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Mujeres

"Las mujeres están tan capacitadas o más que los hombres para el ajedrez"

Por: | 09 de enero de 2014

 Hermanas Polgár

-Nunca pensé que hubiera buenos ajedrecistas entre las mujeres… Siempre lo creí un juego masculino.

-Pues no es así. Hay muchas con la categoría de gran maestro, sobre todo en la Unión Soviética. Lo que pasa es que pocas llegan a los títulos mundiales.

-¿Por qué?

-(…) No es lo mismo jugar algunas partidas que un torneo o un campeonato mundial: esto exige esfuerzo continuado, concentración extrema y gran estabilidad emocional. A las mujeres, que suelen estar sometidas a altibajos biológicos, mantener esa estabilidad uniforme durante las semanas o meses que dura una competición de alto nivel les cuesta más. Factores como la maternidad, o los ciclos menstruales, pueden romper el equilibrio imprescindible de una prueba extrema de ajedrez. Por eso pocas llegan a tal nivel

-¿Y tú estás de acuerdo?

-Un poco. Sí.

-¿También Irina piensa lo mismo?

-No, en absoluto. Sostiene que no hay ninguna diferencia.

-¿Y tu hijo?

    -Está de acuerdo con ella. Dice que es cuestión de actitudes y costumbres. Cree que las cosas cambiarán mucho en los próximos años, en ajedrez como en todo lo demás… Que  están cambiando ya, con la revolución de los jóvenes, la Luna al alcance de la mano, la música, la política y todo eso.

El tango de la guardia vieja. Arturo Pérez-Reverte

El debate sobre por qué las mujeres jugamos peor al ajedrez está más que presente ya no sólo en el tablero de juego o en el área de la investigación científica, sino también en la literatura. Tanto es así que, al leer las palabras de la novela de Pérez-Reverte, empezamos a indagar en búsqueda de respuestas que quizás no sean las que calmen toda la inquietud que a muchas mujeres puede suscitarnos.

Leontxo García es periodista, experto en ajedrez y autor del libro Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas. Se encuentra en México, donde es el comentarista en directo para el público e Internet del Torneo Memorial Carlos Torre en su vigésimo quinta edición. Además, aprovecha la oportunidad para presentar su libro en la edición mexicana. Y hasta él llegamos, a pesar de la distancia, con sed de respuestas y empezando con algo sencillo y a su vez complicado. ¿Cómo definirías con una palabra a un buen jugador de ajedrez? Después de pensarlo unos segundos y de reconocer que es algo “dificilísimo”, responde: luchador. ¿Y una mujer? Leontxo, esta vez sí, responde de inmediato: luchadora.

Y continúa cuando se le pregunta por su afirmación de por qué las mujeres juegan peor al ajedrez que los hombres… “Partimos de la base de que es un hecho que, hablando en general, las mujeres juegan peor que los hombres porque, en este momento, entre los 100 mejores del mundo sólo hay una mujer. Hasta la irrupción de las famosas hermanas Polgár, entre los 500 mejores del mundo no había ninguna mujer”. Pero lo cierto es que quien empieza a indagar por el número de mujeres y hombres, se da cuenta de que el número de mujeres que juegan al ajedrez es bastante inferior que en cualquier otro deporte.

“Entonces había algo que yo intuía que era el camino del misterio, el camino de la verdad. Muchos maestros de escuela que habían elegido el ajedrez como herramienta pedagógica en diversos países del mundo, y que por tanto no se conocen entre sí, me decían todos lo mismo casi con las mismas palabras: hasta la pubertad  la diferencia entre niños y niñas tanto en cuanto a interés por el ajedrez como en fuerza de juego es muy pequeña. En cambio, cuando llega la pubertad la mayoría de las niñas huyen despavoridas y la mayoría de los niños siguen jugando". Esto agrandaba aún más el misterio.

