María tiene 56 años y está haciendo, casi sin quererlo, un
balance de su vida. Su corazón late fuerte y rítmico gracias a los stents que le
implantaron hace unos meses. Y su corazón empieza a decirle que la engañaron. Se
lo dice bajito y ella finge que no le oye, pero la negación tiene un límite.
Se acuerda de Doña Rosa, su maestra de la escuela, que se empeñó en que la niña tenía que estudiar, que no podía quedarse en el pueblo toda la vida haciendo remiendos en la ropa de labranza. Y consiguió que se obrara el milagro. Su madre permitió que se dedicara a los libros en lugar de ayudarla con todas las labores que supone una casa con un marido y dos hijos. Renunció a dos manos que estaban obligadas, desde entonces a labrar no la tierra, sino un futuro.
María terminó el Bachillerato libre y se matriculó en enfermería. También dejó de vivir bajo el techo de sus padres, toda una revolución. De todos sus primos y primas fue la única en conseguir un título universitario. Tenía 21 años cuando firmó su primer contrato, y desde entonces no ha dejado de trabajar. Y aunque ahora tiene que ponerse las gafas para pinchar un análisis lo hace con una suavidad angelical.
Ella siempre ha estado convencida de que era una mujer moderna, liberada, de las primeras generaciones en conseguir igualdad de oportunidades. Pero los susurros del corazón están empeñados en desmentir sus convicciones.
Se casó con 26 años y con 27 tuvo a su primogénita. Antes de cumplir los 30 llegó el segundo, un rabo de lagartija que no paraba de darle disgustos –quizá por eso le quiera tanto-. Cuando María volvía a casa después del trabajo tenía que hacerse cargo de los dos, ir a la compra con ellos, hacerles la cena, intentar mantener la limpieza sin apartar los ojos de los pequeños. Su marido mientras, estaba trabajando.
Poniendo en la balanza de la generación de su madre y la suya las mujeres habían operado un salto cualitativo; de la de su padre a la de su marido todo seguía igual: la obligación del hombre es traer el pan a casa, y punto. Nada de planchar, o quitar el polvo, nada de ir a la compra. Como mucho llevarse a los niños de paseo… si tenía tiempo.
Y esto es lo que su corazón le susurra y ella no quiere oír: “Os engañaron, os dieron gato por liebre”. Y María sabe que es así. Que su liberación terminó siendo una doble carga para mujeres como ella, mujeres que han soportado sobre sus espaldas el mundo entero, que salían de trabajar y cambiaban el uniforme por el delantal. Esclavas de todo y de todos, tan llenas de coraje como de amor.
Cuando sus hijos crecieron tampoco llegó la libertad. Pero, ¿por qué no puedo ir al pueblo? Porque tú sola ya no puedes manejarte. Esa conversación se repitió durante años en bucle, una y otra vez, siempre la misma pregunta, siempre la misma respuesta, una sentada frente a la otra. El Alzhéimer apresó a su madre y ella, como hija –hija con ‘a’, en femenino, debía de hacerse cargo de ella. Siempre había sido así. Sus hermanos le hacían el favor de echarle una mano, eso pensaban ellos, como si aquella mujer que hurgaba con el dedo en el sofá no fuera madre de ellos también.
Cuando su madre murió su corazón ya se agrietó un poco. Después de toda una vida entregada a los demás ya no tenía a quien dedicarse. Sus padres no estaban y sus hijos tampoco, cada uno buscando su sitio fuera del nido. Quitar las manchas de las camisas de su marido no llenaba una tarde entera. Se sintió perdida, con una enorme cantidad de tiempo que no sabía como gestionar. Y el corazón, como diría Sabina, cansado de latir (casi siempre por los demás) se quebró.
Ahora María va a yoga dos días por semana, los otros dos va a clases de inglés y los fines de semana sale a caminar. Ahora incluso, lee libros. No es que no tenga preocupaciones: teme por quedarse sin pensión después de casi 40 años cotizados, teme por el futuro de sus hijos, tan en precario como una casa de naipes, teme la vejez, porque las manos, que no engañan, empiezan a no ser las que eran.
A veces María mira a su hija y se convence de que su generación fue la del gato. Pero la historia de la mujer es una historia de sacrificios: su madre renunció a su ayuda para darle un futuro mejor y ella tuvo que vivir esclavizada para que su hija se diera cuenta de que ese no era el camino. “Aprendemos de los errores”, se dice, mirándose en el espejo con la alfombra de yoga colgada al hombro antes de salir de casa.
