Ir a Planeta Futuro
Mujeres

Otro turismo con ojos de mujer

Por: | 22 de marzo de 2016

Img-corina-yllera-iran-22Un grupo de mujeres en Irán en una imagen tomada por la viajera Corina Yllera.

Sepideh se pinta a sí misma desnuda en Irán, un país en el que se considera que enseñar un tobillo es provocar a un hombre. Sandra Wanduragala ha revitalizado la industria textil tradicional de Sri Lanka, donde el destino de la mayoría de la población femenina era trabajar como sirvientas. Hind Asselman, artista y diseñadora, triunfa en Marruecos con sus modelos y exhibiciones. Son mujeres cuya historia merece ser contada y escuchada. Focus on women es el proyecto de una mujer que lucha por el empoderamiento femenino a través de viajes en los que se conoce a estas pioneras y muchas otras. La empresa que fundó en 2008 organiza trayectos diferentes en los que se explora un país a través de los ojos de una mujer. Como los de Sandra, Sepideh y Hind.

Alice Fauveau creó esta compañía tras una experiencia de esas que se bautizan como reveladoras. Trabajaba en el mundo de las finanzas y se marchó a Perú unos meses para realizar un voluntariado. Allí se fraguó su idea: “Si hay tantas mujeres viajeras en el mundo, y otras tantas tan interesantes por conocer, ¿por qué no establecer una red entre todas ellas en torno al empoderamiento?”. Abandonó su trabajo y lanzó su proyecto: viajes en los que el grupo está liderado por una cicerone experta en la cultura local y que incluyen recorridos en los que se conoce a mujeres de la zona, las llamadas anfitrionas. “A las mujeres nos gusta conocernos y comunicarnos. Lo que cuentan ellas siempre será diferente de lo que pueda contar un hombre, es normal. En muchos de los países que visitamos hay tal desigualdad que las versiones entre sexos varía mucho”, apunta Fauveau. Los precios de los viajes, todo sea dicho, son algo elevados y sí, pueden participar los hombres. Aunque la presencia mayoritaria es la de ellas.

Seguir leyendo »

En primera línea de batalla contra el capitalismo

Por: | 17 de marzo de 2016

Indigenas_Guatemala_EFE_EstebanBiba2

Mujeres durante la manifestación del pasado 8 de marzo en ciudad de Guatemala para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. / EFE - Esteban Biba.

Por LORENA CABNAL

Es una palabra relativamente nueva, pero ocurre desde hace más de medio siglo. La feminista Diana Russell pronunció "feminicidio" por primera vez de forma pública en 1976 ante el Tribunal Internacional sobre los Crímenes contra la Mujer en Bruselas. Han pasado 40 años y es un término que todavía no ha terminado de calar en algunos lugares y que es demasiado reconocible en otros; en México, por ejemplo, ya existe un Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio. América Latina es una de las regiones del planeta más afectadas por esta forma de violencia machista desde siempre, aunque solo durante los últimos diez años, aproximadamente, se le ha dado mayor visibilidad. Y cada vez tiene más. Este jueves 16 de marzo La Casa Encendida de Madrid organiza la conferencia Feminicidio: la política del asesinato de mujeres en el capitalismo y el colonialismo. La visión de varias académicas, activistas y líderes sociales sobre los delitos y los riesgos producidos por la economía global y que afectan más duramente a aquellos que parecen haber quedado fuera de la protección de los derechos humanos más básicos.

Explican desde la institución cultural que "el racismo estructural, la ausencia en el Derecho Internacional de los derechos humanos de mecanismos que contrarresten la crisis ambiental y la ausencia de garantías reales de los derechos económicos, sociales y culturales son también problemáticas globales reeditadas por las luchas de las mujeres en diferentes lugares del planeta". Una de esas batallas incansables es la que libran las mujeres indígenas, con un frente doble: el combate por sus propios cuerpos y el combate por su tierra. Un desafío que le costó la vida el pasado 3 de marzo a Berta Cáceres, ambientalista y líder indígena de Honduras a la que recuerda Lorena Cabnal. Esta guatemalteca es defensora del territorio, indígena maya-xinca, experta en feminismo comunitario, integrante de la Asociación de Mujeres indígenes de Santa María Xalapán y de la Red de Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comunitario de Guatemala, y una de las ponentes de la conferencia y ha querido resumir y compartir su visión crítica sobre lo que está ocurriendo en esta carta. 

 

Seguir leyendo »

La cafetería de los rostros borrados

Por: | 15 de marzo de 2016

Un grupo de mujeres supervivientes de ataques con ácido en India han decidido destaparse la cara y quitar prejuicios a la sociedad. En Agra, muy cerca del Taj Mahal, el monumento más visitado de India, trabajan en el café Sheroes. En español se leería como ellas-heroínas.

Antes cubrían las cicatrices que el ácido había dejado en sus rostros y cuerpos. En este lugar se sienten libres. Sheroes también se ha vuelto un remanso de paz al que acuden sobre todo viajeros tras su visita a uno de los lugares más turísticos y caóticos del país.

FullSizeRender_1

Comida india e internacional, café, tés. Al final de la carta, una leyenda: "paga lo que tú quieras". “Decidimos que este sería el modelo porque nuestro principal objetivo no es el negocio, sino concienciar a las personas sobre el grave problema de los ataques con ácido”, explica Laxmi Agarwal, directora de Chhanv Foundation, una ONG dedicada a ayudar a las víctimas de este crimen y que está detrás del café en Agra. Laxmi, que fue desfigurada a los 15 años por un admirador al que no correspondía, es una de las más reconocidas activistas en India. Llevó su caso al tribunal supremo, en 2013 se tipificó el crimen y se restringió la venta de ácido. Junto a su equipo ayuda ahora a otras supervivientes con diferentes iniciativas, entre ellas proporcionando alojamiento a las víctimas en Nueva Delhi, la capital de India, durante su tratamiento médico. 

