iPancartas y transpolítica

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 01 abr 2013

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El primer año de Gobierno de Mariano Rajoy se saldó con más de 36.000 manifestaciones y concentraciones en toda España, lo que supone una media de casi 120 protestas al día. Según los datos que recopiló el ejecutivo, en base a una pregunta del portavoz de Interior de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) en el Congreso, Ricardo Sixto, la comunidad autónoma con más manifestaciones o concentraciones organizadas fue Andalucía, con 7.141 movilizaciones registradas. Por provincias, destaca el caso de Madrid, que encabeza la tabla con 2.846 protestas, casi diez cada día. Estas cifras duplican las manifestaciones realizadas en 2011 y han dado la coartada al PP para lanzar algunos globos sonda sobre la regulación del derecho a manifestarse, así como la posibilidad de identificar a sus participantes.

La calle hierve. Este incremento notable de la contestación social, con amplia diversidad en el formato (manifestaciones, coros, caceroladas, rodeos, mareas que pueden ser tsunamis, guerrilla knittingpoesía política, flashmobs, ARTivismo, y ahora escraches), muestra que la virulencia de las consecuencias de la crisis y la respuesta política que se ofrece desde las instituciones y, en especial, desde el Gobierno, no satisface, no resuelve, no se comprende. Y también demuestra que la creatividad social y política emerge con fuerza, con renovadas formas de gran impacto, capaces de crear sentimientos de participación y compromiso más allá de las tradicionales manifestaciones de pancarta y cabecera. La diferencia radica en la implicación activa del que participa: en su actitud, en su protagonismo y en su proyección (a través de las redes sociales). Es la diferencia que hay entre las masas y las multitudes. Las primeras son amorfas, las segundas son creativas. De las plazas a las redes y viceversa.

Las manifestaciones y concentraciones no duran solo las horas establecidas en la protesta, sino que —gracias a los contenidos creados por los propios participantes (todos «armados» con teléfonos móviles y otros dispositivos) y compartidos en sus propias redes sociales— consiguen que aquel acto tenga continuación en el tiempo y que esa información, esas emociones en forma de imágenes o relatos, transciendan la presencialidad y la temporalidad. Es la política ubicua. Es la transpolítica, así como sucede en los medios con el transmedia. Esta narración coral, in-out, transformada y transcrita, genera nuevas dinámicas de movilización y nuevas percepciones de sus contenidos. Del activismo al ciberactivismo y viceversa.

La política, y sus expresiones en el espacio público, están sufriendo una poderosa transformación. La política es y va a ser vigilada y difundida por los ojos tecnológicos de los activistas. La poderosa combinación de captura >dato >redes >geolocalización >visualización ofrece posibilidades narrativas alternativas, con enfoques nuevos y protagonismos descentralizados. Así como un poderoso «big data» social y político del activismo. «Está pasando, lo estas viendo» era el lema de la CNN. Hoy, el streaming, Twitter, Facebook, Instagram, etc. representan el tiempo del «está pasando, lo estamos haciendo». De espectador a actor, en tiempo real. Contenidos y rastros digitales, en especial gráficos y audiovisuales, que muchas veces contrastan con el silencio de la mayoría de los medios tradicionales. Nuevos protagonismos y referencias informativas. El periodismo ciudadano y crítico.

La importancia que ha adquirido la imagen, expresada en cifras, es espectacular. Se calcula que desde el nacimiento de la primera cámara fotográfica en 1826, es decir, en 185 años se han hecho 3,5 trillones de fotos. Actualmente se toman 380 billones de fotos cada año, con lo que en menos de diez años la cifra de fotos digitales hechas será de 7,3 trillones. También 300 millones de imágenes se suben cada día a Facebook, que contiene 100.000 veces más fotos que la Biblioteca del Congreso en Estados Unidos llegando a más de 140 billones. Instagram alcanza ya los 100 millones de usuarios y contiene más de 4 billones de fotos, más de 26 por segundo. El 73 % de los usuarios toma fotos y escribe textos y el 54 % hace videos.

La última innovación la hemos visto en Chipre, en las  respuestas sociales contra las decisiones de la troika. Se trata de la iPancarta realizada con un iPad. Ciudadanos que, aprovechando la potente iluminación del dispositivo y en concentraciones nocturnas, pueden incorporar imágenes o crear poderosas coreografías en donde los cuerpos (en movimiento) y los dispositivos (en acción) crean nuevos efectos de gran plasticidad y efectividad comunicativa. Muy pronto se convocarán manifestaciones sugiriendo llevar en cada dispositivo un fondo de color, una imagen, o una letra determinados para pasar, después, de las calles a las redes. Está al caer. Es parte de la transpolítica.