Hay 80 Comentarios
Sweet Lord,
¡Si después de todo va a ser que la liberación de la mujer fue en realidad fue un flaco favor para las mujeres! Con lo agustito que estaba la mujer en su casa, haciendo sus cosas, sin más preocupaciones... (tono irónico)
Por favor! El problema no está en que la mujer salga a trabajar, el problema está en que ésta sienta o se vea obligada también a trabajar en casa.El conflicto se genera pues en la manera de concebir los roles de género que sigue tiendo la sociedad, tanto mujeres, como hombres. Por mucho que hablemos de igualdad, de paridad en los trabajos, de la emancipación de la mujer.. ¿quién se encarga de revisar lo arraigado que siguen estando los roles de género tradicionales en cualquier sociedad? Si en algún momento las mujeres perciben los cambios cualitativos que han tenido en las últimas décadas como un LASTRE, es que algo falla, y algo MUY grave está pasando.
Que una mujer anhele los roles tradicionales SIMPLEMENTE porque ve muy complicado el aceptar o posicionarse en ciertos nuevos roles, ni mejores ni peores, simplemente alternativos a los tradicionales, es que la liberación de la mujer todavía no ha llegado. Los roles tradicionales no son el lugar seguro al que acudir cuando las ansiedades de vivir en el mundo que vivimos nos abrumen. No se trata de que la vida y el ámbito doméstico sea mejor o peor, se trata de que esta elección no esté condicionada por la incapacidad de negociar y adoptar nuevos roles de género. La libertad y la liberacion vendrá cuando se entienda que los nuevos roles de género no han de vertebrarse alrededor precisamente de los roles tradicionales. Es decir, una mujer no es libre por hacer lo que le venga en gana, sino por no sentirse culpable o extraña por tener que dar explicaciones sobre porque no se queda en casa, o no cocina o lo hace otra persona.
apelando al título de este artículo, yo propongo que no nos den gato por liebre, y nos intenten vender que en realidad las mujeres estaban mejor en casa porque así solo tenían que cumplir con unos roles en la esfera de lo privado, mientras que la emancipación añade cargas a las pobres espaldas de las mujeres.
Mi conclusión es que NO podemos dar por hecho que la "liberación de las mujeres" y la "igualdad" sea un proceso FINALIZADO, por mucho que veamos como las mujeres se mueven como pedro por su casa en el ámbito de lo público y lo político (Polítca, Medios, etc...). Siempre que una mujer sienta que la lucha por sus derechos le ha supuesto (negativamente) una carga extra es que algo falla y que toca seguir luchando por la negociación de nuevos roles de género dentro de la sociedad. (y esto no es solo exclusivo de mujeres de generaciones pasadas....)
Publicado por: Ordinary Lifestyles | 09/05/2013 13:30:09
A mi me parece que el engaño está en que el sistema tiene mecanismos para evitar la liberarización de la mujer y del hombre por tanto. con la incorporación de la mujer al mundo laboral los salarios comenzaron a disminuir de tal manera que lo que pudiera ser un desahogo o un compartir trabajo, ocupaciones familiares y ocio se ha convertido en una necesidad. Hace años que una familia media necesita dos sueldos para mantenerse decentemente. Se tenia el consuelo de que educación y sanidad se tenían cubiertos. Ahora hemos llegado al extremo de tener que posponer la idea misma de formar familia. El engaño es que la libertad de elegir está limitada siempre por algún tipo de poder, y es muy difícil sortear las trampas de todo tipo, y en diferentes aspectos,que te salen al camino.
Publicado por: carmen19 | 08/05/2013 20:12:55
Estoy leyendo cosas que no me gustan como que las tareas del hogar no molan. Lamento disentir. Las tareas domésticas son recomendadas por muchos psicólogos para que sus pacientes se relajen. Las tareas domésticas tienen unos indudables beneficios: son sencillas, repetitivas pero son muy recompensantes. Si os fijais bien ¿Como os habeis sentido después de terminar con la plancha o dejar un baño refulgente? A que sí, a que es satisfactorio saber que uno se las arregla bien consigo mismo y sus casa de la casa y que además facilita que otros se encuentren las cosas hechas. No sé, veo que hay como un sesgo según el cual las tareas típicamente ejercidas por mujeres no son atractivas. Yo a mi madre siempre le dije que cambiaba mi vida de trabajo por la de ella. entre tener que supeditarme a las órdenes de un jefe, sí o sí, y dedicarte tranquilamente a ver si cambias los visillos o tienes que llamar la tintorería para que limpien la alfombra, yo encontraba que el trabajo de mi madre había sido menos sacrificada, más libre (en tu casa te respetas la libertad lo que te da la gana) y menos tenso. Contra esto ella esgrimía argumentos como el "sin hora", "sin reconocimiento", "sin compañeros" y no recuerdo qué otros argumentos según los cuales a ella siempre le hubiera gustado trabajar fuera de casa y tener sus propios ingresos. Quizá este sea el verdadero argumento: los ingresos. Yo desde lueog no encuentro ingratas las tareas del hogar. De hecho juego con ellas.
