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Mujeres

Mujeres en el arte: Oliva Arauna, la galerista que vio otros conceptos

Por: | 26 de agosto de 2015

Oliva Arauna nació en Santander en el seno de una familia cuyos padres la encaminaron desde muy pequeña hacia el arte; condicionaban el aperitivo de los domingos a que visitara algún museo y le exigían el ticket de comprobación. Desde muy joven viajaba sola por Europa, viajes que aprovechaba para acudir a espacios de arte con una hoja de ruta que ella misma se procuraba, muy lejos de la apreciación que de las tendencias del arte contemporáneo se tenía en España. Según sus propias palabras, es posible que de aquellas inclusiones no comprendiera demasiado, pero esas le propiciaron una sensibilidad y un gusto nada usual en su tiempo.

A los veinte años se casó y se trasladó a vivir a Valladolid, donde abrió una pequeña y céntrica tienda de regalos. Allí fue donde tímidamente comenzó su colección particular de obras de arte.

En una visita familiar a Madrid coincidió con el pintor Adolfo Estrada, que estaba haciendo unas fotografías a su madre para un futuro retrato. Este encuentro propició indirectamente el germen de la que, hasta hace muy poco, fue una de las galerías de arte más emblemáticas del panorama nacional, pionera entre otras cosas en la promoción del videoarte y de las instalaciones. Pero existió un principio: fue con su socia Mar Estrada en la calle Claudio Coello de Madrid, un lugar señalado en el panorama cultural madrileño de los ochenta y que dio origen a la Galería Oliva Arauna de la calle Barquillo; aquella que el ayuntamiento de Madrid precintó en el 2012 con la mítica frase “demasiados cristales en la fachada”. Aunque afortunadamente ese no fue su final. El cierre definitivo llegó más tarde, en 2015, y voluntariamente.

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Siempre pierden las mismas

Por: | 18 de agosto de 2015

Una mujer en el polígono Marconi de Madrid, por Kike Para

Mírese de mil maneras. Siempre encontrará el mismo modo por el que empezó todo. Desprotegida. Pobre. Hija de pobres. Sin recursos. Sin estudios o con muy pocos estudios. Sin esperanza. Con la necesidad absoluta de salir de un agujero, que se llama miseria, o con hijo o hijos a los que atender, sola, o con la imposibilidad de encontrar un trabajo digno. Da igual la edad, aunque en el mercado de la carne cotiza la temprana, como en los corderos. Con esas condiciones anteriormente descritas, la presa está preparada. Ahí está, como un tesoro para quienes están llamados a solucionar la vida a esa mujer, a esa chiquilla, a esa niñas, desesperadas todas por encontrar su propio paraíso.

Los batallones de mujeres que nutren lo que se llama feminización de la pobreza están ahí, listas para revista, listas para servir. Y son muchas. Dos terceras partes de los 1.500 millones de personas que en el mundo viven con menos de 1 dólar diario, que marca la pobreza severa, son mujeres. Ellas tienen algo que otros no tienen, pueden saciar el sexo. Y hay hombres, otras mujeres, grupos, mafias que lo saben y están dispuestos a hacerlo valer. "Yo tengo un trabajo para ti", les dicen. Y allá que dan el paso al frente ellas para ocuparlo. Normalmente se trata de un trabajo teóricamente legal, teóricamente digno. Y no lo pueden perder.

Hace unos días escuché en el curso La trata de seres humanos: prevención, protección y persecución, en la UIMP, en Santander,  a la cineasta Isabel de Ocampo -premio Goya a la mejor dirección novel por Evelyn, película que aborda el tema de la trata- una manera nueva de hablar de estas mujeres. Me sorprendió e interesó su visión de que estamos ante mujeres y niñas valientes, emprendedoras, que quieren romper el círculo de la pobreza, que ven en el trabajo que se les ofrece una oportunidad. Nunca había contemplado este punto de vista. En mi opinión, se trataba de víctimas, simplemente.

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Esta campesina de Nepal (y niña soldado) arrasa en la ultramaratón

Por: | 06 de agosto de 2015

Mira Rai, de 23 años, había ido a probar suerte a la capital de Nepal, Katmandú. Pero en la gran ciudad las cosas le habían sido muy difíciles. Se le estaba acabando el dinero y ya pensaba volver a su aldea. Por casualidad, en marzo del año pasado, en una mañana en la que corría para ejercitarse, otra corredora le contó que al día siguiente habría un maratón en las montañas. Decidió ir ya que no perdía nada: era gratis para las mujeres locales, organizado por la Peaks Foundation, un activo grupo de feministas que se dedica a empoderar a otras.

Ella apareció en el Himalayan Outdoor Festival sin saber que se trataba de una carrera de 50 kilómetros. A pesar de la fuerte lluvia y el granizo, fue la única mujer que logró terminar. Mira no sabía siquiera que existían las carreras de montaña. “Crecí en una pequeña aldea recogiendo forraje o madera. La única fuente de agua estaba a 30 minutos de mi casa caminando en las montañas con grandes pendientes. También tenía que caminar mucho para ir a la escuela. Para ir a comprar víveres al mercado, teníamos que caminar por dos días. Cuando encontré que correr por las montañas era considerado un deporte, me encantó. Para mí es muy natural”, explicó para la página de Trailrunningnepal, que le ayudó a conseguir recursos para seguir en el deporte.

Esta organización recolecta fondos para apoyar a las mujeres que tengan capacidad para correr maratones en Nepal. En su página explican que esto les ayuda a mejorar su autoestima y darles confianza, algo que les hace falta mucho a las chicas en el país de los Himalayas. La vida de Mira Rai nunca había sido fácil, como la de la mayoría de las mujeres en Nepal.

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Tenemos diferentes puntos de vista, distintas edades, diversos perfiles. Somos un grupo de periodistas, especialistas y colaboradores coordinado por Isabel Valdés.

Libros

EL POSMACHO DESCONCERTADO

EL POSMACHO DESCONCERTADO

Ricardo de Querol

“Como quien dice, acabamos de salir de la cueva. No se borran de un plumazo milenios de reparto rígido de papeles, de trogloditas que salían de caza mientras ellas recolectaban y cuidaban de niños y ancianos, de bravos guerreros y abnegadas esposas, de amas de casa confinadas al hogar y hombres que acaparan toda la vida pública, de burkas de todo tipo, de dotes, de pruebas del pañuelo”. Las reflexiones del autor sobre la relación entre los sexos en el siglo XXI publicadas en el blog Mujeres, recopiladas en un libro electrónico. Puedes comprarlo en Amazon y en Google

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