Los emoticones y la política

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 03 ago 2014

Emoticones

¿Pueden ser efectivos los emoticones utilizados en la comunicación política? La pregunta puede sorprender…, pero la respuesta es muy seria: sí, rotundamente, sí. Son parte de la nueva revolución del contenido convertido en acción. El crecimiento de las aplicaciones de mensajería instantánea, con WhatsApp a la cabeza (que ya compite con éxito por la atención de los usuarios frente a las redes sociales, y hace meses ya arrebataron el tráfico al correo electrónico), es una señal inequívoca de la lucha por la atención, el bien escaso en nuestra sociedad. También en la acción política. O en la universidad y la empresa, por ejemplo.

Estas son algunas de las razones por las que los emoticones (en todas sus versiones) pueden protagonizar buena parte del lenguaje y del activismo político del futuro:

1. Los memes canalizan la creatividad social. El lenguaje visual está colonizando la conversación digital. La facilidad, comodidad y rapidez con que se pueden crear (y compartir) memes de gran calidad ha disparado la espontaneidad y la inmediatez. La sátira visual ha desplazado a la crítica argumental. Su capacidad viral es imparable. El humor social canaliza el malestar. Y también el cinismo. Por su poderosa eficacia, la comunicación política no puede prescindir (o ignorar) el extraordinario potencial de la política a golpe de memes. Por ejemplo, las herramientas Meme Dad, Imgflip, MemeGenerator.es, Imgur, Livememe, Quickmeme o Kanvas ofrecen alternativas versátiles y sencillas. El protagonismo de los especialistas o de los expertos es suplantado por la osadía de lo común y de lo corriente. Hoy, la tecnología ofrece capas de conocimiento imantadas, con las que puedes actuar aún sin comprender. Es el mundo de la acción.


2. Pensar, decir (escribir), hacer. Los emoticones facilitan la transición pensar-decir-hacer. La posibilidad de que el mensaje sea más atractivo y creativo, favorece su viralidad y reporta reputación digital a quien lo crea y/o lo comparte. Los emoticones animan la acción de enviar, al actuar como iconografías de mensajes complejos. Nos gusta escribir con señales, anagramas, abreviaturas, códigos. Y esta reconversión de lo estrictamente textual en ideogramas confiere a los mensajes una gran versatilidad. De letras a símbolos. De palabras a señales. Algunas fuerzas políticas, como los demócratas en EEUU, han empezado a trabajar con stickers para el activismo, aproximándose a este concepto con anticipación…. Y habilidad.

3. Universalidad. Los emoticones responden, también, a las características del diseño universal, que promueve el desarrollo de productos y entornos de fácil acceso para el mayor número de personas posible. Sus siete principios son: 1, Igualdad de uso. 2, Flexibilidad. 3, Simple e intuitivo. 4, Información fácil de percibir. 5, Minimiza los errores. 6, Escaso esfuerzo físico o mental. 7, Dimensiones apropiadas. Universalidad para conseguir una plena accesibilidad, sin discriminar a ningún usuario, a lo que hay que añadir su capacidad multi-modal y multi-idioma.

4. Viralidad. Lo explica muy bien Juan Luis Sánchez: «Un turco y un español no se entienden cuando hablan, así en general. Un español y un egipcio tampoco. Pero ante una imagen (…) confluyen imaginarios que cada vez tienen más zonas solapadas, más elementos comunes». Las imágenes (y los emoticones, por supuesto) permiten explorar lenguajes y emociones universales. «El resumen de una revuelta puede estar en una sola imagen», indica Yolanda Quintana coautora junto al colectivo Outliers de un estudio de las imágenes que se propagaron con el hashtag #occupygezi. En su investigación se preguntaron qué tipo de imágenes se hacen viralesy acaban representando un movimiento social. Y cómo se comportan las redes cuando se trata de contenidos de fuerte carga visual. Viralidad y visualización van de la mano. Y se retroalimentan.

