Sobre el autor

es asesor de
comunicación y consultor político.
Profesor en los másters de comunicación
política de distintas universidades.
Autor, entre otros, de los libros: Políticas.
Mujeres protagonistas de un poder
diferenciado’ (2008), Filopolítica:
filosofía para la política (2011)
o La política vigilada (2011).
www.gutierrez-rubi.es

Sobre el blog

Hago mía esta cita: “Escribimos para cambiar el mundo (…). El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo.” James Baldwin

Partidos abiertos: datos, redes, debates, espacios

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 30 may 2013

La cuestión está abierta de par en par. ¿Pueden los actuales modelos de partido ser organizaciones capaces de atraer la energía transformadora que aflora en nuestra sociedad? La respuesta honesta… ruboriza. Incluso entre las personas más militantes, inscritas en partidos políticos, el día a día en su seno es cada vez menos atractivo, estimulante y creativo. Esta es la dramática realidad en muchos casos. La praxis política es el reflejo de la política.

La articulación de la participación y del compromiso cívico mediante la militancia y los partidos muestra señales más que evidentes de fatiga, de ineficiencia, de obsolescencia. No en todos los casos, evidentemente, pero hay una sintomatología bastante transversal. Parte de estos problemas radican en una devaluada y caduca Ley de Partidos que debe ser reformada y adecuada a una exigente y profunda revisión democrática. Diversas plataformas cívicas se han sumado al debate y la articulación de propuestas en los últimos días. La presión ciudadana para acelerar los cambios es creciente y consistente.

Son los propios militantes los que se muestran a menudo poco escuchados, o no tienen el tiempo de asistir a largas reuniones en las que en realidad no se les tiene en cuenta al tomar ninguna decisión. La sensación de formar parte de un decorado de apariencia democrática de culos de hierro y brazos de madera expulsa, de manera irremediable, a las personas más activas que se ofrecen y quieren participar. No será posible representar a una mayoría electoral para el cambio social si las sedes partidarias no representan ni tan solo a todos los que se sienten, en el pasado y en el presente, identificados con el partido.

Seguir leyendo »

Aznar y las primarias del PP

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 24 may 2013

Mariano Rajoy no era el preferido pero fue, finalmente, el elegido de José María Aznar para sustituirle. Esta relación de traspaso de legitimidad política a través de una decisión personal no deseada o no preferida, aunque después aclamada y aceptada colectivamente por el PP, establece un delicado encaje personal y político. En estas circunstancias, los complejos, las fidelidades, las filias y fobias sustituyen a las relaciones normalizadas y libres y enmascaran los argumentos y las autoridades. Quien cede así, siempre se siente patrimonialmente propietario del poder delegado; quien lo recibe así, siempre está en deuda o vigilado.  Los padres no siempre se reconocen o reconocen la trayectoria de sus hijos. Y ya sabemos que, en psicología, muchas veces la muerte al padre es el único y auténtico momento de emancipación personal de los vástagos cuando son, además, herederos.

La andanada de Aznar, cuestionando los estilos y las acciones del presidente del Gobierno, ha sacudido a la opinión pública y provocado una reacción del entorno político de Rajoy, y de la mayoría de los cargos institucionales, de defensa cerrada del actual líder del PP. Los argumentos son diversos, pero casi todos centrados en dos ejes: ahora le toca a Rajoy y hay que ofrecerle el mismo apoyo que tuvo Aznar. Lo contrario es una equivocación histórica («nunca segundas partes fueron buenas»), y una deslealtad impropia e injusta por parte de quien tuvo y retuvo todo el
poder.

Seguir leyendo »

Las semillas del #15M

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 15 may 2013

Han pasado dos años y la triple crisis (económica, política, institucional) ha sacudido los cimientos de las viejas estructuras. La política formal y representativa ha mostrado todas sus limitaciones y problemas de fondo y forma. Después del poderoso aviso lanzado desde las plazas y las redes, la política no ha podido –o no ha sabido– reaccionar. El foso de la desconfianza se agranda a causa de la corrupción y la parálisis frente a los retos.

