Sobre el autor

es asesor de
comunicación y consultor político.
Profesor en los másters de comunicación
política de distintas universidades.
Autor, entre otros, de los libros: Políticas.
Mujeres protagonistas de un poder
diferenciado’ (2008), Filopolítica:
filosofía para la política (2011)
o La política vigilada (2011).
www.gutierrez-rubi.es

Sobre el blog

Hago mía esta cita: “Escribimos para cambiar el mundo (…). El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo.” James Baldwin

Tan honrados como todos

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 23 nov 2013

El vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, ha asegurado, después de que el juez Pablo Ruz diera por acreditada la contabilidad B del PP con fondos ilícitos durante 18 años, que: «el PP es un partido de votantes tan honrados como todos, de dirigentes tan honrados como todos, un partido tan honrado como todos, pero el único que puede sacar a España de la crisis y la va a sacar».

Pons ha dado la cara, en las primeras declaraciones de su partido, pero ha perdido creo todo el respeto que, como dirigente político democrático, se merece. Sus declaraciones son impresentables, francamente, aunque las disfrace de la presunción de inocencia a la que todo el mundo tiene derecho. Su defensa, y cómo lo ha dicho, es una acusación velada al resto. Y destroza la ofensiva política, parlamentaria y mediática que el presidente Rajoy ha lanzado esta semana en ocasión del ecuador de la legislatura y los dos primeros años de su Gobierno. Si el Presidente no desautoriza, urgentemente, esta línea de defensa, se convierte en cómplice o en el responsable de tamaño desatino. Rajoy ha tomado la decisión de olvidarse del pasado, pero la justicia no. Y no podrá ignorarla, aunque relativice moral y políticamente los hechos en relación con su actual responsabilidad. Rajoy reclama, insistentemente, «hablar de lo importante», es decir de la crisis y sus soluciones, como dice Pons. Pero la verdad no es lo mismo que la mentira y un error no es lo mismo que un delito.

Rajoy ha pasado de negar las acusaciones a disculparse por el caso Bárcenas. De asegurar que todo era correcto, a asumir errores. Pero ahora se enfrenta a algo mucho más serio: la posible mentira y el supuesto delito. O la mentira que hace posible el delito, que lo oculta con complicidad. El tema es diferente. ¿Engañó el Presidente al Parlamento y a los ciudadanos el pasado día 1 de agosto en la comparecencia parlamentaria?

Lo peor que podría pasarnos a la ciudadanía es que nos acostumbráramos a todo. A cualquier cosa. El nivel de tolerancia pasiva y aceptación acrítica −o resignada frente a cualquier desvarío o exceso tiene graves consecuencias. Primero, porque como decía Tucídides: «el poder siempre tiende a ir al límite de su poder, y a superarlo». Y, segundo, porque sin conciencia crítica, sin denuncia democrática, sin alerta cívica, la democracia se resiente y se resquebraja. Si por cansancio, agotamiento o claudicación, aceptamos lo inaceptable, nos hacemos un daño irreparable.

Es tiempo de volver a la poesía, como la palabra más nítida y más enérgica para la conciencia política y democrática. Lo precisaba muy bien el joven poeta Antonio Lucas, reciente ganador de un prestigioso premio, al afirmar: «La poesía significa contrapoder». Deberemos recuperar −sí, otra vez, y más vigente que nunca− la poesía comprometida de referentes morales como Bertolt Brecht: «No acepten lo habitual como cosa natural, / pues en tiempos de desorden sangriento, / de confusión organizada,  / de arbitrariedad consciente, / de humanidad deshumanizada, / nada debe parecer natural, / nada debe parecer imposible de cambiar». Se necesita, más que nunca, una nueva poesía política. Las palabras lo son todo en política. Recuperarlas, es el principio de la renovación de la política.

