Microbichitos

Microbichitos

Los microbios no los vemos, pero sus efectos, para bien o para mal nos afectan a diario. Más numerosos que todos los demás seres vivos, algunos más antiguos que todos ellos, probablemente seguirán dominando la Tierra mucho después de que los humanos desaparezcan.

Sobre el autor

>Miguel Vicente

Miguel Vicente, Profesor de Investigación del CSIC publicó su primera colaboración en EL PAÍS en 1983. Dirige un laboratorio en el Centro Nacional de Biotecnología, y cree que relatar al público con sencillez los resultados de la investigación es su deber. Puede que algún día se jubile, pero científico lo será hasta que se muera, mientras tanto sigue trabajando y en algunos ratos libres divulgando la Microbiología.

MICROBICHITOS NO ES un consultorio de salud. No podemos responder a consultas de carácter médico-sanitario que expongan casos personales. MICROBICHITOS desaconseja la automedicación, los comentarios que animen a ella serán eliminados. Para buscar alivio a las dolencias debe acudirse al médico.

Último libro

Ni contigo ni sin tí, guía para entender los microbio

Ni contigo ni sin tí, guía para entender los microbios

Los microbios no son tan llamativos como los tigres, las ballenas o los árboles de la selva, y no suelen aparecer casi nunca como héroes de películas, cuentos o cómics. Y, sin embargo, son los seres vivos más abundantes de nuestro planeta. Este libro ofrece una guía para entender cómo viven y cómo nos afectan los microbios, desde lo que comemos hasta las enfermedades que sufrimos. Una visión asequible, pero también rigurosa, amena y actualizada.

Aprender a leer el genoma: Fred Sanger

Por: | 30 de noviembre de 2013

Fred Sanger falleció a los 95 años el pasado martes 19 de noviembre. Sus obituarios destacan que obtuvo dos premios Nobel. Prefiero decir que es sin duda una de las personas que más ha hecho por la salud y el bienestar de la humanidad. Sanger diseñó primero procedimientos para obtener la secuencia de los aminoácidos que componen las proteínas y los utilizó para definir la estructura de la insulina, por ello, a los cuarenta años, obtuvo el Nobel en Química en 1958. Conocer en detalle la estructura de la insulina permitió, antes de que se extendiesen las técnicas de Ingeniería Genética, que la empresa Novo modificase la insulina porcina para inyectarla en los enfermos de diabetes sin que produjese efectos adversos. Para ello fue crucial el saber que solo se diferenciaban en un aminoácido.

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Fred Sanger. A su izquierda está montado un gel de secuenciación de ADN como los usados para secuenciar en la década de los 80.

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