Por Jesús Cuadrado Bausela*

Ismael Álvarez (a la
izquierda) con Emilio Cubelos, de Independientes Agrupados de
Ponferrada, y el socialista Samuel Folgueral. / Ana F. Barredo (EFE)
Hoy, 8 de marzo,
día de la mujer, ha sido
elegido alcalde de Ponferrada un concejal socialista gracias al pacto con un acosador convicto, condenado por sentencia firme.
Cuando en junio de 2002 se conoció la sentencia contra Ismael Álvarez por acoso sexual continuado, Micaela Navarro, responsable de la Secretaría de Igualdad en la ejecutiva federal del PSOE, consideró la sentencia insuficiente por imponer una pena “irrisoria y desalentadora para las víctimas de acoso sexual”. Tenía razón; en España existe cierta tolerancia, que se detecta en muchas sentencias, con este sucio delito. Pero, fue condenado. Ayer envié varios mensajes a la Secretaría de Igualdad de la ejecutiva federal del PSOE, para pedir que estudiara esta moción de censura. No he recibido respuesta. Así que me pregunto qué está pasando en el partido socialista, qué le pasa al partido fundado por Pablo Iglesias.
Soy militante del PSOE, puedo entender la resistencia de muchos militantes a aceptar que su partido, con tanto capital acumulado en la lucha por la igualdad, sea acusado de un acto tan indigno, pero, mejor no intentar justificaciones insostenibles. Como que el pacto se ha hecho para “sacar al acosador del ayuntamiento”; no, por favor, el pacto se ha hecho para conseguir la alcaldía, como es evidente (8 más 5, frente a 12). Ya es bastante veneno para tantos y tantas socialistas curtidos en la brega, durante años, contra el machismo criminal como para que se añada el bochorno de querer hacer pasar esta indecencia por una medicina, un brebaje, contra el acosador convicto. Ha sido por la alcaldía, se ha programado en Ferraz, de la mano de Óscar
López, líder del PSOE en Castilla y León. Ninguna causa noble.
¿Qué le está pasando al PSOE? No puedo entender que desde la propia dirección se tome una decisión que, evidentemente, le quita al partido socialista legitimidad, auctoritas, en la lucha contra una lacra social que exige contar con todas las capacidades activas. Cuando, mañana, se le lance a la cara a una militante o un militante socialista un “tú te callas, que ya vimos en Ponferrada vuestro compromiso contra la violencia de género”, qué le podrán decir quienes, al frente del partido, tomaron hoy la decisión de preferir una alcaldía más. Puede que en Castilla y León, como ahora en casi toda España, el partido socialista cuente con muy poco poder institucional, pero, no es esta la forma de “salir del pozo”. Al contrario, este es el método seguro para hundirse más. No hay futuro alguno para el PSOE si no representa una opción moral en la que puedan mirarse los ciudadanos; hoy, en Ponferrada, el partido socialista se ha alejado, y mucho, de la organización con fuertes anclajes morales que puso en marcha Pablo Iglesias.
Nada le puede hacer más daño a mi partido que se le pueda acusar, con razón, de falta de “convicciones firmes”; y de esas ha habido pocas, ninguna, en Ponferrada. Y ha ocurrido hoy, día de la mujer. Aun así, seré ingenuo para esperar que la actual dirección del PSOE rectifique y ponga el honor de los socialistas donde deben. No es crédito ciudadano lo que hoy le sobra al partido socialista.
* Jesús Cuadrado Bausela fue diputado socialista de 2000 a 2011