Las palabras de Pons, en cambio, con su insinuación calumniosa y contaminadora, son una ofensa imperdonable. Es un gravísimo error de comunicación y una pésima respuesta política frente a la gravedad de las pruebas que acredita el juez Ruz. «Se cree el ladrón que todos son de su condición», pensarán no pocos ciudadanos. Y, aunque la corrupción política se percibe como casi estructural y no tumoral, las declaraciones del dirigente popular son un insulto a la inteligencia. Sin paliativos.

Rajoy ha dicho esta semana que «esta situación la vamos a superar», en alusión a la crisis. El Presidente está convencido de que los ciudadanos relativizarán la corrupción y la perdonarán u olvidarán por extendida ya que sus intereses y necesidades se sitúan en su propia situación económica personal. El Presidente, quizá, ya no conoce bien a la nueva sociedad española. Está dolorida y angustiada, pero su dignidad permanece intacta. Y no va a perdonar que se la desprecie haciéndole cómplice, con su supuesto silencio y su pasividad, de los errores de sus dirigentes. La calle hierve. Rajoy no debería ignorarlo. Más respeto, por favor.

El café y la política: Kfe Innovación

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 17 nov 2013

Kfé


En su maravilloso libro La idea de Europa, George Steiner afirma: «El café es un lugar para la cita y la conspiración, para el debate intelectual y la curiosidad, para el flâneur y para el poeta o el metafísico y su libreta. Está abierto a todo el mundo, pero también es un club, una francmasonería de reconocimiento político o artístico-literario y de presencia programática. Dibujad el mapa de los cafés y tendréis uno de los indicadores esenciales de la idea de Europa».

La política necesita el reencuentro con el debate, con la conversación. La renovación a través del poso… del café. Un poso cívico, de diálogos superpuestos, de narraciones compartidas, de discusiones abiertas. Sin el protocolo o el rango de las mesas de las reuniones políticas, tan jerárquicas como establecidas. Tan aburridas como previsibles, tantas veces.

La proliferación de múltiples formatos de cafetería, que integran otros negocios complementarios, así como la presencia creciente de wifi y otros servicios permiten configurar los cafés como espacios cada vez más sugerentes para la conversación amable y el encuentro, pero también para el trabajo, la reunión y la creación. O la conciencia social, con la decisión de los prosumidores y el consumo de café solidario o de comercio justo, por ejemplo. Y abren posibilidades para recuperar espacios de socialización y politización gracias al poderoso atractivo que permite la conectividad.

Esto sucede en todo el mundo, con fuertes connotaciones políticas. En Estados Unidos, por ejemplo, la cadena 7-Eleven sigue siendo la fuente más fiable de encuestas electorales al contabilizar las tazas elegidas por los clientes con los rostros de unos candidatos u otros. Nunca fallan. Las elecciones del futuro (y de hoy) son también combates culturales, estéticos… y emocionales: ¿café o té? ¿rock o country? ¿Mac o PC? Combates de la cotidianeidad que expresan nuevas confrontaciones políticas de base cultural. Muchos comportamientos políticos se pueden observar (y prever) a través de pequeñas actitudes de consumo.

Los cafés se están reinventando. No quieren vender solo líquido negro. Quieren favorecer experiencias múltiples. La iniciativa Let's cafe latte printer permite una experiencia personalizada en el momento de beberlo, puesto que existe la posibilidad de «imprimir» el rostro de las personas sobre el café recién hecho para «bebérselo»; y dibuja espacios lúdicos nuevos que pueden permitir experiencias creativas. ¿Beberse, por ejemplo, una bandera, un candidato, un símbolo político? Solo hace falta una fotografía.

Algunos medios de comunicación, como The Guardian, exploran nuevas relaciones con sus lectores. El #GuardianCoffee es el café del diario británico, donde se mezclan el café de siempre con la vieja tradición de las noticias. «En el centro del local se ubica una pantalla que se actualiza en tiempo real con contenido como fotografías en Instagram, tuits favoritos en Twitter con el hashtag #guardiancoffee, así como las últimas publicaciones de la sección Tech de The Guardian y las actualizaciones de la iniciativa Guardian Witness, que promueve la participación de los lectores.»

