Los antibióticos nos salvan de muchas infecciones que antes eran graves y con frecuencia mortales, pero no saben distinguir entre los patógenos que nos infectan y las bacterias que el intestino debe albergar para funcionar correctamente. Es por eso que a veces provocan efectos secundarios no deseados, de los que los desarreglos intestinales son lo más leve. Pero un antibiótico administrado a destiempo puede dejar huellas desagradables y que perduran en el tiempo, como una mayor propensión a desarrollar asma.
¿Es saludable un cierto grado de porquería? Eso es lo que proponen los defensores de la teoría de la higiene, que el organismo del niño necesita estar en contacto con un cierto grado de suciedad para desarrollar una inmunidad adecuada sin que se produzcan alergias. En este sentido el personaje de Pig Pen acabaría por ser el menos afectado por las alergias de toda la pandilla de Carlitos y Snoopy.