Rajoy y Sánchez, a la carrera

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 01 sep 2014

Rápido, rápido, rápido. Rajoy y Sánchez están a la carrera, sin tregua, con una cantidad y calidad de propuestas reformadoras democráticas inauditas, o impensables, hasta hace muy pocas semanas. Tan rápidos que no se puede ni analizar suficientemente –con la calma y atención que merecen- ni evaluar las medidas, su impacto y sus posibles puntos de acuerdo, a pesar del tacticismo que atenaza casi siempre a los líderes políticos.

Rápido porque sienten que van tarde, muy tarde (en las reformas democráticas). Rápido porque queda poco tiempo (para las próximas elecciones y porque los datos demoscópicos son brutales en cuanto a desafección causada por la corrupción y el funcionamiento democrático). Rápido porque la competencia aprieta (por la irrupción –extraordinaria disrupción- de Podemos y su discurso regeneracionista, sin concesiones). Más que nunca el poeta explica mejor que nadie la agitación, casi desesperada, del PP y del PSOE en esta competición acelerada: “Cuando las horas decisivas han / pasado / es inútil correr para / alcanzarlas” (Sófocles). ¿Será inútil lo que proponen, ahora? Pienso que no.

Esta aceleración es forzada por la realidad y por la presión social. Pero no por ello debe ser desconsiderada por los sectores sociales y políticos que han exigido reacción y cambios en la política formal y, en particular, en las dos grandes fuerzas políticas. La descualificación ad hominem, venga de donde venga, es perversa y prejuiciosa. Y nos aleja del debate democrático para enlodarnos en la trinchera ideológica y sus trincheras sectarias. Se abren oportunidades. Lo deseable es explorarlas. Entre los partidos y con la sociedad.

Las urgencias casi nunca son buenas consejeras en política. Pero el empecinamiento, la pereza, la arrogancia acomodaticia, todavía son peores. La inacción es peligrosa, cuando lo que está en juego son valores y principios que se perciben conculcados por prácticas y comportamientos políticos que desprecian las leyes y la ejemplaridad política y moral, sin las cuales no hay ejercicio de la representación política en democracia.  

El empecinamiento en el error es una de las características menos estudiadas en el uso del poder político, pero que tiene patrones de comportamiento a lo largo de la historia. En el extraordinario libro de Barbara W. Tuchman, La Marcha de la Locura [The March of Folly, 1984] la autora aborda un asunto tan turbador -e incomprensible- como la paradójica omnipresencia, a lo largo de los siglos, de la insensatez y la irracionalidad en el gobierno. “Y en todos ellos descubre un denominador común: el empecinamiento por parte de los gobiernos, y en particular de individuos obsesionados con el poder, en políticas contrarias al interés general, a pesar de tener la posibilidad de recurrir a otras alternativas viables”.

La urgencia competitiva con la que hemos iniciado el curso político, así como la agenda de temas y fechas claves y decisivas, pueden imponer un ritmo frenético de hechos consumados que impidan los debates, las negociaciones, y los pactos –amplios, transversales, políticos y sociales- que permitan que estas reformas sean profundas por compartidas. Útiles por plurales. Oportunas por participadas. Aceptadas por discutidas. Rapidez es lo que casi siempre se le pide a la política. Pero cuando esta llega tarde y mal, lo mejor –más que ir rápido- es hacerlo bien, y mucho mejor que con anterioridad.

Hay 6 Comentarios

Esta mañana, Susana Díaz, explicaba en La Sexta que ella nunca negociará con partidos que tengan políticas distintas a las de su partido. Se refería a Podemos. Nunca creí que Susana Díaz fuese tan antidemocrática. Los partidos negocian porque sus puntos de vista sobre los caminos a seguir en la democracia son distintos. Llegan a acuerdos dejando pelos en la gatera y se ponen a gobernar, si no han conseguido una mayoría absoluta.
Le apuesto a Susana Díaz un cortijo a que tendrá que negociar con Podemos en la formación del próximo gobierno, si es que gana. Porque de lo que sí estamos seguros es de que el partido de Pablo Iglesias va a dar más de un susto el año que viene en todas las regiones.
Rajoy, a pesar de su optimismo en cuanto a la salida de la crisis, lo cierto es que le ha visto las orejas al lobo y sabe que las próximas elecciones no las ganará con mayoría absoluta. Tendrá que modificar las leyes a su conveniencia para que el PP pueda gobernar allí donde no debiera. Como dice el señorito andaluz del PP, tiene que gobernar el partido que más votos saque para la alcaldía, aunque sea una minoría. ¡Ele! Igual que como dijeron en el caso de San Sebastián o Guipúzkoa, donde acusaron al PNV de separatistas por no querer negociar con el resto de los partidos para desalojar a Bildu de las instituciones. El PNV se limitó a decir: "Han ganado las elecciones, que gobiernen, a ver qué pasa". No, lo ancho para el PP y lo estrecho para los demás.
Es justo y necesario desbancar al PP de la mayoría absoluta, de lo contrario será la perdición democrática.

Amigo, Rogelio.
No sé, pero lo mismo que comentas me sucede a mi y me actitud es de total y absoluto hastío y rechazo a todo lo establecido.
Y cierro el ordenador y me voy a dar un baño...jaja
SALUDOS y ánimo, compañero

¿ Cuanto tiempo resistirá el pueblo la catarata de sobresaltos que estamos viviendo? ¿ En que momento la colectividad hará “catacrac” y se desplomará inerte? Además, desde el futuro de la alcaldía de Madrid hasta la cumbre de la OTAN todo asunto parece ser de una trascendencia vital, que para más coña, yo opino que la tienen y vivo en un sin vivir en mí.
Por si fuera poco, con este comienzo de curso, nos ha parido la abuela. ¡Que barbaridad, que cantidad de movidas! Yo como estoy jubileta, eso si hecho un chaval, me enfrento a la prensa a las ocho de la mañana y a las nueve estoy exhausto. Casi no atiendo ya a las secciones de cultura, mala señal. Entre las noticias y la opiniones se me acaba el carburante digital y tengo que salir como un loco con la bicicleta durante una hora para producir las dopaminas y las endorfinas necesarias para seguir siendo cartesiano.
¿ Os pasa lo mismo ?, y en caso afirmativo, ¿ que actitud política deberíamos adoptar para neutralizarlo ?
Agradezco de antemano cualquier sugerencia.

Para mi son todos iguales. Da igual que se llame PP, PSOE, Podemos, IU, etc...
Ninguno mira por el pueblo. Solo por ellos mismos.
Las personas somos así.

El PP tiene la “ prisa”, prisa por blindar su incombustible arco electoral y si puede arañar algo del centro despistado mejor, por eso larga unas migajas de regeneración democrática, que bienvenidas sean, aunque pocas, tarde y con una clara segunda intención. Por poner un ejemplo, hacerse los buenos con lo de los alcaldes diciendo que ellos van a ser los más perjudicados pues van a perder algunos ayuntamientos en Euzkadi y Cataluña es patético. Son municipios en donde no pintan una mierda y los que pintan tienen tal cacao nacionalista que prefieren que se maten entre ellos y no les salpiquen sus movidas.
El PSOE tiene el “acojono” a la “competencia” y nos hace un alarde de dignidad socialista exigiéndole al PP que lo del aborto y la seguridad ciudadana estén en el menú o no hablamos. Bien dicho, que remedio les queda…. con los de las coletas a punto de dar alcance al pelotón de cabeza.
Lo que nos viene por delante es una mezcla de “Vuelta a España” y “Encierro de San Fermín”. Puede ocurrir cualquier cosa, y si encima tu admirada Barbara W. Tuchman tiene razón, que la tiene, ni te cuento…….
Que Dios nos coja confesados.

Tu declaración de "buenas intenciones" está muy bien, además de fundamentada con aportes significativos, pero sabes qué opino???. La última palabra la tendremos los votantes (aunque maldita la utilidad de nuestro voto) y me temo que nada cambiará. Ni Podemos, ni UPyD, están en disposición de arrebatar el poder a los dos grandes, y si Pablo Iglesias es coherente con sus palabras, en caso de obtener resultados excelentes, no podría pactar o formar coalición con otros partidos para llegar a "derribar" el bipartidismo. Somos animales de costumbres y los votantes del PP son fieles hasta la muerte, ....bueno, salvo excepciones, así es que Paco Marhuenda tiene razón, la fragmentación de la izquierda beneficia al PP. Ah, y Rajoy haciendo alardes de recuperación económica. Que le pregunten a los millones de parados o de empleados-esclavos que hay en este santo país.
Un saludo y buena reentre.

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Sobre el autor

es asesor de
comunicación y consultor político.
Profesor en los másters de comunicación
política de distintas universidades.
Autor, entre otros, de los libros: Políticas.
Mujeres protagonistas de un poder
diferenciado’ (2008), Filopolítica:
filosofía para la política (2011)
o La política vigilada (2011).
www.gutierrez-rubi.es

Sobre el blog

Hago mía esta cita: “Escribimos para cambiar el mundo (…). El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo.” James Baldwin

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