La hibridación café+tecnología permite nuevas «mesas» como Wint – What’n Interesting Table que combinan café, conversaciones, entretenimiento y tecnología. Lo mismo sucede en el Café y Coworking de Kuala Lumpur o en los iHub de Nairobi o Beijing, como he podido conocer a través de las experiencias de mi admirado Francis Pisani en su vuelta al mundo de la innovación.

Pero la experiencia más sugerente que conozco es el Kfe Innovación. Una metodología de participación ciudadana que ha conseguido reunir a más de 80 sedes alrededor del mundo, con la estimulante combinación de empoderamiento ciudadano y saber colectivo, alrededor de un café y una conversación orientada a la innovación y el aprendizaje. Todo ello reforzado y sostenido con una poderosa red social que fluye sobre Internet con muchas aportaciones, recursos y materiales.  

La política para renovarse necesita nuevas socializaciones, nuevos espacios que favorezcan el debate y el conocimiento político en entornos más sugerentes. Convertir los equipamientos públicos y las sedes políticas en entornos abiertos, de gran connectividad, que abracen lo artístico y creativo, con una agenda cultural intensa y favorezcan el debate, sería un gran paso. El partido político como coworking social.

Volver al café, volver a la política. Volver a George Steiner: «Los estereotipos son verdades cansadas», afirma lúcido el maestro. Tiene toda la razón. Hay que volver a romper los estereotipos de la política. Empecemos por recuperar el café y la conversación.

El día que Rubalcaba sudó la camiseta

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 10 nov 2013

Rubalcaba ha echado el resto. Absolutamente. El sudor que poco a poco se ha apoderado de su cuello y de su rostro, hasta manchar su camisa, no solo es el síntoma del inoportuno proceso gripal que padece, sino el reflejo de un esfuerzo pasional −y políticamente febril− en su intervención. Una pasión casi inédita. Con uñas y dientes, como ya dijo en su anterior campaña. Dice que el PSOE ha vuelto. Pero él también. Ha vuelto. Y los que le quieren asignar un papel en la historia, deberán competir con él por el futuro. No hay duda.

El discurso de Rubalcaba ha culminado una exitosa Conferencia Política. Ha dejado muestras y trazos de modernidad y actualización estética y de estilos. Y, también, programáticas de gran calado. Atención a las conclusiones de la Comisión de Economía y a la batería de medidas contra las desigualdades, en especial sobre las diferencias salariales.

El discurso ha tenido momentos de gran intensidad. Como cuando ha interpelado a los varones poniéndoles como sujetos de las discriminaciones que reciben, históricamente, las mujeres en su vida laboral o personal. «¿Cómo os sentiríais compañeros si os pasara a vosotros?». Ha sido un buen recurso, auténtico, que centra la idea del feminismo político en la igualdad sin concesiones y que implica a los hombres −y a todos los socialistas− en esta causa. «Ser socialista en el siglo XXI es ser feminista y ecologista», ha afirmado. La emoción que transmitía era sincera y personal. Ha sido como un reencuentro, también personal, con los valores que, abandonados, olvidados o hechos jirones por el pragmatismo, dejaron al PSOE sin alma y sin proyecto. Volver a ser sensibles. Volver a ser socialistas, ha repetido, insistentemente.

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Renovar la imagen, renovar la política

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 09 nov 2013

PSOE_2013


La decisión estratégica del PSOE de renovar su imagen gráfica y su entorno visual coincidiendo con su Conferencia Política era arriesgada, pero creo que es un acierto que crece con la exposición mediática y la versatilidad de sus opciones. La fatiga de marca del partido era más que evidente. Fatiga estética y conceptual en una sociedad en donde las marcas no solo aspiran a firmar…, sino a acompañar a los consumidores o a los electores. El sólido (estático, pesado, inerte) cuadrado rojo bidimensional había dejado de contribuir, creo. Su desgaste es profundo.