Para profundizar más en este tema, Leontxo García tomó como referencia para su obra las investigaciones de Louann Brizendine, quien ha escrito dos libros relacionados con el cerebro. Se trata de El cerebro femenino y El cerebro masculino. “Ella no habla absolutamente para nada de ajedrez. Pero de lo que ella dice yo saco una conclusión: cuando llega la pubertad el cerebro de los niños se llena de testosterona y eso los hace muy competitivos- Estamos generalizando, obviamente no todos los niños y todas las niñas son iguales, pero en general, los niños se marcan un objetivo muy importante para ellos: ser mejores en algo. En cambio, a la misma edad, el cerebro de las niñas se llena de progesterona y eso las incita prioritariamente a ampliar sus redes sociales, sus contactos humanos, pero no suelen estar especialmente interesadas a esa edad en ser las mejores en algo”.

Estas reflexiones nos conducen a pensar que, como en la música o en la política, la participación femenina en el ajedrez podría no tratarse únicamente de ciencia, sino también de oportunidades. ¿En algún momento, con la ayuda de los hombres, de la sociedad en general, podrá haber más mujeres y jugar tan bien como los hombres? “En principio lo considero posible. Cuando llega la edad universitaria, muchas mujeres sí se vuelven competitivas, pero ya es tarde para el alto rendimiento deportivo en ajedrez (aparte de que están muy ocupadas con sus estudios). Mi conclusión provisional es que las mujeres están tan capacitadas o más que los hombres para jugar bien al ajedrez pero, dejando aparte factores educativos y sociales, en la edad crítica les interesan más otras cosas. 

Nos faltaría por aclarar si el factor hormonal es definitivo o no. Un argumento para pensar que no es definitivo es el de las hermanas Polgár. Las hermanas Polgár son húngaras. Nunca fueron al colegio, excepto para los exámenes, porque sus padres, ambos pedagogos, decidieron hacer un experimento con ellas con dos objetivos: 1) demostrar que los genios no nacen genios sino que se hacen con el trabajo y 2) demostrar que las mujeres pueden jugar al ajedrez tan bien como los hombres. Para ello las educaron en casa con el ajedrez como asignatura. Los resultados son "muy impresionantes y muy positivos tanto desde el punto de vista del ajedrez como desde el punto de vista humano”.

Las hermanas Polgár, según Leontxo García, son “la gran revolución”, así habla de ellas en el capítulo dos de su libro y cuenta con detalle la proeza de tal experimento. “Esto indicaría que, si en el entorno de una niña desde que es muy pequeña el ajedrez forma parte natural de ella, pues entonces sí puede llegar a un rendimiento igual al de los hombres”.

Leontxo

Pero también es cierto que todo lo que cuenta Leontxo está muy ligado a lo que conocemos hasta ahora del cerebro humano, “que más bien es poco”. Y continúa: “Los neurólogos dicen que los próximos 10 o 15 años probablemente va a haber un enorme progreso en ese conocimiento. Digo esto porque aún no sabemos hasta qué punto tiene mucho sentido, o poco, o ninguno la teoría de los hemisferios cerebrales según la cual los hombres tenemos más desarrollado uno de los hemisferios y las mujeres precisamente el contrario. Lo cual querría decir, si eso es cierto, que los hombres estamos más dotados para algunas actividades y las mujeres más para otras. Cuando sepamos lo suficiente del cerebro humano, sí podremos determinar que las cualidades necesarias para jugar bien al ajedrez dependen más de un hemisferio que de otro. Ahí tendríamos una explicación bastante clara. Pero todo esto, ahora mismo, está un poco en nebulosa… porque no se puede afirmar categóricamente casi nada”.

Sobre la educación de género, Louann Brizendine afirma, en El cerebro femenino, que “la naturaleza, ciertamente, es la que interviene con más fuerza para lanzar comportamientos específicamente sexuales, pero la experiencia, la práctica y la interacción con las demás personas puede modificar las neuronas y el cableado cerebral. Si uno quiere tocar el piano, tiene que practicar. Cada vez que practicas, tu cerebro asigna más neuronas a esa actividad, hasta que finalmente has creado nuevos circuitos entre esas neuronas de modo que, cuando te sientas en el banco, tocar es ya una segunda naturaleza”. Y añade: “Los científicos siguen sin saber exactamente hasta qué punto puede reformarse el cerebro que nos dio la naturaleza. Va contra la naturaleza de la intuición, pero algunos estudios muestran que los cerebro del hombre y la mujer tienen distinta susceptibilidad genética a las influencias ambientales”.

Llegados a este punto, una de las palabras que puede aparecer con fuerza podría ser la palabra “inteligencia”. ¿Son los jugadores de ajedrez, mujeres y hombres, más inteligentes? El periodista, en su libro, es de los que defienden que “ambos sexos nacen con el mismo potencial intelectual, pero diversas circunstancias socioculturales van marcando diferencias desde la niñez, que se acrecientan en la edad adulta; por tanto, la escasez de mujeres que se dediquen profesionalmente a los citados ámbitos se debe a las tendencias sociales –o, directamente, a la discriminación sexual- imperantes en muchos países”.

Pero añade otra pregunta: “¿Cuánto es genético y cuánto es adquirido? Esa es otra de las grandes incógnitas con mayúsculas, no sólo aplicable al ajedrez, sino también a todo. Se ha descubierto en varios estudios que hay sensibles diferencias entre ambos cerebros. No solamente en que los ajedrecistas utilizamos parte del cerebro que otras personas utilizan mucho menos que nosotros. Sino que también lo más sorprendente para mí es que los ajedrecistas desarrollamos una especie de habilidad especial que nos permite reducir al funcionamiento mínimo imprescindible, la parte del cerebro que se encarga de las cuestiones básicas, como respirar o mantener el equilibrio cuando te mueves” para concentrar la mayor parte de la energía en lo que hacen: jugar al ajedrez. 

A pesar de que hay menos mujeres que juegan al ajedrez, existe una discriminación positiva en cuanto a la participación: “Las mujeres pueden elegir entre torneos femeninos o mixtos, siempre que acrediten la categoría mínima que puede exigirse para participar en cualquier competición, pero los hombres no pueden jugar en torneos de mujeres”, aclara Leontxo García en su libro. E ilustra esta afirmación con el ejemplo de lo que ocurrió en España a finales del siglo XX, “cuando el Defensor del Pueblo, instado por eurodiputados socialistas, sostenía que las mujeres estaban discriminadas en el ajedrez. El asunto tuvo eco periodístico, y se puso muy serio. Tanto, que la Federación Española de Ajedrez (FEDA) emitió esta circular, en la que explica que las competiciones femeninas desaparecerán desde 2002”.

Las jugadoras femeninas pronto se opusieron. Como escribe el periodista, “Julia Codina, de 13 años, era una de las promesas del ajedrez femenino español. Y firmaba esta opinión: eliminar las pruebas femeninas sería ahogar a una minoría. Al igual que Luxemburgo, por ejemplo, no podrá tener nunca tantas atletas de élite como Francia, las mujeres ajedrecistas tienen posibilidades remotas de ocupar los primeros puestos. Eso provocará una desmotivación general. Lo que va a desaparecer no es sólo el ajedrez femenino, sino la mujer ajedrecista”.

