de opinión de una sociedad en un momento determinado. Los datos están ahí y son los mismos para todos. Otra cosa es cómo se analizan e interpretan...

Sobre los autores

Este Blog es obra colectiva del equipo técnico de Metroscopia. Los responsables de sus análisis y comentarios son , , Silvia Bravo, Susana Arbas, Mar Toharia, Marcos Sanz, Ignacio Urquizu, Antonio López Vega, Francisco Camas y Gumersindo Lafuente.

Metroscopia

Metroscopia combina la experiencia de su equipo profesional en estudios de la opinión de la sociedad española con una actitud de curiosidad permanente. Referente en sondeos políticos y estimaciones electorales, aborda investigaciones sobre todos los ámbitos de la vida social. Este blog aporta algunos de los datos públicos de estudios de Metroscopia, así como reflexiones sobre opinión pública en general.

Libros

Pulso Social de España 2 (enero 2011-mayo 2012)

Pulso Social de España 2 (enero 2011-mayo 2012)

Toda realidad ignorada prepara su venganza», advierte Ortega en uno de los párrafos finales del «Epílogo para ingleses» de su Rebelión de la masas. Y no hay realidad que, en democracia y sobre todo en tiempos de crisis, resulte más arriesgado ignorar que la opinión pública. El objetivo de esta serie de estudios es poner a disposición general datos de opinión solventes, relevantes y acerca de una amplia variedad de temas. Porque cuanto mejor conozcamos nuestro estado de ánimo colectivo menor será el riesgo de tener que afrontar las consecuencias de haberlo ignorado.

Pulso de España 2010

Pulso de España 2010

Intentando ser fiel a uno de los lemas orteguianos («vivir de claridades y lo más despierto posible»), el Departamento de Estudios de Opinión Pública de la Fundación Ortega-Marañón (FOM), con la colaboración de Metroscopia, y gracias al patrocinio de Telefónica, ha elaborado el presente "Pulso de España 2010", que aspira a ser el primero de una serie de informes periódicos sobre la realidad social española desde un planteamiento sosegado, independiente y plural.

Cambiar para que nada cambie

Por: | 08 de junio de 2011

CongresoCambiar para que nada cambie. El PSOE no ha buscado la máxima de Lampedusa, pero esta podría resumir perfectamente el actual clima social con respecto al pasado mes de mayo. Si ahora se celebrasen unas elecciones generales el resultado no diferiría sustancialmente del estimado hace un mes: el PP las ganaría con una ventaja sobre el PSOE de 13.8 puntos (1.2 puntos más que en la estimación de hace un mes): 44.8% frente a 31.0%. Sin embargo, entre medias de los sondeos han acontecido dos hechos que, en alguna medida, han convulsionado el panorama político español y a los dos principales electorados (el popular y el socialista): por un lado, la celebración de los comicios municipales y autonómicos en España y, por otro lado, la presentación de Alfredo Pérez Rubalcaba a las primarias de su partido para ser el candidato en 2012.

La contundente victoria del PP sobre el PSOE en las pasadas elecciones municipales y autonómicas ha reforzado la autoridad de Mariano Rajoy al conseguir ganarse la confianza de una parte de su electorado que hasta este momento se mostraba crítico con su labor como líder de la oposición: entre sus votantes, un 68% aprueba su gestión (hace un mes era un 53%), un 64% considera que tiene un plan claro y sabe lo que quiere (seis puntos más que en mayo) y un 60% confía en él (frente a solo un 45% de hace un mes). El aplastante triunfo del PP parece haber logrado, además, insuflar mayor optimismo al electorado popular y desmoralizar y desmovilizar al socialista: la fidelidad de los primeros es del 90% frente a un 56% de los segundos (hace un mes estos porcentajes eran 88% y 58% respectivamente).

El paso al frente dado por Rubalcaba al presentarse a las primarias con el objetivo de ser el candidato socialista en 2012 puede haber contrarrestado la victoria de los populares al conseguir mantener movilizada a la base que todavía es fiel al partido, pero no ha logrado despertar a los votantes socialistas sumidos en el desencanto: dos de cada tres electores del PSOE (65%) evalúa positivamente que el ministro del Interior sea el candidato de su partido para los comicios del año próximo, una proporción idéntica (62%) cree que, en las circunstancias actuales, es el mejor candidato para el PSOE y a un 60% le inspira confianza. Uno de cada dos votantes socialistas (53%) piensa, además, que cuando Rubalcaba se sitúe al frente del partido no improvisará sino que tendrá un plan claro y sabrá lo que quiere hacer.

