Top 5: sueños de fósforo

¿Puede considerarse perturbado un señor que se pasa años y años construyendo la Torre Eiffel con cerillas? Pues realmente no. Y es que aficiones hay muchas. Y aficiones estrambóticas, muchas más.

Por eso el arte de la ingeniería fosforil puede resultar ciertamente bizarro; aunque no por ello deja de ser perfectamente respetable. Es más, se trata del nivel más avanzado de esa liga en la que también juegan las construcciones con palillos y las maquetas con pinzas de la ropa, otros clásicos del divertimento para gente sutilmente enganchada al pegamento.

5- La cabeza de Buda.

David Mach estaba predestinado desde la pila bautismal a hacer esculturas con cerillas. De hecho, se gana la vida con ello. También realiza trabajos con piezas de Scrabble, fichas de dominó y hasta con anzuelos de pescar, que expone periódicamente en galerías de arte

 

4- Un ukelele

El inglés Jack Hall (“Matchstick Man”) gastó 400 horas de su tiempo en pos de un sueño: hacer instrumentos musicales con cerillas que sonaran igual que los tradicionales. En este caso eligió un liviano ukelele que “sólo” necesitó 10.000 fósforos. Jack murió en 1993 pero dejó más de 10 instrumentos musicales perfectamente afinados realizados con más de 100.000 cerillas.

3- La “Zona Cero”

Harry es un obrero inglés jubilado que buscaba un hobby para pasar la edad dorada. Y lo encontró en la fabricación de maquetas con cerillas, principalmente de coches, carruajes y medios de transporte. Aunque su niña bonita es esta reproducción “in memoriam” de la Zona Cero de NY después de los atentados. Basta con encender alguno de los fósforos del suelo para conseguir un efecto más realista.

2- La escuela Hogwarts

Patrick Acton utilizó 602.000 cerillas y 70 litros de pegamento para recrear fielmente la escuela de magia de Harry Potter. Y lo hizo fijándose únicamente en las películas que alquilaba en el Blockbuster, sin planos ni ayudas. Su versión es tan exacta que J.K Rowling está pensando seriamente en cambiar el fin del mago para que sea ardiendo sobre el castillo, como en una pira vikinga.

 

1- Un McLaren F1

Seis años de trabajo, 956.000 cerillas, 1.686 tubos de pegamento y 6.000 € de inversión. Estos son los guarismos que manejó Michael Arndt para reproducir una réplica exacta del coche que ganó el campeonato del mundo de F1 en 1999. Se puede dividir en 45 partes perfectamente ensambladas para su fácil traslado. Lástima que no pueda llevar publicidad de tabaco, le hubiera venido al pelo.

 

 

 

¿Y qué hacer con todas las cabezas de cerillas que no se utilizan en las maquetas? Pues una idea es fabricar esta bomba casera. Necesitarán, mínimo, 30.000 cerillas. Que aquí no se tira nada.

Kids Ignite A Matchstick Bomb - Watch more free videos

¿Puede considerarse perturbado un señor que se pasa años y años construyendo la Torre Eiffel con cerillas? Pues realmente no. Y es que aficiones hay muchas. Y aficiones estrambóticas, muchas más.

Por eso el arte de la ingeniería fosforil puede resultar ciertamente bizarro; aunque no por ello deja de ser perfectamente respetable. Es más, se trata del nivel más avanzado de esa liga en la que también juegan las construcciones con palillos y las maquetas con pinzas de la ropa, otros clásicos del divertimento para gente sutilmente enganchada al pegamento.

5- La cabeza de Buda.

David Mach estaba predestinado desde la pila bautismal a hacer esculturas con cerillas. De hecho, se gana la vida con ello. También realiza trabajos con piezas de Scrabble, fichas de dominó y hasta con anzuelos de pescar, que expone periódicamente en galerías de arte

 

4- Un ukelele

El inglés Jack Hall (“Matchstick Man”) gastó 400 horas de su tiempo en pos de un sueño: hacer instrumentos musicales con cerillas que sonaran igual que los tradicionales. En este caso eligió un liviano ukelele que “sólo” necesitó 10.000 fósforos. Jack murió en 1993 pero dejó más de 10 instrumentos musicales perfectamente afinados realizados con más de 100.000 cerillas.

3- La “Zona Cero”

Harry es un obrero inglés jubilado que buscaba un hobby para pasar la edad dorada. Y lo encontró en la fabricación de maquetas con cerillas, principalmente de coches, carruajes y medios de transporte. Aunque su niña bonita es esta reproducción “in memoriam” de la Zona Cero de NY después de los atentados. Basta con encender alguno de los fósforos del suelo para conseguir un efecto más realista.

2- La escuela Hogwarts

Patrick Acton utilizó 602.000 cerillas y 70 litros de pegamento para recrear fielmente la escuela de magia de Harry Potter. Y lo hizo fijándose únicamente en las películas que alquilaba en el Blockbuster, sin planos ni ayudas. Su versión es tan exacta que J.K Rowling está pensando seriamente en cambiar el fin del mago para que sea ardiendo sobre el castillo, como en una pira vikinga.

 

1- Un McLaren F1

Seis años de trabajo, 956.000 cerillas, 1.686 tubos de pegamento y 6.000 € de inversión. Estos son los guarismos que manejó Michael Arndt para reproducir una réplica exacta del coche que ganó el campeonato del mundo de F1 en 1999. Se puede dividir en 45 partes perfectamente ensambladas para su fácil traslado. Lástima que no pueda llevar publicidad de tabaco, le hubiera venido al pelo.

 

 

 

¿Y qué hacer con todas las cabezas de cerillas que no se utilizan en las maquetas? Pues una idea es fabricar esta bomba casera. Necesitarán, mínimo, 30.000 cerillas. Que aquí no se tira nada.

Kids Ignite A Matchstick Bomb - Watch more free videos

Comments

[Publicado por: Mercedes]

Maquetasconpalillos.blogspot.com

[Publicado por: Penis Enlargement]

El artículo vale la pena leer, me gusta mucho y que compartió la información en este post es muy útil. Gracias por compartir un mensaje maravilloso.