Por SONSOLES ÓNEGA
Timar: engañar a alguien con promesas o esperanzas. Timo: acción y efecto de timar.
Fue para esa pregunta –¿nos han timado?– para la que he buscado respuesta durante más de dos años de mi vida. Un tiempo que he invertido en investigar, en escuchar y en escribir la novela Nosotras que lo quisimos todo (editorial Planeta). Una ficción plagada de realidades que surgió de observar qué estaba pasando, qué nos estaba pasando, a las mujeres de la generación con más derechos y libertades de la historia. Entonces yo ya había sido madre y vivía en una burbuja a punto de estallar un día sí y otro también. El mundo se agrietaba bajo mis pies sin que encontrara ningún sólido asidero al que agarrarme. Aquello que a mí me pasaba no difería mucho de lo que me contaban otras amigas y conocidas que, como yo, estaban siendo víctimas del mismo timo. Fue ese y no otro el motivo por el que decidí investigar si aquellos síntomas tenían una explicación racional, si alguien se había encargado de poner palabras a los sentimientos que no cuadraban con la lógica de nuestra generación.
La investigación fue desmontando el timo y demostrándome a mí misma su complejidad. Es poliédrico. Tiene mil aristas. Algunas invisibles. Se empezó a gestar hace cientos de años, ha ido heredando viejas querencias sociales, antiguas connotaciones culturales que no se han actualizado al mismo ritmo que nosotras. Nosotras, las mujeres del siglo XXI, hemos hecho los deberes. Tenemos niveles de formación equiparables a los de los hombres. Nada nos hace diferentes ni menos capaces. ¡Todo lo contrario! Sin embargo, corremos más despacio. Nos cuesta llegar a la meta. Algunas ni siquiera lo consiguen. No hemos cometido errores, hemos seguido el guión. En todo caso no nos avisaron lo suficiente de la magnitud del reto de querer hacerlo todo sin renunciar a nada. Nadie nos advirtió de lo duro, lo durísimo, que es ser madre y profesional. Ser mujer con hijos y ambiciones. Pero, ¿es sólo una cuestión de advertencia previa? ¿Solucionamos así el problema? ¿Tenemos un problema?