El debate como síntoma

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 10 may 2014

Europa se ha construido sobre la base de las palabras, muchas veces —demasiadas— innecesarias, incomprensibles… pero, mientras se habla, no se mata. Europa es un proyecto político fundamentalmente, de palabras, de lenguas, de textos (discursos, debates, resoluciones, normas, tratados). Hablar para nunca más hacer la guerra. El 9 de mayo de 1950, en un importante discurso en el Salón del Reloj del Ministerio de Asuntos Exteriores francés del Quai d'Orsay, el ministro Robert Schuman propuso la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero de Europa. A esta comunidad se adhirieron Francia, Italia, los países del Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) y Alemania Occidental, que firmaron el Tratado de París en 1951. La CECA dio origen a las primeras instituciones de una Europa unida, como la Alta Autoridad (hoy la Comisión Europea) y la Asamblea Común (ahora el Parlamento Europeo).

Solo habían pasado cinco años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el mayor conflicto bélico de la Historia, y el continente europeo se encontraba sumido en una gran devastación. Aquella Comunidad Europea fue un proyecto de paz, antes que nada. Un proyecto de construcción política en base a las palabras que nos unen, recosiendo la unidad con matices, comas, salvedades, atajos, laberintos y consensos acrobáticos. La jerga europea, se llama. Y directrices, su resultado. Pero sin ella, no habría Europa. Por eso decimos que «hay que hablar de Europa». Esa es su naturaleza política básica: el diálogo permanente, aunque sea redundante, cacofónico, incomprensible. Por eso seguimos escribiendo y publicando «Manifiestos por Europa».

«La conversación debería ser una asignatura» afirma el sabio y erudito Jorge Wagensberg. Y los debates deberían ser los exámenes, opinamos muchas personas. Esta cultura del debate y la argumentación oral es un déficit crónico y crítico de nuestro sistema educativo. Y de nuestra cultura política. De ahí que hayamos transformado, casi siempre, la conversación argumentada en tertulias ruidosas e insoportables; y los debates parlamentarios, en monólogos onanistas.

La polémica política sobre el formato del debate electoral, que los dos principales candidatos de las elecciones europeas deberán celebrar —previsiblemente— el próximo martes, es un síntoma, también, del deterioro de la palabra. Del deterioro de la política. No contribuye, creo, a movilizar a un electorado que muestra alarmantes signos de cansancio y desinterés (en forma de previsible abstención); dudas profundas (representadas en importante número de indecisos); y desafectos preocupantes (como indican las cifras de ciudadanos que ya consideran —incomprensiblemente— que Europa es peor opción que la autarquía nacional).

Esta campaña electoral que decidirá el futuro de los próximos cinco años está anclada, paradójicamente, en el debate sobre el pasado, sus herencias y sus huellas. Es un debate sobre legitimidades: ¿Quién puede hablar del futuro? ¿Quién tiene autoridad para hacerlo? Es posible que el debate televisivo, si se produce, sea un ajuste de cuentas. Que los reproches sustituyan a las propuestas. Parece que el PP ha conseguido imponer el marco mental temporal (pasado-presente-futuro) y con ello dificulta —y mucho— el margen de maniobra estratégico del PSOE, aunque le permite situar las elecciones como un referendo sobre el mismo Rajoy. ¿Ganará quien haga recordar más a los electores y culpabilizar al adversario de los errores (o los costes) del pasado más o menos inmediato?

El debate debería permitir, también, decir la verdad a nuestros conciudadanos sobre la condicionalidad de nuestra limitada soberanía nacional. Y explicar hasta qué punto dependemos y nos sometemos —de voluntad u obligados— a nuestros compromisos europeos. Hagamos un debate serio y en serio, por favor. Europa, y nuestro futuro, se lo merecen.

PD: Recupero un fragmento de una entrevista extraordinaria del que fuera, entonces, corresponsal de prensa en Berlín, Marc Bassets, a Yuri Andrujovich, escritor ucraniano, en 2005. Un autor del que releo estos días su brillante libro Mi Europa, escrito junto a Andrzej Stasiuk:
P: «Por suerte, no me puedo liberar del influjo» del pasado, escribe. ¿Por qué «por suerte»?
R: El hombre, o mejor dicho: yo mismo tengo muchos recuerdos. Los recuerdos son un material para la creación. Sin recuerdos, sin memoria, el hombre es más pobre, más primitivo, poco interesante. Ambas antípodas, el futuro y el pasado, crean un vínculo con la personalidad. La esperanza tiene que ver con el futuro y el recuerdo con el pasado. Sin estos dos valores, el hombre quizá es infeliz, no está lleno, es más pobre.