5. Activismo político. La campaña de crowdfunding de reconstrucción de Can Vies está innovando en muchos sentidos, «en la cantidad de colaboraciones especiales que han conseguido y que ofrecen como recompensas exclusivas, en sus punzantes vídeos virales… y más recientemente nos han sorprendido explorando nuevas formas de difundir su campaña». También en WhatsApp se puede seguir la historia del #EfectoCanVies explicada con emoticones. Estamos al inicio de creativas y sorprendentes narraciones visuales. La política del relato se enriquece, hibridando lenguajes y técnicas.  El potencial es enorme.

6. Emoticones animados. Twitter ya permite gifs animados por lo que dentro de poco comenzaremos a ver ‘movimientos’ en las noticias o mensajes que leemos en nuestro time line. La evolución hacia la animación ofrecerá nuevas oportunidades a la microcomunicación. Las pantallas se llenan de imágenes, iconos, fotografías y microvídeos. Los emoticones van a moverse, generando nuevas oportunidades narrativas.

7. Innovación constante. En julio de este año «los emoticonos se renuevan» con la actualización del código Unicode y 250 nuevos caracteres. “El que más polémica ha levantado es el que se esconde bajo el código 1F595, puño cerrado y dedo corazón levantado. Traducido, la popular ‘peineta’ convertida en icono para enviar en cuestión de segundos», nos cuenta Rosa Jiménez Cano. No estamos lejos de diseños más 'locales', de fuerte connotación coyuntural. ¿Se imaginan emoticones de Rajoy, Sánchez o Iglesias? El potencial para la comunicación política (desde la crítica, la propaganda, o la vigilancia) en las pantallas de proximidad de los móviles es extraordinario. Y más en un momento en el que el móvil se ha convertido en el objeto material más valorado (e imprescindible) para más personas cada día.

 

Fuente de la imagen: El blog de Verkami. Artículo "Crowdfunding viral" (16.07.2014)

Hay 5 Comentarios

es ciertamente increíble cómo esto ha cambiado tanto

Para mí, su utilidad radica en el ahorro de palabras a la hora de transmitir, además de la inmediatez en tiempos del 2.0.
Saludos, Antoni y comentaristas.
Ojalá tengamos buena reentré.

Entiendo Antoni que te refieres a los emoticones virtuales, o digitales, los de pantallita vamos….., me parecen un gran invento, un simple clic y ya está.
Los antiguos egipcios, para mí los padres del emoticón, se lo tenían que currar mucho más tallándolos en piedra, pero se entendía perfectamente el mensaje, todavía hoy si te fijas un poco está todo clarísimo, por ejemplo, “señor sentado con culebra en la cabeza que observa un pato al cual dos señoritas en toples le espantan las moscas con unos matasuegras”, para mí esta más claro que el agua, “ ayer estuve en la despedida de soltero de Julián”.
Los romanos también utilizaron la piedra para sus emoticones, en los “hitos” de las calzadas tallaban una “carita” del Cesar o del Augusto de turno que todo el mundo entendía: “Hasta aquí hemos llegado”. Es incuestionable la trascendencia política de aquellos emoticones.
No quiero extenderme en icónicos emoticones de la edad moderna como los caretos de Hitler, Mussolini, Franco, Stalin, Tito etc. etc. hechos con plantilla y pintura negra en las fachadas de media Europa, ni posteriormente con la globalización y modernización de la impresión en camisetas, gorras y pins de las siluetas del Che Guevara,Mao, o John Lennon, todos ellos “política” pura.
Sin embargo los emoticonos tangibles más universales, que han condicionado desde la política, la sicología, la antropología, la salud, la macroeconomía, la educación, la sociología y el senderismo son, sin lugar a dudas, “las señales de tráfico”. Todas son “caritas”, redondas, triangulares, cuadradas o rectangulares, algunas incluso luminosas, todas son globales, un canguro es un canguro no solo en Australia, sino en todo el mundo, y no digamos una vaca, un ciervo o un peatón suelto……, casi nadie las entiende en su auténtico significado pero son muy orientativas y cualquier reforma de su contenido legal es casi tan complicada como reformar una constitución, o incluso más, ya que implica acuerdos “internacionales”.
Los emoticones de los SMS, los guasapes y los tuiters tienen que caminar todavía mucho para alcanzar una incidencia tan amplia como las señales de tráfico. Ello no quita para que sea partidario de estudiar nuevas regulaciones, por ejemplo, que la derecha tenga siempre preferencia sobre la izquierda salvo en las rotondas, me parece un mensaje erróneo para la sociedad.
No quiero despedirme sin hacer mención del emoticono no virtual con más pinta de emoticono de la historia y que tuvo una gran repercusión política y social, me refiero a la carita (amarilla por cierto ) del sol sonriente del “Nucleares, no gracias”

