Durante nuestra estancia en Estados Unidos nos dimos cuenta de que ciertas ciudades han desarrollado una relación simbiótica muy estrecha con su música. Su personalidad y carácter se han ido modelando entre sí a lo largo del tiempo hasta crear un paisaje musical único y propio. Uno de nuestros objetivos fue en el viaje fue actuar de topógrafos accidentales que estudiaran vínculos como los que unen a Detroit con Motown records, el legendario sello de música negra. Estos dos emporios crecieron de la mano y cayeron juntos. Por ello no nos parece casual que el primer éxito de Motown fuera precisamente ‘Money, that’s what I want’, o sea, “Dinero, eso es lo que quiero”. Ni que esa filosofía naciera en un lugar como Detroit.
Corría el año 1959. Berry Gordy, un joven negro ex boxeador, ex combatiente de la Guerra de Corea y ex trabajador de una cadena de ensamblaje de coches, decidió crear un sello discográfico. Solo tenía tres cosas: un préstamo de 800 dólares, pasión por la música y un desmedido talento empresarial. Se trasladó a una pequeña casa (apodada más tarde Hitsville, 'casa de los éxitos') del West Grand Boulevard que convirtió en estudio de grabación y sede de lo que entonces era Tamla Records. Nacía la primera discográfica dirigida exclusivamente por negros. Pronto recibió el nombre de Motown en honor de Detroit y a la floreciente industria automovilística.
Sobre qué significó Motown para la historia de la música se ha escrito mucho, bueno y largo. Y tratar de hacer un inventario, por humilde que sea, de las prodigiosas canciones que de allí salieron es, simplemente, inviable. Así que no daremos más que unas pinceladas básicas. La Motown es el sello por excelencia (con permiso de Stax, de quien también hablaremos) de música soul. El que encumbró a Michael Jackson, Stevie Wonder o Diana Ross. Donde Four Tops, The Supremes o The Temptations editaron algunas de los temas más luminosos de los años 60. La casa que dio a luz ‘What’s going on’, obra maestra de Marvin Gaye y piedra filosofal del soul.
Aunque según Gordy el sonido de Motown tenía como ingredientes principales “ratas, tripas, cucarachas y amor”, lo cierto es que su particular estilo se reveló como la receta mágica para producir exitosos clásicos y números uno. Música alegre, pegadiza, con ritmos bailables, coros juguetones, influencias pop... Era lo que Gordy llamaba “el sonido de la joven América”. Una América turbulenta en la que la lucha por los derechos civiles convivía con temas despreocupados sobre el amor.
Durante nuestra estancia en Detroit, nos acercamos hasta la pequeña Hitsville, donde hoy ya solo queda el Museo Motown. Allí descubrimos que la época de prosperidad de la ciudad y de Motown compartieron rasgos muy parecidos. Lo explica el crítico cultural y sociólogo oriundo de Detroit Vince Carducci en este artículo. Según Carducci, Berry Gordy aprendió las dos grandes lecciones del fordismo a raíz de su paso por la fábrica Lincoln & Mercury: había que controlar todos los aspectos de la producción y dividir el trabajo en pequeñas parcelas. "Abrazó la filosofía empresarial de 'crear, fabricar y vender', explica Carducci.
Así, Motown, al igual que la economía de Detroit, se convirtió al sistema de producción en cadena típico de la industria automovilística. La composición musical estaba estandarizada, todos los viernes se realizaban controles de calidad sobre las canciones y se repetían una y otra vez los mismos patrones coreográficos. La fabricación era homogénea. Gordy demostró, además, su buen olfato para hacer prosperar el negocio. Ideó todo tipo de triquiñuelas para evadir los cupos de canciones de cada sello que los dj's de las estaciones de radio estaban limitados a pinchar. Como por ejemplo, crear toda una red de subsellos dependiente de Motown o, directamente, sobornar a los locutores.
En lo que se refiere a las condiciones de los trabajadores, algunos empleados cobraban por debajo del salario mínimo y hubo músicos que se vieron obligados a pluriemplearse en las fábricas de automóviles por las noches para sobrevivir. Eso sí, en Motown todo el mundo cobraba, algo que no podían decir el resto de discográficas. La Supreme Mary Wilson, en su polémica autobiografía, se ha quejado de que las cuentas eran secretas y que no se permitía a los artistas acceder a ellas, de tal modo que no tenían forma de saber que se les estaban pagando las cantidades justas. Gordy, sin embargo, siempre ha presumido de su libro de contabilidad.
