Motel Americana

SOBRE EL BLOG

'Motel Americana' suena como unos neumáticos chirriando contra el asfalto estadounidense y como un pedazo de bacon friéndose hasta la carbonización en un BBQ solitario. 'Motel Americana' te gustará si te gusta la voz de Iron & Wine, la instrumentación de Sufjan Stevens y, sobre todo, la improvisación musical a lomos de un coche de alquiler.

Autores

María Sánchez & Álvaro Llorca Álvaro Llorca y María Sánchez

Se dice que, cuando a sus tres años a María Sánchez le regalaron un Casiotone, lo sacó de la caja y milagrosamente hizo sonar My Old Kentucky Home, una canción de 1853. Por su parte, la primera vez que habló Álvaro Llorca, siendo apenas un bebé, reprodujo entero el discurso fundacional del estado de Kansas. Con estos antecedentes, sólo podían acabar escribiendo este blog.

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17 ago 2010

Nueva Orleans: la picaresca del efecto (Fats) dominó

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

"Esto no es lo mismo comparado con lo que era antes del Katrina". Los habitantes de Nueva Orleans sueltan frases como ésta a la mínima de cambio. En cambio, nuestra primera impresión al poner un pie en Bourbon Street, la arteria principal del barrio francés, fue que nos habíamos colado en una especie de despedida de soltero gigante en Sodoma y Gomorra. La calle estaba abarrotada de hordas de turistas en plena orgía dionisíaca. De un buen puñado de locales, además, brotaba el característico sonido del jazz de la Crescent City.

Chilegroove
Dentro de una semana se cumplen cinco años desde que el huracán arrasara la ciudad y, con ella, a parte de su escena musical, principal seña de identidad junto a la exquisita comida criolla. El reciente estreno de Tremé, la serie de David Simon (creador de The Wire) sobre la supervivencia de los músicos después del Katrina, ha devuelto el tema a las efemérides de los periódicos. Hace unos días, por ejemplo, la revista good.is publicó un espléndido especial sobre el estado de Nueva Orleans. En una de sus piezas, repasaba con una mirada crítica los efectos reales que las obras benéficas de distintos artistas había tenido sobre la ciudad ahora que los cheques con un montón de ceros se han terminado.

A nuestro paso por allí nosotros también quisimos tomar el pulso a la salud musical de la ciudad y al tratamiento médico que está recibiendo. Lo hicimos con la ayuda de un par de asociaciones que asisten a músicos y de Chili Groove, un bluesman de 48 años que perdió todo en el huracán y que ha sabido recomponerse tras el desastre. Para contároslo hemos pensado que lo mejor será organizar este reportaje siguiendo los esquemas mentales de los habitantes de Nueva Orleans, que parten su historia nítidamente en dos: la era a.K (antes del Katrina) y la d.K (después del Katrina)

Pero antes de nada, querríamos esbozar un pequeño retrato del perfil de las personas de las que vamos a hablar. Según los datos de Sweet Home New Orleans (SHNO), una de las múltiples ONGs que asisten a los músicos, de los 700 a los que atendieron el pasado año, la mayoría ingresa menos de 18.000 dólares anuales. El 83 por ciento son negros, casi la mitad tienen más de 50 años y el 72 por ciento no tiene ningún seguro médico. La mayoría sufre enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión y algunos rozan o viven por debajo del umbral de la pobreza.

No Chile Groove encaja con bastante exactitud con la primera parte de este retrato. Habla de los tiempos gloriosos antes del Katrina, cuando todo eran conciertos, repicar de contrabajos y duelos de trompetas y trombones en el Mardi Gras, el famoso carnaval de la ciudad. Recuerda una ocasión en la que en un show distinguió entre el público a Billie Joel viéndolo tocar. El huracán le dejó sin casa, sin instrumentos y sin futuro. Todo estaba cubierto de agua, así que se marchó a Oklahoma, donde vivió los dos siguientes años. No fue el único que se vio obligado a huir y, en muchos casos, las primeras evacuaciones terminaron convirtiéndose en una diáspora en toda regla.

Esta migración masiva ha dejado a la ciudad sin muchas de sus estrellas autóctonas, que han rehecho sus vidas en rincones diversos del país. Muchos, simplemente, no supieron afrontar la desolación del panorama y hoy sufren de síndrome de estrés postraumático, explica Mark Fowler, uno de los cabecillas de la ONG Tipitina's Foundation. "Sufrieron verdaderas quiebras emocionales. Se quedaron atrapados en sus casas o vieron los cadáveres flotando y eso les cortocircuitó el cerebro", añade.

Pero en SHNO calculan que el 80 por ciento de los músicos ya ha regresado a Nueva Orleans y muchos ven signos más que evidentes del resurgir cultural. "La escena ha vuelto, pero no al nivel en el que estaba", dice Fowler. Kat Dobson, miembro de SHNO, coincide en que no sirve que únicamente el turístico Barrio francés haya recuperado su pulso musical y económico, sino que es en vecindarios como Tremé, Gentilly o Ninth Ward donde debe fijarse el esfuerzo y la inversión. "La tradición musical se ha gestado y transmitido de generación a generación en esas comunidades y es allí donde tiene que volver", explica. 

RIPFatsYouWillBeMissedLow9 Precisamente en ese Ninth Ward estaba la casa de Fats Domino, una de las leyendas vivas de Nueva Orleans. Los primeros días después de la tormenta nadie sabía dónde estaba. Se le dio por muerto y en su fachada apareció una pintada que rezaba "Descansa en paz, Fats. Te echaremos de menos". Pero Fats en realidad había sido rescatado rescatado por un helicóptero y se encontraba sano y salvo en Baton Rouge. Tipitina's le ha ayudado a reconstruir su casa y, desde el Katrina, se habla del 'efecto Domino' para referirse a esa capacidad de Nueva Orleans de resurgir de sus cenizas, encarnada en el Ave Fénix del bueno de Fats.

A pesar del optimismo, el regreso es en ocasiones traumático, como encarna el personaje de Albert 'Big Chief' Lambreaux en Tremé. Nueva Orleans está lleno de Big Chiefs. "No llega a ser como antes, veo cosas que me resultan familiares, pero el sentimiento en torno a ellas es distinto. Hay más soledad", resume Chile. Sin embargo él no se puede quejar. Chile Groove nos contó con desparpajo que, desde el huracán, ha tenido oportunidad de desarrollar sus dotes de oportunismo superviviente y rapiñar algún botín de todas las subvenciones que han estado lloviendo desde entonces. Hoy, dice, puede pagar el alquiler de su casa y tiene dos guitarras y dos bajos nuevos. 

Según Fowler, los principales problemas a los se tienen que enfrentar los músicos es el enorme aumento del precio de los alquileres y el descenso del turismo y de las convenciones que tradicionalmente se celebraban en la ciudad y que proporcionaban empleos subsidiarios a la población. Dicen que las grandes catástrofes tienen la ventaja de que permiten volver a construirlo todo desde el principio. A pesar de ser probablemente la escena musical más famosa y heterogénea del país, la industria discográfica nunca se ha asentado con solidez en Nueva Orleans. El circuito de conciertos y la economía musical se han movido siempre en el terreno de lo informal. Por poner un ejemplo, los músicos suelen cobrar mediante propinas.

Fdomino3 Después del Katrina, asociaciones como SWNO y Tipitina's quieren transformar estas costumbres y regularizar la actividad musical. Por eso tratan de enseñar a los artistas cuestiones básicas sobre derechos de autor, copyrights, contratos, planificación artística o diseño web y nuevas tecnologías de edición y grabación. Pero no es fácil. "Existe una barrera psicológica, y a los mayores les resulta complicado y confuso desarrollar nuevos hábitos", explica Fowler. Lo cierto es que la única prueba material tangible de las décadas de carrera de Chile Groove son unos sobados y descoloridos papeles en los que indica cuántas veces han pinchado en una emisora de radio local su tema 'Blues in my shoes' y que insiste en que miremos con atención.

Cuando terminamos la entrevista, un camarero nos cobró, momento que Chile aprovechó para escurrirse y dejarnos con una cuenta que incluía el jugoso y caro bistec que se había comido y por el que nuestros estómagos en ayunas habían estado suspirando un buen rato. Para no parecer desagradecidos, pagamos la suculenta comida. A la salida del restaurante, Chile también nos pidió que le lleváramos a casa. Condujimos malhumorados por el incidente y, todavía hambrientos, hacia la calle Cádiz, en un barrio deprimido de la ciudad. Antes de salir del coche, nos pidió una última cosa. "Hey, tíos, ¿me podríais dar unos cuantos dólares?". Nos negamos, incapaces ya de disimular nuestro malestar y nuestro enfado: en dos horas, Chile había conseguido una comida gratis, unos taxistas y, si hubiera tenido suerte, algo de dinero. Recordamos entonces la particular visión de Mark Fowler acerca del 'efecto Domino' y del porvenir de los músicos de Nueva Orleans: "Si son capaces de evolucionar, podrán sobrevivir". No nos cabe duda.

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Hay 8 Comentarios

Totalmente de acuerdo con el comentario de CalaveraDeLaReina.

Oh God! ¡Qué pena de recorrido por EE.UU.! Os estáis perdiendo lo mejor. Vais de tópico en tópico y os dejáis de lado lo mejor de cada ciudad. ¿Cómo se puede escribir de Nueva Orleans sin mencionar la arquitectura del "French Quarter" o sin dedicar una sola línea al "Garden District" o a "Loyola University" o...? Oh God!

Veo con tristeza que no se ha mencionado ni una palabra de la segunda más importante cosa de NOLA: La comida. Habéis estado en el lugar donde mejor se come en USA, y no habéis probado ni una muffoletta en el Central Market, ni pasado por Napoleon House, ni Absinthe House, ni Antoine's, ni Galatoi's, ni Tortoricci's. Ni un café au lait en el Cafe du Monde. Vaya gracia esa... y lo peor, ni un gumbo, ni un red beans and rice with sausage. Qué no vale la pena viajar con vosotros.

De acuerdo con mille, lo del Natchez es un timo para turistas (yo tambié lo sufrí) pero New Orleans es impresionante. He estado dos veces en los últimos meses y WOW, nada que ver con la América blanca y conservadora donde todo está en orden y es aburrido. Menudo caos y menuda maravilla de ciudad

Genial artículo! Gracias!

Hemos hecho el mismo viaje con 15 días de diferencia... Espero que Nueva Orleans os gustase más que a nosotras, para mi -excepto el jazz- fue bastante decepcionante. Un consejo para tomar o tirar: ni se os ocurra coger el barco "Natchez" para pasear por el mississippi...

Yo lo veo bien a vuestro comentario, especialmente en estos tiempos de múltiples catástrofes que pueden hacernos olvidar a alguna. Sugiero introduzcan algún video acerca de los momentos trágicos vividos, pues trabajando más este artículo da para mucho.

Otros muchos profesionales (delineación, electrónica de potencia, traducción e interpretación..) también deambulan por la "brillante" recuperación de estos lares como vigilantes, asistentas y taxistas. NO VEO dónde está la noticia, francamente.

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