Hay 7 Comentarios

Las cosas cambian. ¿por qué aferrarse a una democracia representativa? Hay otras formas de democracia, y alguna ya está funcionando.

Un saludo

Los políticos mantienen la intención de seguir pensando que la democracia sólo es necesaria cada cuatro años. Probablemente, la derecha, piense que es poco tiempo, que debería ser más largo el periodo. Los demás creemos que la democracia se ejerce todos los días, a pesar de los políticos. Los ciudadanos no se manifiestan y profieren consignas porque se lo pide el cuerpo, no. Lo hacen porque están muy descontentos con los políticos, con la política que éstos profesan, con las leyes que éstos promulgan, con la inseguridad que prometen y con las desigualdades que consiguen con sus actos. Todos los que se manifiestan, a diario, por las calles de nuestras ciudades son tanto de izquierdas como de derechas. Quiero decir, que muchos votantes del PP se han visto degradados por la acción política de ese partido. Estamos todos. Cifuentes no puede señalar y estigmatizar a una plataforma con lo que más daño se puede hacer en este país, que es con ETA. Porque entre los de la plataforma hay gente que votó al PP. Los problemas que tienen los ciudadanos están en manos de los gobernantes, que, a su vez, desoyen constantemente. ¿Qué remedio le queda al ciudadano?, la demostración (como dicen los ingleses) del descontento y su rabia por la falta de atención del gobernante. Pero la gente piensa y las nuevas tecnologías ofrecen un sinfín de posibilidades para hacerse notar ante los políticos. Estando Rajoy al frente del gobierno, tendremos que seguir investigando que otras fuentes son necesarias para que este mandatario se dé por enterado de que el pueblo está descontento con su política y salga a la palestra a explicarnos por qué no se explica.

Por fin los ciudadanos se han decidido a movilizarse ellos mismos y por sus propias razones. No es un problema que desaparezcan unos grupos y nazcan otros. El 15-M es la matriz de la que ha nacido este espíritu, poco importa que se manifieste ahora con otras formas, pero al final es la propia ciudadanía que actúa. Yo creo que no se debe buscar la organización como partido político (pero en otras formas, como sindicatos, para ganar posibilidades de actuación, sí). Si lo realmente importante es la acción directa de la ciudadanía, no se la puede encuadrar. Lo que sí sería bueno es tener partidos, de los existentes u otros que puedan aparecer, que se ofrezcan a encauzar esta inquietud en el parlamento, y al no ser la única identificación, si por alguna razón no funciona, se puede utilizar otro (sin embargo, no me parece correcta la iniciativa del partido X, las personas han de estar perfectamente identificadas, un partido no puede pretender anonimato). Los partidos son necesarios, pero ¡utilicémoslos nosotros a ellos! Hay que utilizar, para ello, el truco de "vota OTRO", hasta que un partido haga las cosas bien y de forma muy transparente. ¡Ah! Y felicidades, señor Gutiérrez-Rubí.

Mis reservas sobre el tema están fundadas en la experiencia: no me entra en la cabeza que una manifestación contra los recortes sea secundada por menos de mil personas y en un partido de fútbol de un equipo de "provincias" sea seguido por casi 20.000 personas. La manifestación es reivindicativa, el fútbol un entretenimiento, necesario, pero hay que pagar por verlo.
Cordial saludo.
¡Felicidades, Antoni!

Aún está por ver que las protestas sirvan para algo más allá de constatar su existencia. No nos vayamos a enredar en el onanismo creativo-tecnológico. !Enhorabuena por el premio!

No me negaréis que es, al menos, paradójico, manifestaciones de protesta hechas con un ¡¡ IPAD !!

http://elmejorhumorinteligente.blogspot.com/

Cuando micropolítica se articula con macropolítica (PAH) produce resultados. Y eso supone caras visibles, reuniones, documentos, abogados, recursos judiciales...
Si no, se queda en juegos florales 15M.
A ver si alguien pone sobre la calle una ley de partidos que ayude a pasar a retiro a toda esta gentuza. Entonces este fantástico movimiento podrá sacarlo adelante.
Si ellos siguen ahí no se pueden hacer las reformas que nos saquen del pozo, con ellos ahí no hay quien nos defienda de los salteadores de caminos que medran con el caos Sí, la política, la ley, son el recurso de los débiles. La libertad es buena para Charles Manson.

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Sobre el autor

es asesor de
comunicación y consultor político.
Profesor en los másters de comunicación
política de distintas universidades.
Autor, entre otros, de los libros: Políticas.
Mujeres protagonistas de un poder
diferenciado’ (2008), Filopolítica:
filosofía para la política (2011)
o La política vigilada (2011).
www.gutierrez-rubi.es

Sobre el blog

Hago mía esta cita: “Escribimos para cambiar el mundo (…). El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo.” James Baldwin

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