Motown también era famoso por las políticas de coste mínimo que se imponían en las giras. Los artistas vivían en condiciones que se asemejaban más a las de un circo itinerante que a las de estrellas del soul. Así lo relata en este reportaje de Vanity Fair Martha Reeves, de Martha & The Vandellas, cuando recuerda como una "pesadilla" las veces que les tocaba dar conciertos junto a establos con caballos y cubiertos de paja.
La maquinaria funcionaba perfectamente. Detroit hacía coches; Motown, canciones. El engranaje del sello tenía un objetivo: cautivar al público blanco, que era el qué podían pagarse los discos hechos enteramente por negros. El departamento 'Artist development' era una especie de escuela que, dos o tres veces a la semana, aleccionaba a los músicos para que aprendieran complejas coreografías, dulcificaran su lenguaje, adoptaran buenos modales o supieran fabricarse un trasero o un pecho más espectaculares. La pretensión de no incomodar y adecuarse al gusto de la época llegó a tal punto que durante los primeros años del sello, en las portadas no aparecían fotografías de los intérpretes para que su color de piel no disuadiera a compradores exponenciales.
Audley Smith, director del Museo Motown, nos recibió en su despacho. En la pared tenía colgado un poster enorme con una foto de una gran columna de manifestantes negros. "Es Detroit, en junio de 1963", explica. "¿Dónde se dirigen?", le preguntamos. "Van a escuchar hablar a Martin Luther King. Aquí el reverendo ensayó su famoso discurso que dos meses después repitió en la Marcha sobre Washington", nos explica. El de "He tenido un sueño".
Este apunte nos conduce a hacerle una pregunta un tanto incómoda. ¿Se involucró Motown lo suficiente en la lucha por los derechos civiles? Smith, hombre recio y de apariencia severa, cree que sí y que lo importante de Motown fue lo que consiguió con sus canciones. “Era la música de fondo para un periodo tumultuoso para América y la banda sonora de las luchas”, asegura. Es el caso de temas como ‘Dancing in the streets’ de Martha Reeves & The Vandellas, que sirvió como una llamada a la insurgencia en las revueltas raciales de los años 60. También Edwin Star con War o The Temptations con Ball of confusion, Cloud nine o Papa was a Rolling Stone fabricaron hits de alto contenido social. La cuestión se volvió del todo ineludible en 1971, cuando Marvin Gaye llegó con ‘What’s going on’ entre las manos, un disco inspirado, entre otras cosas, en la brutalidad policial y en el regreso de su hermano de Vietnam. Gordy lo rechazó en un primer momento pensando que era demasiado político y que no cuajaría en los hogares norteamericanos.
"¿Sabes Carl? Puede que estemos haciendo tanto con nuestra música por echar abajo las barreras como nuestros líderes en Washington". Esta frase que Chuck Berry dijo a Carl Perkins es útil para ilustrar la opinión de Smith respecto al papel de Motown en la integración de la población afroamericana. No se dedicó a la militancia activa, como su antagonista Stax, pero obró toda una revolución cultural logrando algo que estaba más allá del compromiso político y que nadie había conseguido antes: crear un vínculo que estaba por encima de la raza o el color, una “música sin fronteras”. "Motown era algo tan grande que todo el mundo lo abrazó”, asegura Smith. Gordy consiguió romper una barrera racial introduciendo la vetada música negra en las vidas de los blancos. El cantante Smokey Robinson ha recordado en alguna ocasión que, cuando la discográfica comenzó su andadura, el público de los conciertos estaba separado por raza en virtud de las leyes segregacionistas. Poco después, "los niños bailaban juntos de la mano".
La historia de Motown es, como la de Detroit, un relato lleno de claroscuros. Ambos crecieron y cayeron juntos. La decadencia del sello y el declive de la ciudad comenzaron casi a la par. En 1973, la ciudad empezó a languidecer como consecuencia de la crisis del petróleo. El año anterior, Gordy había posado su atención en el mercado de Hollywood y había trasladado la compañía a Los Ángeles, dejando atrás a los míticos Funk Brothers y a un reguero de familias en paro. A partir de entonces, nada volvió a ser igual. Por fin, en 1988, MCA compró Motown y su gloriosa estela fue desvaneciéndose poco a poco. Paralelamente, Detroit siguió agonizando en una espiral del abandono y la despoblación. Carducci atribuye el fin de los dos imperios al paso del fordismo a una era post-fordista, que acabó con el régimen de producción que había hecho grandes y célebres a ambos.
