«La filosofía es el único lugar real en el que podemos ser libres». Bruno Magret
El filósofo Nuccio Ordine, autor del manifiesto titulado La utilidad de lo inútil, defiende los saberes «inútiles» precisamente porque están alejados de cualquier obligación práctica y comercial y, en consecuencia, pueden jugar un papel fundamental en la ética pública y en la conciencia cívica. Son «inútiles», según Ordine, sólo en el sentido en que se oponen radicalmente a la lógica del beneficio y, entonces, a la utilidad dominante. «Si dejamos morir todo aquello que es gratuito, si escuchamos sólo el canto de sirenas de los beneficios económicos, no haremos más que crear una colectividad privada de memoria que, desamparada, acabará por perder también el sentido de la vida y de su propia realidad», señala.
En un momento en que la enseñanza de la filosofía, la ética y la música ha sido casi desterrada de los itinerarios formativos, ¿tiene sentido preguntarnos para qué sirve la filosofía? ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? Es más, ¿tiene sentido que los filósofos entren en la política activa? ¿que nos representen?, ¿que quieran estar en el Congreso? Creo que sí, rotundamente.
Hace un año, dos candidatos filosóficos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo (catedrático de Metafísica, por el PSOE) y Luis García Montero (catedrático de Literatura y celebrado poeta, por Izquierda Unida), mostraron que hay un camino propio para otro modelo de liderazgo, de política y de rivalidad electoral. Con su paso adelante, se abría la oportunidad para que la ética de la convicción diera sentido a la ética de la responsabilidad. Seguían la senda iniciada por otros políticos ilustrados y tan amados —por necesarios— por la opinión pública. En las pasadas elecciones del 20D, Victoria Camps, catedrática de Filosofía Moral y Política, fue asesora de Pedro Sánchez. Y ahora, en las elecciones del próximo 26J, dos candidatos explícitamente filósofos enriquecen las listas del PSC en Barcelona y de Geroa Bai en Navarra. Respectivamente, Manuel Cruz, catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona, y Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política y Social, investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco y director del Instituto de Gobernanza Democrática.