Política 'isotrópica'

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 28 ago 2012

Mapa_politico

Estos días, en Barcelona, se puede visitar una exposición que merece toda la atención: Cartografías contemporáneas. Dibujando el pensamiento”. Descubre cómo distintos artistas, desde Hamilton a Dalí, se enfrentan y critican la representación geográfica del mundo. Los mapas y las fronteras nunca han sido inocentes. A lo largo de la historia, hemos visto cómo estos no son la fiel copia geográfica de la realidad sino que la construyen. Quien controla la visión del mapa, controla la visión del mundo.

Esta sólida y vinculante relación entre la geografía y la política tiene en la geometría una aliada perversa. La concepción del Estado como territorio, con propiedades geométricas, está atrofiando nuestra capacidad de comprender la pluralidad y la diversidad.

El Estado (= el territorio) concebido como una superficie continua, homogénea e isotrópica -en palabras del profesor Franco Farinelli de la Universidad de Bolonia- ha jibarizado nuestra visión, ha empobrecido nuestra opinión, ha reducido nuestra comprensión. Lesionadas la visión, la opinión y la comprensión, las posibilidades de construir con parámetros nuevos, más dinámicos y ricos, es casi una tarea imposible. Llevamos años, siglos, “viendo” España con el mismo formato geográfico-geométrico que nos impide hacer nuevas aproximaciones que se ajusten más y mejor a nuestra realidad. A España le convienen nuevas cartografías, infografías, mapas mentales y nuevas visiones plásticas de su identidad si quiere, no solo comprenderse mejor, sino esbozar futuros compartidos. En la visión está parte de la solución.

Estado continuo. Esta concepción es antigua, insuficiente, además. No estoy hablando de nuestra realidad insular o de las ciudades autónomas, me refiero a que hoy la continuidad espacio-tiempo, tan analógica, debe ser superada por una mentalidad digital que permita niveles de relación, identificación y pertenencia a una comunidad política contemplando la realidad digital como un fundamento imprescindible para pensar el Estado en el siglo XXI. Las rígidas fronteras sirven mal a los escenarios de globalización, interdependencia y soberanías compartidas a los que nos enfrentamos y con los que convivimos. La tecnología cambia la geografía.

Estado homogéneo. Si hay algo que fracasa constantemente en política es la identificación unidad-homogeneidad. Nuestra sociedad no se puede pensar ya, de manera solvente y sostenible, sin dos conceptos clave: identidades múltiples y sentimientos complejos. La homogeneidad es la antítesis no solo de las identidades contemporáneas sino de la innovación y de la creatividad. Se le atribuye a Albert Einstein esta sentencia: “Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”. Más locura es, todavía, que lo hagan siempre los mismos, o parecidos, individuos. Si solo respiras tu propio aire, acabas envenenándote.

Estado isotrópico. Asociar la centralidad al centro geométrico es claramente un déficit en la articulación de un Estado moderno, capaz de comprender la estructura de la sociedad red y la progresiva articulación y ósmosis de la geografía de las redes (con sus nodos dinámicos) a la geografía económica. La política sigue viendo capitalidades como centros de diana. Esta concepción está disociando la estructura del Estado en relación con el tejido social y económico que tiene otra estructura más rica, compleja y dinámica. Cuando el Estado no se parece a su sociedad, el colapso es inminente.

(Fuente de la fotografía: todocoleccion.net)

Hay 11 Comentarios

Es verdad, el estado, como concepto de patria, está cosificado, se impone como una losa. Y a esa piedra dura, como un pensamiento único, se le llama identidad nacional. La actividad social tiene múltiples perspectivas de territorio, culturales e ideológicas, en evolución, que deberían ser las que configurasen la idea de estado y no al revés.

Muy interesante la exposición sobre "Cartografías contemporáneas. Dibujando el pensamiento", seguro que parte del libro de Estrella de Diego "Contra el mapa. Disturbios en la geografía colonial de occidente", en el que encontramos muchos ejemplos de artistas que han manipulado esta manera de representación de la realidad. Un ejemplo magnífico es el de Torres García poniendo al revés el mapa de América del Sur (el sur al norte y el norte en el sur: los pobres arriba y los ricos abajo...) Las fronteras en los mapas son bastante sospechosas, no hay más que ver las fronteras de Africa, trazadas a golpe de regla y cartabón.
Pero si esa imagen del mapa configura de una manera erronea nuestra percepción del mundo ¿que me dices del lenguaje, que se las trae? A menudo me llama la atención -y parece que soy la única- la manera en la que los políticos hablan de los votantes como "ciudadanos", como si no existiera vida fuera de las ciudades.