No obstante, el desánimo parece seguir instalado entre el electorado de este partido: la mayoría de los votantes socialistas (57%) cree que a pesar de que Rubalcaba sea el candidato el PSOE no podrá ganar las elecciones de 2012 y un 56% cree que ni ante una inminente victoria del PP los votantes del PSOE ahora desmovilizados acudirían a las urnas a votar a su partido (ni siquiera de mala gana).

Tarjeta amarilla, casi roja

Por: | 06 de junio de 2011

Indignados_Movimiento_15-MDos de cada tres españoles (66%) simpatizan con lo que se conoce como Movimiento 15-M, del que un 74% subraya su carácter pacífico. ¿Cómo no van a simpatizar si el 81% piensa que quienes lo promueven tienen razón, en líneas generales, en las cosas por las que protestan y el 84% considera que lo que estos "indignados" plantean son cuestiones que afectan al conjunto de la sociedad y no solo a unos pocos? Dos de los planteamientos centrales del Movimiento 15-M encuentran un respaldo prácticamente unánime entre nuestra ciudadanía. Un 83% cree que desde que empezó la crisis quien realmente manda en el mundo (y por ende en España) no son ya los Gobiernos sino lo que genéricamente se designa como "los mercados". ¿Puede extrañar entonces que se sumen a la reclamación de una "democracia real", es decir, de aquella prometida -y tan rápidamente olvidada- refundación del capitalismo que iba a restituir al cuerpo político esa soberanía ahora aparentemente secuestrada por un variopinto cúmulo de agencias e instituciones financieras?

En segundo lugar, el 90% cuestiona fuertemente el modo en que están organizados y funcionan nuestros partidos políticos y reclaman su reforma en profundidad para que presten más y mejor atención a lo que piensa el ciudadano medio. Ahora, la triste impresión dominante en nuestra sociedad -e incluso tanto entre votantes del PSOE como del PP- es que uno y otro partido solo representan sus propios intereses como organizaciones: únicamente un 19% piensa, en cambio, que representan realmente los intereses de la mayoría de los ciudadanos. La ciudadanía coincide así con los "indignados" en mostrar a la clase política una contundente tarjeta amarilla que si no ha pasado ya a ser roja es probablemente por la inequívoca identificación de los españoles con su sistema democrático, a pesar de la imagen esclerótica y distante que este ahora les presenta. Pero el aviso está dado.

*Publicado en la versión impresa de El País el 5 de junio de 2011.

No es natural

Por: | 03 de junio de 2011

SequiaYa hace tiempo que lo sabemos. En el siglo XIX el hombre empezó a utilizar masivamente combustibles fósiles y a darse cuenta que ello podía tener consecuencias inesperadas. A principios de aquel siglo, el francés Joseph Fourier descubrió el efecto invernadero y, a finales, Svante Arrhenius observó que el CO2 que desprendían esos combustibles acabaría calentando el clima. El científico sueco previó que el efecto reduciría la capa de hielo y nieve sobre la superficie de la Tierra. Una idea, todo hay que decirlo, que no le desagradó del todo ya que, pensó, podría aliviar la condición glacial de su país.

Casi un siglo después, los científicos de todo el mundo confirmaban sus predicciones: la temperatura media del planeta aumentaba y los glaciares retrocedían, pero la calidad de vida de millones de persones se deterioraba por el fenómeno. También surgieron algunos escépticos y algunas teorías de la conspiración.

Hoy, el consenso ampliamente mayoritario de los científicos parece haberse extendido a la opinión pública mundial: para la mitad de la población del planeta (49%), el cambio climático está causado por el ser humano. Uno de cada tres (36%) desconoce que se esté produciendo el fenómeno y solo un 14% cree que se deba únicamente a causas naturales. También en nuestro país, una dilatada mayoría (71%) opina que el ser humano está involucrado en las causas del cambio climático. Solo un 13% cree que se trata de un fenómeno natural y el 15% no tiene conocimiento de que se esté produciendo.

