Cosas mágicas que suceden si encierras durante un fin de semana a 32 profesionales que se divierten con su trabajo

Por: | 23 de mayo de 2014

 Me llega un correo de Juan Criollo donde me explica que trabaja en Betahaus, un espacio de coworking, donde trabajan casi un centenar de personas de diferentes disciplinas. En principio, Juan tan solo comparte con estas personas el espacio de trabajo. En la realidad, lo que allí sucede tiene más alcance y responde a estas situaciones tan novedosas que genera la economía colaborativa cuando se plantea desde los entornos digitales. Los compañeros de Juan no solo tienen diferentes perfiles profesionales. También son de diferentes nacionalidades. Entre ellos están Yonah Forst y Fabienne. Yonah es un neoyorquino afincado en Barcelona con un carácter más bien romántico. De ahí que conozca, como la palma de su mano los mejores lugares de Barcelona para tener una cita de enamorados. Fabienne comparte con Yonah su amor por Barcelona pero a ella le interesan otros temas. No tanto porque sea austriaca sino porque prefiere los lugares alternativos. Sitios que visitar sin sufrir los agobios de estar rodeado de grupos de turistas.

Juan, Yonah y Fabienne, junto con otros 29 profesionales de Betahaus, se encerraron el fin de semana del 12 de abril en su espacio de trabajo. Eran un grupo con personas procedentes de Colombia, Argentina, Inglaterra, USA, España, Dinamarca, Suiza, Bélgica, Malta, Francia, Austria, Holanda, Italia y Croacia con una edad media de 30 años y en una proporción de sexos igualada. La mitad hombres y la otra mitad mujeres. Sus perfiles eran de lo más variopinto: desarrolladores, publicistas, diseñadores, marketing, editores... Todos ellos tenían algo en común: no tenían ni idea de lo que iba a salir de este encierro. Lo que si tenían claro es que cada uno de ellos colaboraría aportando sus conocimientos. Se encerraron sin que hubiera dinero de por medio y con una única motivación: unas ganas inmensas de sacar adelante un proyecto tecnológico exprés que debía cumplir dos requisitos. Tenía que estar bien hecho y ser un proyecto chulo. Tan solo tenían 36 horas.

El resultado tiene cara y ojos. Se llama FromtoBCN. En apariencia es tan solo una guía de recomendaciones de lugares y cosas que hacer en Barcelona elaborada según las preferencias y experiencias personales del equipo de Betahaus. Esta guía, disponible en la App Store y en la web. Fromto BCN App en moviles Fromtotiene la particularidad de categorizar las recomendaciones no solo según el tipo de la actividad, sino a través de los estados de ánimo. En realidad, Fromto es mucho más que una guía turística en formato App. Es un ejemplo de la nueva economía colaborativa que se está desarrollando de manera acelerada por el impacto que tienen las redes sociales en todos los ámbitos de nuestra vida. Tan solo así se entiende que 32 profesionales independientes se desafíen a sí mismos con el único objetivo de demostrarse hasta donde se puede llegar cuando disfrutas con tu trabajo. Pese a las diferencias de cultura, edad y conocimientos, todos ellos compartían la misma hoja de ruta de proyecto: “desarrollar algo bien hecho y en poco tiempo es posible si juntas a personas increíbles".

Fromto Screen Shot
También es cierto que, todo esto es posible porque el encierro se organizó aplicando criterios estrictamente empresariales. Lo primero que hicieron, antes de tener claro el proyecto a desarrollar, fue organizarse por equipos. De esta manera trabajaban “por partes” según los conocimientos de cada profesional. Cada equipo se encargaba de un área específica. Por ejemplo, los desarrolladores con los desarrolladores, sea cual sea el lenguaje en el que programan, los de marketing con los de publicidad, los diseñadores por otro lado y los encargados de contenidos por otro.

Fromto Design team
El objetivo era demostrarse que podían desarrollar un proyecto en el que se pudiesen conectar las habilidades, experiencia y conocimientos de todos ellos. Todos unidos bajo el objetivo común de hacer realidad un proyecto tecnológico en tiempo récord. Esto incluye no solo la idea de base, sino el diseño, la programación (tanto de la web, como de la aplicación), el desarrollo del contenido y el plan de lanzamiento. La semana anterior, los participantes en este desafío habían hecho una puesta en común para compartir las ideas que les servirían de punto de partida e identificar las habilidades de cada uno de los participantes. De entre las cuatro ideas finales, el proyecto seleccionado fue el de la guía “especial” sobre Barcelona.

A las 10:00 de la mañana del sábado se puso en marcha el cronómetro. Café en mano, estos 32 emprendedores comenzaron a trabajar. Se dividieron en cuatro grupos: desarrolladores, diseñadores gráficos, contenidos y marketing. El café del desayuno daba paso a la creatividad impulsada por un ambiente de trabajo basado en el aprendizaje y en el intercambio de conocimientos. Esto fué lo que sucedió durante las 36 horas del encierro.

La idea de este “encierro” para compartir habilidades en tiempos límites, no es del todo original. Nace de los “hackatones” donde diferentes desarrolladores se juntan para identificar soluciones a un problema concreto. En este caso, la diferencia es que no se resolvía un problema sino que se creaba algo nuevo. ¿Cómo surge una idea de este tipo? Juan me explica que todo nació durante las charlas que tenían entre los profesionales que comparten espacio en Betahaus, durante la hora de la comida. De manera recurrente comentaban que algún día deberían aprovechar los conocimientos que compartían en ese espacio en el que trabajan y ver si eran capaces de sacar un proyecto adelante. Juan también me comenta que seguro que repetirán. Incluso en los momentos más complicados, cuando era de madrugada y hacían una pausa para descansar jugando al a Guitar Hero y así distraerse y liberar la tensión, todos coincidían en estar enamorados de la experiencia.

Ahora, cada uno de estos 32 profesionales ha vuelto a trabajar en sus proyectos propios. Pero, cuando el lunes 14 de abril comenzaron con su jornada laboral, no sólo tenían la satisfacción de haber sido capaces de llevar adelante este proyecto, también eran conscientes de haber creado un ecosistema que les permitirá compartir y colaborar en encargos de clientes. Esto incluiría, aunque no se lo han planteado de manera concreta, aceptar encargos "a medida". Algo que más de uno encontrará irresistible. Porque, no se me ocurre mejor escenario para realizar un encargo que el de disponer de un equipo de profesionales altamente cualificados y enamorados de lo que hacen.

Fromto BCN aviones en azotea

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Al grito de guerra "Síguenos en Twitter" o "Hazte fan en Facebook" las empresas exploran nuevas estrategias para posicionarse en las redes sociales. Un mercado millonario de ¿usuarios, clientes, amigos, seguidores, fans...?. Echemos un vistazo a lo que está pasando en las redes sociales.

Sobre el autor

Lola Pardo

Lola Pardo es licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha trabajado en las áreas de Márketing de Consumo, Desarrollo de Negocio y Nuevas Tecnologías de Apple, Guinness y el Grupo Sol Meliá . En la actualidad es responsable de Desarrollo de Proyectos de internet en la Fundación "la Caixa" y profesora de e-commerce del Máster en Márketing Digital en la Barcelona School of Management (Universidad Pompeu i Fabra).

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