No sabemos si su economicista hipótesis es acertada, pero al salir del destartalado edificio, como nos sucedía de costumbre, teníamos más preguntas que cuando llegamos. Echamos un vistazo alrededor. Un sol espléndido se vertía sobre la ciudad y sus edificios en ruinas y porches derrumbados por el abandono. Hitsville relucía, en medio de su jardín de césped bien cortado. Lo que veíamos ante nuestros ojos no era más que una ilusión, el recuerdo de la gloria pasada. Lo mismo sucedía en el resto del West Grand Boulevard, por donde deambulaban negros en bicicleta, vagando sin rumbo fijo. No hubo quien se sacudiera ni el olor a polvo ni la inquietud del paisaje apocalítico de una ciudad contemporánea en ruinas.
BONUS TRACK:
Repasar el catálogo de Motown es una tarea que no nos vemos capaces de acometer, así que ahí va solo un puñado de nuestras canciones preferidas del sello. Y no olvidéis las palabras de Martha Reeves: "no puedes hacer una buena fiesta a no ser que pongas un poco de Motown".
Motown, como toda gran empresa, también tuvo su lado tenebroso, pero el legado es tan grande, que uno solo se queda con las grandes composiciones de Smokey Robinson y Holland-Dozier-Holland. Creo que mi favorita es "The tears of a clown", me encanta.
Publicado por: Pepo | 28/07/2010 9:49:21
Eso ocurre cuando se visita por primera vez EE.UU. ,creyendo que Disneyland es a todo lo ancho...Como si alguien viniera a España preguntando dónde queda la movida madrileña..?
Todo pasa y todo queda...
Publicado por: Motaon | 28/07/2010 0:31:16
Desde el momento en el que vi ayer el post dedicado a la ciudad de Detroit esperaba ansioso esta nueva entrada porque, en un blog de viajes musicales, Motown es la parada obligada en esa ciudad. ¡¡Y os ha quedado muy bien!!. Siempre es un placer pasar un rato en el mundo de Marvin, Stevie, Diana, Smokey y todos los demás. El mundo de la "Sweet Soul Music". Aunque la música estuviese producida en serie, como bien decís, no quiere decir que careciese de alma...... la lista de temas memorables que tiene el sello de Motown (o de la Tamla, o de Gordy, lo mismo da) es inacabable. Espero que muchos de los que lean se animen a descubrir el tesoro que nos han dejado todos estos colosos si es que no los conocen. Animo para los siguientes posts!!!
Publicado por: br1mp | 27/07/2010 23:45:10
me he encantado este post, me encantaría tener gente como vosotros que sepa tanto y que me fueran contando estas historias. gracias
Publicado por: curiosa | 27/07/2010 23:22:30
Excelente artículo. Felicidades
Publicado por: Fouché | 27/07/2010 20:52:06
Una gozada de articulo. No faltare a la proxima cita.
¿me podeis mandar el link directo al blog para enviarselo a una amigo melomano que piensa que El Pais es para dinosaurios?
Publicado por: Juan | 27/07/2010 18:14:10
Totalmente de acuerdo con Martha Reeves! Verdaderamente el espíritu de un lugar está unido de foma directa con su música y no puedes pensar en que lo que le pase a uno no repercute en su otra parte. Que buen post, saludos.
Publicado por: Yazmin | 27/07/2010 18:06:05
Totalmente de acuerdo con Martha Reeves! Verdaderamente el espíritu de un lugar está unido de foma directa con su música y no puedes pensar en que lo que le pase a uno no repercute en su otra parte. Que buen post, saludos.
Publicado por: Yazmin | 27/07/2010 18:06:03
y justo estaban entravistándola (a Martha Reeves) en el programa de Carne Cruda de Radio 3 hace nada. La mujer es la monda. Imagino que en breve subirán el podcast http://www.rtve.es/podcast/radio-3/carne-cruda/
Publicado por: Irenerd | 27/07/2010 15:23:34
¡Por cierto! Martha Reeves, de Martha & The Vandellas, estará abriendo este próximo jueves el festival Euroyeyé de Gijón.
Publicado por: Alvaro Llorca | 27/07/2010 15:11:42
Qué bueno que sepáis tanto y que lo contéis tan bien. De verdad, enhorabuena y mucho ánimo para seguir posteando.
Un abrazo fuerte :)
Publicado por: Nómada | 27/07/2010 15:02:53
Enhorabuena por el blog. Es extraordinario.
Publicado por: mariano g. | 27/07/2010 12:45:37
Un post precioso. ¿Qué mejor manera de unir a una población dividida que a través de algo bonito, sano y cultural como es la música?
Publicado por: Abogado Malaga | 27/07/2010 12:01:37