Después la primavera árabe, en la que los jóvenes de Túnez, Egipto, Bahréin o Yemen sorprendieron al mundo con sus ansias de democracia, la región está viviendo un resurgir del islamismo político, encarnado por los Hermanos Musulmanes egipcios, que han marcado el paso a otros partidos similares. Este fenómeno se ha visto con cierta preocupación en el mundo occidental, pero ¿qué supone para los árabes? Se trata de un movimiento contrarrevolucionario, pero las jóvenes democracias de estos países tienen que pasar ahora el "sarampión islamista" para consolidarse. Así al menos lo creen los expertos que participaron este martes en la charla Que viene el lobo. Hermanos Musulmanes en el Egipto democrático.
El debate, organizado en el madrileño Conde Duque con la excusa de la exposición El alma del mundo, analizó los cambios vividos en el contexto árabe en los últimos años. "La primavera árabe es una revolución, y como todos los procesos similares, sufrirá avances y retrocesos en un proceso que durará muchos años. Ahora estamos en un momento contrarrevolucionario, pero sin duda cambiará. No me extrañaría que dentro de un tiempo asistamos a una intifada contra los propios Hermanos Musulmanes", explicó en el debate el periodista Javier Valenzuela, que ha sido corresponsal de EL PAÍS en distintos países árabes y dirige la revista Tinta Libre. Valenzuela acuñó la expresión de "sarampión islamista", una etapa por la que tiene que pasar -y superar- la democracia egipcia.
Para Nuria Tesón, coautora de El alma del mundo, el Ejecutivo islamista es un paso obligado para todos los países que, como Egipto, han vivido una revuelta en las últimas fechas, pero sus consecuencias están siendo muy negativas. "El resultado de un año de gobierno de Mohamed Morsi ha sido una polarización de la sociedad que ha obligado a los ciudadanos a elegir entre militares del antiguo régimen e islamistas" y, más adelante, a luchar contra "la purga que los Hermanos Musulmanes realizan en la judicatura, los medios de comunicación" y muchas otras instituciones. Tesón destaca que a pesar de que Morsi reprime con brutalidad las manifestaciones, los activistas siguen protestando para no dejar escapar "su revolución".
El panorama no es tan negro, en cambio, según lo pinta Bárbara Azaola, profesora del Área de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Castilla La Mancha. "La sociedad árabe ha cambiado, se ha politizado, y eso es algo que ya no tiene marcha atrás. Ahora hasta los niños hablan de política en las escuelas", explica. La docente destaca que están surgiendo nuevos líderes opositores en las universidades, "y eso da una cierta esperanza para superar el sarampión islamista", concluye.
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