Como todos los años por estas fechas, al encender la
televisión, te puedes tropezar con las carreras de Fórmula 1 ó con los anuncios
de El Corte Inglés. Dos señales inequívocas que nos avisan de la llegada de los
días cálidos y luminosos. La primavera
ya está aquí. Este año, los anuncios de El Corte Inglés repiten la escena de
siempre: paisajes floridos y modelos fantásticas vestidas en tonos pastel. La
Fórmula 1 también ha llegado con más de lo mismo: el joven piloto alemán de la
bebida energética lidera la clasificación. Pero, las apariencias engañan. Esta
primavera nos llega con novedades. La publicidad de El Corte Inglés ha incluido
en sus anuncios un elemento nuevo: un hashtag. Hemos pasado del clásico “ya es
primavera en El Corte Inglés” a un novedoso #yaesprimavera. Así sin más. En la
Fórmula 1 también hay sorpresas. No en las clasificaciones sino en los cascos
de los pilotos. En concreto en el de Lewis Hamilton. El piloto inglés se ha liado
la manta a la cabeza y no solo ha cambiado de escudería sino que ha optado por
incluir una cuenta de Twitter en el frontal de su casco. Es su cuanta personal:
@lewishamilton.
Estos dos detalles confirman que la publicidad se ha lanzado a hablar el idioma de las redes sociales. Los que saben de estos temas afirman con rotundidad que los mercados han dejado de ser únicamente espacios de intercambio para convertirse en conversaciones. En este contexto era previsible que la publicidad incorporara a las redes sociales no solo como plataformas de comunicación sino como parte integrante de los mensajes que quieren transmitir a través de los anuncios. También es cierto que la semántica ayuda. En las redes sociales las palabras más utilizadas son amigos, fans, me gusta, estado, compartir... términos todos ellos muy afines a los valores y atributos que los publicitarios incluyen en las presentaciones a los ejecutivos de las empresas anunciantes.
Para las grandes marcas, explorar las oportunidades que
ofrece el lenguaje de las redes sociales no resulta del todo sencillo. No todos
los públicos entienden este nuevo lenguaje e incluso, el mensaje se puede
malinterpretar por parte de los que si lo entienden. Algo de esto le pasó a
Toyota en la campaña de lanzamiento de su modelo familiar Venza. La campaña
publicitaria de lanzamiento se construyó en base al valor intrínseco de la red
social Facebook: la solicitud de amistad. La versión para prensa de los
anuncios mostraba un primer plano de un
Venza cargado con dos bicicletas e iba encabezado por un texto que decía: “mi
mamá no ha aceptado aún mi solicitud de amistad. ¿Que podrá estar
haciendo?”. En su versión televisiva, el
anuncio del
Toyota Venza mostraba imágenes de una adolescente, sola delante de
un ordenador, quejándose del escaso número de amigos que tienen sus padres en
Facebook (19 amigos frente a los 687 de la joven) intercaladas con imágenes de
sus padres de excursión en bicicleta con sus amigos. La agencia de publicidad
aseguran que los anuncios de Toyota explican que hay dos maneras de definir lo
que es “social” y lo que son “las relaciones sociales”. Para los adultos se
trata de compartir experiencias. Para los jóvenes se trata de formar parte y
estar conectado a un grupo. Pero, el tema tiene otra posible lectura. Se puede
interpretar que la campaña es una burla a las redes sociales. Que más vale
tener pocos amigos y hacer cosas con ellos a estar solo pese a tener muchos
amigos entre tus contactos. A partir de ahí, los miles de millones de
personas/clientes que hay en las redes sociales hacen sus propias interpretaciones según se sientan
aludidos. Si se trata del segundo caso, no habrá nada que lo pare. Ya podrán repetir una y mil veces los creativos de la campaña que los anuncios explican
que el Venza te lleva a lugares y te conecta a personas de la misma manera que
lo hacen las redes sociales que las redes mantendrán su opinión. Algo que, debería preocupar a Toyota ya que más
tarde o más temprano las interpretaciones que hagan las personas que están en las redes se traducirá en impactos en la percepción que los clientes tienen de
las marcas.
Encontrar el punto exacto para integrar las redes sociales
en la publicidad es un ejercicio de equilibrio. En el caso de la primavera de
El Corte Inglés hay que tener en cuenta que la cosa
viene de largo. Los grandes
almacenes llevan 70 años celebrando la llegada de esta estación. Para muestra
la exposición que organizaron el año pasado en Facebook con los carteles de las
campañas de primavera más emblemáticos. Este año, al clásico cartel que colocan
en sus fachadas y a los anuncios (TV y papel) han incorporado una campaña en
redes sociales. En concreto en Twitter. De ahí el uso del hashtag
#yaesprimavera. En esta campaña invitaban a darse de alta como seguidor de la
cuenta de los grandes almacenes y publicar una foto de la primavera. Los
ganadores se llevaban un viaje a Ámsterdam. Es interesante observar los
mensajes que se intercalan en este hashtag y que no hacen mención o referencia
alguna a esta campaña sino a la felicidad que supone que los grandes almacenes
por fin hagan el anuncio oficial de la llegada de la primavera. Cosas de la
semántica. Está visto que no basta solo con utilizar una palabra. Es preciso
dotarla de contenido.
Lo del casco de Lewis Hamilton tiene doble lectura. Una de las razones por las que el piloto ha cambiado de escudería es para disponer de mayor libertad en la gestión de sus contratos de publicidad que firma a título personal. Esto incluye las obligaciones de aparecer en actos públicos y la gestión de espacios donde insertar mensaje publicitarios (como el casco). Para las grandes marcas, los pilotos son un soporte publicitario extraordinario. Ellos lo saben y de ahí el interés
que tienen en posicionarse ellos mismos como marca y dotarla de valor
propio. Aplican los mismos criterios a sus marcas personales que las que se
aplican a los productos de gran consumo. Esto es lo que ha hecho Hamilton
publicitando su propia cuenta de Twitter. En el caso del casco en concreto
también hay que tener en cuenta la afición de los pilotos de F1 por coleccionar
los que utilizan en las carreras. La otra lectura es más evidente. El uso del
vocabulario de las redes sociales de Hamilton para posicionarse no responde
únicamente a una gestión de su propia marca. Algo que, al tratarse de una
persona es más creíble que el caso de Toyota o de El Corte Inglés. En este caso
hay otro elemento: la rivalidad que tiene el piloto inglés con Fernando Alonso.
Una rivalidad que, en las redes sociales tiene un claro ganador: 1,5 millones
de seguidores para @alo_oficial y 1,4 millones para @LewisHamilton. ¡Feliz primavera!.