Los temas que han elegido vendrían a ser “los 10 grandes interrogantes” que nos desconciertan en relación a internet y las redes sociales. Están agrupados en cinco grandes bloques: legal, educativo, humanístico, social y relacional. Todos comparten un mismo objetivo: reflexionar sobre cuestiones realmente complejas del día a día de nuestras identidades virtuales. Por ejemplo, en el terreno de las leyes: ¿internet está redefiniendo el concepto de contrato legal?, ¿hay privacidad después de Snowden? y ¿qué sucede con la vigilancia el espacio público? O, si nos centramos en el ámbito educativo: ¿cómo educar en el entorno audiovisual? Desde la perspectiva sociológica las cuestiones serían: ¿cómo reformula internet las relaciones amorosas? o ¿cómo cambia internet nuestro bienestar?
Lo cierto es que no tenemos ni la más remota idea de cómo dar respuesta a estos interrogantes. Pero, no es menos cierto que, con respuestas o sin ellas, usamos internet en nuestro día a día y esto nos pone ante situaciones hasta ahora desconocidas. En especial cuando interactuamos con las redes sociales. De ahí la importancia de reflexionar sobre estas cuestiones. No tanto para dar con las respuestas adecuadas, como para tener herramientas que nos ayuden a gestionar estas nuevas realidades.
Si están interesados en estos temas y tienen la suerte de estar en Barcelona los días 16, 17 y 18 de junio, les recomiendo que se pasen por el CCCB. Allí tendrá lugar la I edición del Enter Forum. Un encuentro donde se debatirán todas estas cuestiones de la mano de personalidades de las más diversas disciplinas. La primera conferencia la realizará Michael W. Carroll. Este profesor de derecho de la American University (Washington) dará paso a un debate realmente apasionante sobre el cambio de percepción del concepto de contrato legal que supone el uso recurrente del “i agree” (acepto las condiciones) en internet. Otro debate interesante será el que vendrá de la mano de Bernard Stiegler. Este filósofo reflexionará sobre la fugacidad de lo que nos rodea. De ahí que tratará de dar respuesta a las razones por las que no solo no tenemos tiempo para reflexionar sino que, el marketing que permite desarrollar internet, nos está convirtiendo en lo que Zygmunt Bauman denomina “consumidores consumidos”.
Como no solo de temas legales o del sinvivir propio del paso del tiempo vive el hombre, la mujer, el [email protected], el [email protected], el [email protected] , en Enter Forum también se debatirá sobre la química del amor en la era de internet. En este caso, de la mano de Eva Illouz. Esta profesora de Sociología y antropología de la Universidad Hebrea de Jerusalén expondrá su estudio sobre la psicología que subyace a las relaciones amorosas por internet. Lo hará desde la historia del imaginario romántico y el impacto del capitalismo sobre la esfera cultural y la vida privada. Unas reflexiones que pueden consultar en “Por qué duele el amor”, su última obra publicada en castellano.
Pese a que los cinco bloques son todos relevantes, hay uno al que merece la pena prestar especial atención. Es el que trata los temas educativos. En este ámbito hay dos ponentes de especial interés. Victòria Camps es una de ellas. Victòria hablará sobre cómo se han de integrar las tecnologías en el aula. Lo explicará desarrollando los planteamientos de sus dos líneas de investigación más conocidas: creer en el valor de la educación y el gobierno de las emociones. Para complementar la visión de Camps, en este bloque también intervendrá Paula Sibilia. Esta profesora brasileña que ha desarrollado sus investigaciones en torno al cuerpo, la subjetividad y las tecnologías digitales abordará un interrogante que ronda a padres y educadores: ¿qué sucede cuando la intimidad transforma en espectáculo?. Sibilia desarrollará los planteamientos que ya recoge en “Redes o paredes. La escuela en tiempos de dispersión”. En estas obras, Paula explica que el gran desafío al que se enfrentan los profesores en las aulas no es tanto el uso de los dispositivos o la adaptación a las nuevas tecnologías. El auténtico reto de los educadores es “cómo enseñar a pensar” a sus alumnos.
Lo complicado en este caso es cómo, desde el aula del colegio, un profesor puede abordar la relación ente internet, las redes sociales y sus alumnos. Según declaraba Paula en una entrevista realizada por “La Voz”, el desajuste entre lo que se enseña en los colegios y la realidad no viene únicamente del aspecto tecnológico sino que arranca en la década 1960 como consecuencia de las críticas al capitalismo industrial. Paula entiende que el cambio en las aulas como consecuencia de la irrupción de internet y las redes sociales no es únicamente un tema relacionado con dispositivos o plataformas. En realidad tiene que ver con la manera de hacer las cosas y de cómo los alumnos se relacionan con los demás. Este cambio se debería abordar entendiendo que por un lado están "las paredes de la escuela" y por otro "las paredes de las redes". Son dos límites que habría que encajar entendiendo que tanto los alumnos y sus padres, como los profesores se construyen cada vez más desde una realidad diferente a la del ámbito de la escuela.
En este sentido, lo que no se puede entender es que si no nos podemos imaginar nuestras vidas sin estar rodeados de los dispositivos que nos dan acceso a internet y las redes sociales, estos dispositivos no se encuentren “de manera natural” en los colegios. La velocidad a la que nos hemos adaptado a estos dispositivos no nos deja otra salida. Por otra parte, naturalizarlos no resolverá los problemas a los que se enfrentan los profesores. Porque, como dice Paula: “la lógica del encierro espacio-temporal parece ser incompatible con el funcionamiento de las redes informáticas”. Con o sin dispositivos y acceso a internet en las escuelas, lo que nadie discute es que los alumnos son grandes conocedores de la tecnología y al mismo tiempo son analfabetos funcionales. Esto nos lleva a la cuestión de base que plantea Paula: “como concebir una escuela, o un sucedáneo de esa institución, capaz de sentar las bases para construir ese mundo que hoy nos resulta apenas imaginable”.
Por otra parte, admitir que los alumnos saben más que sus profesores en un ámbito con tanto valor añadido como el de las nuevas tecnologías, ha “corroído el mito de la transmisión”. La simplificación al acceso a la información ha sido un auténtico acelerador de este proceso que ha derrumbado el mito de la transmisión del saber de manera jerárquica. Para Sibilia este cambio no es necesariamente negativo ya que nos permitiría construir un nuevo modelo educativo basado en nuevas formas de vincularse a través del diálogo y del desarrollo del pensamiento. Pero, ¿qué significa eso de enseñar a pensar?. Según Paula explica: "es algo sumamente complejo, y sin duda tiene poco que ver con la información o con la opinión, dos ingredientes que saturan nuestra cotidianidad y que imperan en las redes”. Dicho en otras palabras: los profesores han de olvidarse de los dispositivos y concentrarse en enseñar a los alumnos a gestionar el torrente de información que reciben y consolidar las relaciones que construyen a través de las redes sociales. Un profesor del siglo XXI será aquel que sea capaz de tutelar que sus alumnos aprendan a pensar en un contexto variable, convulsionado y disperso.
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