Hace unas semanas, Ulrich Beck, sociólogo alemán y autor del concepto «la sociedad del riesgo», apuntaba muy bien el tema de la perplejidad en la política: «Los ciudadanos, la gente en la calle, se enfrentan a situaciones que la mayoría de ellos no entienden. No saben lo que está pasando. Los expertos no tienen respuesta, los políticos no tienen respuesta, y por supuesto, la gente no tiene respuesta. Y por otro lado, al mismo tiempo la sociedad se está moviendo, pensando en todo tipo de nuevas alternativas».
Meses antes, Matteo Renzi, en su atrevido discurso —por su franqueza inusual— en el Parlamento Europeo, ofrecía su versión de la perplejidad, resituándola en el aburrimiento y la parálisis: «Si Europa se hiciera hoy una selfie, ¿qué vería?: Un rostro cansado y resignado, aburrido», se respondió, «mientras el resto del mundo corre a una velocidad extraordinaria, Europa se está quedando atrás», recalcó.
Entre la perplejidad (no comprender nada —o no hacerlo suficientemente—) y el aburrimiento (no hacer nada —o no suficientemente—), la política democrática, protagonizada por las actuales corrientes de pensamiento y acción política, está renunciando a ofrecer la representación política como el instrumento más útil contra la resignación claudicante. Quizá, si los actuales dirigentes políticos comprendieran mejor el estado emocional de la ciudadanía, y el binomio perplejidad-aburrimiento, entenderían una de las claves del éxito de la respuesta que se construye alrededor del eje indignación-reacción.
Esta capacidad (o incapacidad) de comprender a los demás, y cómo puede cambiar nuestra manera de relacionarnos y de organizarnos socialmente, es la clave. Siempre me ha sorprendido el limitado conocimiento que, desde la política —y la comunicación política—, tenemos de la neurociencia (y la neuropolítica) y, en particular, de las neuronas espejo y su contribución a la empatía humana. Jeremy Rifkin, autor de La civilización empática (libro imprescindible que deberían leer muchos representantes y líderes políticos), afirma que esta capacidad ha sido el principal conductor del progreso humano y que ha de seguir siendo así, si aspiramos a su sotenibilidad. «Necesitamos ser más empáticos si pretendemos que la especie sobreviva», afirma rotundo. Advirtiendo del irreversible deterioro económico y social que puede suponer que la política (en particular) sea cada vez más incapaz de comprender emocionalmente a la ciudadanía.
La ignorancia y soberbia de algunas personas puede confundirles. Ser empático no es ser, necesariamente, simpático. La crisis de la política, no es la crisis de la simpatía de la política. El problema no es de pose, es de actitud, y de conocimiento de la eficacia comunicativa y del enorme potencial regenerador de las emociones en política No se trata de «marketing», sino de filosofía política, de valores políticos. Lo explicaba muy bien Felipe González, llevando el agua a su molino, en julio de 2007 (25 años después de la primera victoria socialista después de la Transición): «El socialismo es, sobre todo, un sentimiento, y no es y no debe ser una construcción ideológica. Para liderar el cambio es imprescindible hacerse cargo del estado de ánimo de los otros». Y continuaba: «El liderazgo consiste en estar con la gente, con su sufrimiento, abriéndoles horizontes, pero hay que tenerlos claros». ¿Cuándo sucedió? ¿Cuándo la política dejó de ser un sentimiento? ¿Cuándo dejo de comprender el estado de ánimo de las personas?
Tania Singer, investigadora del Instituto Max Planck de neurociencias cognitivas en Leipzig (Alemania), va más allá y habla incluso (lo explicó en el Foro Económico Mundial de Davos) de una economía protectora basada en la cooperación y la compasión en lugar de en sólo la competición. Estudia ahora si mediante actividades como la meditación es posible fomentar la empatía y la compasión: «Si conseguimos entender esta característica humana y entrenarla seguramente podremos conseguir una sociedad mejor». Sí, se trata de filopolítica.
La irrupción reciente de nuevas expresiones políticas en este país tiene mucho, también, de liderazgo emocional. Las fuerzas políticas han abandonado las emociones, confundidas y confiadas en que las razones y las acciones serían suficientes. Pero, tras su perplejidad actual, se esconde su incapacidad para comprender la perplejidad, anterior, de una ciudadanía que pasó del aburrimiento a la indignación y que ahora explora la reacción. Comprender lo que sienten las personas es comprender lo que piensan, o pensarán. Esta es la clave. El combate no es por el centro, es por el corazón, el auténtico centro de la política.
Hay 2 Comentarios
Antoni, yo si que estoy perplejo con la política y sobre todo, con los que "la analizan", porque llevan ambos, años, muchos años, hablando, hablando, de los "problemas de la gente", pero sin proponer soluciones reales.
Uso tu mismo ejemplo, para demostrarte lo que digo. "Ulrich Beck en su entrevista con Ana Mar Fernández, plantea problemas y soluciones reales??...ninguna!
Ante la pregunta lógica de AMF:" En su opinión, parte del problema es que la economía gobierna sobre la política. Todos estamos de acuerdo que la política debe recuperar el liderato, pero ¿cómo podemos hacerlo?"
Antoni, ¿has encontrado en sus "respuestas", en alguna de ellas, algo que sea efectivamente real?....
¿porque la economía en pleno sigloXXl, gobierna el mundo de hoy, si o nó, Antoni??...
La gente normal, no tiene porque saber sobre todo lo que pasa, solo tiene que ver la realidad de los hechos y si está de acuerdo con ellos y las soluciones que la política les ofrece. No hay más, no se puede pretender más, ya por si misma la vida es muy difícil hoy día, como para que todos tengan que saber de todo, para opinar.
En mi opinión Antoni, ¿sabes porqué la gente está perpleja con la política?...porque los politicos mienten a mansalva y los medios de comunicación, se lo permiten!
La gente está perpleja, porque aparecen en los medios de comunicación opiniones de"intelectuales" que retuercen la realidad de los hechos y subliminalmente, mezclan: información + opinión= confusión + desorientación.
Esta es la realidad que yo percibo.
Cordial saludo
Ismael
p.d. sigo a la espera de la publicación del lugar donde están redactadas "las numerosas leyes democráticas catalanas que avalan todo el proceso independentista". Las que siempre aluden en todas sus alocuciones públicas, Mas,Junqueras,Homs y la ANC.
Su omisión en tus análisis políticos, me tiene absolutamente perplejo, dado tu curriculum como analista.
Publicado por: Ismael | 08/12/2014 19:25:23
Amar al prójimo como a uno mismo o no querer para otros lo que no quieres para ti, etc etc. Es lo que me sugieren algunas palabras salpicadas de este análisis tan interesante que nos traes. Y que encadenan ciertas impresiones leídas en el ámbito de las religiones.
Hay una crisis de valores donde se ha sustituido el culto al dinero por todo lo demás. Yo creo que si va a ser eso. Entiendo.
Publicado por: Carlos Martinez | 08/12/2014 8:27:44