La necesidad de asociar renovación ideológica a cambio estético es coherente, pero debe ser consistente. No sabemos si esta «prueba» va a convertirse en una decisión de fondo, pero las claves de interpretación de este rediseño son poderosas y profundas, y pueden ofrecer al PSOE una señal de modernización como la que supuso el cambio simpático de logo del PP en el Congreso de Valencia de 2008. Aquí algunas pistas.

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El PSOE y la innovación política

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 04 nov 2013

«La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas». Erich Fromm

En el extraordinario libro The Rainforest. The Secret to Building the next Silicon Valley, sus autores, Victor W. Hwang y Greg Horowitt, describen cuáles son, a su juicio, las condiciones que hacen que un territorio, una organización o una comunidad puedan innovar de manera creativa y disruptiva. Es decir, a la velocidad y con la eficiencia que los retos internos y externos plantean a cualquier realidad humana. Identifican cuatro grandes conceptos que se convierten en condiciones cuando hablamos de innovación. 

1. ¿Granja o selva? Si las condiciones que precisa la producción tradicional son la organización perfecta de todos los elementos que forman parte del proceso (modelo granja), la innovación se produce cuando se crea un ecosistema en red y con un cierto descontrol (modelo selva tropical).

2. ¿Orden o «desorden»? ¿Cerrado o abierto? Las selvas tropicales de la innovación se producen en un recorrido bottom-up, donde reina el comportamiento irracional, disruptivo, superando las barreras sociales y el miedo al error a través de la credibilidad y la reputación, y creando redes de nodos de distintas especialidades interactuando. Innovar es experimentar y practicar. No implementar.

3. ¿Normas o comportamientos? Como el marco de la innovación debe ser la colaboración con otros participantes, hay una serie de normas que se deben seguir para que la actitud permita que los participantes se empoderen en el ecosistema de la innovación; hay que estar preparados para: saltar las normas y soñar, abrir las puertas de la mente y escuchar, sentir y aportar credibilidad con el resto de participantes, experimentar y repetir con los otros miembros, buscar la equidad y no la ventaja propia, aceptar el error, persistir y estar dispuesto a dar sin esperar nada en concreto a cambio.

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Rosa Díez y la videopolítica

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 01 nov 2013

¿Hay una relación directa entre el crecimiento de UPyD y el uso que hace de la videopolítica? La pregunta es pertinente, creo, cuando se observan algunos datos reveladores. UPyD tiene más vídeos, más suscriptores y más visualizaciones en su canal de YouTube que cualquier otro partido. La rotundidad del dato es sostenida en el tiempo y refleja una apuesta estratégica por la comunicación a través de la imagen… y la palabra, ya que la inmensa mayoría de los vídeos son intervenciones de su líder, Rosa Díez, en el Parlamento o en actos públicos. A lo que hay que añadir un constante y resiliente trabajo en redes sociales.

Durante mucho tiempo, UPyD ha denunciado la desproporción entre su creciente peso electoral y político y su proyección parlamentaria (por culpa de una injusta Ley Electoral), y su presencia mediática (por las inercias bipartidistas de los grandes grupos de comunicación). Estas denuncias han ido construyendo un halo interiorizado de «injusticia» alrededor de lo que significa UPyD, que ha sido aprovechado −inteligentemente− para identificar a la organización y, en especial, a su líder, como una luchadora infatigable, que incomoda tanto como irrita…, por ser quien es y por decir lo que dice. Este marco mental de política irreductible, le ha granjeado la simpatía de no pocos ciudadanos y un sentimiento de proximidad a quien, demasiadas veces, ha sido ignorada (hasta el extremo de que el presidente Rajoy ha olvidado −con frecuencia− cómo se escribe y pronuncia su apellido). Tanto desprecio, tanta altanería orgullosa y pedante, tendrá consecuencias en el futuro de las relaciones entre ambos dirigentes, ahora que parece que UPyD podría ser decisiva en varias combinaciones de gobernabilidad.

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