Publicado por: Crisis | 07/05/2013 22:32:27
...crudo, y el hombre a no escoger a la mujer por su belleza...
...no sé, todos/as llevan su razón y con lo cual algo de razón, valida...con lo actual, con el progreso, con la modernidad ideológica falta, quizás, materializar, esos cambios en Hechos-actitudes contrastables, visibles y normalizados mientras tanto, seguimos, llevo varios años, sosteniendo lo mismo y yá me sabe mal, en un periodo-largo por cierto- de Transición, es decir, de reacomodos, de regulaciones, de negociaciones, replanteamientos y compromisos, responsabilidades nuevas y seguimos en ellos...larga vida?...uhmmm
Publicado por: Sophie | 07/05/2013 20:12:24
@angora: Acabas de ganar el premio “Juan Palomo” a la explicación más peregrina. Es decir, que sólo os libera si el hombre sale pitando ¿¿?? Claro, es lo mismo tener dos que siete hijos... ¿Y no puede salir él pitando cuando ya has tenido siete hijos? Si tanta responsabilidad tiene el hombre en los embarazos, ¿dónde queda vuestra reivindicación respecto al libre uso de vuestro cuerpo? Eso de “es mi cuerpo, es mi decisión”. Será en todo caso “en nuestro embarazo, es nuestra decisión (de los dos)”. Mira, no me molesto en seguir, porque lo que dices es tan ridículo... No comprendo ese recurso a poneros de tontitas del bote (“ya supieron cómo mantenernos ocupaditas”, “, es que somos mongers...”). Claro, y la máquina de vapor y el motor de explosión sólo se desarrollaron para ganar dinero y de sus beneficios se han aprovechado cuatro, por eso vas caminando a todas partes, porque la bicicleta también es un invento capitalista... Anda, reléete y avergüénzate. Mira guapa, mi jornada no acaba cuando salgo de trabajar porque mis problemas no desaparecen cuando cruzo la puerta de casa. Mi futuro no queda resuelto mágicamente. Mi hipoteca sigue sin pagar. Las tasas de interés no se congelan. La inflación tampoco. Los deberes de mis hijos no se revisan automáticamente. El lavabo no deja de gotear por arte de magia. No necesito que sigas planchando. Lo que necesito es que seas tú quien sea el principal responsable de pagar la hipoteca, de planificar el futuro de los hijos, de pensar cómo ahorrar para el retiro, etc. Porque existe un futuro más allá de la cena de esta noche. Así podré olvidarme de esas cosas mientras tú te ocupas de ellas y dedicarme felizmente a planchar. No necesito tu ayuda económica. Necesito que asumas el liderazgo. Eso es lo que necesitamos de vosotras. ¿Estáis dispuestas o no?
Publicado por: crudo | 07/05/2013 19:02:33
@Crudo, lo tuyo no tiene solución... La píldora del día después evita embarazos no deseados por ambos sexos. No te olvides que un bebé no se hace solo. Si nos libera más a las mujeres es porque en los casos en los que el hombre sale pitando, al menos una tiene la opción de decidir no cargar sola con la criatura. Así que seguramente los hombres que se han forrado con el invento lo hicieran pensando en las necesidades de la sociedad en general y no sólo de las mujeres. Los electrodomésticos también fueron una maniobra comercial, muy agradecida por toda la humanidad, eso sí, pero no se puede decir que nos colmaran de tiempo libre porque entonces apareció la lejía, el abrillantador de suelos, la espuma seca para el sofá... así que mientras la ropa se lavaba "sola", ya supieron como mantenernos ocupaditas y calladitas el resto de la jornada. Todo lo que citas son inventos capitalistas que en el fondo se crearon para hacer dinero. Nos dieron algo de tiempo para pensar y vimos que lo que había no nos gustaba. ¿Me vas a decir que con tu jornada de 8 horas no tienes tiempo para pensar? Deja de lloriquear y defiende tus derechos como amo de casa si es lo que quieres. Nadie te lo impide. Pero no obligues a las mujeres a cargar con las faenas domésticas porque ya hace bastantes décadas de nuestra incorporación a la vida laboral y aprender a planchar no es tan complicado al fin y al cabo. Con que le pongas ganas es suficiente... No se trata de que nadie deba nada a nadie (porque en ese caso te aseguro que tenéis las de perder). Se trata de conseguir la igualdad real para todos, dentro y fuera del hogar.
