Motel Americana

SOBRE EL BLOG

'Motel Americana' suena como unos neumáticos chirriando contra el asfalto estadounidense y como un pedazo de bacon friéndose hasta la carbonización en un BBQ solitario. 'Motel Americana' te gustará si te gusta la voz de Iron & Wine, la instrumentación de Sufjan Stevens y, sobre todo, la improvisación musical a lomos de un coche de alquiler.

Autores

María Sánchez & Álvaro Llorca Álvaro Llorca y María Sánchez

Se dice que, cuando a sus tres años a María Sánchez le regalaron un Casiotone, lo sacó de la caja y milagrosamente hizo sonar My Old Kentucky Home, una canción de 1853. Por su parte, la primera vez que habló Álvaro Llorca, siendo apenas un bebé, reprodujo entero el discurso fundacional del estado de Kansas. Con estos antecedentes, sólo podían acabar escribiendo este blog.

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09 ago 2010

Bluegrass, pero sin George Clooney

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

Mientras recorríamos los 175 kilómetros que separan las ciudades de Louisville y de Owensboro, ambas en el estado de Kentucky, entornamos con fuerza los ojos e iniciamos un juego: habíamos de localizar a George Clooney, a John Turturro y a Tim Blake Nelson embutidos en sus trajes de presidiarios y correteando entre los pastos. Quien haya visto 'O Brother!', la enorme película de los hermanos Coen, habrá reconocido enseguida la imagen. A quien no la haya visto, a continuación le explicamos de dónde viene esta asociación de ideas.

El objetivo de nuestro desplazamiento era visitar el Museo Internacional de Música Bluegrass, situado en Owensboro, una ciudad de unos 55.000 habitantes y que se jacta de ser la capital mundial de la barbacoa*. Pues bien, probablemente la primera vez en que ambos entramos en contacto con el bluegrass se debió a la estupenda banda sonora de la película de los Coen, gran triunfadora en la 12ª edición de los Premios Internacionales Anuales de la Música Bluegrass, allá por el año 2001. Y esto explica que, conforme nos acercábamos a nuestro destino, fuésemos recreando, divertidos, algunas escenas de la película.

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06 ago 2010

Grupos para escuchar con monóculo y esmoquin

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

Ya os hemos contado que nunca se nos habría pasado por la cabeza visitar Louisville de no haber sido por un consejo del gran Steve Albini. A él le tenemos que agradecer dos de las cosas más sorprendentes que nos pasaron en todo el viaje: dormir en una funeraria, tal y como contamos ayer, y conocer a Rachel Grimes.

Rachel
Seguramente muchos os estéis preguntando ahora quién demonios es la tal Rachel. De acuerdo, no es que se la pueda considerar una estrella de la música americana, pero esta pianista goza de gran fama y prestigio en círculos restringidos por haber formado parte de Rachel's, un grupo de culto. A pesar de que esta banda de postrock se halla desde hace cinco años en estado de "profunda hibernación", según reza su página web, muchos todavía le rinden tributo. Nosotros somos dos de sus fieles acólitos, pero no los únicos. Grimes nos contó que, todavía hoy, es rara la semana que no le llegan emails de algún quinceañero japonés o polaco contándole que acaba descubrir a Rachel's y que su música le ha conmocionado profundamente.

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05 ago 2010

Louisville: noche surrealista en cinco actos

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

I. El consejo. Steve Albini no es un tipo a quien le guste generalizar, sino que es muy puntilloso en cada una de sus observaciones. Por ello, sorprende tanto una sentencia que lanzó al tiempo en que acariciábamos las porosas paredes de adobe de su estudio de grabación: "Todo el mundo que conozco en Louisville, Kentucky, es buena persona". Este lugar, fuera de nuestros planes iniciales, encajaba a la perfección en los caminos de improvisación por los que queríamos conducir nuestro viaje, de modo que nos dirijimos hacia la ciudad, donde vivimos un episodio surrealista en cinco pasos, algo que nos permitió conocer buena gente y un coqueto sello discográfico.

