En quién confiamos los españoles? ¿Por qué es importante saberlo? ¿Qué nos dice sobre una sociedad el orden en que resultan clasificados los principales grupos e instituciones sociales según el grado de confianza ciudadana que inspiran? La serie de cuatro entregas que hoy iniciamos analizará con detalle los resultados de la primera oleada del Barómetro de Confianza Ciudadana elaborado por Metroscopia en exclusiva para EL PAÍS.
La confianza institucional forma parte de lo que, desde la ya clásica obra de Robert David Putnam, se conoce como "capital social". Desde hace más de medio siglo, sociólogos y politólogos consideran que constituye un elemento esencial para la plena consolidación de una cultura democrática: no es, en efecto, irrelevante para el funcionamiento de una sociedad que los principales grupos e instituciones sociales que la vertebran inspiren a la ciudadanía un mayor o menor grado de confianza (y, por tanto, de credibilidad y respetabilidad).
La experiencia acumulada en este tipo de estudios en sociedades democráticas (las únicas, por otro lado, en que tiene realmente sentido llevarlos a cabo) proporciona tres grandes conclusiones que recordar de entrada. En primer lugar, las instituciones que son percibidas como altruistas, es decir, como protectoras o promotoras del bien común, tienden en conjunto a merecer una mejor evaluación ciudadana que aquellas otras identificadas con intereses sectoriales, por legítimos y aun elevados que puedan ser. En segundo lugar, la confianza suele guardar una relación estrecha con el grado de eficiencia percibido en el desempeño de las funciones o tareas de los distintos grupos o instituciones. Y en tercer lugar, sabemos que el nivel global de confianza institucional no es invariable, sino que puede fluctuar según los momentos y circunstancias: suele guardar una relación estrecha, por ejemplo, con el estado de ánimo general predominante en la sociedad en determinadas circunstancias. Cuando el tono vital de la sociedad es alto, tiende a mejorar la confianza en las instituciones. En todas las instituciones. En cambio, cuando el estado de ánimo colectivo se ensombrece, como por ejemplo es el caso ahora, tiende a rebajarse la confianza institucional.