Hace apenas un año que los catalanes decidieron en las urnas la composición y distribución del actual Parlament, pero en estos momentos —cuando ha transcurrido tan breve espacio de tiempo— dos de cada tres ciudadanos (66 %) considera mala la actual situación política en Cataluña. Todos los partidos con representación parlamentaria obtienen un saldo negativo a su gestión —esto es, son más los ciudadanos que la desaprueban que quienes la aprueban—, aunque unos son más reprobados que otros.
De hecho, si se establece una clasificación, los primeros puestos son ocupados por los partidos que apoyan la realización de una consulta y los últimos por quienes la rechazan (o mantienen una actitud ambigua como es el caso del PSC-PSOE). Esquerra Republicana es el partido que merece el mayor porcentaje de aprobados: 46 %, que se duplica entre sus propios votantes (90 %). La gestión de ERC es aprobada por la mayoría de votantes de CiU y de la CUP (y por la mitad de los votantes de ICV). El PP es, por el contrario, el partido con mayor porcentaje de desaprobaciones (85 %), algunas más que las que consigue el PSC (77 %). No obstante, hay una importante diferencia entre ambos partidos: mientras que el PP logra la aprobación de la mayoría de sus votantes (58 %), los socialistas son los únicos que obtienen la desaprobación mayoritaria de todos los electorados, incluido el suyo propio (50 % frente a un 47 %). En el caso del PP llama la atención que entre sus votantes sean más numerosos los que aprueban la labor opositora de Ciutadans (64 %) que la de su propio partido. Esto explicaría en parte el trasvase de electores que parece estarse produciendo desde el PP a Ciutadans. El porcentaje de catalanes que aprueba la labor de Ciutadans (27 %) es superior al de quienes aprueban a populares (12 %) y a socialistas (19 %).
La evaluación ciudadana de los principales líderes catalanes sigue una pauta similar a la evaluación de los partidos. El mejor evaluado es el líder de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, que obtiene un saldo positivo de 4 puntos entre el conjunto de la ciudadanía (un 49 % aprueba su labor frente a un 45 % que la desaprueba). Entre sus votantes el saldo se dispara hasta los 79 puntos y logra saldos positivos sustanciales entre los votantes de CiU (46 puntos) y la CUP (30 puntos). Le sigue, en esta clasificación, el líder de ICV, Joan Herrera, que divide las opiniones de los catalanes: un 47 % aprueba su trabajo y un 46 % lo desaprueba. Entre sus votantes y entre los de ERC obtiene una mayoritaria aprobación (con un saldo de 46 puntos en ambos casos). También, aunque más moderada (saldo positivo de 15 puntos), entre los votantes de CiU. Como ocurre con los partidos a los que representan, el socialista Pere Navarro y la popular Alicia Sánchez-Camacho son los peor evaluados por el conjunto de sus conciudadanos. Pero, también como en el caso de sus partidos, mientras que Sánchez–Camacho logra la aprobación mayoritaria de sus votantes (59 % frente a un 40), Navarro es desaprobado por todos los electorados incluido el suyo propio (54 % frente a un 41 %). Albert Rivera, líder de Ciutadans, obtiene un mejor saldo que los líderes de PSC y PP, tanto entre el conjunto de los catalanes (-37 puntos: le aprueba un 29 % y le desaprueba un 66 %) como entre sus propios votantes (+ 68 puntos: le aprueba un 83 % y le desaprueba un 15 %). El electorado popular tiene una mejor imagen de Rivera —le aprueba un 77 %—que de Sánchez-Camacho (59 %).
Un 59 % de los catalanes desaprueba al actual presidente de la Generalitat, Artur Mas, (frente a un 38 % que le aprueba). No obstante, los votantes de Convergencia i Unió le aprueban mayoritariamente, en la misma medida en que aprueban también al líder de Esquerra, Oriol Junqueras (71 % en ambos casos). El líder de Unió, Josep Antoni Durán i Lleida, tiene una imagen similar a la de Mas entre el conjunto de los catalanes —le desaprueba un 61 % y le aprueba un 34 %)— pero entre los votantes de su coalición las opiniones se dividen: un 48 % aprueba su labor y un 48 % la desaprueba. Uno de cada dos catalanes cree probable que la CiU pueda acabar separándose debido a las distintas posiciones de las formaciones que la integran en torno a la cuestión soberanista. Entre el electorado de la propia coalición, son tantos (46 %) los que consideran probable la fractura como los que la ven improbable (47%). En todo caso, si finalmente se produjera la ruptura, son siete veces más los votantes actuales de CiU que optarían electoralmente por Convergencia Democrática que los que lo harían por Unió Democrática (70 % frente a 13 %).
En Twitter @JPFerrandiz
Foto de c.fuentes adaptada
Hay 3 Comentarios
Creo que lo que convence aquí es el discurso. Unos sueñan con algo, otros se ajustan a la legalidad. Lo comentaba en Salvados Pérez-Reverte. Lo leí aquí
http://jpmarfil.blogspot.com.es/2013/09/por-que-funciona-el-discurso.html
Publicado por: Andrés | 05/11/2013 18:24:42
Los propios catalanes denuncian lo que pasa en Cataluña, aunque algunos lo quieran silenciar: http://xurl.es/dabzr
Publicado por: Cataluña is Spain | 05/11/2013 17:51:03
Por tanto, si los ciudadanos, en general, no confían en los actuales líderes políticos, parece lógico deducir que el actual movimiento independentista no ha sido orquestado por esos líderes, sino que va de abajo a arriba y tiene una amplia base social, y que esos líderes, a lo sumo, intentan posicionarse de acuerdo con los actuales intereses de sus electores. Por el contrario, en España se prefiere creer que son los líderes políticos catalanes los que han promovido la escalada soberanista, y si se hierra en el análisis lo más lógico es que se hierre también en las posibles soluciones (si es que se desean).
Publicado por: Guillem Sa | 05/11/2013 14:08:10