Louisville II. La ciudad. Louisville es célebre en Estados Unidos por diversas razones. En primer lugar, porque alberga el barrio victoriano más extenso del país. Segundo, porque tiene el bate de béisbol más grande del mundo, con 37 metros. Efectivamente, en este país se impone el king size. Además, hay una calle enorme que se llama Bardstown Road y en la que nunca dejan de cantar los pájaros, lo que quizás sirva para hacerse una idea de la gran tradición musical de esta modesta ciudad, que ha visto nacer a bandas como Rachel's y My Morning Jacket, y músicos como Will Oldham (Bonnie Prince Billy, Palace Brothers) o David Pajo (Slint).

III. Las tiendas de discos. Una vez en la ciudad decidimos acudir directamente a las dos principales tiendas de discos. Estos comercios en Estados Unidos nos son simplemente lugares donde se mercadea con el sonido, sino que allí se realizan abundantes conciertos, la gente acude a hablar de música y los dependientes son verdaderas enciclopedias con curiosos uniformes. Allí preguntamos qué se estaba cociendo en la ciudad durante estos días, de modo que nos enteramos de un concierto de Tara Jane O'Neil, antigua vecina de Louisville que ofreció una auténtica exhibición guitarrera. Además, en una de las tiendas, el encargado nos facilitó el correo electrónico del sello discográfico más importante del lugar, que se llama Karate Body Records. Mientras abandonábamos la tienda sonaba el recién estrenado álbum de un grupo local, bastante inquietante, experimental, psicodélico y setentero, de nombre Phantom no sé qué, según nos dijo el propio encargado.

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04 ago 2010

69 pinturas de amor para The Magnetic Fields

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

Para muchos, publicar un disco de 69 canciones y que ninguna de ellas se asome a las listas de éxitos podría considerarse un fiasco. Pero eso no es, precisamente, lo que ocurre con '69 Love Songs', ya que su gloria debería medirse en función de otros parámetros. Por ejemplo, se nos ocurre el siguiente: el número de horas que parejas de medio mundo habrán dedicado a debatir cuál es la mejor canción del disco: "La quinta canción del segundo cd. No, mejor aún, la décima del tercero", se escucha en las noches de muchos dormitorios anónimos.

Kayla Hillier, junto a Arthur dela Cruz, otro de los participantes en el proyecto Aunque, sinceramente, este debate es algo así como pedalear en el aire. Y es que hay una serie de discos -ahora nos viene a la cabeza también el de Fleet Foxes- en los que resulta imposible decantarse por una sola canción. Más al contrario, el favoritismo va dando saltos a lo largo de sus impecables tracklists. Y eso ocurre, por supuesto, entre las 69 canciones de amor de los Magnetic, una obra que está a punto de cumplir los 11 años y que nació con vocación teatral, pues según confesó su autor, la intención originaria era llevarla a las tablas.

Alguien que lo sabe bien es Kayla Hillier, quien se mueve cómoda entre la geometría voluble de esta obra, al ser una de las participantes en el proyecto de ilustrar todas las canciones de esta obra poliédrica, polimorfa y poliluminosa. Está bien, esta última palabra es completamente inventada, pero, sin ánimo de mancillar el lenguaje, es un recurso que nos sirve para hablar de las letras de este disco, una de sus grandes virtudes. Y es que entre las 8.104 palabras que se cuentan en él (excluyendo títulos y estribillos), la que más se repite es 'tú' (342 apariciones) y hay algunas palabras que se inventan los propios artistas, lo que da cuenta del uso libérrimo del lenguaje de esta banda, como por ejemplo ocurre con los términos 'unboyfriendable' y 'prowesslessnesslessness'. Por cierto, la cuenta de palabras se debe a LD Beghtol, quien participó en la grabación y firma un breve libro sobre el disco.