Imágenes: las tres hermanas Polgár: Susan, Judit y Sofia, de Chessdom: Polgár Chess Festival 2012. Y Leontxo García, por Cristóbal Manuel

Hay 64 Comentarios

Que hay diferencias biológicas entre hombre y mujer me parece algo que no es preciso discutir. Pero nada más. No creo que tales diferencias afecten, de modo radical, a las aptitudes ni a la inteligencia ni a la capacidad para ninguna cosa. Todo es producto de la educación recibida y de las tendencias sociales del momento. Una mujer puede valer para cualquier actividad que practique un hombre y viceversa. Todo está en las oportunidades que se les den a cada cual. ¿Que hay pocas mujeres en el "top" del ajedrez? Porque hay menos que juegan, porque no se las ha animado a que lo hagan, porque se considera que es "juego de hombres", porque... y así hasta el infinito. Y no ya en el ajedrez, sino en muchos deportes y actividades diversas que "no estaban bien vistas" para las mujeres. Vayamos al polo opuesto. ¿Son mejores las mujeres que los hombres para la danza? Pensemos el mismo argumento: ¿cuántos niños se inscriben en clases de ballet? ¿Por qué? Porque los padres (padres y madres) no "ven bien" eso para sus hijos y sí para sus hijas. Por tanto, todo es cuestión de mentalidad y de cultura. Pero los tiempos cambian. Y, espero no equivocarme, casi siempre para bien. Lo demás son ganas de marear la perdiz, tanto por parte de las feministas y de los machistas (o de los feministas y de las machistas, que también los hay y más de lo que creemos).

Igualdad, igualdad, igualdad. Hasta los mismísimos de siempre lo mismo. Enteraros de una vez por siempre, NO SOMOS IGUALES!!!! para bien o para mal, os guste o no!

O sea a ver si lo he entendido. No hay diferencia alguna entre hombres y mujeres en cuanto al talento necesario para ello pero y digo pero, hacemos competiciones "solo" para ellas no sea que no esté tan claro que la igualdad de talentos sea la misma y realmente exista alguna diferencia que diferencia y valga la redundancia, la capacidad para ejercer el noble arte. Mucha ignorancia veo yo pero no tanta como hipocresía. A pasarlo bien.

A Soponides:

Es curioso que consideres que el hecho de que a tu hija dejara de interesarle el ajedrez es una cuestión de gustos, y no de cromosomas, hormonas o relaciones personales. Corro el riesgo de hablar sin conocer el caso en concreto, y por ello puedo meter la pata hasta el fondo, pero me gustaría aclarar que, así, tal y como lo has explicado, parece que --en contra de lo que afirmas-- sí que es un asunto de cromosomas y hormonas.

Estamos (mal)acostumbrados a pensar que "genético" significa imposible de corregir sin recurrir a la "ingeniería genética" o a avanzadas técnicas médicas, que significa también "completamente determinado" y que es algo independiente del medio en que se desarrolle la persona (o el ser vivo) que porta esos genes. Como Richard Dawkins ha explicado ampliamente (por ejemplo en "El gen egoísta" o en "El fenotipo extendido"), esta interpretación está bastante lejos de ser adecuada.

Lo genético se manifiesta directamente a nivel de la química celular, de los productos que forman parte de la célula. Pero esto tiene consecuencias amplísimas, y no está para nada exento de influencias externas (y con "influencias externas" quiero decir cualquier cosa fuera de la propia molécula de ADN, desde otras moléculas de ADN hasta la radiación que existe en el exterior, pasando también --y esto suele soslayarse-- por el útero materno durante la gestación o las propias células del cuerpo). El hecho de que a las mujeres les llegue una cierta edad en la que dejan de interesarles ciertas cosas y les empiezan a interesar otras es muy significativo, máxime cuando ese cambio de gustos coincide con otros signos más visibles y objetivos dentro del cuerpo de la mujer que sí sabemos que se deben a cambios hormonales. ¿No será entonces que, las mismas hormonas que producen cambios en el cuerpo, actúan también sobre el cerebro, que no es otra cosa que una parte del cuerpo?

Un saludo.

Verás, somhi, ese texto es mío, ahora bien, aqui hay alguien empeñad@ en firmar con mi mismo alias y crear una bruma de confusión con respecto a mis posibles intervenciones, así que te resultará algo difícil distinguir y que podamos dialogar. Más bien imposible. En cualquier caso me alegra que alguien lo haya leído (entero) y que lo haya entendido sin la exigencia y malignidad y los perjuicios con los que el asunto suele tratarse y forzarse en la relación social más habitual.