Publicado por: angora | 07/05/2013 16:03:29
Un hombre de la edad de la susodicha no lleva en su DNI "SUS LABORES" ni dicen de él "Amo de casa", aunque su mujer trabaje. Romper los papeles exige voluntad, coraje y oportunidades.
Publicado por: reparto de papeles | 07/05/2013 1:46:53
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Exactamente.
No hay labores de mujer ni de hombre, lo único que hay son costumbres establecidas y prejuicios que establecen todo eso, provenientes de épocas pasadas, muy recientes, en las que se teorizaba sobre estrictos roles diferentes para hombres y mujeres. Hoy ha desaparecido la teoría pero la práctica es otro cantar.
Eso de "sus labores" es una de las expresiones más estúpidas que conozco, propias de la España franquista, en la que se educaba a la sociedad para aceptar un sistema de convivencia en el que mujeres y hombres vivían prácticamente en mundos distintos.
http://www.youtube.com/watch?v=RAvQG-01D6k
http://es.wikipedia.org/wiki/Franquismo
http://www.slideshare.net/rurenagarcia/la-mujer-durante-el-franquismo-8148127
Publicado por: Eu Yo | 07/05/2013 15:42:29
@angora: No recuerdo haber oído hablar de manifestaciones de mujeres pidiendo la invención de la píldora anticonceptiva, o la invención de los electrodomésticos, o la invención de la anestesia epidural, etc… que son las cosas que REALMENTE liberaron a la mujer de las principales cargas de su rol. Sólo después de quedar descargadas de las enormes cargas de su rol tuvieron tiempo para repensar su rol – ese tiempo que ya no gastaban cuidando de diez hijos, o haciendo la colada en el río o recogiendo leña para el fuego - y replantear su lugar en el mundo. Y FUERON LOS HOMBRES QUIENES DESARROLLARON TODO LO QUE ALIGERÓ A LA MUJER DE SU ROL. Sólo después de ser descargadas, comenzaron a manifestarse las mujeres por un cambio. Así que sospecho que los hombres comenzarán a manifestarse cuando queden liberados de sus enormes cargas, que siguen siendo las mismas que hace 100 años. ¿Vais a devolvernos las mujeres el favor? ¿O tenemos que pasar otros 80 años esperando a que empecéis de verdad a preocuparos por nosotros? Porque lo que veo es que las mujeres sólo seguís preocupándoos de vosotras…
Publicado por: crudo | 07/05/2013 15:09:21
@crudo, ¿Cuántas manifestaciones ha habido de hombres reclamando poder desarrollar las tareas del hogar? Porque de mujeres reclamando poder salir del hogar y ser tratadas como adultas, unas cuantas... Si tanto os interesa quedaos en casa luchad por ello... Ningún problema en que el hombre se quede limpiando y cuidando de los niños (destetados, eso sí) mientras la mujer trabaja. Antes no había opciones ni para unos ni para otros. Fueron las mujeres las primeras en proponer un cambio y de momento las únicas que han tenido que luchar en las calles por ello.
Publicado por: angora | 07/05/2013 14:56:27
@angora: Las mujeres que decidían dedicarse al hogar, ¿cómo lo conseguían? Casándose con un hombre que las mantuviese. ¿Y el hombre que deseaba dedicarse al hogar? ¿Qué debía hacer? Porque culturalmente, la mujer nunca ha tenido que entrar en el dilema de trabajar, tampoco… Somos muchos los hombres para quienes trabajar es algo muy poco atractivo. Tanto es así que si nos dejaran de pagar por ello, no lo haríamos… Así que no te inventes que “culturalmente el hombre no ha tenido dilemas”. Lo que no hemos tenido son OPCIONES, que es muy distinto.
Publicado por: crudo | 07/05/2013 14:36:26
Las mujeres han tenido que ir en contra de lo establecido para poder escoger qué hacer con su vida: dedicarse al hogar o desarrollar una carrera. Culturalmente el hombre nunca ha tenido qué entrar en tales dilemas. Si la mujer quiere liberarse de las tareas domésticas es porque le resultan poco atractivas. Y convencer al hombre, que nunca ha cargado con ellas, para que las asuma conlleva, en general, convencerle de que haga algo que no le apetece hacer y que nunca se ha visto obligado a hacer. La clave está en la educación en las escuelas, pero también en las familias. ¡Cuántas madres siguen haciéndole la cama y la comida a sus retoños de 20 años! ¡Y cuántos de esos retoños lo aceptan sin vergüenza alguna! Ahí radica parte del problema, en que ellas asuman estos roles "por amor incondicional", y ellos se aprovechen sin un ápice de vergüenza, porque chatos, tener a la mami de 60 años haciéndoos de chacha es como para que os avergoncéis.
Publicado por: angora | 07/05/2013 14:29:11
Somos unos comodones... cuando tienes hijos todo cambia y los niños son lo primero, sí se necesita dinero... pero el padre o la madre que no "cría" a sus hijos por falta de tiempo o prioridades se arrepentirá toda la vida... es "obligatorio" reducir la jornada laboral y "vivir" con menos... no queda otra. A mí esta señora de la historia me da ENVIDIA, criar a tus hijos y poder cuidar de tus padres en su vejez es un privilegio que no todos pueden disfrutar... y ojalá pueda jubilarme con un sueldo medio-decente y tener tiempo para hacer yoga !!! El paraíso, dónde hay que firmar !!!
Publicado por: Eva | 07/05/2013 13:38:34
Un hombre de la edad de la susodicha no lleva en su DNI "SUS LABORES" ni dicen de él "Amo de casa", aunque su mujer trabaje. Romper los papeles exige voluntad, coraje y oportunidades.
Publicado por: reparto de papeles | 07/05/2013 1:46:53
La generación que nació en los años 40, 50 puede sentir algo parecido. La generación de mujeres de ahora puede elegir vivir con una pareja o solas. Eso de "que el Estado se involucre en el reparto de tareas", "la sociedad", es trasnochado y sólo busca lanzar el problema a los demás. Las mujeres que elijan vivir con un zángano, es por su única voluntad y responsabilidad.
Publicado por: Sergio | 07/05/2013 0:59:53
La moraleja de la historia supongo que es esta:
-No haber estudiado y haberse quedado en el pueblo labrando la tierra.
-No haberse casado, ni vivir en pareja.
-Tampoco tener hijos: son un estorbo.
-Vivir sola, por ende.
Entiendo que cuando una mujer vive sola la casa se limpia sola, y la ropa en e mismo instante en el que la mujer emancipada se la quita se plancha y se limpia por si sola.
Bueno. Siempre le quedarìa el yoga
Publicado por: mangantin | 07/05/2013 0:27:56
Lo cierto es que aunque muchas mujeres reclaman un reparto igualitario de tareas y en el cuidado de los hijos, cuando se trata de buscar pareja, estas características aparecen al final en su lista de prioridades (si es que aparecen). Generalmente (sí, generalizando, ya sabemos que hay excepciones) las características buscadas en el varón son otras: estatus, atractivo físico, trabajo, riqueza, autoconfianza, etc.
En resumen. Tienen que exigir el reparto de tareas antes de casarse o irse a vivir juntos, comprobar cuáles son los hábitos domésticos del chico, etc. De lo contrario, es bastante posible que se encuentren en una situación como la del artículo. También esperen que su marido traiga un sueldo más bajo a casa. Una de las razones de la baja participación de los maridos en la vida familiar es que trabajan más horas.
Publicado por: Masculinista | 07/05/2013 0:20:11
El problema ańadido es el horario de trabajo y la manía espańola de que estar más tiempo en el trabajo, aunque no se haga nada productivo, es de trabajadores implicados. Si se trabajase como en el norte de europa no tendriamos esos problemas.
Publicado por: Esther | 06/05/2013 23:26:05
a crudo | 06/05/2013 22:13:34
Se puede formar una familia como proyecto de vida poniendo no sólo dinero y trabajo sino la persona. Pero matarse por tener más y más dinero (y/o poder) puede ser cosa de uno y el móvil ser la ambición. Los horarios españoles están pensados para que la familia ni se vea o los que trabajan no vean a los hijos.