Un artículo como este en la era de la globalización y de la integración europea me parece muy indicativo de como algunos confunden deseos con realidades. Aunque a la mona la vistan de seda... mona se queda. Mientras el pueblo español no decida cambiar lo que decidió en 1978 seguiremos siendo una nación, patria común e indivisible. Se que a algunos les repatea pero la mayoría de los españoles opina así, ¡que le vamos a hacer! Vaya disgusto Antoni.

De momento lo transfronterizo no resulta, precisamente, en beneficios para mí. Google paga impuestos menores en Irlanda, las petroleras colocan a su gente en congresos y gobiernos para impedir el cambio de paradigma energético, el bundesbank promueve políticas de recesión en España, las multinacionales de la sanidad, educación y seguridad "educan" a los representantes locales en la "eficiencia" de la privatización. Entidades grandes que ningún representante del interés general puede controlar, tienen una influencia enorme sobre ínfimos poderes locales y diseñan un mundo peor, uniforme, insalubre y policial. ¿De quién soy súbdito?. De poderes que no elijo.

1º Comentario: Si algo sobra en este mundo son banderas, fronteras y presidentes de gobierno.

Rogelio Reza

2º Comentario: El día que un tipejo clavó cuatro estacas en la tierra y dijo que lo que había dentro era suyo la cagó.

Juan Jacobo Rousseau.

Se dice que llevamos años, siglos, viendo a España con el mismo formato geográfico-geométrico. Yo solo llevo años viéndola así. Siglos atrás tenía otro formato fronterizo bastante más amplio. Luego, con el tiempo se fue reduciendo a lo que es ahora, por la pérdida de territorios, bien por la independencia de los mismos, bien por las guerras perdidas. El llamado Lebesraum, término alemán que significa espacio vital, fue introducido en la cabeza de Hitler por Rudolf Hess, mientras aquel miraba un mapa de la Gran Alemania y le parecía pequeño. Ya en el Mein Kampf, Hitler decía que los alemanes tenían el derecho moral de adquirir territorios ajenos gracias a los cuales se esperaba atender al crecimiento de la población. Además, la presión sobre Alemania, del Tratado de Versalles, puso su parte y pasó lo que pasó. La configuración del mapa español, actualmente, es muy diferente a lo que estudiamos hace muchos años en el colegio. No tiene nada que ver. Las fronteras regionales son distintas, las soberanías también. Helmut Khol dijo que quería hacer una Alemania más europea, después de la Ostpolitik de Willy Brandt. Merkel quiere hacer una Europa más alemana. Está en ello. Las líneas fronterizas ya no separan nada, la cesión de soberanía política y fiscal es lo que importa. El Estado de las Autonomías, que muchos quisieran destruir, para centralizar las decisiones en Madrid y así abaratar costos, según ellos, es una estructura política que podría funcionar bien, de no haber sido por los políticos que nos han tocado en mala suerte. España no es homogénea, es dispar, distinta, diferentes unos de otros, con la riqueza de cuatro idiomas. Si esto no lo tenemos en cuenta, no avanzaremos nunca. Pongo un ejemplo: Vaya Ud. a Murcia, más concretamente a Cartagena, dígales que son murcianos, a ver lo que le contestan. En Castilla-León pasa lo mismo. Nos han dicho los leoneses que no quitemos la conjunción copulativa, es Castilla y León. Se supone que los castellanos son unos y los leoneses otros. ¿Fronteras?. Mentales todas. Lo único que se pide es el respeto por los demás y su manera de pensar.

Me ha gustado este post y además creo que refleja muy bien la realidad de nuestro país; no se si la de otros también... Ya me gustaría a mi tener una visión más amplia de la que tengo.
Me da la impresión de qué en España todo lo hacemos con un código diferente y qué prima "lo qué no está escrito" sobre todo lo demás, ya sean leyes, derechos ciudadanos, etc... Si no superamos eso no iremos a ninguna parte y cíclicamente iremos cayendo en lo mismo.
Para mi la homogeneidad del Estado es un problema de enanismo mental grave. Y si además va acompañado de una continua reinterpretación de los hechos para adecuarlos a su propio criterio mucho más.