Por cierto que el homo, sapiens sapiens | 09/01/2014 21:38:18 | 10/01/2014 0:14:59 que responde tras tu intervención, es el que me suplanta, no soy yo.

Dices bien en lo de la "cueva" pues en cierto modo hay que recomponer el modo de comunicarse, convivir, y en cierto aspecto hay que aislarse, así es, pero más bien, a mi entender, consolidar cierta capacidad para el criterio propio, sin volverse igualmente reactivo ni reaccionario ni contrario a nada, porque si no caes en lo mismo pero como su opuesto (machismo/femichismo). De todos modos te diré que tengo pareja y no tengo ni el más mínimo problema con el asunto femichista, ni ella con el machista, muy al contrario, ella no está "tocada" por el feo femichismo actual y sabe diferenciar perfectamente entre feminidad y falacia popular o política, toda esa carga de rabia contenida que está encarnada en tantas dinámicas de la reactividad manifestativa y reivindicativa de estos tiempos. Por otra parte tengo y he tenido numerosas amigas que no precisan de ser convencidas de todo esto, porque verás, desde mi limitada experiencia la mujer es la primera en darse cuenta de las falacias de otra mujer, claro está, cuando estas falacias se producen; y lo que es más curioso, la mujer cabal desprecia al varón femichista. La mujer entera admira y aprecia y anhela su encuentro con la virilidad, cómo no, algo que por el contrario se pretende "destruir" mediante el falso sinónimo de "machismo". Muy al contrario, "virilidad" y "machismo" son por completo diferentes, igual que "feminidad" y "femichismo". La feminidad también se aniquila por medio del "femichismo".

Por eso una mujer inteligente, sensible, entera y honorable, no admite ser rescatada o regalada de manera improcedente, desmerecida, es decir, que se la trate como a un infante. Así que aquí, en esta cuestión, la mujer no es el problema, pues el femichismo está extendido en ámbitos muy diversos pero no entre la mujeres de manera absoluta, no, ni mucho menos. El problema son algunos hombres femichistas y algunas mujeres femichistas, pero sobre todo la clase política, la moda, los juzgados, los colectivos demagógicos e instigadores, los medios de comunicación, los mercados, etcétera. Enemistar a los géneros es un asunto diversamente rentable.

El texto 09/01/2014 21:38:18 también es mío.

Otro ejemplo, yo no sé si tú eres ella o él, no obstante no te hablo ni te hablaría diferente, me hallo absolutamente convencido, impregnado, del valor de la feminidad o de la virilidad. Me resulta muy grato poder relacionarme directamente con lo valioso y directo, del varón o de la mujer, con toda abertura, naturalidad y gracia. No necesito en absoluto ser lo que no soy ante ella o él, y ni ella ni él precisan ante mí ser campeones ajedrecistas o justificar por qué no lo son. ¡Menuda tontería!

Recibe mi saludo.

En mi humilde opinión, de manera estadística, el popular dicho de que "el hombre no puede pensar en dos cosas a la vez", puede implicar simultáneamente una mayor capacidad social estadística de las mujeres, generando mejores abogadas o entrevistadoras, y una mayor capacidad de concentración de los hombres, generando un punto extra para aquellas competiciones que requieren concentración. Por supuesto es una apreciación subjetiva, pero podría ser suficiente para explicar una desviación de este tipo, especialmente si sólo miramos a la élite de un deporte, donde cualquier pequeña diferencia puede suponer la victoria.

La misma cosa sucede en el Bridge donde hay torneos femeninos , mixtos o libres y digo que si hay diferencia con las mujeres

Tampoco nadie reivindica limpiar la m. de otros en WC de establecimientos públicos o en casas, por poner un ejemplo. En el S. XIX en las fábricas había mujeres, niñas.. (por ejemplo en telares insalubres y por ser tales eran peor pagadas. Y antes en el campo. El pensar que las mujeres no han trabajado dentro o/y fuera de casa es muy español y franquista.

