Autor: Antonio López Vega
Se cumplen 33 años del golpe de Estado del coronel Tejero. Entonces, una parte significativa de las Fuerzas Armadas puso en jaque el sistema democrático que los españoles se habían dado en 1978 y que, tras tres años de ruido de sables, finalmente se veía al borde del precipicio. En aquella coyuntura, se convirtieron en salvaguarda de las instituciones el Jefe del Estado y la clase política, cuyo talante se vio reflejado en las actitudes, sí, del presidente y vicepresidente del Gobierno y, también, en la del líder del Partido Comunista. Mientras Gutiérrez Mellado forcejeaba con el guardia civil, Suárez y Carrillo permanecieron impertérritos en sus asientos del Hemiciclo.
Después del período de mayor democratización y modernización de la historia de España, la Constitución da síntomas de agotamiento y parece que asistiremos más pronto que tarde a su reforma. La crisis económica y el replanteamiento del encaje de Cataluña en el Estado, qué duda cabe, aumentan la incertidumbre. En todo caso, conviene subrayar que la situación no es ni mucho menos análoga, en su gravedad, a la de 1981. España ha demostrado ser un país con enormes posibilidades, cuyo sistema ha resistido con fortaleza los desafíos planteados, por ejemplo, por el brutal terrorismo de ETA o la corrupción instalada no solo en la estructura de los partidos políticos, sino también en la de buena parte de nuestras instituciones.
Ante este panorama, los sondeos de opinión de Metroscopia vienen mostrando desde hace tiempo una creciente desconfianza de los ciudadanos en la clase política . Y aquí es donde estriba la gran diferencia respecto a lo acontecido durante la Transición. Entonces, los representantes políticos demostraron altura de miras, renunciando a algunos de sus principios fundamentales para hacer posible pactos de Estado en las cuestiones esenciales y, así, dar vida a la España de todos —con costes de todo tipo, incluidos los electorales, como bien pudieron comprobar en sus carnes los propios Adolfo Suárez y Santiago Carrillo—. Hoy, los datos nos muestran que españoles y clase política se dan la espalda. Si los primeros soportan con admirable serenidad una prolongada y durísima crisis económica, que ha reducido de manera sustantiva sus expectativas ante la vida, la segunda no parece —al menos así lo perciben la inmensa mayoría de los españoles— estar a la altura, en absoluto, de las circunstancias. Lo que está por ver es cómo se reflejan esas desafección y censura ciudadanas en las próximas convocatorias electorales y qué consecuencias tienen para el sistema.
Ficha técnica: sondeo realizado por METROSCOPIA a una muestra de 600 personas mayores de 18 años estadísticamente representativa del conjunto de la población nacional. Margen de error para datos referidos al conjunto de la muestra: + 2.9 puntos. Recogida de datos: entre los días 19 y 20 de febrero.
Antonio López Vega es historiador y consultor de Metroscopia en análisis histórico-políticos.
Hay 5 Comentarios
Cuando sonaron aquellas palabras: Al suelo todo el mundo.
El reloj y el calendario, nos dejaron claro que aquello era un bostezo, un espejismo a deshoras.
Un retortijón de barriga en una siesta de verano.
Porque aquí en España, el aire que respirábamos ya era otro muy distinto al de otros tiempos.
Y nuestro entorno, en Europa y en el mundo, la gente, el trabajo, la economía, la prensa, el cine, la radio, los medios en general.
Otro universo.
Al suelo todo el mundo, era un patinazo a destiempo, una imprudencia, un chiste malo.
Que nada más dicho, como en los estornudos, se tenía que pedir perdón y hacer mutis, como si nada.
Por educación y buenos modos.
Ante la gente que mira con sorpresa, sin entender a que viene semejante eructo.
A estas alturas.
Publicado por: Arturo | 03/03/2014 10:46:34
"Lo que está por ver es cómo se reflejan esas desafección y censura ciudadanas en las próximas convocatorias electorales"... Yo te lo digo, Metroscopia, sin hacer una sola encuesta: se le han acabado los chanchullos y el oscurantismo al bipartidismo, van a subir mucho todos los demás. Alguno seguirá "ganando", ya que cuando van perdiendo "surgen" partidos de la nada para dividir a los que a ellos se enfrentan, pero van a tener que pactar. Y ahí veremos la veracidad de las propuestas de los demás. Crecerá el voto en blanco y nulo. La abstención, más o menos igual... puede que algo menos. Sigo pensando que, pese a ser mentira, la "operación Palace" tiene mucha verdad en sus entrañas.
Publicado por: Piensa | 01/03/2014 12:07:16
Buf, en este país hay tantas cosas ocultas que nunca desvelarán. Si no que le pregunten al Real Madrid que nos lo han vendido siempre como un gran equipo y el equipo de España y fue creado artificialmente a base de trampas y favores por puro interés político. Es el mejor ejemplo de lo que es España, un país donde los chanchullos y las trampas son el deporte nacional http://xurl.es/vebod
Publicado por: Isabel | 28/02/2014 12:10:07
Lo curioso es que haya que esconder datos aun... me parece increible
http://www.buscatablon.es
Publicado por: tablones | 28/02/2014 9:56:22
Vaya... 33 años después, ¿aún no se atreven a hacer preguntas más interesantes y pertinentes sobre el 23-F?
Publicado por: Win2 | 28/02/2014 9:29:41