Seguir leyendo »

Las amigas de Buñuel, Lorca y Dalí

Por: | 08 de marzo de 2016

  Las-Sinsombrero_1
Imagen del documental 'Las sinsombrero'. / RTVE

Un espacio de tregua para la guerra de sexos y un espacio de libertad para las mujeres, eso fueron los años republicanos que culturalmente catalizaron en la llamada Generación del 27 (exclusivamente masculina), donde, aunque se las quiso borrar, sí hubo mujeres y muy talentosas: pintoras, escritoras, escultoras, actrices y hasta una filósofa, la gran María Zambrano. Pero ya dijo Madame Necker, ilustre salonnier, que las luciérnagas son la imagen de las mujeres: brillan cuando están en la oscuridad y, en cuanto salen a la luz, sólo se les saben ver los defectos.

Sobre ocho de esas mujeres cuya luz se quiso opacar trata el documental Las sinsombrero, estrenado el año pasado en TVE, cuya versión para la lectura se publica ahora a cargo de una de sus artífices, la directora y productora audiovisual Tània Balló (Barcelona, 1977), que incorpora a dos mujeres más que también vale mucho la pena recordar. Un proyecto crossmedia destinado a rescatarlas del olvido y que ya ha servido de acicate para que Izquierda Unida eleve una propuesta en el Congreso conminando a reintegrar sus nombres en el canon oficial, propuesta que ha sido aprobada.

Las sinsombrero

De entre estas diez mujeres de bandera es probable que sea Zambrano (1904-1991) la única que ocupe en la Historia el lugar que le corresponde, situada en las bibliotecas entre Wittgenstein y Zubiri. Pero ¿y las demás? Es evidente que la dictadura del patriarcado las ha arrumbado y si se las recuerda es casi sólo como "amigas de": de Lorca, Buñuel, Dalí y algunos otros. De hecho, algunas de ellas también son "mujeres de": María Teresa León de Rafael Alberti y Concha Méndez de Manuel Altolaguirre (como también lo fue Zenobia Camprubí de Juan Ramón Jiménez). Por no hablar de las que fueron "novias de", como la citada Concha Méndez, quien lo fue en su juventud del cineasta Buñuel, o Maruja Mallo, que lo fue de Alberti y tuvo al parecer una liason con el también poeta Miguel Hernández. Mujeres subsidiarias pues de hombres célebres a los que la Historia sí ha destinado el espacio que merecen, mientras a ellas se lo escatima.

Seguir leyendo »

El matricarcado en Celtiberia

Por: | 01 de marzo de 2016

Vaqueiras

Por ELENA GARCÍA QUEVEDO

La comida de Margarita tiene el don de abrir el cofre de los recuerdos creados antes de nacer. Cuando esta mujer se levanta de madrugada para hacer el pan de escalda como lo hacía su abuela siente paz, que transforma su velada en un acto de alquimia. Primero enciende el fuego con la leña recogida en el monte, sopla las brasas y pone sus manos sobre las llamas hasta que el calor le transporta a otros momentos vividos o no vividos. Después coge la masa de pan y lo tapa con cenizas calientes, hojas de roble y restos de matanza. Durante doce horas la masa se transforma en pan, y cuando está en su punto emite un sugerente sonido como si a través de él hablaran las mujeres que cocinaron durante generaciones en este mismo horno y ahora bendijeran sus frutos. Por eso en el mismo instante en que Margarita prueba el pan los recuerdos entran en ella a borbotones junto con el sabor que llegó a ella cuando estaba en la barriga de su madre y regresa a la cocina de su abuela donde aprendió a vivir.

-Los sabores me hacen vivir una especie de regresión. En mi cultura la mesa es el sitio en el que se junta la familia y se transmiten los valores. En torno a la mesa a mi me enseñaron el valor de la cosecha, el valor de comer lo que cultivo, el valor de aprender lo que me enseña el lugar en el que vivo; la amistad-, nos dice poco después de conocernos mientras nos invita a probar sus migas caramelizadas que obligan a cerrar los ojos. Las migas se deshacen y el sabor me llega como si también formara parte de mi.

-El que come de mi plato y bebe de mi vaso es mi amigo -dice a modo de bendición.

Seguir leyendo »

Sobre los autores

Tenemos diferentes puntos de vista, distintas edades, diversos perfiles. Somos un grupo de periodistas, especialistas y colaboradores coordinado por Isabel Valdés.

Libros

EL POSMACHO DESCONCERTADO

EL POSMACHO DESCONCERTADO

Ricardo de Querol

“Como quien dice, acabamos de salir de la cueva. No se borran de un plumazo milenios de reparto rígido de papeles, de trogloditas que salían de caza mientras ellas recolectaban y cuidaban de niños y ancianos, de bravos guerreros y abnegadas esposas, de amas de casa confinadas al hogar y hombres que acaparan toda la vida pública, de burkas de todo tipo, de dotes, de pruebas del pañuelo”. Las reflexiones del autor sobre la relación entre los sexos en el siglo XXI publicadas en el blog Mujeres, recopiladas en un libro electrónico. Puedes comprarlo en Amazon y en Google

Enlaces

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal