Pese a su juventud, la vida para Ylva* no debía resultar fácil, además de padecer una deformidad bucal que le dificultaba la masticación y afeaba la apariencia de su rostro, estaba desnutrida y afectada por colitis crónica. No parece probable que embarcar en Estocolmo el 10 de agosto de 1628 en el primer viaje del galeón Vasa, el recién construido navío de guerra sueco, fuese lo más recomendable que podía hacer en su estado, y quizás fuese una de las pasajeras que esperase desembarcar en la primera parada del barco, la fortaleza de Vaxholm, antes de llegar a Älvsnabben su puerto final de destino y base de verano de la armada sueca en el archipiélago de Estocolmo. Pero lo que Ylva no podía esperar es que esa misma tarde el Vasa naufragase en Strömmen cerca ya del mar Báltico al poco de iniciar su primera travesía.
Peinetas para despiojar y frasco de medicamentos. Encontrados en una de las cubiertas del Vasa. Foto MV.