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03 ago 2010

En el campamento de verano de Broken Social Scene

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

"Ok, seré claro. Broken Social Scene son amigos. Me he emborrachado con ellos, he pasado la noche en sus colchones, he estado en algunas de sus bodas y me han ayudado a mudarme". Con estas palabras empezaba la reseña que el periodista canadiense Stuart Berman (Pitchfork, Toronto Star, Eye Weekly) escribió sobre 'You forgot it in people', el segundo disco de Broken Social Scene, que convirtió a un grupo que era un pequeño secreto local en embajador oficial de la escena musical de Toronto (efecto Pitchfork de por medio, dicho sea de paso)

Brokensocialscene2 copia
Nos acercamos hasta Toronto para asistir a la presentación del primer libro de Berman, 'This book is broken', un documento que recoge la historia oral (y coral) de Broken Social Scene. Lo que no sabíamos era que, poco después, íbamos a compartir el destino de Berman y que, un día, nos tocaría comenzar un reportaje sobre el grupo advirtiendo a nuestros lectores de que, para ser honestos, aunque no seamos sus amigos, no hayamos ido a sus bodas ni nos hayan ayudado a mudarnos, sí nos hemos emborrachado con ellos y hemos dormido en sus colchones.

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02 ago 2010

Carabanchel - Tucson: un español en la corte de Calexico

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

Lo primero que tenemos que decir sobre Jairo Zavala es que no nos dejó ejercer de periodistas. Quedamos con él en una pequeña sala de conciertos de Toronto y, tan pronto como pudo, desvió una entrevista sobre sus diversos proyectos hacia una conversación informal entre cervezas sobre música, viajes y Estados Unidos, que al fin y al cabo es de lo que trata este blog. Todavía ofrecimos una tímida y dubitativa resistencia (más por sentimiento de deber que por convicción) que quedó completamente doblegada cuando nos pidió: "Dejad de apuntar y relajaos ya, hombre".

Jairo Zavala
Jairo Zavala es un guitarrista de raza originario del barrio madrileño de Carabanchel. Hasta hace poco, además de componer música para televisión y teatro, tocaba en el grupo de rock madrileño Vacazul. Desde hace un par de años Jairo Zavala es, sobre todo, DePedro, un proyecto en solitario que le hace cruzar el Atlántico más veces al año que un avión de American Airlines. Todo cabe ahí dentro: rock, música latina, reggae, ritmos fronterizos, influencias africanas, rumba, son, blues, salsa y otras tantas etiquetas adornan su trabajo, dejando la palabra 'mestizaje' en un concepto pobre. Como no podía ser de otra manera, ha sido Nat Geo Music, el sello dependiente de la revista National Geographic, quien ha editado un álbum que suena a pasaporte sobado en las aduanas de medio mundo.

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30 jul 2010

Fucked Up: 'El talento está sobrevalorado'

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

La primera ocasión en que estrechamos su mano, el enorme Damian Abraham estaba en calzoncillos. Aquello fue tras la actuación de su banda, Fucked Up, en una edición del Primavera Sound. Unos minutos antes, el cantante había agitado sus ciento y pico kilos sobre el escenario, había trepado en varias ocasiones a las torres de sonido y se había reventado varias latas de cerveza en su frente, lo que explicaba esa especie de estigma al estilo Gorbachov.

Gorbachov
La segunda ocasión en que estrechamos su mano ocurrió en un oscuro garito de Toronto, el Sneaky Dee's, justo antes de otro concierto de su grupo, y el cantante llevaba en brazos a un bebé de pocos meses -con unos enormes cascos para amortiguar el intenso sonido-, a quien sujetaba con la ternura de un anuncio de Prenatal. "Es mi hijo y es la cuarta vez que acude a un concierto de Fucked Up", decía orgulloso el padre. De repente, mostraba un recato como el que le ha llevado a figurar en un modesto segundo plano en la portada de la colección de singles que ha publicado este mismo año bajo el título 'Couple tracks: singles 2002-2009'. Minutos después, Abraham se subió a las tablas y revolucionó a la clientela con uno más de sus espectáculos salvajes.

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29 jul 2010

Míchigan con Sufjan Stevens de copiloto

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

Sufjan Stevens es, además de un músico que nos pirra, una de esas personas que sigue creyendo en los álbumes conceptuales. Ha dedicado, por ejemplo, un maravilloso disco quintuple a la Navidad (Songs from Christmas) y su último trabajo es un brindis sinfónico a la autopista que une Brooklyn y Queens (The BQE). Sin embargo, si por algo despierta curiosidad este cantautor de 35 años es por su intención de dedicar un álbum a cada uno de los 50 estados americanos. Durante un tiempo, especuló con que California sería el siguiente, pero se ha retirado del proyecto con solo dos LPs: 'Illinois' (el mejor disco de la pasada década, según Paste Magazine) y 'Greetings from Michigan', consagrado a su estado natal.

