Activistas de la ong KAFA protestan contra los cambios en la primera Ley de Violencia Doméstica en Líbano. (KAFA/Facebook)
Menos de dos meses en Líbano dan para un catálogo de horrores. En febrero, Christelle Abu Shacra murió envenenada con insecticida el día de los enamorados. Ni una semana después, Manal Assi fallecía en el hospital después de que su marido le apalease con todo instrumento de menaje que fue encontrando por la cocina. En marzo, Rouyiqqa Mounzer, embarazada, fue asesinada de un tiro delante de sus hijos tras pedir por enésima vez el divorcio a su marido. Ninguna de estas mujeres había tenido la posibilidad de denunciar a las autoridades los abusos y malos tratos perpetrados por sus parejas anteriormente. Líbano carecía hasta el 1 de abril de este mismo año de cualquier mecanismo legal específico para proteger a las mujeres de la violencia doméstica.
La nueva Ley para la Protección de las Mujeres y otros Miembros de la Familia de la Violencia Doméstica, aprobada este mes, ha supuesto el espaldarazo definitivo a una lucha de casi diez años desde que comenzasen las primeras campañas a favor, en un país donde los abusos perpetrados en la intimidad del hogar son considerados un asunto privado. No es un hecho aislado. Líbano es solo el tercer país de Oriente Medio en sacar adelante un texto legal de estas características. Paradójicamente, Arabia Saudí (un país que ha institucionalizado la violación sistemática de los derechos de las mujeres) e Irak (aunque solo en la Región Autónoma Kurda, según Human Rights Watch) ya aprobaron sendas leyes al respecto en 2013 y 2011, respectivamente. En ningún caso, sin embargo, se habla de violencia machista, violencia contra la mujer o violencia de género, algo que hasta en España parece levantar ampollas. En otros países, la situación es (literalmente) más sangrante.
Catar, donde la Ley de Estatuto Personal castiga al hombre que ataque física o psicológicamente a su esposa, establece (en el mismo texto) que es responsabilidad de la mujer cuidar del hogar y obedecer al marido, que puede "castigarla" si no se doblega a su voluntad, como ocurre en los Emiratos Árabes Unidos, donde el derecho a "disciplinar" a la esposa es una prerrogativa legal para un marido. En Jordania, donde se discute la aprobación definitiva del borrador de Ley de Violencia Doméstica redactado en 2008, el Código Penal aún contempla rebajas en las penas por "crímenes de honor". En Bahrein, donde la Ley de Estatuto Personal es solo aplicable en los tribunales suníes, las mujeres de la mayoría chií de la población están totalmente desprotegidas ante la inexistencia de cualquier norma jurídica que regule mínimamente la convivencia familiar.