Chapó para el comentario de homo, sapiens sapiens | 09/01/2014 18:46:53. Has tenido la testosterona de decir lo que la mayoría se cagan encima por afirmar. ¿donde está tu cueva? que me voy a vivir allí!

Está claro que las mujeres están tan capacitadas o más que los hombres para el ajedrez, o menos.

Si te censuran es porque insultas.¡yfaltas al respeto!

Pido disculpas de nuevo, no era mi intención insultar a todo el mundo y luego atribuir mis palabras a un supuesto usurpador. ¡Saludos desde Atapuerca!

No sólo eso (lo que usted llama "mi doble personalidad", todavía sin retractarse de su comedia de textos, sino que aún por encima sigue burlándose del foro con esta otra calumnia que vierte tan injustificadamente sobre mí). Lo más extraño es que también me han eliminado un texto en el que contestaba muy claramente a Eric, les aseguro a tod@s que sin ninguna ofensa hacia nadie ni insulto ni nada parecido, pero con toda certeza y contundencia, a esas palabras tan llenas de poderío del don o doña Eric.

En un foro respetable, creo yo, suelen dar una explicación del porqué se elimina una participación, de un forista al cual no obstante la dirección debiera estar, si no agradecida al menos si reconocida.
No lo digo por mí especialmente, claro que no, sino por todos los participantes en general, pues no sólo el diario El Pais sino que además todos nosotros contribuimos al mantenimiento del aforo de este servicio.

No estoy indignado ni cosa parecida por la eliminación inexplicable de mi texto (quizá debida a un fallo técnico, a saber), pero no me explico la conjunción de todo esto.

Este otro señor (el del comentario de las 22:00:04), señor o señora, firma como yo "homo, sapiens sapiens" y habla en mi nombre por segunda vez y se hace pasar por mí confundiendoles a ustedes en lo referente a mis comentarios.

Es deshonesto (o deshonesta) e innoble en su conducta haca el foro porque no hace una broma explícita sino que intenta figir y engañarles a ustedes.

Finalmente resulta cómico, ya que en definitiva ustedes ya saben que no soy yo. Dicho lo cual, que cada uno elija pensar según su parecer.

Un saludo a tod@s.

Para Eric Vázquez Jaenada | 09/01/2014 21:37:42:

Un gran porcentaje de los accidentes de trafico se dan en conductores que han consumido alcohol.

Significa eso que los que no consumen alcohol no se estrellan o que quienes consumen alcohol se accidentan siempre?

Pues eso.

...Y metí la pata en "demasSiado"...

Efectivamente, el feminismo es un privilegio de la "sociedad del confort", por esa razón nace tras la industrialización, cuando se habla de "oficinista" y "azafata", y luego de cualquier otro puesto de medio o alto nivel, porque ya existe en el mundo laboral. Porque la sociedad del confort no es un logro feminista sino al contrario, el feminismo es una emergencia de la sociedad del confort una vez que ésta existe y produce más comodidad saliendo a trabajar que quedarse trabajando en casa. Y porque para entonces la denominada "competencia laboral" ya es un asunto atractivo, sin verdadera competencia feroz (como en los viejos tiempos) sino con reivindicación y reclamo.

Pero ahora, no implantar una igualdad a la fuerza equivale a robar algo. Hubo un momento en el que trabajar afuera pasó a ser más esperanzador y atractivo que quedarse a trabajar en una casa, y mira por donde, en tal momento el feminismo sale a la palestra, recordándonos que los géneros son iguales, sin restricción ni diferencia. ¿Cómo vamos a ser ahora sutiles en el asunto del ajedrez? Imposible. De haber diferencias netas nadie diría la verdad.

Señor Rafael Figuereo, eso de que la mujer tiene una tarea "mayor", es peloteo. ¿Tiene algún sentido comparar? Siempre estamos con lo mismo, el miedo al tabú social, este terrible femichismo.

Así que hoy en día se da a menudo el hecho de que se impone un 50% de mujeres en un consejo institucional (por ejemplo en un ayuntamiento) al tiempo que no se reinvindica un 50% de mujeres mineras, o agricultoras, o pescadoras de altura (en alta mar). Eso no entra en las disquisiciones, pues ¿quién quiere morir ahogad@ o embrutecerse en una mina?. Pero en el tenis se soliviantan reivindicaciones. Y en el ajedrez se matizan pormenores, y sobre el ajedrez se vuelcan opiniones de por qué los hechos no son los hechos sino una alteración de la realidad de fondo. ¡Cuánta mentira! Tal es la desbordante banalidad de este femichismo periodístico o político o callejero, que ahora se proclama por todas partes, tras haberse logrado la denominada sociedad del confort.

Todo es una comedia, un cuento ideológico y una alternativa advenediza. La antropología calla mientras el político con su farsa de siempre promete "igualdad" a cambio de votos, reforzando el conflicto de géneros para aparecer él mismo como un salvador social. Y mientras tanto jamás podremos saber que hay de cierto en esto o en aquello otro. Sabemos, eso sí, diferenciar sexualmente a un hombre de una mujer, pero diferenciar enteramente lo uno de lo otro... ¿quién desea realmente esa parte de la verdad? Eso es un tabú, intocable, nadie se atreve a esa área de la crudeza.

En definitiva, lo que desde la igualdad de oportunidades manifiesta no obstante una desigualdad de resultados, es que es desigual. Y si a partir de ahí se recomponen forzada y artificialmente los resultados (tal como en este artículo periodístico) es que aquella igualdad de oportunidades era una mentira siempre a favor de anteponer -justamente o no- al menos capacitado. La igualdad lisa y ciega es la tiranía de una desigualdad falaz y arrogada. Y tal verdad no es una cuestión de generos, sino absoluta y general.

"Generalmente solemos dedicarnos a lo que se nos da bien".


¿Quieres decir que las mujeres se dedican a cuidar de sus padres y madres en edad avanzada porque se les da bien? ¿Qué impide a los hombres poner una lavadora o planchar? ¿Acaso es necesario hacer un Máster en Astrofísica para cambiar los pañales a una madre? ¿Hay que estudiar Labores del Hogar para duchar a un padre?


Creo que el argumento "mi mujer es la que plancha porque a mí no se me da bien" no me parece propio de un zángano, sino, más bien, de un vago, holgazán y privilegiado que no quiere perder su trono en casa.


Los hombres machistas deben colaborar en casa, en todas las facetas del hogar, y no sólo jugar con los niños, sino también ducharlos, cambiarles los pañales, ayudarle con los deberes, hacerles de comer, etc.

Pues a mi me parece que el argumento de que las mujeres son menos competitivas y en la adolescencia pierden el interes, es una chorrada. Si fuese asi no destacarian en nada y ocurriria lo mismo en todas las disciplinas. Por lo tanto habra que buscar otra causa. Yo sugiero: puede ser que se les de peor y que abandonen? Generalmente solemos dedicarnos a lo que se nos da bien y si somos buenos destacamos en ello. Jugar en equipos deportivos femeninos no se considera discriminatorio ni humillante. Aceptar una competición solo para mujeres en una disciplina en la que solo se usa el cerebro, parece mas dificil de llevar y a lo mejor eso lleva al abandono.

