El mundo de los móviles comparte un par de características
con el mundo de las redes sociales: son dispositivos personales (al igual que
sucede con los perfiles en las redes sociales) y te permiten estar en contacto con otras personas
(además de con el mundo que te rodea). En ambos casos también son herramientas
que nos permiten generar y compartir contenido ya sea en formato voz, texto o
imagen. Pero, a diferencia de las redes sociales, donde las opciones de
“desvirtualizarse” o lo que es lo mismo conocer físicamente a los contactos,
suele limitarse a encuentros de carácter local, en el mundo de los móviles, hay
un encuentro de carácter global que “desvirtualiza” a todos los que forman
parte de este entorno. Se trata del Mobile World Congress (MWC). Un evento que,
desde el 2006, se celebra en Barcelona y al que está previsto que asistan más
de 70.000 personas de todas las partes del mundo.
Entre el 25 y el 28 de febrero, Barcelona se convierte en una gigantesca plataforma donde desvirtualizar contactos. Para que esto sea posible, la organización va más allá de asegurar la capacidad hotelera de la ciudad. También diseña sistemas propios de transportes y construye dentro del recinto ferial una auténtica ciudad en miniatura. Un espacio donde a la zona dedicada a los stands de los expositores, las salas de reuniones y los auditorios para conferencias, hay que añadir una interminable oferta de servicios de restauración en la que encontrar comida y bebidas de todas las partes del planeta. Y ¡como no!. Una red de conexión wifi gratuíta.
En la edición de este año, la organización estrena recinto para su “ciudad en miniatura”. El anterior espacio ferial (ubicado en la céntrica Plaza de España) se había quedado pequeño por lo que han trasladado el congreso al recinto situado en la Gran Vía. Por lo que, de la misma manera que, cuando te registras en una red social, la primera prueba de fuego es seguir las indicaciones hasta completar el registro, hoy, la primera prueba de fuego para los asistentes a este congreso era la de llegar al recinto. Esta mañana, cuando los congresistas llegaban a la estación de metro de Plaza de España, lo primero que veían era una sucesión de sonrisas y carteles que sujetaban unos jóvenes con chalequitos rojos que repetían incansables: !wellcome, this way to Mobile Congress! (Bienvenidos, sigan esta dirección para el Congreso de Móviles). Indicaban el camino donde intercambiar el metro por los Ferrocarriles de la Generalitat que son los que llegan hasta la estaciónde Fira Europa. Son tan solo tres estaciones pero, suponen todo un desafío a la logística de transporte de este evento multitudinario. Entre los pasajeros, ganaban por goleada los trajes oscuros, el idioma inglés, los rasgos asiáticos, las zapatos cómodos y las maletitas de ruedas que la organización recomienda utilizar para transportar los catálogos que distribuyen en los stands. Los hay que cambian lo de la maletita con ruedas por mochilas. Pero ya sea con maletita o mochila, todos van con el móvil en mano. A la vista de la fluidez con la que circulaban trenes, personas y sus maletitas o mochilas, la prueba se ha superado con éxito. Tan solo hay un ligero colapso en la zona de las máquinas para validar los tickets de los viajeros. El viaje en tren no dura más allá de 7 minutos. El ambiente es animado y la la palabra más repetida es un saludo: good morning (buenos días). Eso si, obviando las charlas entre los asiáticos que incluso a estas horas tan tempranas se muestran como los mas animados..
Al llegar a la estación Fira Europa el tránsito de estos
miles de personas uniformadas con su traje oscuro, sus móviles y sus maletitas
o mochilas, sigue un ritmo fluido rumbo a la salida al exterior. Al pie de las
escaleras que conducen a la calle te recibe un stand de Samsung. !Comienza la
feria!.