Desde muchos sectores (mediáticos, sociales y políticos) se reprocha al ecosistema que se visualizó el 15M de 2011 la falta propositiva, alternativa y democrática. Hay algo de cínico y acomodaticio en esta crítica: la exigen, precisamente, aquellos que deberían dar las respuestas por su responsabilidad en la representación o en la gestión. Otra vez más, hay quien ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Pero, de la misma manera que equivocaron las preguntas en 2011 (¿quiénes son?, ¿qué quieren?, ¿cómo se organizan?, ¿con quién hay que hablar?), hoy –de nuevo– lanzan preguntas con viejos patrones: ¿por qué no se presentan a las elecciones?, ¿qué proponen?, ¿a quienes representan?. Es difícil atender y reaccionar ante lo que no se entiende, o no se quiere comprender. Pero no es excusa, al contrario. Hay un déficit de atención, reflexión y reacción. Los tiempos (y los resultados del ecosistema del #15M) son otros. Y otras sus lógicas, sus modelos, sus valores. Se trata de semillas distintas.

Frente a este estado de cosas, esas semillas del 15M siguen germinando. Algunas rápidamente, otras lentamente, como el bambú: durante los primeros  siete años aparentemente no sucede nada; pero, en un período de tan solo seis semanas, justo en el séptimo año, crece más de 30 metros. Cuando se creía que nada ocurría, en esos primeros años, la planta estaba desarrollando un sistema complejo de raíces capaz de sostener su rápido y enérgico crecimiento exterior. Lecciones de la naturaleza. Así son los cambios de fondo. No siempre son rápidos. Pero, si son profundos, pueden llegar lejos. Algunos se ven, porque brotan. Otros no se ven pero echan raíces, transforman el subsuelo, crean nuevas realidades, abonan el terreno y permiten nuevas germinaciones. Los que solo buscan frutos (recogerlos, utilizarlos, consumirlos) nunca comprenden bien el tiempo de la semilla y la siembra. Estas son algunas de las semillas de cambio y transformación, sea cual sea ahora su grado de maduración.

Seguir leyendo »

Tras 18 meses: la comunicación

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 12 may 2013

Rajoy

Han tenido que pasar 18 meses para que Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, haya dado instrucciones precisas para dar un giro a la comunicación gubernamental. Más que un giro (de dirección, de orientación) se trata casi de un inicio. Quizá, demasiado tarde. Aunque los responsables de la comunicación aseguran que, en términos comparativos con otros líderes europeos, Rajoy ha hecho tanto o más que sus homólogos, el dato es discutible y, sobre todo, no se ajusta a la percepción pública más extendida, ni con el crítico momento económico y social que vive nuestro país, y que hubiera reclamado una determinación pedagógica y comunicativa que Rajoy ha despredicado o ignorado por incapacidad o desconocimiento. Rajoy si ha comunicado, no lo ha parecido. En absoluto. Y si lo ha parecido, no le ha servido. El plasma ha sido letal. Su imagen está hundida.

Seguir leyendo »

Encuestas y paciencia

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 03 may 2013

Los últimos datos del CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas, confirman lo que parece irreversible: la profunda transformación del electorado como consecuencia de tres crisis simultáneas (la económica, la política y la institucional, con la Monarquía en caída libre como símbolo y reflejo). Una de las expresiones más nítidas de este cambio es el hundimiento del bipartidismo y su lógica, la alternancia periódica, como oferta política y electoral para la gobernabilidad democrática. En el futuro, las mayorías serán algo más que alianzas parlamentarias. El camino hacia los gobiernos de coalición (inéditos en los gobiernos de España, aunque una realidad en algunas Comunidades Autónomas y Ayuntamientos), parece que se abre paso con claridad. Y, aunque todavía queda mucho —seguramente— para el nuevo proceso electoral, nada garantiza que se pueda recuperar el voto perdido, es más: todavía se puede seguir perdiendo.

El PSOE ya ha cruzado la línea. Está por debajo del 30 % de intención de voto, perdiendo dos nuevos puntos. Y el PP, aunque baja otro punto, mantiene y amplía ligeramente la distancia, pero ya está en el 34 %. El resultado es que no hay gobernabilidad posible, si se celebraran ahora las elecciones, sin coaliciones amplias de dos o más partidos. En el caso del PSOE sería, posiblemente, un ejercicio de ingeniería política y parlamentaria de gran fragilidad e inestabilidad, al tener que construir mayorías con bastantes fuerzas, muy diversas.

Seguir leyendo »

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal