Sobre el autor

es asesor de
comunicación y consultor político.
Profesor en los másters de comunicación
política de distintas universidades.
Autor, entre otros, de los libros: Políticas.
Mujeres protagonistas de un poder
diferenciado’ (2008), Filopolítica:
filosofía para la política (2011)
o La política vigilada (2011).
www.gutierrez-rubi.es

Sobre el blog

Hago mía esta cita: “Escribimos para cambiar el mundo (…). El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas y si logramos alterar, aunque sólo sea un milímetro, la manera como miran la realidad, entonces podemos cambiarlo.” James Baldwin

No es aritmética, es política.

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 20 dic 2015

El resultado electoral deja a Pedro Sánchez frente a una gran responsabilidad. No ha ganado las elecciones, pero podría formar gobierno.

Sánchez se enfrenta a tres ecuaciones: Primero, hay ganas de cambio en España. Solo uno de cada cuatro electores ha votado a Mariano Rajoy. Defraudar estas expectativas sería imperdonable para una parte muy significativa de sus electores, y de los progresistas en general. Segundo, las izquierdas plurales crecen, y sus electores quieren acuerdos, aunque sus dirigentes rivalizan, compiten y creen que no hay espacio sin la eliminación (o superación) política de los adversarios. Nos enfrentamos a una situación inédita: la posible contradicción y la discrepancia real de intereses entre los electores y los dirigentes de las fuerzas progresistas. Y tercero, los reformadores (desde C’s a Podemos, pasando por el PSOE) pueden llegar a acuerdos importantes. Aunque el PP parece que conserva su minoría de bloqueo al superar los 117 escaños (un tercio de los diputados, lo que impediría que se sumaran dos tercios para grandes reformas constitucionales sin su concurso). Y también conserva la mayoría en el Senado aunque pierde más de 20 escaños.

El PSOE deberá pensar en varias claves: lo que le conviene a esta formación y lo que le conviene a su líder; así como pensar –muy a fondo- lo que le conviene a España. Y también lo que desea el votante progresista que hoy le ha dado la espalda… pero que podría recuperar. Hay muchas opciones y no todas son compatibles, parece. Pero la política es el arte de hacer posible lo necesario.

Sánchez se la juega. Si pacta con el PP, traiciona su propuesta, aunque obtuviera la cabeza de Mariano Rajoy. Después del debate (en el que cuestionó su honorabilidad, no hay pacto sin coste… y si sacrificios) Y si pacta con Podemos, se le rompen las costuras internas, y se complica –y mucho- su imagen de centralidad. Pero lo que les une (su oposición al PP) debería ser más fuerte que lo que les separa… o muchos electores no entenderían nada. Esta derrota es complicada, reclamará líderes con coraje y determinación. Ni es suficientemente grande para despejar dudas, ni suficientemente pequeña para simplificar las alianzas. Hay varias maneras de ganar… y varias de perder.

El bipartidismo resiste. Y puede tener la tentación de ayudarse, mutuamente. Pero ha llegado la hora de la humildad política. Para el PP y el PSOE, pero para los emergentes, también. Su irrupción es histórica, pero no adanista. No todo empieza con ellos, aunque sin ellos cada vez será más difícil sumar y gobernar. No hay que olvidar que Podemos ha ganado en Catalunya y el País Vasco. Nadie que quiera gobernar España podrá ignorar esta realidad. Y sus consecuencias en forma de condiciones.

Las elecciones han dado un resultado complicado. Pero no se trata de aritmética, sino de política. Se trata de no ceder a la tentación del cálculo partidario y aprovechar las oportunidades históricas. Nadie que especule con nuevas e inminentes elecciones podrá obtener la confianza política en el futuro. Todos deben liberarse de sus miedos y recelos. Hay espacio para la POLÍTICA en mayúsculas. No es tiempo de cicateros, especuladores, conspiradores ni arrogantes.

Los electores han hablado. Quieren otra política. Tan nueva como sea posible. Otro gobierno, tan diferente como sea posible. Otra Constitución, actualizada, tanto como sea posible. Y otra izquierda, tan renovada como sea posible. Hacer posible lo necesario. Ese es el reto.

20D: 10 momentos memorables de comunicación política

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 19 dic 2015

1. Twitter, el ágora de la política. #7dElDebateDecisivo fue récord de conversación social en España este año. Un auténtico fenómeno que ha demostrado de nuevo que Twitter es el punto de encuentro de referencia para la conversación y el debate político. A sólo 12 días de las elecciones muchos españoles aún no tenían decidido su voto para el #20D. Concretamente, entre los usuarios de Twitter en España, uno de cada tres no sabía aún a quién votar. Twitter ha sido el espacio para la afirmación, la duda, la pregunta, la respuesta… y las pasiones.

Twitter ha sido determinante. Según datos de esta red: 1 de cada 2 jóvenes entre 18 y 24 años aún no ha decidido a quién votar; 1 de cada 2 jóvenes entre 18 y 24 años consulta Tweets relacionados con política; un 44% de los jóvenes entre 18 y 24 años considera que Twitter le ayuda a obtener más información de los candidatos y partidos políticos; y 4 de cada 10 jóvenes entre 18 y 24 años tuitea sobre su opinión política en Twitter.

2. Facebook, la segunda pantalla. Facebook ha mostrado todo su potencial como segunda pantalla. Los vídeos de apoyo a las candidaturas, o los vídeos de los candidatos han tenido una gran repercusión en un país con más de 21 millones de perfiles en esta red social. Esta red crea sus propios mapas de reacciones y nos ofrece mucha información segmentada, imprescindible para la comunicación política. Además, Facebook ha explorado su dimensión off/on y ha organizado el primer “Facebook Meeting” en la Plaza de Callao, con candidatos a la Presidencia. Los candidatos han lanzado sus mensajes a través de vídeos en Facebook, proyectados en las pantallas de los cines Callao City Lights. Las elecciones generales han sido el tema más comentado este año en la plataforma, y desde el verano hasta ahora 4,9 millones de personas han hablado sobre temas políticos en más de 45 millones de interacciones. Facebook también activará el botón “He Votado” este domingo, para animar a la gente a que acuda a las urnas.

3. Los test. La diversidad y la calidad de test para resolver las dudas electorales ha sido una constante en esta campaña. Los medios de comunicación han explorado a fondo estas herramientas de auto chequeo ideológico, así como varias organizaciones cívicas han desarrollado comparativas y análisis muy rigurosos. El elevado número de indecisos, la inevitable superficialidad de los eslóganes políticos, así como las fronteras difusas en lo programático entre las formaciones políticas…, han provocado un renovado interés por estas iniciativas de cultura democrática que favorecen el voto consciente e informado. Su éxito, también, en elecciones anteriores es un buen ejemplo de lo que viene: más tecnología de comparación y análisis para mejorar la calidad de nuestra decisión.

4. Las campañas ciudadanas. Ha vuelto a suceder. El ecosistema de comunicación y movilización políticos no se limita al ámbito de gestión del partido y del equipo de campaña y su autoridad. Otra vez, como ya sucedió en la campaña de Manuela Carmena, la creatividad social ha desbordado los márgenes de las campañas. Los activistas han tomado, parcialmente, el control. Las multitudes superan a los expertos. Entre otras iniciativas, #PurpleRain20D ha sido el hashtag que agrupado el diseño de miles de activistas creadores que, con su sentido del humor, su imaginación y su innovación están renovando los códigos comunicativos de la política. La simplicidad de la propuesta (mirar el mundo y la realidad de morado) ha sido un acierto que ha estimulado una gran variedad y calidad de diseños. Las campañas ya no son propiedad de los partidos.

5. Los millennials. @Rubeen_69 es muy joven… pero ha sabido esperar su momento, paciente e inteligentemente. La venganza es un plato que se sirve frío. Cuatro años después de ser ninguneado torpemente por Mariano Rajoy (por su precoz edad -15 años- para debatir sobre política)… Ruben le devuelve el golpe con un tuit magistral en donde reivindica el poder de su voto. Ha sido uno de los momentos estelares de esta campaña. Los millennials son, a su vez, un desafío y un reto para la política. Son un público complejo y difícil de tratar. Pueden mantenerse al margen de la política, mostrarse apáticos, desencantados, indiferentes. O pueden movilizarse y mostrar sus dientes. De una manera u otra, desinteresados o movilizados, seguirán siendo los protagonistas de la nueva política durante algunos años más. Para ellos y ellas la política será tecnopolítica, o no será.

6. El voto rogado y el voto migrante. El debate sobre las dificultades para ejercer el voto exterior es ya imparable. E intolerable. La campaña #RescataMiVoto, lanzada por Marea Granate, ha movilizado a miles de personas que han cedido su voto a emigrados españoles. La propuesta es imaginativa y creativamente reivindicativa. El colectivo ha convocado para la jornada del domingo manifestaciones en las principales ciudades europeas con el lema #‎13DSinVozNiVoto.

7. Memecracia electoral. Esta campaña mostró, una vez más, el poder de la memecracia. Es la fuerza creativa del ARTivismo digital y la potencia seductora del humor. Ante cada nueva aparición pública de los candidatos o ante cada nuevo hito de campaña, las redes se inundaron de ironía y parodia en forma de memes. Los carteles promocionales ―con Miss Piggy haciendo de Soraya, por ejemplo―, el atril vacío de Rajoy en el debate de El País, la entrevista de Rajoy y Bertin Osborne… todos estos acontecimientos tuvieron sus memes. Inventiva, originalidad, osadía, humor.

8. Las estrategias digitales. En esta campaña, los equipos de movilización digital han llegado a su madurez política y organizativa. En algunos casos, han sido capaces de liderar la estrategia general, como ha sucedido con el equipo de La Cueva de Alberto Garzón. Sin su imaginación, atrevimiento, y su humor sin complejos, no habrían podido superar las limitaciones –y las trabas- que su candidatura ha tenido. Su campaña ha sido exitosa por efectiva. Y sin ella, Garzón no hubiera podido competir…. Y ganar. Como sucedió en debate a cuatro que lo ganó en las redes el candidato que no fue invitado. La dinámica irónica abierta por La Cueva ha sido emulada hasta por el mismísimo Mariano Rajoy en su ocurrente y efectivo tuit de las gafas voladoras.

9. Los debates. Han sido, una vez más, decisivos. Desde la novedad del encuentro organizado por El País, que fue emitido exclusivamente por Internet, hasta el formato previsible del debate cara a cara entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy. Hubo tiempo también para debates universitarios (aunque sólo con los nuevos) y para uno en 140 caracteres, organizado por Twitter y dirigido a los más jóvenes. Formatos que reflejaron la convivencia entre lo nuevo y lo viejo, entre lo moderno y lo tradicional. Debates, además, con altísimas audiencias, tanto televisivas (9,2 millones para la cita a cuatro y 9,7 para el cara a cara), como impacto en redes (el cara a cara, por ejemplo, fue tuiteado por 134.000 usuarios únicos).

10. La política es, también, un plató. Las nuevas habilidades escénicas (bailar, cantar, hacer reír) se combinan con las deportivas (sea en formato comentarista radiofónico, como Mariano Rajoy), las actividades de riesgo o la conducción temeraria. Es la política pop. Se trata de mostrar unas competencias nuevas, en donde el político queda a merced del conductor televisivo y este de su audiencia multipantalla. Esta, insaciable y ávida de espectáculo, quiere reírse de quien a casi siempre debe soportar o resignarse. El político, en este contexto, se ve sometido a una gincana de platós, ocurrencias y anécdotas que convierten lo accesorio en definitorio. Y lo escénico en esencial. El primero en hacerlo fue Pedro Sánchez, quien para escalar en las encuestas fue con Planeta Calleja a subir el Peñón de Ifach. Albert Rivera eligió el mismo programa de TV para intentar dar vuelta la campaña volcando en un Rally. Pablo Iglesias nos mostró en El Hormiguero que tiene uñas de guitarrero. Rajoy, para no ser menos, defendió los colores del Barça en un futbolín con Bertín Osborne.