Michigan1
Sobre éste último vamos a hablar hoy. Y es que cuando nos descubrimos en pleno Míchigan no pudimos resistirnos: seguir los pasos de Sufjan y recorrer un estado sobre el que esboza un cuadro sentimental, amargo y descarnado. Demasiado tentador para no hacerlo. Ninguno de nosotros tenía entonces noción alguna de cartografía ni topografía. Solo nos parecía que Míchigan tenía forma de manopla. Pero no sabíamos, por ejemplo, que está envuelto por cuatro de los cinco Grandes Lagos. Ni que es el tercer estado en el que más árboles de navidad crecen o el que más frutos del bosque dedica a la repostería. Había que ponerle remedio a eso.

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28 jul 2010

La nueva technocracia de Detroit

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

Tras publicar nuestro primer post sobre la ciudad de Detroit, colección de postales de un apocalispsis postindustrial, una twittera realizó una observación muy cierta: "A pesar de la tristeza de las fotos dan ganas de colarse en la ciudad fantasma de Detroit". Estamos de acuerdo, sus arterias de asfalto y cascotes generan una atracción irreprimible. Pensamos que una de las mejores bandas sonoras para adentrarse por estos paisajes tal vez sea un género tan propio de aquí como el techno, de modo que, tras haber visitado la sede de Motown, decidimos calzarnos la zapatilla, poner como banda sonora 'Clear', el tema de Cybotron considerado como uno de los himnos seminales del techno, y visitar a un joven dj para hablar sobre la actual escena de este estilo.

En estos días, el techno se ha diversificado en infinidad de subgéneros, pero a bordo de nuestro coche recordamos sus primeros pasos, allá por el año 1983, cuando era claramente perceptible la influencia industrial de grupos como Kraftwerk y del electro-funk negro, tal y como ocurre en 'Clear'. No es casual que una de las frases que más fortuna hicieron para definir el techno primigenio de Detroit sea aquella de Derrick May, uno de los padres del género: "Esta música es como Detroit: un completo error, como si George Clinton y Kraftwerk se quedaran atrapados en un ascensor y sólo tuvieran un sintetizador para hacerles compañía".

Una vez que el techno se destapó, la ciudad ya estaba inmersa en su proceso de decadencia, el cual se inicia una década antes de la publicación del mencionado tema de Cybotron. A través de las ventanillas de nuestro coche, y con los ojos bien abiertos, escrutamos posibilidades para entender por qué este sonido tan particular nació en estas calles tan devastadas.

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27 jul 2010

Motown y Detroit: auge y caída de dos imperios

Por: Álvaro Llorca | María Sánchez

Durante nuestra estancia en Estados Unidos nos dimos cuenta de que ciertas ciudades han desarrollado una relación simbiótica muy estrecha con su música. Su personalidad y carácter se han ido modelando entre sí a lo largo del tiempo hasta crear un paisaje musical único y propio. Uno de nuestros objetivos fue en el viaje fue actuar de topógrafos accidentales que estudiaran vínculos como los que unen a Detroit con Motown records, el legendario sello de música negra. Estos dos emporios crecieron de la mano y cayeron juntos. Por ello no nos parece casual que el primer éxito de Motown fuera precisamente ‘Money, that’s what I want’, o sea, “Dinero, eso es lo que quiero”. Ni que esa filosofía naciera en un lugar como Detroit.

Motown1

Corría el año 1959. Berry Gordy, un joven negro ex boxeador, ex combatiente de la Guerra de Corea y ex trabajador de una cadena de ensamblaje de coches, decidió crear un sello discográfico. Solo tenía tres cosas: un préstamo de 800 dólares, pasión por la música y un desmedido talento empresarial. Se trasladó a una pequeña casa (apodada más tarde Hitsville, 'casa de los éxitos') del West Grand Boulevard que convirtió en estudio de grabación y sede de lo que entonces era Tamla Records. Nacía la primera discográfica dirigida exclusivamente por negros. Pronto recibió el nombre de Motown en honor de Detroit y a la floreciente industria automovilística.

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