Hay 17 Comentarios

La Fundación "Guru-Gú" recuerda que la "pedrada" de Pedraz ha sido confirmada por antropólogos y sociólogos de prestigio. Pedraz, aquel magistrado que hace unos meses dijo: La casta/clase política está podrida. En la línea de ese empate "técnico" entre la citada casta y parte de la judicial. Convendría que Europa supiera que las recomendaciones de Luis Solana al final se pondrán en marcha en esta tierra de conejos. A saber, poner a un guardia civil al frente de algunas instituciones. Todo ello en el 27 aniversario del la célebre y muy puñetera "sentencia" del ilustre jerezano Pedro Pacheco. Seamos realistas, quien mejor visión de la "jugada" tiene es la escritora Almudena Grandes: La justicia me da asco. Y en ese plan. Ninguno.

No puedo estar más de acuerdo con las intervenciones que se han realizado . Por mi parte , mis intereses en relación a la UE hoy son : 1) posibilidades de participación directa en las decisiones,2) terminar de una vez la unión bancaria, saber cuánto nos va a costar, y delimitar tambien de una vez el papel del BCE,3)politicas de inmigración concretas y con sus planes bien definidos extra e intra europea, no me valen las declaraciones de intenciones si no están planificadas, 4) concretar las politicas de empleo, 5) el "estado del bienestar" que quede definido, y si no lo vamos a disfrutar tal y como lo hemos vivido, que nos digan alto y claro las perspectivas.
Esto es lo mínimo para sentirme ciudadana, no una menor de edad civil. Podría seguir.
Me da la impresión por lo que he leido hasta ahora en los programas, que ...no hay nivel. !Y queremos nivel en un debate...¡ Es imposible.
Además a estos señores alguien debería decirles que los debates no son una concesión graciosa al espectáculo. Los debates son una obligación mínima y obvia en la tradición democrática. En estos detalles precisamente es cuando se va cosntatando que somos un pais fallido.
Antoni, seguimos en la brecha ¿verdad?

No me apetece un debate triste y entrenado hasta el aburrimiento solo para demostrar quien tiene mas labia, cosa que además se sabe de antemano.
Yo prefería ver un tribunal internacional donde se ventile esta gran estafa, se mire la forma de devolver lo robado y paguen la pena los beneficiarios. A eso si doy mi voto. Lo demás es marear la perdiz ó una tertulia de taberna.

Gracias, Rogelio. Me animas. Aquí estoy.

RESPECTO DEL BLOG.
Ya que Inma ha provocado una intervención tuya, voy a aprovechar la ocasión para hacer dos consideraciones respecto del blog.
Una, que efectivamente te prodigas poco, pero además de estar en tu perfecto derecho, la enjundia y empeño que pones en tus artículos hace que ganen en calidad y efectividad, yo también cada vez pinto menos cuadros pero mejores, nos ha jodido....
Otra, que la temática de tus análisis ha ido evolucionando en los dos años en que lo sigo. De los chascarrillos sobre La Cospe, el Floriano, Barcenas y el resto de La Banda de Trinidad nos fuiste llevando hacia terrenos más sesudos y profundos. Nos has hecho pensar y nos has enseñado cosas, ¿que mayor satisfacción puede esperar un "profe" como tu ?. Aunque últimamente se aprecia un cierto "absentismo" y algo de "fracaso escolar" entre los participantes.
También se ha visto tu caracter "solidario", gracias a tí he descubierto Change.org, +Democracia y las nuevas tecnologías de la "comunicasion" etc.etc. y otros caminos para no sentirse tan solito. Y sobre todo, saber que puedo opinar. ¡¡Gracias por todo ello, de corazón!!.
Pero todo tiene un coste en esta vida y efectivamente con el "Nuovo stilo " nos reímos mucho menos.

