No le hacía falta emigrar desde Senegal para trabajar, pero quería ver cómo era Europa con sus propios ojos. Si eran ciertos lo rumores de que el viejo continente no era la tierra prometida que la mayoría de jóvenes de su país aseguran que es. Mactar Thiam Fall, de 45 años, llegó a Alemania en 2008 de forma legal, es decir, con un visado de turista de dos meses que le permitía moverse libremente. Agotado el tiempo legal, este profesor de primaria senegalés decidió que quería ver más, así que desplazó a Francia, donde pasó otros dos meses, Italia, donde estuvo otros ocho y, finalmente, España, donde se quedó. “Continué con un poco de riesgo pero no tuve ningún problema con la policía en todo ese tiempo”, asegura.
Mactar vive desde 2008 en Barcelona, donde ha trabajado como profesor del idioma natal de su país, el wólof, y como mediador sociocultural. Ha escrito cuatro libros didácticos –tres de wólof-español y uno de wólof-catalán- y ahora está terminando una serie de reportajes titulada Bitim Réew (Fuera del país) coproducido por Madina Productions e Hijos de Rouch Films. Con ellos aborda la experiencia migratoria de los senegaleses en Francia y España, y quiere utilizarlos para sensibilizar sobre la realidad europea a los jóvenes de su país.
¿Qué encontraste al llegar a Europa?
Lo que vi es muy diferente a la idea que hay en mi país. En África la gente se imagina que en Europa la vida es muy fácil, que todo el mundo tiene trabajo, dinero, casa, coche… Que aquí nadie se tiene que esforzar para conseguir nada. Las imágenes que nos llegan son muy bonitas, de ciudades muy limpias, mujeres muy guapas, restaurantes llenos... Esto hace que la gente crea que podrán conseguir en Europa lo que en su país no han sido capaces de lograr. Que este es el mundo de los derechos humanos y de la democracia, que nadie vive en la calle, que nadie tiene problemas para comer... Esta idea está muy lejos de la realidad en la gente sufre para llegar a fin de mes, hay mucho paro, que los que tienen casa, la tienen porque están pagando una hipoteca... Pero todo esto no se ve, es como si hubiera un velo entre África y el mundo occidental que tapara todas las dificultades que hay en Europa y todo lo que le cuesta a la gente salir adelante.