PD: Y finalmente, las encuestas. Con incertidumbre y reñida competición… las encuestas juegan un papel determinante. Incluso en la semana en la que están prohibidas, absurdamente. Los tuiteros recurren a fresas, berenjenas y naranjas para burlar la ley y actualizar sondeos. Este recurso ya se usó en Francia en 2012. Mañana, todavía, las encuestas serán ocupando el protagonismo con las que se realizan a pie de urna y las de las televisiones… pero sobre las 21.30h solo los votos contarán. El tuyo. Los nuestros. Los de todos. Vota. Y sin prejuicios. :-)

Atrapados por el pasado

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 15 dic 2015

¿Se puede ganar perdiendo? Sí. Probablemente esta noche ambos candidatos han perdido una gran oportunidad para hablar de lo que proponen para el futuro, aunque hayan ganado en la consolidación de sus respectivos electorados. Finalmente, el pasado les ha atrapado, envueltos en una atmósfera televisiva desfasada y caduca, claramente enmohecida. La mayoría de sus intervenciones han girado alrededor de lo que hicieron ambos, y sus partidos. El pasado ha sido su campo de juego. Los reproches han sustituido a las propuestas. Y las acusaciones a los argumentos.

Pedro Sánchez ha llevado la iniciativa, marcando los temas en cada bloque y reforzando su estrategia con preguntas. Ha actuado como un aspirante dispuesto a competir. Mariano Rajoy se defendía, con la seguridad del que lleva ventaja en el marcador de las encuestas. En muchos momentos ha parecido una típica sesión de control. Duras acusaciones, diálogo inexistente. Intercambio de golpes. El cara a cara ha sido hoy más real que metafórico. Ambos han acabado con los pómulos hinchados y las cejas medio abiertas.

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Alternancias y alternativas

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí | 13 dic 2015

El 20D tendremos un resultado electoral. Pero sea cual sea, lo que habrá es un cambio radical en las lógicas políticas y en las ecuaciones parlamentarias. Habrá cambios, aunque no haya cambio. Y serán históricos. La política española será diferente. Durante todas las legislaturas el cambio se reducía a la opción de la alternancia. Se gana cuando el ciclo de tu rival se agota (PP en 1996), o cuando comete errores muy graves (11M de 2004). El valor de la opción de la alternancia era la paciencia, la resistencia y la disponibilidad. Es decir, con estar ahí, era suficiente. No voy a contribuir al discurso nihilista al parecer que sugiero que los partidos mayoritarios ―hasta ahora― son lo mismo. En absoluto, no lo son. Aunque en nuestras elecciones recientes han sido percibidos ―demasiadas veces― como el relevo, el recambio, el sustituto… del partido desgastado en el poder. El bipartidismo era estabilidad porque, de alguna manera, era continuidad para una parte significativa de la ciudadanía.

El 20D daremos paso a algo más profundo que un nuevo ciclo. El 20D parece que se abrirá, definitivamente, nuestro mapa político de manera irreversible. Nuevos retos. La gobernabilidad necesitará grandes acuerdos de más de dos fuerzas, en muchos casos. Y, a pesar del ventajista sistema electoral que prima a algunos partidos, se abrirán nuevas percepciones de la realidad. Nuevas cartografías electorales. Por ejemplo, la relación entre el número de votos y el de escaños; las proporciones electorales entre las grandes capitales y el resto de provincias; las generaciones de votantes para cada partido (el 50% de los electores del PP son mayores de 60 años); el color del mapa electoral entre el norte y el sur; el corredor mediterráneo y la cornisa cantábrica; o entre la periferia y el centro. Es decir, pasaremos de la mayoría absoluta actual a un resultado en el que la previsible primera fuerza no llega al 30% de los votos con una muy desigual implantación territorial, generacional, social y económica. Inédito. Extraordinario.

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