Además del deterioro físico que todos sufrimos con el paso de los años, en el psíquico arraiga como nunca un pernicioso achaque: "el excepticismo ". Para el declive físico se nos recomiendan como paliativos-preventivos una hora de ejercicio diaria, una dieta equilibrada y hábitos de vida saludables, pero contra el excepticismo parece ser que ha nadie se le ocurre nada, bueno a los curas si " la fe ", pero como solo ofrece un efecto placebo, a los que no creemos en la homeopatía no nos sirve de nada.
Yo mismo, europeista e internacionalista convencido de toda la vida, crítico con los micronacionalismos excluyentes, a pesar de ser vasco y que lo único que me gusta del fútbol es que el Real Madrid pierda, ir a votar a las europeas me da más pereza que hacer una hora de footing por las mañanas y sin embargo iré, más por joder que por convencimiento pero iré.
Respecto a los debates cara a cara de candidatos al estilo yanqui me parecen irrelevantes, incluso contraproducentes y que solo alimentan el morbillo de haber quien de los dos es más chulo o tiene más labia. Entrevistas sin debate, aunque si pudiendo improvisarse preguntas según se desarrolla, realizadas por periodistas y ciudadanos con cada uno de ellos por separado, me resultan mucho más interesantes y efectivas que una pelea de gallos, en lo inmediato para verles mejor el plumero y a más largo plazo para husmear en las hemerotecas. La tensión competitiva y el peso de la responsabilidad electoral enorme que conlleva un "cara a cara", por mucho que estudien el color de la corbata, si mesa o sillón o la postura de las manos, no nos dejan ver ni a la persona y su ideología ya que está actuando, ni a sus propuestas ya que se está defendiendo. De hecho en mi propuesta de entrevistas individuales recomendaría que, además de achicharrarlos a preguntas, se organizasen alternando una de periodista "bueno" con una del "malo" y otra del ciudadano "bueno" con la del "malo", y así sucesivamente, y con el candidato sentado en una silla, tras una mesa de madera y con una lampara sobre la cabezota.

Gracias por vuestras aportaciones, como siempre: enriquecen y amplían.
PD: Inma, no... solo ha sido un pequeño ralentí... pero estoy a tope y no he perdido tino, espero. :-)

La UE se ha convertido en un gran lobby con una plantilla, a diciembre de 2013, de 47.486 funcionarios. Yo me pregunto sobre la necesidad de los mismos.
Por otro lado, no necesito que me vengan a dar "discursitos" partidistas para saber qué me beneficia. Por supuesto que iré a votar, aunque en el fondo piense/sienta/sepa que mi voto irá a parar a un saco roto, ya que los que, realmente, mandan en la UE son los grandes lobbies financiero, económicos, etc., la sumisión a los mismos queda, claramente, de manifiesto en la reticencia a aprobar la legislación que limite y controle a los paraísos fiscales. No soy "euroescéptica", pero sí que soy ciudadana de la EU muy crítica por lo que no dejará en manos de la derecha reaccionaria el poder total y absoluto de los órganos de decisión. Mi voto irá a la izquierda, porque es la opción que, supuestamente, beneficiará a los más desfavorecidos.
Saludos, Antoni.
Pd.: te prodigas poco, jeje

Antoni, en la construcción de esa base europea no estaba España. Posiblemente mi ignorancia sobre el tema me haga pensar que de ahí vienen parte de nuestros problemas de fondo...
Estaré atenta a todos los demás comentarios, es interesante el tema.

El debate binario/contradictorio/oposicional es una representación que, de alguna manera imita a un juicio: verdad o mentira, culpable o inocente. Su finalidad es convencer al jurado/juez (nosotros). Una simplificación sin sentido. Aquellos de nosotros que pensamos que este tipo de simplificación ideológica no es capaz de elaborar una salida, un camino de futuro (¿para qué otra cosa serviría debatir?), tendemos a sentir que estos representantes de las SGSE (sociedades de gestión de servicios estatales) llamadas partidos políticos pelean por su escaño y nada más. 8500 + 14000 para gastos ¿realmente necesita cañete o valenciano esto?. Haré lo posible por negárselo.

Como siempre Antoni, extraordinaria reflexión que comunica con precisión el lamentable perfil y muy carente de resultados que tienen en general los políticos "millenials" que hoy gobiernan y legislan . Dicve el dicho que "no se le puede pedir "peras al olmo" y los políticos mexicanos deberían leerte para que se den cuenta, si es que tienen esa capacidad aún, de que no conocen ni siquiera conceptualmente el verdadero origen y sentido del debate.
Muchas gracias Antoni. Saludos!!!

Hola, amigos. Yo creo que el hombre sin memoria ni siquiera es ya hombre o ha perdido, al menos, el rasgo más definitivo de su personalidad. Los españoles nos hemos pasado la vida entre la admiración y la antipatía hacia el resto de los europeos, comenzando por nuestros vecinos. Eso es normal. Pero ya no lo es tanto que no estemos convencidos de que nuestra madurez como país político pasa por el reconocimiento y la defensa de los valores que siempre hemos considerado más europeos (al menos, yo). La cultura, la racionalidad, el arte, el diálogo, el respeto, los derechos del hombre, el deso de convivencia, el sentido de apertura a los horizontes más prometedores...
Nuestra desgracia presente es que estemos representados para las elecciones europeas, especialmente, por dos partidos que encarnan lo que RAFAEL ARGULLOL llama hoy en EL PAÍS, "la ignorancia autosatisfecha que contempla apáticamente la destrucción de la cultura y la dispersión del talento". Ellos, populares y socialistas, son para mí, hoy en día, los representantes de lo que Argullol llama la cuarta contrarreforma y que no parece que vayamos a ser capaces de detener a tiempo. Hélas!