Publicado por: Guisado | 06/05/2013 23:04:43
Frecuento estos blogs há algun tempo. Soy brasileña y Desgraciadamente llego a conclusion que és verdad lo que muchas brasileñas han dicho del hombre español: Los hombres españoles de la clase média son mucho más machistas y misóginos do que los brasileños. Se en Brasil, no estamos bien de hombres, pobres mujeres españolas!
Publicado por: Paula | 06/05/2013 22:45:36
María no te inquietes. Tu hija tendrá una vida diferente a la tuya. Y haces bien con el yoga, aprender inglés y las caminatas, así mejoras tu salud y alejas la depresión. Tu hija se enamorará no una, sino muchas veces y pensará en lo que le conviene muchas veces y se pondrá así misma como lo más importante. No tendrás nietos pero tu hija será mucho más asertiva y feliz que tú.
Publicado por: Marujita | 06/05/2013 22:19:58
@C.A.: Si he recurrido a ese planteamiento ha sido únicamente para poner en su justo valor un papel que está siendo ninguneado por el hembrismo miope, que no es otro que el del hombre que se rompe los cuernos por su familia, que se juega la vida en el tajo y que muere antes por haber dedicado toda su vida a procurarle un futuro mejor a sus hijos. ¿Tú conoces a alguien que se plantee las cosas de la forma en que lo he presentado? No, ¿verdad? Y, sin embargo, la mayoría de los hombres han hecho esos números en su cabeza y aún así, se callan y asumen con entereza el ser la parte perdedora, lo que pone sobre la mesa su ENORME GENEROSIDAD, pues siguen dando aun cuando ya han dado de sobra. Y aunque siguen recibiendo collejas, agachan la cabeza Y SIGUEN ADELANTE. No todos lo consiguen. Muchos se refugian en el alcohol o buscan vías de escape. “Cuando el dinero sale por la puerta, el amor sale por la ventana” ¿Y soy yo quien vincula dinero y afectos? Pon una familia feliz en un contexto de penuria económica y verás lo que dura el amor.
Publicado por: crudo | 06/05/2013 22:13:34
Crudo: yo no estoy de acuerdo en mercantilizar así la familia, porque la familia es (afortunadamente) algo mucho más importante que una empresa. No se pueden mezclar los afectos con el dinero. Y desde luego no se puede valorar el papel de cada miembro de la pareja en función de sus aportaciones económicas. Es obsceno.
Publicado por: C.A. | 06/05/2013 21:51:58
Falta también añadir una cosa esencial sobre el tema : La mayoría de mujeres pretenden el reparto de las que ellas consideran que son tareas del hogar, no de las que su pareja cree que lo son. Quiero decir que como hombre tengo claro que buena parte de las cosas que mi pareja se empeña en "que se hagan" y que "nos repartamos" son cosas que sólo a ella le parecen imprescindibles, pero no a mí. Y claro, ahí surge un problema, porque yo no tengo absolutamente ningún problema en arrimar el hombro al 50%, faltaría mas, pero de ahí a tener que hacer cosas que me importan un bledo hay un trecho. Ejemplo: Si le apetece a ella que en el balcón las jardineras estén arregladas y perder la tarde del domingo podando y quitando hierbas perfecto, pero que lo haga ella. ¿Por qué tengo que hacerlo yo si por mí estarían vacías o las habría quitado? No tengo problema en cocinar, planchar o barrer (Y de hecho lo hago), pero no pienso mover un dedo por arreglar las plantas, poner nuevas cortinas "mas monas" y coserlas a mano, mover los muebles para ver si están mejor con otra distribución, pintar el dormitorio de los niños porque haya cuatro rascones en pared, etc, etc.
Publicado por: Escéptico | 06/05/2013 21:29:40
"disposición a trabajar más duro donde se gana el dinero "
Los trabajos mejor remunerados ¿son los más duros? ¿másters de fin de senana? ¿qué es eso? Si te refieres a los de mayor formación, hay gente que pagaría por tener esa juventud
Publicado por: @ Crudo | 06/05/2013 21:24:53
Cuando vienen los niños es posible que uno de los dos tenga que reducir la jornada algo, pero eso no quiere decir que te quedes en casa o que la jornada reducida la alargues hasta que los niños tengan 18 años. Creo que se puede conseguir un equilibrio y que de hecho se debe de buscar porque si no lo más probable es que acabe en divorcio.
Publicado por: Lioe | 06/05/2013 21:18:59