A la vuelta de un viaje existe un ritual ineludible: la proyección de vídeos y fotografías ante familiares y amigos. Sin embargo hay una posibilidad que ha quedado arrinconada ante la preeminencia de lo visual, pero que también sirve para describir algunos paisajes: el sonido. Efectivamente, quien haya estado en Marrakech, podrá acordarse del peculiar ruido que emitían los vendedores ambulantes de tabaco al rebotar en sus manos un puñado de monedas con el fin de hacer notar su presencia. O, igualmente, un paseo por Las Vegas está asociado al sonido que realizan quienes reparten propaganda de los clubes nocturnos al agitar sus flyers en el aire.
Pues bien, ya que acabamos de aterrizar en Nueva York, al margen del continuo trajín de ambulancias y coches de bomberos, que con su acumulación de luces parecen casi una atracción de aquellas ferias itinerantes que se instalan en los descampados de las afueras de las capitales de provincia, si hay un lugar que debe ser recordado por sus sonidos, ése es Chinatown. Estos son algunos de los sonidos más representativos con los que topamos tras un paseo por sus calles.
1. Fortuna: Escucha el sonido
Si tuviéramos que elegir nuestro ritual favorito para atraer la buena fortuna, sin duda, elegiríamos a la gente que cada año se disfraza para asistir al sorteo de Navidad, ya sea verdaderamente para ganarse el favor de los astros o para arañar unos segundos de gloria en el telediario de Antena 3. Pero si hay alguien sabio a la hora de elegir rituales de la buenaventura, hablamos del pueblo chino. Y no lo decimos por su afición a las famosas galletas de la fortuna, que muchos compartieron en su día a través de Facebook. Ahora lo decimos por la estampa que nos encontramos a la entrada del templo budista de Mahayana, donde un grupo de mujeres chinas, ancianas en su mayoría y con escasos conocimientos de inglés en su totalidad, agitaban en el aire una especie de varillas mientras oraban arrodilladas frente a un altar consagrado a Buda. El sonido nos parece de lo más hipnótico y relajante. Después de todo, tal vez no sea casualidad que la canción 'Good Fortune', de PJ Harvey, esté ambientada en Chinatown.
2. Gabinete de acupuntura: Escucha el sonido
A pesar del bullicio que reina en las calles de Chinatown hay algunos lugares que permanecen envasados al vacío. Uno de ellos es el gabinete de acupuntura y herboristería del licenciado Jeffrey G. Chen. Un hombre al que se ve tranquilo y que usa agujas desechables en sus sesiones, eso que quede bien claro. Un lugar en el que, sinceramente, no esperábamos encontrar a ningún occidental. Y para nuestra sorpresa hallamos a una tipa que actuaba con las maneras de un yupi que se hubiera reconvertido tras un viaje a Oriente. Pues bien, en ese oasis grabamos el sonido de cómo un empleado del licenciado Chen se dedicaba a empaquetar especias, unas especias que extraía de cajas pequeñas de madera, de ésas que uno siente la necesidad de abrir para averiguar su contenido, algo así como lo que ocurre en España con las mercerías.
3. Chinese chess: Escucha el sonido
Este sonido está dedicado a todos los amantes de los bares manchegos y su batir continuo de fichas de dominó. Y es que parece que la población jubilada de lugares tan distantes como Tomelloso y Pekín coniciden en una cosa: su pasión por rayar mesas. En este caso, se trata de una partida de xiangqi registrada en Columbus Park, un juego de mesa que un anciano desdentado y con sombrero de paja describió con una soberana aliteración: "chinese chess".