Apasionante articulo de Antoni Gutiérrez-Rubí!...porque trata de un tema que de por si mismo, requiere profundas reflexiones personales, pero, que también indica la necesidad de que los ciudadanos corrientes como yo, dispongamos de las informaciones imprescindibles para llegar a tener una opinión más o menos acertada sobre él.
Como solo tengo en estos momentos, dos neuronas en funcionamiento (más o menos regular), ante la afirmación de Antoni que dice: "Llevamos años, siglos, “viendo” España con el mismo formato geográfico-geométrico que nos impide hacer nuevas aproximaciones que se ajusten más y mejor a nuestra realidad", para luego de inmediato agregar "A España le convienen nuevas cartografías, infografías, mapas mentales y nuevas visiones plásticas de su identidad si quiere, no solo comprenderse mejor, sino esbozar futuros compartidos. En la visión está parte de la solución. " ambas, se me quedaron atascadas, al surgirme la pregunta sobre un hecho indiscutible: las fronteras de los Estados, están determinadas por sus respectivas Constituciones y la de España al ser taxativa, aún más, ¿que hacemos con ella?....¿cómo resolvemos lo de las fronteras de siglos que están delimitadas por sus respectivas Constituciones?
¿Cómo llegamos a cambiar a un Estado para que se parezca a su sociedad y no se colapse??...
Seguro, que Antoni tiene las respuestas y que éstas vendrán en sucesivos artículos sobre un tema de máxima actualidad en todo el mundo, en general y en España en particular.
Pongo mis neuronas en "stand by" con tranquilidad, la solución a mis interrogantes vendrán.
Esperemos.......

Tan solo como anécdota -o quizás algo más- en la mayoría de los planisferios África esta empequeñecida respecto a Europa y en los mapas de la península Ibérica los puntos más al norte se sitúan entre Irún y Port Bou, para nada en Finisterre- Al parecer, en este último caso, se trata de una herencia del franquismo que veía a España muy derechita, y diferenciada exclusivamente por provincias. Todo bien marcado por la ideología totalitaria.

El párrafo que habla del estado homogéneo es cierto. Existen distintos tipos de países y cada país tiene distintos procesos internos, distintos tipos de acciones y distintas maneras de comunicar, y por ello no son mejores ni peores, solo son diferentes.

...Pero es ésta, la territorialidad, una "enfermedad" intrínseca que el ser humano extrapola ayudada, en mayor o menor medida, por las brujas de las cavernas (los políticos), es decir que estamos divididos porque nos deviden, de esta manera nos "homogeneizan" a su antojo para, no lo duden, presentarse como adalides frente al de "fuera". Y si no miren: los del norte hablan pestes de los del sur y viceversa; los del este de los del oeste y viceversa -en términos de país, de paises-. Pero es que dentro del mismo país sucede lo mismo. Y dentro de la provincia, igual. Y dentro de la ciudad, erre que erre. Y en el mismo barrio igual cosa. Y hasta en el mismo bloque! Conclusión: el enemigo natural del ser humano es su vecino, o sea, nos damos de hostias con quien más cerca tenemos (también es lógico, no?, no te vas a enzarzar con el que te queda lejos que no conoces de nada y por lo tanto nada te ha podido hacer). Y es que la convivencia gasta y desgasta..., tanto que a veces olvidamos que sólo existe una manera de convivir: en PAZ.

Publicar un comentario

Si tienes una cuenta en TypePad o TypeKey, por favor Inicia sesión.

Sobre el autor

es asesor de
comunicación y consultor político.
Profesor en los másters de comunicación
política de distintas universidades.
Autor, entre otros, de los libros: Políticas.
Mujeres protagonistas de un poder
diferenciado’ (2008), Filopolítica:
filosofía para la política (2011)
o La política vigilada (2011).
www.gutierrez-rubi.es

Sobre el blog

Hago mía esta cita: “Escribimos para cambiar el mundo (…). El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo.” James Baldwin

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal