Por primera vez en nuestra democracia, el jefe de gobierno entrante tiene más edad que el saliente. Por primera vez en nuestra democracia, el nuevo jefe de gobierno no es un rookie (por decirlo en terminología de la NBA, que queda más fino: un perfecto novato, vamos), sino que ha estado ya antes en el gobierno de la nación durante ocho años, desempeñando cuatro carteras ministeriales y una vicepresidencia. Por primera vez en nuestra democracia, el nuevo gobierno cuenta con un nutrido grupo de exministros. En suma, por primera vez en nuestra democracia, el cambio de partido gobernante se salda con la llegada al gobierno de personas ya experimentadas y a las que, por tanto, cabe suponer vacunadas contra la usual tentación de creer que con su llegada se abre una nueva e inédita era en eso de gobernar.
Esto no garantiza, obviamente, por sí solo, el éxito en la gestión futura, pero al menos sí hace mucho más improbable el reflejo adánico, tan frecuente en el gobernante novicio, de pensar que nadie nunca antes ha ideado, hecho o logrado lo que a él se le ocurre y se propone hacer y lograr. Cuando se han pasado ya años controlando el B.O.E se tiene claro que eso, por sí solo, no implica, necesaria y automáticamente, controlar la realidad.
Todo esto constituyen buenas y saludables señales no solo para el gobierno que ahora coge el timón sino —lo que quizá es aún más importante— para nuestro propio sistema democrático, malacostumbrado al asombroso despilfarro que ha supuesto tirar irremisiblemente por la borda, sin posibilidad de retorno, a toda una generación de políticos cada vez que ha cambiado el partido gobernante.
La idea del político de un solo uso (“usar y tirar”) parece así estar dando paso, ¡por fin!, a la idea del político multiuso. Es decir a la idea de que el político puede ir y volver, perder y ganar, y que es tan natural una cosa como la otra. Esta es, por cierto, la idea que predomina en las democracias más consolidadas, donde los partidos políticos mantienen en sus banquillos, con similar disponibilidad para entrar en juego llegado el caso, a veteranos, noveles y promesas, sin condenar como un irrecuperable apestado a quien pierde una elección.
Si así ha logrado entenderlo —no sin enormes tensiones internas, ciertamente— el PP, cabe esperar, por el bien del sistema mismo, que así sepa entenderlo también en esta hora el PSOE. En política no hay empates: se gana o se pierde, y por eso la derrota debe tomarse con la misma naturalidad que la victoria, apostando por la paciencia y la perseverancia y no por el harakiri colectivo presentado tantas veces como “renovación a fondo” o “empezar de cero”. Porque el que una vez (¡y aun dos veces!) perdió puede acabar ganando, y de forma estrepitosa, si logra evitar que su casa se ponga patas arriba. Véase si no.
Hay 9 Comentarios
¿Es esto divulgación de encuestas? Por interesante que pueda resultar el comentario no es lo que uno viene a leer aquí.
Publicado por: Nubelibre | 31/12/2011 8:19:10
Para nada de acuerdo con este articulo. Para mi está bastante claro que cuando estamos acostumbrados a ver las cosas de determinada manera, tenemos la creencia que así funciona bien. Solo es necesario que venga alguien nuevo y te diga: "y porque esto no se hace mejor así que asa?" (sea dentro de una empresa o de donde) sea) para abrirte los ojos y mejorar las cosas.
Y eso sin entrar a hablar de política y de democracia. Porque lo que se dice en este articulo es casi literalmente: dejen el gobierno a los expertos tecnocratas que son los que saben (lo que viene a decir: no a la democracia). Me recuerda a schumpeter.
Publicado por: Ignacio | 30/12/2011 14:53:56
O sea, justo hay que hacer lo que dijo ayer Rubalcaba que no había que hacer: "Estos son mis principios, pero si quiere tengo otros". ¿Es eso adaptarse a las circunstancias? Genial. ¿Y qué significa "dar una imagen de seriedad al mundo"? ¿Más recortes, más neoliberalismo, más hacer caso a esa nebulosa llamada mercados y hacer menos caso a las personas que se manifiestan en la calle? ¿Eso es lo que necesita el PSOE? Madre mía... Parece que no ha aprendido nada. Y eso sí es grave. A este paso va a acabar siendo totalmente irrelevante.
Rubalcaba es un político acabado, que debería saberse acabado, y con un lastre gigante: fue vicepresidente del anterior Gobierno socialista. "No future".
"Multiuso", tal y como es usado aquí, va en contra de los principios del PSOE, que se fundamentan básicamente en el cambio social y el igualitarismo
¿O no era así? Desde luego ahora no lo es.
Publicado por: Q_i_ | 30/12/2011 9:28:31
Publicado por: angels | 29/12/2011 9:39:39
Tan cierto como que el PSOE perdió porque no supo adaptarse a las circunstancias (adaptarse no es perder la identidad sino adaptarla) es que el PP ganó porque sí supo hacerlo. De quien gana en democracia siempre hay algo que aprender y no por ello perder la propia identidad.
Publicado por: pepe111 | 29/12/2011 19:13:33
Multiuso, experto en muchas cosas, me parece una variante del "experto en nada", tipo la botella, una idiota en entidad que es alcaldesa de madrid. Flipa lorito.
Todos los secretos para seducir mujeres clickando sobre mi nombre.
Publicado por: Aprende a seducir | 29/12/2011 12:56:16
pepe111- ¡No digas eso! De los peores no se aprende nada ...¿Que quiere que aprenda? De la Gurtell- De su manera de congelar 641 e. x todo un mes de trabajo ....¡Oh!
Publicado por: angels | 29/12/2011 9:39:39
El país necesita un gobierno estable, que transmita estabilidad a la economía y seguridad a las instituciones que han de regir la vida pública.
Independiente de la edad, lo que hace falta es estabilidad y pulso firme, para el ejemplo influya en la ciudadanía y nadie crea que cada cual pueda hacer lo que le venga en gana.
Unos mínimos que no necesitan de edad.
Solo de buen pulso y buenas maneras. Independiente de quién sea la persona.
Publicado por: Aurelio | 29/12/2011 9:35:16
¿Qué tiene esto que ver con la metroscopia? Ah, espera... esto es El País, claro... Más pro-Rubalcaba imposible.
No estoy nada de acuerdo con esta entrada, desde luego. Que llegue gente nueva a una democracia es un signo de renovación muy saludable, de no resignación de los electores ante las mismas caras, las mismas políticas y la creencia de que no se puede cambiar la sociedad en la que vivimos, desde luego siempre mejorable.
Y si hablamos de PP-PSOE, no creo que el PSOE tenga nada que aprender del PP. O la menos no debería.
Publicado por: Q_i_ | 28/12/2011 8:54:29
Sensata opinión, aunque no vaya acompañada de encuesta, y a tiempo para que el PSOE aprenda del adversario, que buena falta le hace.
Publicado por: pepe111 | 28/12/2011 8:29:00