Un acierto total llevado a la política. Por ejemplo, candidatos para jugar al abejorro. De todo signo. Desde los caciques Álvarez Cascos, Javier Arenas, Cotino, Arias Cañete, "Isidoro"(el hoy gorila Felipe), etc. El besugo de Cándido Méndez da mucho juego en los emoticones. Toxo, ese pobre hombre de los cruceros es otro cantar. La misma cegata Ana Mato con su jaguar como logotipo. Ese sindicalista asando una vaca con billetes, Marta Ferrusola pariendo como una coneja, la chochona de Fátima Bañez o ese freo atractivo de Micaela Navarro. La seda de la mona de Cocodrilo Dandy/Fdez de la Vega, la cara de asco a la hora de controlar de Mafo/Fdz Ordoñez cuando era gobernador del banco de España, la España corrupta con sus interventores, auditores y abobados del Estado. El mismo jerezano Pedro Pacheco con su célebre "sentencia" sobre la justicia colgada de los huevos, Rodrigo Rato tocando la campana y aclarando lo que su papá tenía pendiente con la justicia, Zaplan diciendo lo que sabe de Terra Mítica y Cotino jodiendo a la marrana al no decir lo que sabe sobre el accidente de metro de Valencia, ese gen cobarde en el 78% de los vascongados. Ahora bien, quien mejor quedaría coto todo esto es la escritora Almudena Grandes, es la que mejor visión tiene de la "jugada": La justicia me da asco, ha dicho. A todas luces se queda corta. Ya se sabe que de las ciento de miles de encuestas que se han hecho sobre la justicia hay en torno a un 78% que dice que no cree en la justicia. Pero la gente sigue votando. Borregos. Y Cáritas sacando adelante a 12 millones de desgraciados. Y el puto enano de Solchaga sin decir si cuando dijo aquello de hacerse rico en cuatro días contaba con el visto bueno de "Isidoro". Ahí puede estar la clave del tomate. Menos mal que según la Fundación "Guru-GÚ" un 78% de los 120.000 liberados sindicales han solicitado ingresar en la Unidad Militar de Emergencia. En el supuesto de que Cándido y Toxo quisieran ingresar sería con el empleo de Cabo, previa convalidación de estudios según el plan Bolonia. En cuanto a la puerta giratoria a que decir que "Isidoro"/Felipe González está muy cabreado con Pedro Sánchez. Los 130.000 euros que trinca piensa donarlos a Cáritas. El bigotes piensa hacer lo mismo pero el 25 aniversario de la boda de su hija en el Escorial. Allí en el Escorial según Jorge Vestrirge cuando lo de la riada de las vascongadas hubo muchos que lo celebraron con champan. No es para menos. Y en ese plan Ninguno.

No es política, pero se enciende un emoticone de sonrisa cada vez que escucho a esta chica que quiere hacerse oír, y para ello ha hecho su propio videoclip, rudimentario, pero propio. Les invito a oírla. http://www.youtube.com/watch?v=J2SyPmem8KI&list=UUjMqoa3TkuBjn6ovxzPJ9dw

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Sobre el autor

es asesor de
comunicación y consultor político.
Profesor en los másters de comunicación
política de distintas universidades.
Autor, entre otros, de los libros: Políticas.
Mujeres protagonistas de un poder
diferenciado’ (2008), Filopolítica:
filosofía para la política (2011)
o La política vigilada (2011).
www.gutierrez-rubi.es

Sobre el blog

Hago mía esta cita: “Escribimos para cambiar el mundo (…). El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo.” James Baldwin

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