Quizás por vivir en uno de los países europeos más vulnerables al cambio climático, la población española es una de las más sensibilizadas respecto al tema en la Unión Europea. Un 70% manifiesta su preocupación, muy por encima del 50% de media del conjunto de la UE. Sin embargo, la alta y progresiva concienciación de la opinión pública española contrasta, por el momento, con la baja disposición a actuar en consecuencia, principalmente cuando supone modificar a algunos de sus hábitos cotidianos.

En fin, una encuesta mundial para confirmar que la mayor parte del planeta ya sabe lo que los científicos apuntaban hace más de cien años: que quemar petróleo y carbón calienta las casas y recalienta el planeta. Quienes más claro lo tienen son los japoneses: el 87% de ellos señala al ser humano como responsable del calentamiento global. En el otro extremo, Haití: el 78% desconoce que se esté produciendo el fenómeno y solo el 3% de su población lo relaciona con causas humanas. Dos países en dos extremos del mundo, dos países con su medio ambiente en crisis. Dos razones más por las que reflexionar este domingo, día mundial del medio ambiente.

Como poner puertas al campo

Por: | 01 de junio de 2011

A las cero horas de hoy comenzó la llamada jornada de reflexión, según establece nuestra actual legislación. No somos, por supuesto, el único país de nuestro entorno que impone a la ciudadanía un día de silencio político previo a cada proceso electoral. En esto tendemos a copiarnos unos a otros, pero más bien porque sí, por eso que se conoce como "efecto rebaño". Porque lo cierto es que no hay realmente motivo razonable alguno que en una democracia consolidada justifique la necesidad de esta jornada. Como tampoco lo hay para la absurda prohibición de difundir (pero no de hacer) sondeos electorales en los días inmediatamente previos al de la votación -cinco, en el caso de España-. En Estados Unidos, por ejemplo, no existe ni esa jornada ni esa prohibición y nada permite pensar que por ello su sistema democrático (el más antiguo y estable, por cierto, del mundo) corra permanentemente riesgos que a nosotros, en cambio, con tales medidas nos son evitados.

Este tipo de normas restrictivas no se basan en la realidad, sino en la desconfianza y en el recelo: desconfianza y recelo hacia el ciudadano, entiéndase. Lo que desde una perspectiva anacrónicamente paternalista se intenta es proteger, en lo posible, la supuesta ingenuidad, credulidad y fácil predisposición a ser manipulados de los electores. Tras los 15 -eternos, y en sustancia inútiles- días de la campaña electoral, el legislador veta todo lo político en el discurso público y para ello prohíbe mítines y sondeos de opinión. Como si con ello solo bastara. Al ciudadano medio español le importa muy poco la política cotidiana, la política con minúsculas, para entendernos (aunque sí le importa, y mucho, la política con mayúsculas, como cabe deducir de su intensa e invariada identificación con el sistema democrático). A propuestas y promesas electorales suele, por el contrario, y sensatamente, hacer "oídos de mercader", por decirlo a lo Tierno Galván. No pasa de considerarlas una especie de tarjeta de visita que ayuda a conocer mejor a quien aspira a conseguir su voto. Por eso presta una atención distraída a las campañas. Y por eso mismo el legalmente prescrito apagón político de hoy le resulta en el fondo indiferente, pues no se extiende -no puede hacerlo- a su entorno vital cotidiano: a lo que piensa, a lo que lee, a lo que oye, a lo que dice o le dicen... Es decir, al cúmulo de opiniones, informaciones y estímulos cruzados que componen su paisaje cotidiano y sobre el que (y en ocasiones contra el que) modula y define su propio posicionamiento. Hoy, víspera electoral, sigue habiendo periódicos, libros, charlas de café, películas, informativos, conflictos bélicos, escándalos, atentados, accidentes o catástrofes naturales: factores, todos, susceptibles de influir mucho más en el ánimo ciudadano que los mítines de campaña o los sondeos de opinión. Y es que, sencillamente, no se puede pretender parar la vida porque vayan a celebrarse elecciones. ¿Día de reflexión? Como ponerle puertas al campo.

*Artículo publicado en la versión impresa de El País el 21 de mayo de 2011.

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