Ya en el exterior, los asistentes van hacia la entrada sur donde se
adivinan las colas para el registro de entrada. A primera vista no hay reventa
por los alrededores pero, si hay quien anda a la busca de entrada mostrando un
cartel de "ticket wanted" (se busca entrada). Ya nos quedan tan solo unos cien metros
para llegar al registro de entrada. Un pasillo ordenado nos va guiando a la
entrada sur. Cada pocos metros, te ofrecen un folleto en inglés donde se lee:
What's going in Catalonia?. Son folletos de Òmnium que al
desplegarse explican, a grandes rasgos, la importancia de la cultura catalana:
lengua, gastronomía, el arte, las tradiciones. Entre las curiosidades destacan
que Cataluña sea la primera comunidad lingüística y cultural con su dominio
propio (.cat). El otro folleto que nos entregan antes de llegar a la cola del
registro es el de una promoción del
McDonald's. Es del local que está en la
misma Gran Via. Por un menú mas un euro te regalan una hamburguesa y wi-fi
gratis. Esto último no nos extraña del todo porque las conexiones wi-fi han
sido una crítica constante en las anteriores ediciones del congreso. Este es uno de los servicios que han procurado mejorar en el nuevo recinto. De
hecho, en las farolas del exterior vemos equipos de trabajo que
están terminando de instalar repetidores. Ya casi en la entrada nos tropezamos
con un ingeniero del Ayuntamiento de Hospitalet que está haciendo mediciones de
la contaminación electromagnética. Por ahora, las mediciones realizadas en 8
puntos diferentes no muestran niveles fuera de lo normal. El ingeniero nos
comenta medio en serio, medio en broma que la contaminación se concentrará en
el interior. A unos metros de las colas del registro del acceso sur el
ambiente está animado por grupos de manifestantes, vigilados de manera discreta
por la policia. No son muy numerosos pero si organizados. Los hay que están “de
sentada”, con caretas de Anonymous. Denuncian que sin trabajo no hay futuro. En
una esquina está el grupo "Kaspersky" que alerta sobre el ciberacoso.
Uno de ellos pasea su pancarta con considerable agilidad mientras se desliza en
semicírculos en un monopatín. Al pie de las columnas venecianas (copia de las
que se encuentran en el recinto de Plaza de España) hay unos manifestantes de
Movistar que denuncian los despidos por "bajas médicas". Vista la
cola kilométrica de la entrada sur, vamos a probar suerte con el registro en la
entrada norte. Por aquí está la entrada VIP. Nadie a pie a la vista. El trajín
de entradas y salidas se limita a unos coches oscuros que, tras una breve
parada en el control, van directos al acceso. En el sur hay mucho menos cola en
el Fast Track (acceso rápido) que en las redes sociales ya han rebautizado como "Slow Track" (accesos lentos).
Donde si van realmente rápidos es en el mostrador de venta de entradas. La razón
es bien sencilla: aquí ya se viene con la entrada reservada y pagada desde
casa. De ahí que solo haya tres personas atendiendo las consultas de algún
despistado de última hora Lo cierto es que, slow o fast, en tan solo unos 10
minutos ya tenemos la acreditación en la mano que, junto con un documento (con
fotografía) que te identifique permiten la entrada al congreso. Entre los
documentos con fotografía predominan los pasaportes. Antes de entrar observamos que los
guardarropas están vacios. Hace frío en Barcelona y el abrigo se agradece.
Ya dentro del recinto, moverse por los pabellones es fluido
según el nivel por el que te muevas. Si vas por el piso superior, los pasillos
(eso si, interminables) están bien señalizados con carteles y puntos de
información que atienden de manera preferente en inglés. Al lado de estos
puntos hay instalados unos totems para recargar, de manera segura, los
dispositivos móviles. Entre los pabellones, en la zona del exterior han
instalado unos jardines de descanso. Pese a que la
temperatura no acompaña y la
amenaza de lluvia, los jardines se ven animados. Habrá que pasar por la
tarde. A partir de las cinco y media avisan que hay música en directo. Los espacios de trabajo de la sala de prensa
están abarrotados por los mas de 2.500 periodistas acreditados (aquí, como en
las redes sociales todo se cuenta por miles) por lo que hacemos tan solo una
parada técnica y seguimos rumbo a la entrada norte a ver como va la cola de
entrada. Al llegar allí (el trayecto no debe llevar mas de 15 minutos a paso
ligero pero, entre unas cosas y otras
nos lleva casi una hora) vemos que la tranquilidad impera. Da la
sensación que ya estamos todos dentro. En una esquina localizamos la sala de
protocolo. Está tranquila y eso que, la llegada del Príncipe de Asturias, está
al caer. La comisaría esta en la otra esquina. También está tranquila.
Bajamos al nivel de calle donde están los expositores. Lo primero que nos encontramos es una zona de reuniones. Una especie de laberinto de despachos con ambiente de Torre de Babel. Un mundo de múltiples idiomas y contrastes: italiano, inglés, alemán, sueco... En las puertas de casi todas un mismo cartel: meetings in progress (estamos en una reunión). Los aseos quedan en los laterales de los pabellones, junto con las salidas de emergencia, que usan los fumadores para escaparse a disfrutar de un pitillo. Entre los carteles indicadores de los aseos (hombre a la derecha y mujer a la izquierda) vemos anuncios oficiales del congreso del 2014.
Entre los stands, destaca por su tamaño y oferta el de
Ericsson. Su servicio de restauración es todo un clásico y su coffe-station (cafetería) de
lo más visitado. Entre los entretenimientos varios de los stands que más éxito
de público tienen (en base a la cantidad de grabaciones y fotos por
visitantes)
destacan los que, como el de Intel,
ofrecen actuaciones de flamenco en vivo, el de Ford con su reclamo de
conducción a través de la voz: jump in and talk to me (entra y háblame) y el de Nokia con una
impresora 3D. La mayor aglomeración que nos hemos encontrado hasta ahora está
en el stand de Movistar donde el Príncipe que se ha encargado de hacer la
inauguración oficial del congreso, escucha con atención las explicaciones que
le dan los representantes de la antigua Telefónica. En el stand de Motorola hay
un photocall (espacio para fotografiarse) pintado en el suelo donde los visitantes (sobre todo los
asiáticos) se entretienen haciendo todo tipo de poses. Incluyendo simulaciones
como la de "tirarse desde un trampolín, o desde un tobogán" con el
perfil de la ciudad de Barcelona de fondo. Una vez hecha la foto, lo que queda
en la pantalla tiene un efecto 3D que hace las delicias del público. En el
stand de Samsung, se reconoce a las vendedoras por su calzado: unas deportivas
(estilo All Star) de un blanco impóluto que muestran la marca Samsung en la parte
posterior. Junto con los pañuelos multicolores de los vendedores de Ericsson
adivino que serán la nota "fashion" de este congreso.
En total nos ha llevado seis horas hacernos una idea de como movernos por esta ciudad en miniatura. Eso si, tan solo hemos visto lo básico. No incluye conferencias, sesiones de trabajo o las presentaciones a la prensa. La sensación es similar a la que tienes cuando navegas por primera vez en una red social. Sientes la impotencia de ver como miles de cosas pasan a tu alrededor sin que tu puedas abarcar ni una mínima parte de las mismas. En esas voy pensando ya de vuelta a casa. Resulta inevitable sentir un inmenso desasosiego al comprobar la inmensidad y la velocidad de vértigo a la que se mueven tanto las redes sociales, como el entorno de los dispositivos móviles. Pero no solo me traigo de vuelta ese desasosiego de todo lo nuevo. También me traigo, contagiada por el ambiente que me rodea, una embriagadora alegría: la de un mundo lleno de promesas, de oportunidades. resumido en tono ferial: Hola. ¡Bienvenidos al Mobile World Congress!. This way, please… (sigan este camino, por favor...). Para allá que voy.