4. Te quiero: Escucha el sonido
En la calle Bowery, una de las principales que cortan Chinatown, existe un local insólito, cuya función es la de preparar a las parejas de recién casados para su pertinente sesión fotográfica. La estética allí es el delirio de un estilista de 'Noche de fiesta', con reflejos azules en el pelo de los novios, con trajes de novia repletos de pliegues como hechos con los retazos de un pastel de fresa, y las madrinas que difícilmente pueden contener las lágrimas mientras sueñan con que algún día les llegue el turno a ellas de subirse a la limusina que espera al pie del comercio para dar un paseo a los tórtolos. En esta tesitura, sentimos la obligación de abordar a una sonriente pareja para que declarasen su amor ante nuestra grabadora. Así se dice 'te quiero' en chino.
5. Tienda de discos: Escucha el sonido
Al tratarse éste de un recorrido musical por Estados Unidos, no pudimos resistir la tentación de adentrarnos en la primera tienda de discos que se cruzó en nuestro camino. Y una enorme televisión te recibe con el dvd de un karaoke. Los autores de este artículo, que defienden los karaokes con más fervor que los responsables de la candidatura olímpica de Tokio, y conocen bien los videoclips que acompañan las canciones, se vieron un poco sobresaltados al comprobar que, a diferencia de lo que ocurre en España, no aparecían imágenes de playas paradisíacas ni de gaviotas que las sobrevuelan, sino la imagen fija de un guaperas 'made in China' con una buena dosis de brillantina. Y suena así.
6. Los bazares: Escucha el sonido
¡Los bazares, qué lugares! Nos referimos a ese tipo de tiendas en los que conviene adentrarse con el espíritu de un espeleólogo con casco de oropel. En nuestras frecuentes inmersiones, siempre nos han sorprendido especialmente algunos objetos, como los famosos gatos que mueven el brazo, la multitud de útiles que se acumulan para una fiesta de disfraces perfecta, así como una serie de juguetes infantiles que son capaces de encerrar un componente tierno y un componente diabólico al tiempo. En un bazar de la calle Mulberry, en pleno corazón de Chinatown, encontramos este sonido, procedente de una muñeca infantil, el cual podría servir perfectamente como banda sonora para un psyco thriller de lo más zen.
Este par de reporteros se jugó el tipo para intentar registrar el sonido de la cocina de un restaurante chino. Sin ánimo de intentar alimentar el mito que persigue a la procedencia de la carne en este tipo de restaurantes (María y Álvaro se declaran fervientes seguidores de esta gastronomía), la tarea fue infructuosa porque los empleados de todos los lugares visitados se negaron a permitir la entrada, con lo que nos quedamos con las ganas de ofreceros el sonido de cómo se tuesta la piel de un pato asado. En cualquier caso, nos gustaría saber, querido lector, cuál es el sonido que más aprecias en tu propia ciudad, o cuál es el que más recuerdas de las ciudades que has visitado en tus viajes. Si te animas, deja un comentario.
Hi there to every single one, it’s really a pleasant for me to visit this site, it contains helpful Information.
Publicado por: Muhasebe programı | 29/01/2013 10:51:31
Peculiar article, just what I wanted to find.
Publicado por: how to get your ex back | 29/01/2013 10:49:43
Muy chulo!
Publicado por: damer | 02/07/2011 15:24:26
De Calafate, la fractura de glaciar.
De San Petersburgo, el ruso.
De Londres, Camden Town.
De Nueva York, el saxo.
De Tokio, el Pachinko.
De Hiroshima, el silencio.
De París, el maldito acordeón.
Publicado por: Chacunin | 27/08/2010 17:03:07
Los sonidos que no pueden dejarse de escuchar en mi país son los de las bocinas de los carros, de noche se oye la música de los bares en las calles y carros, el saludo de personas que se encuentran por las calles de Santo Domingo...pero el sonido más bonito que tiene mi país es el del mar. Viva República Dominicana!
Publicado por: Miguelina | 25/08/2010 15:01:00
Muy lnda la nota. El sonido que más aprecio es el del mar , al amanecer, cuando no hay gente en la playa, y se lo oye suvae, adormecedor, reiterativo, lejano.
Publicado por: Rosa Mayo Marcuzzi | 25/08/2010 13:35:45