El asunto europeo se nos vino encima a los españoles y de lleno, en cuanto fuimos demócratas de toda la vida de un día para otro.
Votando ideales, intentando recuperar la dignidad y la justicia social.
Pudiendo pasar las fronteras de nuestro entorno sin tener que pasar barreras, ni enseñar el bolso con los chorizos y los quesos envueltos en papel de estraza.
Para llevar a la familia que vivían en otro país que no era el nuestro, entonces sin darnos cuenta empezamos a dejar de ser provincianos los españoles.
En España se nos vio de golpe el mundo moderno y el saber idiomas, y atender a los extranjeros en su lengua, vinieran de donde vinieran.
Y pasar sin mirar siquiera al lado de las extranjeras en biquini, sirviendo cervezas, o montaditos de lomo.
En las terrazas.
La misma gente que hacía cuatro días arreaba ganado, o subía tochos al andamio.
De provincianos a europeos en dos pasos.
Del seiscientos al familiar, y al pisito con vistas.
La España diferente, igualándose con el resto del mundo mundial, culto y avanzado.
Y hoy estamos de vuelta, o estamos volviendo la esquina de la calle ejerciendo de europeos, y como tales tomando la responsabilidad de saber que queremos para nuestro futuro compartido.
Y para nuestros hijos e hijas.
Sobre todo a la vista de los acontecimientos recientes.
Lo que no queremos ya lo sabemos.
Siendo gente de a pie, como los de antes de ser democráticos e internacionales.
Y lo que queremos también lo sabemos, sobre todo después de pagar a precio de oro todo lo que consumimos y recibir de rebote los intereses.
De la mala gestión de quienes amparados en su gestión y responsabilidad nos han dejado padecer sin barreras protectoras las cornadas de los miuras.
La España de provincias compra cada día en el supermercado de la esquina y ha de pagar por todo el precio que se nos pida, si queremos comer.
Con el despido barato.

Este inicio de campaña me ha permitido conocer el Partido X, ya que me hablaron muy bien de él unos compañeros. Y la verdad es que tengo que decir que me parece lo más innovador y progresista que se ha hecho política en los últimos 30 años. No lo tienen fácil, pero como dicen ellos "da igual sabemos que esto es el futuro".
Respecto a su articulo, como siempre, es difícil no esta de acuerdo con usted.

Un artículo muy interesante pero ¿en serio crees que el PP o el PSOE están a la altura de lo que dices? A mí me pagan 300 euros y no veo un debate entre Cañete y Valenciano. Con 3.000 me lo pensaría. Con 30.000 sí. O sea que tengo un precio :) Luego, naturalmente y por anticipado, sé que votaría a cualquier partido menos al PP y al PSOE. Pero votaré en contra de ambos.

Como de costumbre, muy de acuerdo, en tu análisis, sobre todo en la primera aseveración: aunque los discursos sean muchas veces tramposos, o preparados desde poderes ajenos a la ciudadanía, mejor esto que matar. Pero quedarnos ahí sería imperdonable, porque aunque al bipartidismo no le interesa altas participaciones que modifiquen el arco de poder, existen millones de europeos reclamando con insistencia otra forma de hablar, de construir.

http://casaquerida.com/2014/05/10/chalecos-salvapatrias-bajo-el-escano/

Por pedir, que no quede. En cuanto a la soberanía, justo España hace su mayor cesión cuando Europa muestra su perfil más insolidario. Si es que no damos una. Por eso, prefieren callar -aunque sea haciendo ruido-, mil veces antes que debatir.

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Sobre el autor

es asesor de
comunicación y consultor político.
Profesor en los másters de comunicación
política de distintas universidades.
Autor, entre otros, de los libros: Políticas.
Mujeres protagonistas de un poder
diferenciado’ (2008), Filopolítica:
filosofía para la política (2011)
o La política vigilada (2011).
www.gutierrez-rubi.es

Sobre el blog

Hago mía esta cita: “Escribimos para cambiar el mundo (…). El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo.” James Baldwin

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