Si está generalmente admitido que las claves para entender el arte hoy se basan en la utilización de símbolos, mensajes y compromiso, el abanico de la calidad de las obras se extiende hasta cientos de artistas en España. Pero si ponemos el acento en la palabra compromiso la relación se reduce sensiblemente. En este sentido es posible destacar a una artista plástica y visual, directora de cine, guionista, actriz, escritora y seguramente muchas cosas más. Amparo Climent ha sido capaz de darle la vuelta al concepto y ha convertido en arte su compromiso social y político con su proyecto Las lágrimas de África.
Llevada por una inquietud solo justificable por su gran valentía, viajó sola a Melilla para conocer de primera mano los sucesos de cientos de personas encaramadas a la valla fronteriza. En aquellas primeras incursiones al monte Gurugú tomó contacto con la cruel realidad del peligro que conlleva el “salto” para entrar en territorio español. Climent volvió a Madrid con un maravilloso legado: dibujos y cartas que los inmigrantes le hicieron expresamente cuando supieron que era una artista.
Los chicos del campo de Mali pusieron en marcha todo su ingenioso talento para denunciar la inhumana situación que sufren aquellos que con mínimos recursos huyen de las guerras y de las hambrunas para procurar a sus familias un mundo mejor. En el “hotel de las estrellas” carecen de cualquier tipo de recursos básicos; no tienen agua, ni comida, ni cuidados médicos y sus campamentos, hechos con desechos de plásticos, son constantemente arrasados por las fuerzas marroquíes.
Pero Climent ha visto mucho más; el “salto” es un proceso esencialmente masculino que a duras penas ha sido realizado por tan sólo tres mujeres (una de ellas embarazada), sin embargo otras muchas, la mayoría refugiadas en el campamento de Bolingo, lo hacen en pateras o camufladas en vehículos por los pasos fronterizos. Sus historias son aun más conmovedoras que las de sus compañeros, sus travesías por los territorios hostiles, el desierto, el hambre, la sed, las vejaciones, las humillaciones y las violaciones forman parte de un conglomerado vital difícilmente soportable de escuchar.
Pero la conclusión más terrible es tomar conciencia del lugar donde termina el “final feliz” de tanta penuria, ya que desgraciadamente es difícil que las jóvenes puedan escapar de las redes criminales transfronterizas que compran y venden mujeres de las que abusan y a las que después obligan a prostituirse por toda Europa. Es muy posible que estas mujeres lleguen embarazadas debido a las violaciones de las que son objeto, en ese caso habrán cumplido una doble función ya que su embarazo les facilita la permanencia en el país europeo al poder acceder a ayudas humanitarias.
Para dar visibilidad a todas aquellas personas que frontera sur oculta, Amparo Climent adquirió el compromiso de hacer llegar su voz en forma de aquellos dibujos y cartas al Parlamento Europeo, convertido ahora en su proyecto artístico Las lágrimas de África y mientras se formalizaba desarrolló una gran exposición co la colaboración de poetas, historiadores y cien artistas que cedieron sus obras para tan magnífica causa… organizó performances, mesas redondas, conferencias para que el acomodado mundo occidental conozca las tragedias que esconde la realidad de un continente tras una tela metálica de seis metros de altura.
Descarga aquí el catálogo de Las lágrimas de África. La valla. 100 artistas en la frontera sur.
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