Excelente nota Un deporte o juego como el ajedrez no hace mas que anticiparnos la profunda discusión que se avecina : El papel esencial de la mujer en la sociedad y en la unidad familiar ¿Cuál tendrá mas peso? La mujer en la industria, en el comercio, en puestos ejecutivos, donde han demostrado una capacidad igual a la del hombre ó la mujer sosteniendo y arbitrando la unidad familiar, tarea que desarrolla perfectamente. Las dos cosas se excluyen mutuamente y por ahora el varón no da señales de ceder sus privilegios, pero se los van a cuestionar. Muy buena la optica de Leontxo "La mujer si quiere puede (jugar al ajedrez en un nivel semejante al hombre) pero muchas veces no quiere" Válida la opinión de Fernando MI de ajedrez "todavia no aparecen" Carlos San Juan Argentina

¿tan capacitadas o más?... jaja, qué necedad màs grande. Qué despropósito. Si un hombre dijera eso, sería acusado de machista horrible. Pues no, no es cierto, las mujeres juegan peor al ajedrez. Es un hecho contrastado. Aunque, muy bien dicho, la mejor de las mujeres al ajedrez le pega a un repaso al 99% de los hombres... Señoras feministas: si se pasan todo el dïa diciendo las cosas q las mujeres hacen mejor, admitan q hay cosas que, en una media hacen peor. Si no, apaguemos y vayámonos.

Diria hay algo en el caracter del ajedrecista de gran ensimismamiento, introversion, asocialidad por necesidad del juego planificacion , analisis, concentracion etc y es sabido por estadisticas que los hombres tiene un gran porcentaje de introversion, asperger, autismo, asocialidad... mas qu elas mujeres, las cuales relacionarse las motiva más.. no es de extrañar como dicen qu e llegados a la pubertdad, donde l apersonalidad se acentúa para la etapa adulta que los hombres se acentue su introversion y sigan en el juego al mas al nivel, lo cual requerira mas esas caracteristicas.... y los intereses de las mujeres tiendadn más a relacionarse.. las hermanas polgar fueron educadas en casa, condicionadas a no relacionarse mucho con lo cual acentuar su caracter introvertido, seguramente luego su ensimismamiento, concetracion, capacidad estrategica, analitica....

"Las mujeres quieren lo cómodo, pero no piden igualdad en lo menos bonito y que les toca a los hombres"


La tasa femenina en las Fuerzas Armadas del Reino de España ha pasado del 6% (2000) al 12% (2012). Y que yo sepa la carrera militar es de las más peligrosas —por ser carne de cañon— y desagradable —por su carácter represivo—.


Pero si las mujeres no ingresan en masa en puestos de trabajo tradicionalmente masculinos no es por falta de interés ni por comodidad sino por todos los obstáculos sociales que se encuentran a nivel personal y también profesional (pruebas de acceso al cuerpo de bomberos, por ejemplo).

Mi hija jugaba al ajedrez muy bien desde los 8 años. A los 12 dejó de interesarle. En su paleta de preeferencias eligió otra forma de divertirse. No tuvo nada que ver con hormonas y si con relaciones personales. En el club de ajedrez al que pertenecía mi familia hicimos amigos todos los miembros pero así como en la vejez los círculos se reducen en la juventud se expanden. Es cuestión de gustos, no de cromosomas.

Yo prefiero las damas.

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Tenemos diferentes puntos de vista, distintas edades, diversos perfiles. Somos un grupo de periodistas, especialistas y colaboradores coordinado por Isabel Valdés.

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EL POSMACHO DESCONCERTADO

EL POSMACHO DESCONCERTADO

Ricardo de Querol

“Como quien dice, acabamos de salir de la cueva. No se borran de un plumazo milenios de reparto rígido de papeles, de trogloditas que salían de caza mientras ellas recolectaban y cuidaban de niños y ancianos, de bravos guerreros y abnegadas esposas, de amas de casa confinadas al hogar y hombres que acaparan toda la vida pública, de burkas de todo tipo, de dotes, de pruebas del pañuelo”. Las reflexiones del autor sobre la relación entre los sexos en el siglo XXI publicadas en el blog Mujeres, recopiladas en un libro electrónico. Puedes comprarlo en Amazon y en Google

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